Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 20: Mamá.

Nathan.

Cuando cruzamos la entrada de su casa tengo que aguantarme las ganas de tirarlo encima del sillón y besarlo.

Lo miro de reojo. Está observándome con una sonrisa, como si estuviera pensando lo mismo que yo.

No me puedo quedar mucho tiempo, tengo otra sesión de fotos, pero ninguno de los dos quiere despegarse del otro. No ahora que toda la confusión pasó.

—La empresa ya debe haber visto la foto... —Digo.

Mi móvil no deja de sonar desde que entré en la casa de mis padres. Todos deben estar como locos preguntándose si voy a desmentir las fotos, o si realmente mi representante es mi novio.

—¿Y qué vas a hacer? —Empieza a caminar hacia la sala, con la intención de que lo siga y me quede cinco minutos más al menos.

Lo sigo. No quiero irme.

—No lo sé... ¿Tú qué quieres?

Me mira confundido.

—Puedo negar los rumores y la foto, o puedo afirmar que estamos juntos... —Le aclaro mientras me siento a su lado—. Esto también te afecta a ti, yo estoy acostumbrado a la prensa, y lamento que te veas involucrado...

—No digas eso. —Me interrumpe—. No es como si me hayas obligado, yo te besé.

Se sonroja y baja la mirada.

Me encanta el Elliot tímido.

Me acerco y lo beso en la mejilla. Él sonríe y besa mis labios, a penas rozándolos. Suspiro y lo beso más profundo.

Nos acurrucamos en el sillón como podemos. Lo rodeo con mis brazos y empiezo a hacer caricias en su cabello. Ninguno habla durante un par de minutos. Estar en esta posición con Elliot se va a convertir en mi nueva cosa favorita.

Observo como sus mechones azules se enredan en mis dedos.

—¿Por qué azul? —Pregunto. Es una pregunta que me hice siempre.

Noto que toma su tiempo en responder.

—Quería cambiar. —Murmura.

Pero me doy cuenta que hay algo más profundo que un simple cambio de imagen.

Decido no insistir.

Me sorprende cuando se levanta y va hacia uno de los escasos muebles que decoran la casa. Toma algo y vuelve a su lugar, entre mis brazos.

Me doy cuenta que lo que agarró es una fotografía enmarcada. En ella se encuentra una señora con un bebé en brazos, está sonriendo y el viento despeina su enrulado cabello. Es su madre. Es el calco de Elliot. Solo que esta tiene el cabello castaño. Si ella es su madre entonces el bebé en sus brazos es él. Muero de la ternura viendo al Elliot bebé.

Observo la foto durante varios minutos antes de que Elliot hable de nuevo.

—Nunca hablo de mi madre. —Me sorprendo cuando escucho que su voz falla. Lo abrazo más fuerte instintivamente, él se acurruca contra mí—. Solo Kendra y, por supuesto, mi padre, saben esto.

No digo nada y dejo que me cuente mientras reanudo las caricias en su pelo. El hecho de que confíe lo suficiente en mí como para hablarme de ello, hace que los latidos de mi corazón se vuelvan locos. Siento como que lo quiero un poco más.

—Mi madre nos dejó a mi padre y a mí cuando yo tenía 2 años. Nunca supimos por qué y tampoco quiero saberlo. Mi padre es un boxeador retirado y a penas nos alcanzaba para vivir por lo que tuve que trabajar en varios sitios, como repartiendo galletas, por ejemplo. —Me mira y me guiña un ojo. Yo le sonrío cálidamente—. Jamás la busqué y aunque estoy seguro de que papá sabe dónde está, no quiero que me lo diga. Jamás hablamos de ella, hizo mucho daño. A través de todos estos años le guardé mucho rencor, ¿sabes? Si la volviera a ver no estoy seguro de que no vaya a gritarle.

Guarda silencio unos minutos, yo proceso la historia. A pesar de que mis padres no fueron ni son los mejores, no me podría imaginar cómo hubiese sido crecer sin uno de ellos. No podría pensar en una vida sin mi madre. Lo que hace darme cuenta de que Elliot es más fuerte de lo que parece.

Él estira su mano hacia la foto y se queda contemplándola.

Tiene en sus ojos un brillo que podría significar tanto tristeza como odio.

—Por eso el azul. Quería cambiar. Dejar de ser el chico que ella abandonó, mi cabello castaño me recordaba irracionalmente a ella ya que somos como dos gotas de agua. Aunque el azul era su color favorito, no me salió muy bien. —Suelta una risita.

Nos quedamos abrazados por lo que parece una eternidad.

—Tenía miedo. —Dice. Lo miro sorprendido, sin entender—. Por eso te mentí acerca de lo que siento por ti.

—¿Eh? —Esperen, ¿en qué momento me perdí?

—Creo que sigo teniendo miedo.

—¿De qué tienes tanto miedo? —Dejo las caricias y me levanto para mirarlo a la cara.

Elliot no me mira, está concentrado en la foto de su madre.

—Tengo miedo de que me dejes. De que me rompas el corazón.

Como ella lo hizo.

Pasa sus dedos por la foto y veo múltiples emociones en su rostro: odio, tristeza, abandono, amor.

Quiero abrazar y besar tanto a este chico, quiero que la tristeza desaparezca de él y hacerlo sonreír siempre. Quiero que no tenga miedo a amarme.

—No lo haría. No pienses eso. —Estoy desesperado porque entienda mis palabras. ¿Cómo se le ocurre pensar eso?

Ya no estamos acostados. Elliot se levanta a dejar la foto en su lugar y yo me quedo sentado, mirándolo aturdido.

—No sabes lo que pasará. —Dice sin emociones en su voz.

—Tú tampoco. —Me levanto y prácticamente corro hacia él—No tengo planeado dejarte. No cuando al fin te tengo. Y créeme que tampoco quiero romperte el corazón, sería lo último que haría.

Se queda en silencio. Odio que no me mire, que no me hable.

—Dime algo, por favor. —Toco su hombro con cuidado, como si fuera a salir corriendo.

Pero no lo hace.

—No soy ella, Elliot. No te dejaré.

Él se da la vuelta y me abraza. Suelto un largo suspiro de alivio.

—Nathan... —Murmura contra mi pecho. Siento su cuerpo sacudirse ligeramente, está llorando. Y como si fuese algo contagioso, se me forma un nudo en la garganta.

—¿Estás bien? ¿Es por algo que dije? —Lo abrazo más fuerte.

—No, no —Suelta un hipido y se ríe—, es solo que hablar de mi madre... y tú con tus tontas palabras románticas... Mierda, odio ser tan sensible.

Pero a mí me encanta el Elliot sensible, también. Estoy empezando a dudar si existe algún Elliot que me desagrade. Por muy cursi que suene, me encanta todo él.

—No te dejaré. —Repito, en el caso de que se le haya olvidado.

—Lamentablemente ninguno de los dos lo sabemos con certeza... —Levanta su mirada y me mira directo a los ojos—. Pero creo que vale la pena arriesgarse, ¿no?

No sé en qué momento empecé a sentir esto por Elliot pero lamento no haberme dado cuenta antes.

Elliot está demasiado callado, demasiado pensativo...

—¿Quieres ser mi novio? —Suelta, y a mí se me corta la respiración por unos segundos.

Lo alejo un poco para mirar sus ojos, para confirmar de que no es una broma, de que va completamente en serio. La sinceridad en su mirada me encanta.

—Nunca creí que diría eso. —Se ríe, nervioso. Mira hacia todos lados y juega con sus manos mientras se muerde el labio inferior. Oh, no me tientes pequeño Elliot—. Por favor di algo, estoy bastante nervioso, y ya mucho me costó decirlo para que tú te quedes callado, y tu mirada es bastante inquietante en este momento y ¡Dios! ¿Vas a rechazarme, verdad? Nathan, lo siento...

Lo callo con un beso.

Sus labios me corresponden casi de inmediato. Son tan dulces... No entiendo como pude pasar toda mi vida sin ellos. Muerdo su labio inferior tan apetecible, él jadea.

—Nunca creí que lo preguntarías. —Digo una vez que nos separamos, un poco agitados.

Y lo beso, de nuevo, y de nuevo. Una y otra vez, hasta aprenderme su boca de memoria.

Creo que eso responde a su pregunta.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro