Capítulo 21: Chantaje.
Elliot.
Estoy saliendo con un modelo.
No dejo de repetirme esas palabras en mi camino al colegio.
Estoy tan ensimismado que ni siquiera me doy cuenta cuando ya estoy en mi taquilla. Una mano me toma del hombro y me doy vuelta.
Antes de poder ver a quien quiera que sea, siento un fuerte golpe en mi mejilla.
—¿¡No sabes usar un teléfono, pitufo!?
Oh, la dulce Kendra.
Le dedico una mirada de disculpa.
—¿Dónde estabas? ¿Por qué no llamaste? ¿Viste las fotos? ¿Qué harás?
—Cálmate, cálmate. —La agarro de los hombros y la sacudo.
Sé que cuando le diga que Nathan es mi novio, empezará a saltar por las paredes. Así que intento decirlo lento.
—Nathan se encargará del asunto de las fotos. No llamé porque estaba solucionado un... asunto con él.
—¿Asunto? —Su mirada pasa de una confundida a otra de reconocimiento—. ¡Elliot Russell! Yo preocupada por ti y tú revolcándote con Nathan.
Varias personas voltearon a vernos. Dios, no.
—Shhh. No hicimos nada, mujer.
—¡Se besaron! Y no solo en el bar. Dios, Elliot —Sus ojos se abren tanto que temo que exploten—, tendrías que haberlos visto a los dos en el bar, parecía que se estaban comiendo el uno al otro...
—Sí, lo sé, estaba ahí. —Pongo los ojos en blanco, aunque Kendra parece no escucharme en lo absoluto, de vuelta está perdida en su mundo.
—Tengo un mejor amigo gay. Mis sueños se hicieron realidad. Y tú que negabas que te gustase el modelo. ¡Ay Elliot! Estoy tan feliz por ustedes.
Suspiro e ignoro su comentario. No voy a darle la razón, aunque quizá la tenga.
Suena la campana y vamos hacia la primera clase.
No me había dado cuenta cuando llegué porque estaba concentrado en Nathan, pero noto que todo el mundo en el aula me mira, y no solo allí, en los pasillos también.. Todos me observan... y se ríen.
El profesor ya está dentro pero nadie está prestando atención, todos se dedican a mirarme, señalarme o reírse. ¿Qué les pasa a todos hoy?
Escribo un papel y se lo tiro a Kendra.
"¿Por qué todos me miran?"
Veo que me mira con duda, como si no supiera si decírmelo. Alzo las cejas impaciente.
Recibo otro papelito, pero no es de Kendra, ella aún está escribiendo el suyo.
Lo abro. La caligrafía es terrible, la reconozco y miro en su dirección. Kyle está mirándome con odio, más del habitual.
"Sabía que eras imbécil, pero no tanto como para salir del clóset ante todo el colegio.
PD: No te acerques a mi hermano."
Y sin siquiera leer el papelito de Kendra, sé lo que sucede. Y me siento idiota por no haberme dado cuenta antes.
Por supuesto que todo el colegio vio la foto. Salió incluso en la tele. ¿Qué esperaba? ¿Pasar desapercibido y vivir en mi mundo donde existimos solo Nathan y yo?
Kendra me tira otro papel.
"¿Estás bien?"
No respondo. No sé cómo estoy. ¿Me importa que todo el colegio sepa de lo mío con Nathan? Es decir, ni siquiera yo sé qué soy. ¿Soy gay? ¿Bisexual? ¿Hetero curioso? Quizá solo me guste él...
Nathan tenía razón. Esto es algo que nos concierne a los dos. Estamos juntos en esto. No puedo ignorarlos, así como tampoco puedo dejar que me afecte.
En ese momento suena mi teléfono.
—¡No quiero volver a oir un solo celular! —Gruñe el profesor.
Hago maniobras para leer el mensaje sin que me vea.
"De: Nathan "modelo famoso" Cooper.
¿Quieres salir hoy? Te extraño."
Casi me derrito en el asiento. Debo estar sonriendo como tonto, pero no me importa.
Contesto rápidamente diciéndole que sí y guardo de nuevo el móvil. Suena la campana y todos salen rumbo a la cafetería.
—Elliot. Lo siento, debí haberte dicho pero pensé que lo sabrías. —Dice Kendra cuando me alcanza en el pasillo.
—Bueno, es solo una foto. Se les olvidará. —Pero ni siquiera yo estaba convencido de eso. La gente puede ser muy cruel.
Antes de pasar por la puerta de la cafetería Kendra me detiene.
—¿Estás seguro de que quieres entrar ahí?
Le resto importancia y paso.
Todo parece normal. Kendra exagera.
Caminamos hasta nuestra mesa de siempre. Se escuchan murmullos por todos lados. Algunos idiotas me empujan cuando pasan a mi lado, y tengo que contenerme de no romperle la nariz a más de uno.
Una vez que nos sentamos empiezo a comer rápidamente, por alguna razón no aguanto las miradas prejuiciosas sobre mí. ¿Qué tanto les importa con quien salga? ¿O es solo porque es un hombre? Los murmullos siguen y yo solo quiero que paren.
Desde lejos puedo observar a Kyle dirigiéndose hacia nosotros. Si siquiera menciona algo, no me contendré, no con él.
—Mira a quién tenemos aquí. —Lo dice lo suficientemente alto como para que todo el mundo lo escuche. Imbécil—. No puedes ganar una pelea, te follas a mi hermano y encima te da la cara de aparecer en el colegio.
Kendra está que echa humo, y yo no debo estar mejor.
—Estudio aquí. —Le digo y lo fulmino con la mirada.
—Pues quizás deberías ir a un colegio para gente como tú. —Él se ríe, la cafetería entera se ríe. ¿Es que nadie se dio cuenta de lo estúpido que sonó eso?
—¿Eres imbécil, Cooper? —Grita Kendra, yo le hago una seña para que se tranquilice pero me ignora totalmente—. No, no me lo digas, ya sé la respuesta.
Kyle la mira de reojo con todo el desdén que puede.
—No me hagas hablar de ti, cielo. —Se acerca peligrosamente a mi amiga, instintivamente me levanto.
—Dices una sola cosa de ella y te arrepentirás. —Lo digo bajo, solo para él.
Pero a Kyle parece gustarle gritar en vez de hablar.
—¿Ah sí? ¿Qué vas a hacer? ¿Chupármela? —Eso es suficiente para que lo golpee.
Escucho como todos se levantan de sus asientos para ver la pelea que se está desarrollando en este momento en el suelo de la cafetería. Los profesores no van a tardar en venir por lo que intento hacer el mayor daño posible, y Kyle tampoco se queda atrás.
Se escuchan gritos e insultos por todos lados, y no estoy seguro de si salen de mi propia boca o de las de los espectadores.
Cuando nos separan espero ver a un profesor pero, en cambio, veo a Kendra.
—¡Basta! No vale la pena.
Me suelto de su agarre y salgo casi corriendo del lugar.
Llego sin darme cuenta hacia la entrada del colegio. Ni siquiera me fijé si alguien me seguía, así que cuando una mano toca mi hombro, pego un salto.
Lo que menos quería ver era el rostro de Kyle. Estoy dispuesto a seguir peleando pero él levanta las manos.
—No vengo a pelear. —Lo observo confundido—. Solo quiero hablar.
¿Quién es este chico y qué hicieron con Kyle?
No digo nada por lo que él continúa.
—Quiero que dejes a mi hermano en paz. —Abro los ojos como platos, ve que voy a replicar y me corta—. Él era normal, lo estás confundiendo. Solo quiero que lo dejes en paz.
¿Y este idiota quién se creía que era?
—Creo que tu hermano es lo suficientemente grande como para saber lo que quiere, y tú no tienes que controlar su vida. ¿De verdad crees que lo dejaré solo porque me lo digas? No puedes obligarme. Obligarnos.
—Lo harás si no quieres que se entere tu padre.
Por un momento veo su amenaza muy vaga, pero cuando lo pienso detenidamente... ¿De verdad quiero que papá se entere? Es decir, en algún momento me tocará decírselo pero ahora... Siento que me falla la respiración, no puedo ceder a su chantaje pero tampoco puedo arriesgarme a que cuente algo.
No puedo defraudar a mi padre. No me aceptaría.
—Es más —Agrega, como si estuviera seguro de que he aceptado—, lo harás en este mismo instante.
Señala algo detrás de mí y yo volteo con el corazón a todo lo que da.
Observo como mi futuro ex novio baja de su lujoso auto. Aunque está con los lentes de sol, sé que mira en nuestra dirección.
—Los dejo solos, creo que tienen cosas de qué hablar. —Susurra Kyle en mi oído—. Ya me enteraré si has cumplido.
Y se va.
Nathan me ve, me saluda con la mano y su sonrisa se ensancha.
Tiene una sonrisa preciosa mientras se acerca a mí, lástima que se borrará en unos minutos.
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