B. OO6
一¡Que puedo solo, joder!
Solté una enorme carcajada al ver la cara perturbada de la pobre enfermera. Sunghoon estaba muy molesto e irritado, dado que el había pedido amablemente que le dieran una silla de ruedas, pero terminaron dándole unas muletas. Que para terminar de arruinar, le quedaban bastante altas.
一Tranquilo. 一Palmeé su hombro, tratando de bajar el enojo que lo estaba llevando a faltarle el respeto a una persona que no tenía la culpa. Sunghoon solo se dignó a gruñir una vez más, como empezaba a hacerse costumbre desde su accidente.
Los primeros días que estuve haciéndole compañía a Sunghoon en el hospital, el chico se había comportado muy paciente, tímido y amable. Pero al pasar el poco tiempo, caí en cuenta de que no tiene miedo a decir lo que piensa.
一¿Quiere que llame a un doctor? 一La enfermera, cuyo nombre era Darcy, apuntó hacia la puerta al ver como Sunghoon se quejaba por el dolor una vez más. Él solo negó mientras la fulminaba con la mirada, estaba siendo algo grosero.
一Si necesito algo yo lo pediré, gracias. 一Le dio la espalda como pudo. Había dicho gracias por primera vez desde que sacó a la fiera que llevaba dentro, aunque sinceramente lo había hecho en un tono un poco tosco.
La pobre enfermera no había hecho nada malo. Solo nos había contado historias sobre híbridos de oso y de suricatos. Eran muy entretenidas, hasta parecían reales.
一Sunghoon-ah, no seas tan malo. Solo estás cansado. ¡Pronto estarás de nuevo en casa! Solo unos minutos más, máximo una hora. 一Lo miré con diversión. Era consciente de que mi actitud le comenzaba a gustar, y eso me subía el ánimo para hacer lo mismo con él.
Él solo asintió con su cabeza sin prestarme mucha atención en realidad, y se sentó nuevamente en la camilla. Teníamos que desocupar la habitación dentro de diez minutos, por suerte lo habían dado de alta después de una semana.
Y...Creo que puedo entender que esté enojado un poco conmigo. Me la había pasado todos los días hablando de lo lindo que era Jungwon con las personas y lo mucho que le gusta el curry. No parecía muy cómodo con eso, ya que necesitaba sumirse en su dolor.
一¿Cuándo llegará mi tía? 一Le preguntó a la enfermera, con quién había tenido un lazo de odio en tan poco tiempo.
一Llamaron al hospital, tendrás que esperar una hora más. Tu familiar está ocupado. 一No fue sorpresa escuchar una maldición salir de sus labios. En ese momento se me ocurrió una super idea. De ésta manera podría compensar el accidente, además lograría bajarle dos rayas a su molesto enojo.
一Sunghoon, ¡yo puedo llevarte a tu casa! 一Propuse con un exceso de alegría. Estaba meciéndome en una silla que daba vueltas, esperando que no rechazara mi propuesta por lo sorpresiva que había sido.
一No tienes coche, ¿o si? 一Preguntó al tiempo que acariciaba los pétalos en su muñeca. Eran tan hermosos, realmente me gustaría poder tener pétalos violeta pastel adherido a mi piel. Sería como una flor que cayó dentro de tinta morada, que mejor.
Pero venga, no me quejaba. Mis pétalos eran azules combinados con violeta claro. Una combinación alegre, colorida, feliz y revoltosa. ¡Hey, como yo!
一Podría pedir un taxi. 一Dije después de dejar mis pensamientos sobre ser una flor que bailaba bajo la luz de los faroles, o de una simple lupa, siendo examinada y admirada.
Un silencio abrazó el lugar. Después de unos pocos e incómodos segundos, Sunghoon por fin se dispuso a contestar;
一Está bien. Odio este lugar. Odio las medicinas. Este cuarto, las cortinas y las ventanas. A ti también te odio, Darcy. 一Apuntó con su dedo índice a la enfermera, quien trató de mantener una buena cara一. Me largo, vamos Sydney.
一Joven, ¡tiene que firmar unos papeles! 一La enfermera salió de la puerta para tratar de ir tras Sunghoon, que iba a 0.1 kilómetros por hora gracias a sus enormes muletas y sus gordos yesos.
一Que lo haga mi tía. 一Miró de mala gana a la enfermera. Hice una reverencia 一disculpándome por el comportamiento del menor一 y ayudé a Sunghoon a caminar. Estaba un poco molesta por su actitud, pero aún así sonreí.
一Eres un poco salvaje, chico. 一Confesé cuando finalmente llegamos al exterior del hospital que se había convertido en el enemigo de mi acompañante.
一Como un un pingüino al que le quitan su huevo. A mi me quitaron la dignidad. ¡Literalmente ellos me bañaron!
❀
一No quiere visitas, últimamente se ha estado sintiendo...Un poco mal. 一La señora Yang, madre de Jungwon, me había dicho eso al verme sonriendo con entusiasmo tratando de traspasar su puerta.
A pesar de la humillante escena, sonreí abrazando contra mi pecho los videojuegos y dulces que había comprado para Jungwon mientras venía hacia su casa. Todos tenemos días malos, debía dejar a Jungwon pasar el suyo.
一¡Entiendo! 一Enderecé mi espalda y puse en sus manos los regalos一. ¿Podría darle esto y decirle que vine? Ya sabe, no quiero que piense que no estoy pendiente a él y que nuestra amistad se acabará, se que lo vi hace poco pero no pasamos un rato tan lindo. Fue día de escuela y normalmente no platicamos mucho sobre nuestras cosas, solo de-
一Sí, Syd. 一La señora Yang sonrió一. No vueles tan rápido, tu lengua algún día se enredará. Guarda un poco de aliento para cuando Jungwon quiera verte.
Sonreí con un leve sonrojo. Hice una reverencia, y después de despedirme. la señora Yang cerró su puerta. Ya había pasado una semana entera y no sabía absolutamente nada de Jungwon. Tuve que venir en persona después de dejar a Sunghoon en su casa, ya que estaba preocupada.
Pero al parecer me rechazó. Nunca me había rechazado una noche de juegos y comida chatarra. Me había sentido un poco mal y hasta cierto punto humillada. Pero bah, Jungwon no puede estar conmigo todo el tiempo. Necesita un tiempo para él mismo.
Me llegó un mensaje, el cual no dudé en abrir. Sonreí con entusiasmo al ver el nombre de mi nuevo acompañante de aventuras: Sunghoon.
'¿Cómo te fue con tu amigo? ¿Le pasó algo?'
¿Le pasó algo? De repente mi ánimo dio un pequeño vuelco. Sin haber contestado su mensaje, apagué mi celular y lo guardé en mi mi bolsillo. Caminé en una linea recta, hasta llegar a la acera de la calle y me senté en ella, colocando mis codos en mis rodillas.
¿Qué estaba pasando con mi amigo?
Llegué a mi casa unas horas después. ¿Porqué tanto tiempo después? Después de haber ido a la casa de Jungwon y tener una plática interior, me fui a comer algo delicioso. Bueno, tan delicioso como puede ser un Hot Dog de 2 dólares.
Mi mamá no se encontraba en casa. Esperanzada, levanté el tapete en busca de las llaves que mi madre y yo acostumbramos a esconder. Me maldecí de la manera más linda posible por haber dejado olvidadas mis llaves adentro y que mi madre no haya dejado las de repuesto en el tapete.
Todos cometen errores de cualquier modo, hoy nos tocó a mi mamá y a mi. Resignada, me senté en el tapete apoyando mi espalda en la puerta y llevé mi mano a mi cabello antes de contestar el mensaje que Sunghoon me había enviado horas atrás.
'No muy bien, en realidad. ¡Pero lo intentaré después!'. Lo envié, con una sonrisa.
La sonrisa se fue de mi rostro para dar paso a una mueca de confusión. Una gota roja de sangre había caído en la pantalla de mi teléfono, seguida de otra a otra, y solté mi teléfono cuando comenzó a arder. Era mi muñeca, mi marca.
Acerqué un poco mi muñeca a mi cara y examiné con atención. La tristeza me inundó cuando uno de mis pétalos se desprendió, cayendo lentamente hacia el suelo. Me sentía triste, esa persona está rechazándome de una manera dolorosa.
Al parecer 'esa persona' cortó uno de los pétalos, y ahora sangre brota de ellos. Me levanté con urgencia del suelo y quité una de mis calcetas 一el estampado era lindo y me dolía arruinarlo, pero no quería que siguiera brotando tanta sangre一, cuyo nuevo propósito sería retener la sangre ahí.
Por suerte, no pasaron más de 7 minutos cuando unos enormes focos iluminaron mi cara, mi cuerpo, y técnicamente toda la parte frontal de mi casa. Era mi mamá estacionando el auto. Ella al bajar y ver mi mano, corrió hacia mi. No podía dejar que ella viera que había presentado una marca, sería un bajón a su animo.
一¡Sydney! ¿Qué ocurrió? ¿Estás bien? 一Movió sus manos tratando de entender. Podía notar en su cara que no entendía nada, por ahora. Hacer que mi madre no se sintiera mortificada y triste por mi estaba entre las más altas metas de vida.
一Me corté por accidente, mamá, no es nada. 一Sonreí nerviosa, intentando quitar sus manos del calcetín rosado que cubría mi muñeca. Ahora esas hamburguesas vivientes tenían sangre, pero bueno, ahora tienen estilo y una marca de poder.
一Déjame ver Sydney, tengo una servilleta por aquí. 一Rebuscó entre su bolso y me tendió una servilleta, la cual acepté de inmediato. Sería bien dejar de usar calcetas y telas con estampados para parar la sangre.
íbamos a entrar a nuestra casa, la cuál estaba cerrada aún gracias a que éste numerito nos había impedido abrirla, pero mi mamá tocó mi hombro, haciendo que me dé la vuelta. Ella tenía el pétalo que se había caído al suelo entre sus delgados dedos.
Apreté mis labios. ¡Alerta arcoíris! ¡Alerta arcoíris! Digo, ¿no les parecería aburrido que fuera de un solo color? Alerta roja, marrón, negra. ¿Porqué ponen colores tan opacos, poco brillantes y tristes para una emergencia? Mejor de muchos colores, como el arcoí-
Mejor me concentro.
一Cariño, 一Me acercó a ella, podía notar en su delicado rostro que comenzaba a unir las piezas del rompecabezas一, déjame ver. Sabes que no voy a juzgarte.
Tenía razón, nunca lo había hecho. Mi madre es muy liberal, nunca me ha pegado ni desconfiado de mi, debo devolverle ese favor. Así que separé la servilleta de mi muñeca con lentitud. La sangre había parado. 4 pétalos coloridos 一solo violeta y azul, en realidad一 se hicieron presentes por primera vez para mi mamá.
El quinto estaba mutilado entre sus dedos. Mi mamá abultó sus labios, indicio de que iba a llorar. Había sacado ese hábito de ella.
Abracé esta vez yo su cuerpo. Sabía y comprendía completamente que a mi mamá le había caído como balde de agua fría. En cualquier momento podrían comenzar a nacer pétalos dentro de mi. Aunque me pregunto porque no vomito pétalos.
Quizás yo rechace a la persona. Pero, ¿cuándo?
一¿Porqué no me lo dijiste, Syd? 一Dijo cuando ya habíamos entrado a la casa, por suerte, mucho más relajada y calmada.
一No quería que te pusieras mal, mamá. Tú me has enseñado que debo sonreír y afrontar los problemas como vengan. Así que pase lo que pase, por favor disfrutemos. 一Golpeé mi cadera con la suya一. Te quiero. 一Le susurré, ella apoyó su cabeza sobre la mía.
Guardó silencio unos minutos conmigo entre sus brazos, meciéndome un poco. Para ese momento, yo ya le había dado cinco pañuelos. A veces dicen que soy muy cursi con mi mamá, pero la realidad es que no todos los padres e hijos se llevan horrible como en los libros.
一Aunque no sea de tu agrado, creo que debería llevarte a un médico. Quiero que nos digan que tan avanzado está. 一Con su mano apartaría el fleco de mi frente.
De hecho, es una buena idea.
一Sí, claro. Ahora si me permite, señora Lalisa Manoban, la invito a ver una película de comedia romántica conmigo. 一Tomé la mano de mi madre y la besé一. ¿Acepta, mamá?
一¿Cuándo te digo que no?
一¿En serio te dijo eso? 一Espetó, fingiendo estar molesto. Yo me mordí la lengua, tratando de no reír por el hecho de que se esté burlando de mi amigo一. Seguro está embarazado.
Llevaba unos minutos hablando con Sunghoon por celular, necesita desahogarme explotando mi alegría con alguien. Además, quería contarle de una vez que yo también he presentado la marca. Podemos ayudarnos mutuamente a encontrar a nuestros destinados. ¿Tengo demasiada esperanza? Tal vez.
一No lo creo, Jungwon es más virgen que el aceite extra virgen de oliva. Y es tierno.
Sunghoon se rio de mi estúpido y mal chiste. Segundos después, se escuchaba a través de la línea 一un poco trabado, ya que estaba en altavoz一 como tosía y sorbía mocos, arrugué mi rostro, sonriendo.
一¿El apellido de tu padre es coreano? Manoban no me suena. ¿Es extranjero? 一Se escuchaba como se estaba restregando contra algo, tal vez contra cobijas. Hacía frío.
一Es el apellido de mi mamá. Mi papá falleció. 一Escuché un 'Auch' que se había escapado de sus labios. Creo que no debí decirlo tan abruptamente一. Desde que él, eh, falleció, uso el apellido de mi mamá para presentarme. Aunque claro, debo usar el de mi padre para cosas legales.
一Perdona. No quise hacerte sen- 一Una fuerte tos lo interrumpió.
一¿Estás bien, Park? 一Coloqué una pegatina de perrito sobre mis uñas, que estaban envueltas en esmalte azul cielo.
一Sí, Manoban. 一Dejó el tema triste y se escuchó como reía一. Estuve jugando con Felix en el patio. Digamos que fueron incluidos los globos de agua. Felix me empapó todo y después se subió encima mío para mojarme más con la manguera. No me quité la ropa, tal vez me dará tos.
La imagen mental me hizo empujar todas las sábanas fuera de mi cama. Era una escena dulce.
一Estás enfermo, Sunghoon. No deberías jugar a eso, ¡debes cuidar tus pulmones! 一Traté de sonar madura, pero no me salió.
一Sí, terminaré rompiéndome los dos brazos.
一¿Qué? 一murmuré entre risas, sin entender. Sunghoon bufó.
一Jay interrumpió nuestro juego de una manera brusca. Me resbalé. Y para empeorarlo, se me cayó un puto pétalo. Arde como no tienes idea.
Dejé caer el plástico que contenía las pegatinas para uñas de mis manos, mientras la sorpresa y el miedo se apoderaban de mi. ¿Qué?
¡Hola! Hoy estoy de un ánimo tan rosado como el de nuestra protagonista. Por cierto, me dijo alguien que no entendía lo de vomitar pétalos. Es simple y literalmente hacer eso, vomitar pétalos con saliva. No vomitas comida ni nada, solo pétalos ya que vienen de tus pulmones.
¿Tienen más dudas? ¿Cuáles?
Quizás les confundo un poco el habla rara de Sydney, pero para mi es bastante encantadora. ¿No creen?
Además, el comportamiento de Sunghoon será un poco tosco y sincero. Más no frío ni esas mamadas. ¿Oki? Y como ya se dieron cuenta, habrá algunas palabras malsonantes de vez en cuanto. Ya avisé, ya avisé, no me funen por eso.
Por cierto, me astillé un pedacito de madera ));
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