¡Felicidades Citlaly!
[Lo saco un día antes de la fecha porque mañana no me será posible publicarlo. Me pergsino antes de dar click en publicar porque a pesar de cambiar todo por enécima vez todavía dudo de que tan bien me haya quedado, ojala esten los espacios dobles que pongo entre diálogos y no me los cambie wattpad, y escribo esta nota para disculparme en caso de que haya quedado mal, ojala solo la cumpleañera y unos pocos lectores lean esto porque a parte de que no le puedan entender se percaten de esta excusa de regalo indigno porque la persona del cumpleaños merece algo digno y hermoso, ¡Ayuda-]
El día de hoy cumple años una persona muy especial para mí, una de mis mejores amigas con un admirable talento para escribir y dibujar, cosas que yo apenas y consigo hacer bien :'v y ella es Citlaly_1311
De todo corazón te deseo un día muy bonito, lleno de bendiciones, que lo disfrutes con tus seres queridos y que tengas mucho éxito en tu camino, eres una persona muy talentosa, con gran imaginación y muy especial, y el que le diga lo contrario le toca tabla.
En esta ocasión vengo con la intención de entretenerte con este one-shot que escribo con una especial dedicatoria a tí, y digo intención porque realmente no estoy tan segura de haberlo hecho bien. Esta es la tercera versión del one-shot, el cual paso de algo más jalado y disque chistoso a algo un poco más serio y relevante para mí fanfic de Elena de Ávalor.
No revelaré de que va la historia, solita se va a ir viendo, basta con decir que es del fandom de EOA con una mezcla de "es un headcannon que tuve y que nunca sabremos si pudo o no ser cannon" y "otro one-shot a parte que es importante para el fanfic de Digno de ser rey"
Lo que si es que me inspire en parte por cómo narran algunas historias el libro del Popol Vuh, también de la canción "lullaby for a princess", y como es típico de mi barato intento por qué una historia de Disney se sienta así tiene canciones reales pero que logró adaptar para la conveniencia de la trama, algo así como Ed00chan, solo que yo si doy crédito a la canción original, y no tengo una serie animada, y no lucro con peluches (ojalá así fuera, podría ganar mucha plata del peluchito de Ciel ahre).
Ahora sí mejor me cayó y te dejo que lo leas, espero que sea de tu agrado.
Y ahora contaremos del hechizo que el pájaro sol Quitamos ha de realizar cada que se cumplen los años con el paso de la marcada fecha del día catorce del segundo mes del calendario marubiano.
El catorce de Febrero cumplía años aquella niña ahora huérfana. Su canto era para que siempre se mantuviera cautiva, para que siempre estuviera en paz.
Las llamas del fuego azul se alzaron con sorprendente intensidad hasta el techo. Lo detuvo de aquel hechizo. El fuego le hablo al pájaro sol Quitamos, y le dijo que ya nunca más debería de cantar para la niña. Había sido liberada. Pero celoso de dar la información, jamás le reveló por quiénes y dónde era su actual paradero.
El pájaro sol sentía esa pesadez en su columna hasta su cuello que le incomodaba, el pasado asomándose por su hombro en la espera de ver en su rostro arrepentimiento, pero no fue vencido. Tantos milenios tomó para perdonarse lo que tuvieron que hacer.
El pájaro sol solo quiso cantar para él mismo, contemplando las llamas de tonos fríos que inundaban la melancolía de la cueva y de la historia que él también vivió.
~{Veo cómo avanza
Muy incierto y frío.
¿Porqué aún me sorprende?
El pecado en los padres.
La paga en la semilla.
Sembradío de dolor.
Campo de armonía.
Y su llanto aún se escucha.
Dónde hay quienes odian.
Hubo quienes amaron.
Llegaron a olvidar.
Te voy a recordar
Antes que el pueblo olvide.}~
Una pequeña criatura que nació con toda la divinidad y toda la oscuridad en equilibrio, un balance casi perfecto pero que de ella dependería se sostenga así. Se parecía mucho a su padre, el guerrero de lo más bajo vuelto un Dios, Ek Balam, con el cabello rizado del color de la tierra fértil que nacía en aquel Sol, pelaje café, grandes y redondos ojos llenos de vida, alegría e inocencia en su estado más puro, acompañado de una risa infantil y un ronroneo de cachorro, manchas de jaguar, patas con garritas finas y pequeñas que podían ser mortales, pequeños colmillos, y la que su madre consideraba la cola más tierna del mundo. Heredó la mirada felina de su padre, y obtuvo las alas azuladas de su madre.
Ahora princesa, pero algún día futura reina de cielo e inframundo, la hechicera alada, de vestido verde que hacía juego con sus ojos y alas, maquillada con la elegancia propia de su sangre maldita. Sangre de Xibalbá. Cargo con dulzura y le vió con ternura a su pequeña. Era Chatana, hechicera y mujer de Ek Balam, guerrero vuelto Dios.
La princesa Tlazolteotl era el fruto del amor que hubo entre esa diosa del inframundo con el divino dios jaguar. Tal era así que en sus manchas de jaguar habían corazones adornando su pelaje, y unos cuantos destacaban en su pecho, detrás de su hombro, en su espalda baja, y sobre todo, el que rodeaba su ojito izquierdo.
Nunca creyó conocer un orgullo más allá que el de crear vida en su reino gracias a la diadema que le regaló su padre. Jamás se vio creando vida de forma natural, de la forma humana. Esta pequeña bestia era distinta del resto. Estuvieron unidas por nueve meses. Compartieron un solo latido. Amaba que sus garras y colmillos le recordarán a su esposo y a su padre. El lazo biológico se cortó para que la pudiera cargar, pero seguía presente algo que las unía. No podía describir, medir o comparar ese sentimiento. Sabía que amaba a su reino, a su padre, a su esposo, y a sus creaciones, pero aquí este amor era más fuerte, más íntimo. Veía esos ojitos, la cargaba acercándola a su corazón, sentía ese suave pelaje, y se daba cuenta de que tenía al mundo en sus brazos. El inframundo y sus monstruos jamás serían igual de valiosos que aquella que era su hija. Bautizada con aquel sentimiento poderoso que más tarde, los futuros conquistadores interpretarían como amor.
La cortina de lentejuelas sonó anunciando la entrada de su marido al cuarto. Dedicado estaba a la adoración de su primogénita de sangre real, sangre maldita y divina revueltas, brillante y acogedora en estructura, con cientos de gemas y un fino y especial moises dónde ella duerme, puesto en un pedestal, entró iluminando a su hogar con su presencia, el hombre vuelto dios, el rey, el padre y esposo había vuelto luego de liberarse por días de sus responsabilidades. Acaricio con gentileza el rostro de su amada, y cargo con orgullo y alegría a su bebé que reía.
El dios Ek Balam, hombre renacido de la muerte tras caer en la Takaina, jaguar guerrero, con gran penacho de plumas rojas y armadura de cuentas y de oro, dios de la tierra y los jaguares, ofreció con camaradería su brazo a su esposa, y en el otro cargo a su hija.
Llevándolas hasta el centro de la Takaina, ciudad donde se formaban dioses, tal y como ocurrió con él al entrar en ella y recibir la bendición del jaguar: el olfatear pecadores y devorarlos para así purificar la tierra, se reunían los grandes dioses, desde el Huracán hasta El Creador y El Formador, y estaban Xibalbá y sus señores, los pájaros sol fueron llamados también, en celebración de su pacto de paz, gracias al cual pudo nacer un amor tan apasionado y profundo como el de la princesa hechicera del inframundo y el dios guerrero jaguar. Para aquella reunión, se quería purgar a la tierra para dar inicio a la creación de su próximo sol.
Porque para que un imperio surja otro debe caer, se quería crear a más gente como Ek Balam, y devorarán las almas de los pecadores. Pero su hija era todavía muy joven, y solo hasta que conociera lo bajo que el hombre puede caer, cuando su inocencia se rompa con la vista de las atrocidades y el pecado, desarrollaría el instinto y el hambre por carne humana impura.
Chatana, hija de Xibalbá, madre de Tlazolteotl y señora del dios jaguar, poseedora de la diadema creadora de vida infernal, trajo como solución a una criatura con esta capacidad, de surcar cielos, sentidos agudos y feroz cazador, inspirada en su más grande amor que era su hija, creo a los jaguares alados y los llamo jaquins. Y así nacieron los primeros jaquins. Ellos cumplieron su labor. La nueva generación de marubianos, la indicada, finalmente nació tras la muerte.
Ek Balam y Chatana fueron coronados reyes de toda la tierra de la ciudad de dioses Takaina. Y se presentaron como tal a sus subditos que les adoraron.
~{Hubo antes un dios poderoso.
Valiente y seguro él habló:
«Sin duda no hay dios más sabio,
Respetado y amado que yo».
Su legado era inmenso
Su luz llena de brillo.
Cuya sombra a su mujer acogió.
Más brillaba su gloria
Y más crecía la sombra.
Hasta opacar a su cría.}~
Ek Balam estaba impotente, se volvía a sentir humano, débil y frágil, atrapado. Los Creadores, los Dioses lo miraron desde arriba.
—Tu hechicera, a la cual llamas esposa, a nuestro reino atormenta. No basta ya con quitarle la diadema — dijeron Los Creadores.—. Ya ha causado bastante daño en nuestra tierra. Sus bestias morirán, y ella con tu hija más tarde. Entregarlas a ellas y tú reino te seguirá adorando.
Sus patas temblaron, las garras no conseguía sacar, ni el coraje. No se había dado cuenta hasta entonces de los sacrificios que debía hacer un dios. Aún tratándose del reino divino y puro, de quienes crearon la vida, ahora pedían sangre.
—Padres, Creadores, les suplico misericordia. Mi heredera aún es inocente.— imploró Ek Balam.
—Crecerá, dejara el moises en el que la acunas junto a su inocencia. Conocerá la maldad, el pecado olerá, en su naturaleza está comérselos, y no dudes que lo hará hasta acabar con todos.
—¡La maldición! ¡La maldición de Quitamos! — aullaba el dios jaguar desesperado, arrepentido. Sin perdonarse lo que dejó que pasara con tal de que evitará la profecía dada por el pájaro sol mencionado. El fuego le había hablado, y no dudo en alertar a Ek Balam. Grave error.— ¡Con eso ella será humana! ¡¡¡A mí hija he maldecido ya!!! ¡¡¡¡No me pidan que la lastime más!!!
—Solo parecerá humana, Quitamos lo explicó —hablaron Los Creadores fríos y poderosos.—. Nos ofende que no tomases en cuenta que estábamos concientes de tu decisión. Será marginada por su piel con manchas, y de caníbal será tachada. Igual comerá a su pueblo. Cazarla y matarla harán otros si antes no la matas tú. Si no puedes cumplir con tu pueblo, si no se te puede pedir lealtad y responsabilidad por quienes escogiste compartir tu trono, no mereces ser rey ni dios.
El terror se apoderó de él. El dios jaguar cometió el pecado de la traición más allá de solo maldecir a su sangre. Accedió solo un poco a la orden de proteger al pueblo Marú.
Pero Ek Balam no estaba listo para decirle a su mujer una verdad que más tarde llegaría a sus oídos por los rumores de su fiel espía musarraña. Al fin descubrió quien maldijo a su hija. Así fue como su hija cargo la maldición de transformarse en humana, y volver a su verdadera forma cada que oliera el corazón pecador y su sed de sangre saciar se tuviera.
El dios jaguar, guerrero, accedió a la masacre. Los jaquins, los pájaros sol, su ejército, hicieron frente y asesinaron a cada bestia, hasta que solo quedará sangre y polvo.
Chatana lloró consternada, se sentía engañada y terriblemente abandonada, su cuerpo sintió pesado, su corazón no estaba roto, solo fue quemado sin previo aviso, viviendo entre mortales y lejos de su padre.
Lágrimas de rabia solo avivaron las llamas que su cordura nublaba con el humo que no te deja respirar, y retaron su orgullo y poder. Rescato y puso a salvó a los pocos que pudo. Y algo se prometió: No dañarían a ninguna de sus criaturas nunca más. No dañarían a su hija. No confiaría nunca más en dioses divinos. Nunca debió cruzar esa línea que la tenía a salvó en su tierra de muerte y demonios.
Convoco a los jaquins, y desde su trono, les hablo:
—¡Han osado matar a sus hermanos! ¡Los obligaron a tal atroz crimen! ¡No permitamos más muerte de los que nos importan! ¡Id y confronten a Los Creadores! ¡Solo daño y mal han traído a esta tierra!
De entre los jaquins, uno de estos hablo.
—¡La única que trae maldad eres tú!
A la reina inmovilizaron. Perpleja quedó viendo a su propio pueblo revelándose en su contra.
—¡Somos más que bestias come carne! ¡Protegemos y servimos al bien!
La bestia alada y morada se quejó:
—¡Solo porque ustedes reciben mejores atenciones! ¡Los Creadores les han engañado!
—¡Callád, Tziloco! ¡Los jaquins hemos de ser adorados por nuestra lealtad! ¡¿Qué ha hecho tu raza para obtener respeto?! ¡Tu especie ha traído enfermedades y miedo meten en las noches!
El nudo en la garganta le impidió hablar. Aún le costaba trabajo creer lo que sus ojos presenciaban. Estaba temblando. Corrompieron a sus creaciones, a las que tanto amo, a las que tanto protegió. Las pusieron en su contra, los cegaron de sus orígenes.
—¡¿Cómo fueron capaces de traicionarme?! ¡¿Cómo se atreven a revelarse así en mi contra?! ¡Yo soy su creadora! —. Chatana no ordenaba. Aguantando las lágrimas aullaba esto para sí misma, buscando fuerzas para hacerle frente a alta traición. Pero estaba sola. No debió abandonar a su padre.
—¡Esa ya es por si sola una gran desgracia y vergüenza! — hablaron los jaquins.— ¡Los jaquins te negamos como creadora!
—¡Alto! —. La presencia del dios jaguar impidió su ataque. Los jaquins le obedecían ahora. En sus propios ojos, su esposo asesino a sus creaciones, maldijo a su propia hija, y controlaba las que adoraba por recordarle a su hija y esposo. Lágrimas de odio cristalizaron sus ojos.
Un jaquin desobedeció y consiguió atacar, de un zarpazo que rajas de sangre marcaron ese bello y fino rostro, le quitó su diadema. Cayó en cuenta de que estaba completamente sola, con su hija. Ambas fueron abandonadas. Ek Balam no hizo nada para defenderla. Alzó el vuelo y huyó a encerrarse con su hija.
Quitamos, siempre sabio, vio en el fuego lo ocurrido. Voló hasta el dios jaguar.
—A tu familia no matarás por tu corazón puro — le hablo con la misericordia que ningún dios del cielo le pudo dar.—. El fuego dice que antes de la traición, intentaste advertirle del peligro que se adelantó a lo acordado. Id con vuestra mujer, que te necesita tanto como tu hija.
Pero Chatana no le permitió entrar. Sus felinos ojos vieron a su mujer sin fuerzas, su cabello caía cubriendo su rostro y el de su hija. Sus lágrimas caían sobre la pequeña que tan celosa acunaba en sus brazos. La musarraña gruñó advirtiendo la presencia del dios jaguar. Chatana no quiso ni verlo a los ojos.
Ni tiempo le dió de dejarle hablar, aunque tarde igualmente, Ek Balam no tenía idea de qué decir pues la vergüenza lo encadenaba al silencio, cubría su boca y le impedía disculparse. El alarido de rabia de la hechicera alada provocó llanto en su bebé. Ese llanto atravesaba el corazón de su padre, le dolía peor que cualquier herida de guerra que le sacaba sangre y abría su piel. Sentía que le abrían el pecho hasta el corazón. Con sus pocas fuerzas, débil y sin armas, la enfrentó, su mujer lo arrojó de la pirámide. La caída mataría a cualquier mortal. Dolía. Se rompió varios huesos, pero nada dolió más que ver a su amada dedicarle odio en sus ojos esmeralda y obligarle a apartarse de su hija.
Y ella se encerró con magia oscura, para en silencio invocar a su padre.
Ek Balam sabía que debía hacer por el bien del reino y del de su hija. No tenía permitido ahora acercarse a su pequeña. La guerra llegaría y alguien debería perder.
Mientras tanto la bruja alada lloraba desconsolada aferrada a calmarse y acallar a su pobre hija.
~{Pronto el dios siguió el consejo
Y a quienes descuido enfrentó.
Olvidó que su niña no
Recibió el amor merecido.
Solo vio la tristeza
Creciendo en su hechicera.
Pero tal era el odio
Que muy dulcemente
Domino a su reina.
Ese dios insensato
Ya no pudo evitar
La tragedia que
Caería en su hija.}~
En la noche fría, bajo la luna llena volvían a enfrentarse la luz y la oscuridad. Todo ese amor se torno en odio, el cariño en locura, y no dejaban de imponerse el uno ante el otro. Los golpes en sus cuerpos no eran nada al dolor en sus corazones. Peleaban tanto por defensa de ideales, de sus reinos, y por quién merecía tener a la primogénita.
Los pájaros sol se organizaron para proteger a la pequeña que lloraba abandonada en su pedestal dentro de la habitación oscura y fría dónde no había quien le adorase. El rencor y el dolor nublo tanto la atención de sus padres, de su reino, impidiendo que alguien se pusiera a pensar por un instante en la bebé cómo una pequeña criatura que merecía cariño a pesar de que sus padres dejarán de amarse, pero todos solo veían a un monstruo potencial que no podían arriesgarse en dejar crecer. Algunos jaquins creían que, en efecto, la bebé también merecía morir, pues era una abominación que asemejaba a una imagen de la que ellos se desligaron.
Los pájaros sol tuvieron que pelear. Una de color morado se deslizaba dentro de la habitación de la bebé, la protegía y consolaba de su temprana soledad, la cual era igual de repentina que su rol en toda esta batalla de dioses. La pájaro sol morada canto para arruyar a la bebé, mientras se intentaba perdonar a ella por lo que harían, y mientras rogaba su perdón a la princesa.
Cada cumpleaños de la bebé Quitamos cantaba igualmente, pera pedirle perdón a la pequeña.
Chatana con la ayuda de su padre se había vuelto más fuerte. Ek Balam cruzó miradas con Quitamos. Su mirada imploraba comprensión. Ek Balam todavía se negaba. Aunque estaba muriendo, aún amaba a Chatana. Por desgracia, la lealtad de su pueblo era fuerte, y con lágrimas cerro sus ojos. No quería ver lo que estaba por pasar. El hechizo preparado por los pájaros sol y Los Creadores se ponía en marcha.
Antes de abandonar a la pobre víctima tierna, le arruyo a la bebé que aún lloraba desconsolada. Ese llanto le rompería el corazón hasta a él más frío e indiferente de todos.
En la actualidad Quitamos cantaba recordando la batalla, el remordimiento, como si tuviera a Amor de frente para disculparse de forma más íntima.
~{Princesa Amor
Ten dulces sueños.
Descansa en los brazos
De la celestial luna.
Ten mi canción de cuna.
Vientos de la tierra
A través de nubes
Y pasando el espacio.
Te acompaña la paz
Y frescura nocturna.
Que se lleve tu dolor.}~
Pasó por su mente el recuerdo de su compañera, cómo las lágrimas de la pájaro sol morado que cantó lo mismo para calmar sin éxito el llanto de la bebé, humedecieron sus peludos y esponjosos cachetes antes de abandonarla para siempre.
Esa era la parte que más trabajo le costó a Quitamos de cantar. Era como autoflajelarse al pensar que solo era una bebé cuando todo paso, pero debió aprender a perdonarse para aminorar aquel peso que se cargó junto a todos en esa batalla.
~{Amor, tus padres te aman
Más de lo que tú crees.
Que los problemas
Se alejen de tí.
Y perdónanos
Nuestra crueldad.}~
Nadie quería dejarla. Ninguno de los pájaros sol. Sino se iba ahora todo habría sido en vano.
En un simple momento. Eso basta. De solo un breve y fugaz momento, es suficiente que con un acto, o con la magia de las palabras, destruyas por completo a una persona.
Una rayo de luz del cielo se disparó cual relámpago dentro de la pirámide. Explosión que dejó un cegador destello que le abandono en una oscura incertidumbre. Sus incrédulos ojos contraídos liberaron lágrimas. Se quedó congelada. Su boca se seco. La voz se apagó por un instante. El gran peso cayó sobre ella. Su pesar era ver cómo pudo dejarla. Nunca antes vio que la descuido.
Sus labios temblaban. Todo lo que creía saber dejaba de existir. Fue despojada de lo último que le quedaba. De todo su mundo.
Chatana voló apresurada en dirección a la pirámide. Aguantaba aún el llanto. Se canso de sufrir y de que siempre le vieran derrumbarse. Pero por fin, lo consiguieron. Todo gris, rígido, hecho de piedra. Nada brillaba, la suave y melancólica tela de luz lunar apenas y alumbraba. Frialdad y oscuridad sentía. Extrañaba el color y el brillo. Todo era opaco, se había vuelto todo inútil. Nada de ahí tenía valor. Ni siquiera el pedestal ahora de piedra. Fue así como se creo la pirámide de piedra que con el tiempo y la conquista fue cayéndose, dejando intacta solo a la bebé.
Su corazón latió fuerte con las pocas esperanzas que le quedaban. Le daba escalofríos acercarse al pedestal. Lenta y temerosa tocó la cuna. Finalmente asomo su rostro. Por fin, todo lo que quedó de una dulce y amorosa hechicera había sido desmoronando. Con un segundo de verla desplomaron por completo toda su voluntad.
Una figura de piedra y nada más. Donde había una bebé, ahora solo estaba una estatua de lo que alguna vez fue: una hija que lloraba, que imploraba atención, a la que le faltó amor.
La cicatriz mental quedó para siempre marcada en sus dolorosos recuerdos, una herida que jamás cerrará es saber que jamás estuviste para quien alguna vez te necesito, y que ya es tarde para enmendar esa falta. Su mente daba vueltas. Creyendo que no era verdad, que se volvía loca, pero el mismo dolor, esa visión de la realidad solo demostraba su falta de cordura y su completa negligencia. Veía su verdadera creación con claridad. Veía lo deformada que estaba ella. En verdad era una bruja.
La noche fue desgarrada por un horrible gritó de agonía y de rabia. Era un alarido tan horroroso que atravesó a todo aquel que lo oyera paralizándolo y sembrándole su sufrir. Las lágrimas ardían de la furia y de la pena. Ese sonido que lo oscureció todo fue más que un corazón roto, era una alma arrastrada por la oscuridad, rogando por un Dios en el cielo que le rescatase, pero no había quien le pudiera ayudar, ya Dios la abandonó, y recibía lo que cultivo.
Cuál basura de pólvora oscura tras explotar esparció el temprano sembradio del dolor, de arrepentimiento, del luto.
Pero solo así Chatana se detuvo.
Y el reinado del dios jaguar había vencido, a costa de su más grande amor.
Nada más traería de vuelta a su hija, o la cordura de su mujer. Así como la prisión, a la que ya no fue difícil de llevar, dónde Chatana perecería la penumbra y aislamiento eterno, dónde quedaba su hija, y demás leyendas como la del guerrero relámpago y las sombras de la noche, solo magia oscura de malvagos la podrá traer de vuelta.
Derrumbado cayó al suelo, golpeo con sus puños que cargaban con la sangre de su familia. La tierra y el cielo temblaron, se abrieron precipicios y nacieron volcanes, crearon en la tierra todo lo que vivía dentro del dios ahora, acompañado de un rugido que movió templos y montañas, que crujió en las constelaciones cuál truenos y rayos. Ambos dioses rugieron y desgastaron sus gargantas en la terrible y fuerte agonía que era ya todo lo que podían dar, pues para más eran impotentes. No quedaba más que llorar y que el viento se llevará los aullidos de desesperación.
Ningún malvago cuerdo sería capaz de liberar estás seguras amenazas que conllevan demasiado poder para pertenecer a un humano. Y menos liberarían a la bestia come gente que no pasaba ni el año de vida.
Murió su corazón. Tenía un reino destruido por aquel temblor, gente llena de miedo y rencor, una cuna y un trono vacíos.
Xibalbá se vengó pero con liberar a las sombras de la noche no bastó, asesino sin piedad a Ek Balam. Y él no se interpuso a esto. El dios guerrero y vencedor se entregó al dolor y la muerte que solo un dios puede dar a otro. Nunca llegaría a reunirse con su amada, y a su hija nunca vería crecer. El dios del inframundo quedó abandonado. Guardándose para sí mismo con recelo el llanto por su hija y nieta. Así en la tierra como en el cielo, de ser liberadas, les repudiarían, les impedirían trato digno.
Los jaquins olvidaron sus oscuros orígines, y los enteraron en lo profundo. Y a otras criaturas que le pertenecían a la bruja guardaron en cofres y jarrones resguardados por el pájaro sol que hablaba con el fuego, y que aún con todo su poder y conocimiento, dejó que perecíera una alma inocente por salvar a millones.
Por varias noches busco consuelo en el fuego.
La agonía de pensar que pudo haber sido diferente, que pudieron resolverlo con más piedad, sin llegar a aquel extremo. Quizás, el sacrificio y la muerte no valieron la pena, pudiendo haber otro camino que por la insistencia y desesperación no se había considerado.
Enroscado y triste yacía en las sombras, frío, habiéndose agotado por la culpa, por el hubiera. De él, y de todo un reinado, cayeron lágrimas. Siempre que creía haberlo dejado pasar regresaba la tormenta.
La llama azul le trajo esa noche una verdad dolorosa, y solo con paciencia se obtendrían los resultados, pero de algún modo, logró brindarle ese consuelo de la culpa con la que él mismo cargaba.
Pero esa misma luz fue la que Chatana nunca pudo ver. Y su rencor crecía conforme los miles de inviernos venían.
Dicen que aún se puede oír su lamento maternal que busca salvar a sus criaturas y a su hija, y que yace sedienta de inmesurable venganza.
~{El tiempo después Marú
Se desconoce aún.
Lo que nunca contemplas
Terminas enfrentando.
Las miles de lunas
Testigas de ese lamento:
«Te amo y a los años.
Contigo va mi corazón».
Que la encuentren otros
Y paz le devuelvan.
Segura es la cuna.
Inscrito tiene «Amor».
Permanece a salvó
De todo dolor.
Un amanecer
Te llegará a salvar.
Por lo mientras...
Duerme...
Duerme...
Duerme...}~
Quitamos pudo exhalar la amarga preocupación. A sus años de existencia aprendió que debía fluir con lo que pasará, con lo que el fuego dictara. Nunca más le volvería a cantar a la pequeña, pues alguien la librero y se la llevó. Los pocos, que como él recuerdan este antiguo relato, creen que la pequeña al fin encontró el amor, al final ella encontraría su hogar. Otras malas lemguas, afirman que quien la encontró es más peligroso que ella, y de esta persona aprendera todo el pecado y todo lo podrido que matará esa luz interna y la hará acabar con la vida en la Tierra.
Sin embargo, la historia que te cuento se volvió una leyenda, junto a una vieja canción tradicional avaloreana que está por morir junto a la lengua que la escribió, y por eso que es tan valiosa. Para el actual reino bajo el mandato de Elena, no han habido pruebas actuales de que tal bebé existiera, pues nadie ha entrado a la pirámide de piedra debido a su peligrosa estructura, por eso que pocos conocen de ella y los que lo hacen de inmediato nieguen sea verdad.
Nadie la ha visto y nadie cree que sea real.
¿O acaso tú has visto a la bestia en forma humana con el corazón que rodea su ojo?
Creed: 0-0... ¿Entonces Amor es caníbal?
Yo: Mmm...no porque ni es humana.
Creed: Ah ya... ¿entonces Amor es un nahual? ¿Es un demonio? ¿Es un dios? ¿O es nomás una furry?
Yo: Amor es Amor ¯\_(ツ)_/¯
Creed: Eso tiene sentido para mí.
Paris: Aunque con lo peque que es considere la opción de que fuera un chaneke.
Creed: jeje si es cierto que es bien chaparra jejeje je... Al Esteban y a la Bella le gustan los furrys jajaja ya ves a Bestia da igual miedo que Amor jajaja jajaja ja- ._. ya me dio un chingo de miedo Amor.
Elijah: Si, yo tampoco estoy tranquilo con eso.
Creed: Pues por si las dudas, hay que hacer lo más razonable: darle un sacrificó humano, nomás por precaución.
Elijah: Si pero, ¿A quién...?
*Voltean todos a ver a Esteban*
Esteban: 0_0 ah... ¿Po-porqué todos me ven a-
Creed: ¡¡¡Agárrenlo!!! >:V
Y ya aquí termina este one-shot, y luego Amor se casó con el sacrificó humano que le dieron sus compas, y tuvieron de hijos michis antropomórficos voladores, y creo que uno de esos michis voladores se llamaba Husk, y no me acuerdo porqué pero termino borracho en el infierno con un venao caray.
Luego Esteban se convirtió en un Chihuahua llamado Achi que era muy gracioso y ya no entendí porqué paso esto, a Creed lo vimos escribiendo "pito" en la arena porque Missa Langosta le pago por hacerlo y la gente decía que querían sacar a Cherry de la serie de Hazbin Hotel, y al final Chatana paso sin pena ni gloria en la serie y no tuvo una historia tan interesante como está que inventé en mi extraña imaginación
Espero que te haya gustado.
Y FIN :v
Y ahora un meme
Espero que te haya gustado, te haya entretenido tantito aunque sea.
Que tengas un muy feliz cumpleaños, muchas felicidades y que te diviertas :3 Te ando un fuerte abrazo y mis mejores deseos. Ten lindo puente, chao.
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