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París no era como casa, pero se sintió como un refugio.

Los días fueron demasiado largos, las noches demasiado cortas y en algún punto, la lista de Seokjin quedó olvidada en algún lugar y habían terminado haciendo todas las cosas cliché que dictaban sus corazones. Entonces se tomaron fotos en la maldita torre y fueron a cenas y a fuentes y museos y nadie los miró por agarrarse de las manos o esconderse en las esquinas para robarse un beso.

Yoongi a veces se sorprendía a sí mismo mirando su anillo o el de Seokjin y solo pensando en el futuro, cosa que no se había permitido hacer en el pasado, entonces sonreiría y suspiraría porque eso haces cuando estás enamorado. Se preguntaba si la sensación desaparecería, si llegaría un punto en el que todo simplemente se calmaría, se preguntaba cómo sería si llegara ese momento. Miraba a Seokjin, y era tan difícil pensar en un momento en el que no sintiera esto, en el que no tuvieran esto.

Esperaba que no llegara, esperaba poder sentirse burbujeante como un refresco durante el resto de sus vidas.

Entonces, la cosa era que su semana en París fue perfecta, pero como planeaban un viaje cliché, en realidad, cuando volvieron a Corea, Seokjin se torció el tobillo. De esas torceduras que, posiblemente, ameritaban más de una visita al doctor.

—Se ve horrible —Seokjin estaba extremadamente triste y tenía todas sus maletas por desempacar y una férula gigantesca y un Min Yoongi que se veía absolutamente precioso con su mirada preocupada y su disposición de recién casado de cuidar completamente a Seokjin incluso si ni siquiera habían hecho público que eran prometidos.

—No se ve tan mal, es solo por precaución —Yoongi estaba arrodillado frente a él en el apartamento de 25x25 de Seokjin, en su somier demasiado suave para la espalda donde Yoongi amaba dormir con su vida.

Yoongi miraba la férula mientras ayudaba a Seokjin a quitarse su otro zapato y suspiró porque en parte había sido su culpa que haya terminado así. Seokjin se había torcido el tobillo evitando que Yoongi cayera sobre su propio trasero después de intentar esquivar a un niño travieso en el aeropuerto.

Fue muy caótico y al final fue Seokjin quien torció su tobillo y Yoongi se sentía culpable. Apoyó su cabeza en el regazo de Seokjin y se enfurruñó mientras el castaño pasaba sus dedos por el cabello negro de Yoongi suavemente.

—Lo siento. Debes estar cansado ¿Verdad? ¿Quieres que te prepare un baño? 

Seokjin miró la cabecita de cabellos desordenados que se movía de un lado a otro sobre sus piernas y sonrió con cariño —Me encantaría, pero no sé qué tan fácil sea ducharme con esta cosa.

Yoongi apoyó su barbilla en la rodilla de Seokjin y le miró hacia arriba —Te ayudaré.

Bufando una risa, Seokjin apoyó sus manos hacia atrás en la cama y elevó una ceja —No estoy en contra de los momentos sexys, pero me temo que te puedas sentir incomodo.

—No es como si no te hubiese visto desnudo antes —resopló.

—¡No me has visto desnudo antes!

—Bueno no, pero te he imaginado.

Seokjin jadeó —¡Y sin mi consentimiento!

—¡Ja! Estoy seguro de tener tu consentimiento entusiasta para eso.

Con los colores subiendo a su rostro, Seokjin tuvo que estar de acuerdo en que no era tan mala idea que su prometido le ayudara a bañarse.

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Fue incómodo tener la pierna colgando de un lado de la bañera y fue incómodo intentar no tener una reacción fisiológica porque la definición de Yoongi de "ayudarte a bañar" era igual a "bañarnos juntos" lo que era lo mismo que "estar en la misma bañera, desnudos".

En realidad no era incómodo, fue solo un poco vergonzoso. Porque si se ponía técnico, Seokjin nunca antes había tenido un baño tan placentero.

Yoongi estaba detrás de él, sobando el acondicionador en su cabello, dejando pequeños besos de mariposa en su nuca. La espalda de Seokjin se pegaba al pecho de Yoongi y realmente ninguna otra parte de sus cuerpos se pegaba entre sí, pero era suficiente.

Era tranquilo mientras tarareaba y Yoongi masajeaba sus brazos, su cuello, o simplemente lo abrazaba y quizá la bañera era pequeña y ellos dos hombres adultos, pero no era incómodo en absoluto.

—Yoongi-yah —susurró en la tranquilidad de su pequeño mundo — Quiero acostarme contigo —Yoongi se rio con fuerza porque no era, tampoco, la primera vez que Seokjin decía cosas como esa o expresaba abiertamente su deseo.

Nunca había sido una exigencia ni un recordatorio, era solo que Seokjin solía decir las cosas que quería y sentía en voz alta y nada más que eso.

Seokjin quería besar a Yoongi y lo decía, y quería casarse con Yoongi y le proponía matrimonio. Era natural para Seokjin decir cosas como esa desde que estuvo seguro que a Yoongi no lo hacía sentir incómodo.

—Nos acostamos juntos todas las noches —fue lo que dijo Yoongi mientras besaba la frente de Seokjin. El movimiento generó pequeñas ondas en el agua de jabón de la bañera y el sonido que hizo apenas fue audible.

—Me refiero a acostarnos de hacer el amor —giró su rostro y lo miró con esa mirada de travesura que a veces se apoderaba de sus ojos brillantes. Susurró—Ya sabes, cosas de adultos.

Yoongi rio más fuerte y lo apretó contra su abrazo —¿Quieres tener sexo?

—Suena tan sucio si lo dices así.

—Cariño, el sexo es sucio —Yoongi soltó una carcajada cuando Seokjin jadeó indignado —podemos decirle hacer el amor si le da paz a tu corazón.

—Me da mucha paz.

—¿Entonces quieres hacer el amor?

Seokjin se hundió un poco en la bañera hasta que la mitad de su rostro estuvo bajo el agua, haciendo burbujas. Cuando volvió a emerger tenía una mirada complicada en su rostro —Solo quiero si tú quieres.

La mirada de Yoongi se posó en su rostro hasta que se sintió abrumado, ligeramente abrumado, después de todo. Apoyó su frente contra el hombro de Seokjin antes de suspirar con una sonrisa nerviosa —La verdad, siempre quiero. Pero, ya sabes, nunca lo he hecho.

—No tenemos que hacerlo.

—Pero ambos queremos.

—Ambos queremos y podemos...intentarlo.

Cuando Yoongi levantó la cabeza del hombro de Seokjin solo pudo ver ojos de estrellas y burbujas de baño antes de que su mundo fuese vuelto de cabeza en un beso que decía todas las cosas que no necesitaban decirse con palabras.

A Yoongi le gustaba besar a Seokjin y amaba el deseo que se arremolinaba en su estómago y amenazaba con consumirlo. Era fuego y era caricia de viento y era perfecto porque era Seokjin.

Yoongi le amaba y amaba eso y amaba su toque sincero y discreto y también su agarre fuerte y apasionado y amaba absolutamente todo de él.

Se casaría con él. Atesoraría este amor y cuando se casaran y cuando vivieran el futuro que no lograba imaginar, recordaría la primera vez que lo vio y pensó que era obra de arte y poesía y luna llena y recordaría su primer toque y su primer abrazo, la primera vez que corrieron bajo la lluvia y secaron sus cabellos con aire caliente. Recordaría sus aniversarios en fechas aleatorias, su luna de miel y su primer beso.

Recordaría y pensaría para siempre que era el destino, y el destino llevaba el nombre de Seokjin.

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N/A: estoy agotada, por favor sepa perdonar si simplemente es abrupto o no tiene sentido. Estoy pensando sinceramente si añadir otras tramas yoonjin a los diferentes días porque mi cerebro va brrr por un buen rato y no sé qué escribir y tengo sueño y básicamente me quiero morir.

Espero que estés teniendo días geniales y maravillosos y buenos y preciosos. Nos leemos mañana.