Todo era una sorpresa con Emma, parecía un niño que iba por primera vez a un juego de atracciones y se encontraba fascinado por todo su entorno, sentía que era así; cada palabra que soltaba o gesto nuevo que hacía se me era curioso.

Y cuando ella me había dicho que pasara al interior de su apartamento me tomó desprevenido, juré que me despacharía y luego cerraría la puerta.

El lugar era del mismo tamaño que el mío, pero estaba más acumulado con pertenencias, muebles y aparatos, pero tampoco estaba al punto de no poder caminar, todo estaba bien. Traté de no dirigir mi mirada a algunas fotos que estaban en los estantes de los muebles, pero se me fue inevitable cuando divisé a una niña rubia, con mejillas rellenas y sonrojodas, la pequeña en el marco reflejaba una versión de Emma que ya no habitaba en ella y que yo esperaba que volviese.

— ¿Cómo estás? —había dicho cuando me di la vuelta para verle de frente. Ella se encogió de hombros y me devolvió la mirada.

—Normal, estaba leyendo —estaba nerviosa, podía percibirlo por cómo mordía sus labios y movía sus dedos sobre la superficie de la mesa del comedor que estaba en el centro del lugar.

—Emma, puedo irme si eso deseas.

—No es eso, es que es demasiado raro para mí tenerte acá, quiero decir... verte en mi ambiente.

—¿Tu hermana? —decidí preguntar, ella frunció su ceño.

—Trabajando. Papá tenía libre y llevó a Piolín a comprarle unos útiles para la escuela...

—¿Piolín? —tuve que interrumpirle con una leve sonrisa en el rostro, ella al verme intentó imitar mi gesto.

—Mi hermano menor, Lidia le apodó así por su aspecto, es de cariño creo, a él no le molesta, no todavía.

—Tiene los ojos azules y tú...

—Es por mi madre —me había interrumpido rápido antes de que finalizara la oración.

Y ahí supe que había entrado en un campo minado sin darme cuenta. La madre de Emma había muerto cuando ella tenía 13, debido a un tumor cerebral, William tenía apenas 2 años y creo que a Emma le dolía más eso porque así era ella, se preocupaba más por los demás y sus emociones que los suyos propios.