27. Survivor's guilt.
Hola mis bonitos lectores~ Bueno, dejare mis testamentos para mañana, este es el último capítulo relajado por así decirlo, así que solo me queda darles gracias y esperar que les guste, está hecho con mucho amor, siempre.
—Yut-Lung, Griff. —Ash carraspea para captar la atención de los asistentes, más, solo obtiene fatiga.
—Lynx.
—Bienvenidos a nuestra primera reunión.
Aslan acomoda los libros encima de la mesa, anhela hacer de esta reunión lo más profesional posible y por esto, se ha molestado en citar a los vampiros en el estudio más elegante de los Lee, sus pupilas jades atraviesan el aire como si fueran relámpagos, lo analizan todo de golpe antes de darse el coraje para seguir, tienen poco tiempo antes de enfrentarse a Dino, necesitan de un gran plan para batallar.
—Imagino que ya saben por qué los cité.
—Claro que sí. —Yut-Lung le da una sonrisa de gato malvado—. Nos has citado para contarnos sobre tu plan suicida.
Alto. Alto. Alto.
¿Qué carajos con Yut-Lung?
—¿S-Suicida? —Griffin se atranca con la copa de sangre, se ha obligado a sí mismo a tomar, pretende estar fuerte en caso de batalla—. Aslan, ¿de qué está hablando?
—No le hagas caso a la víbora sañosa.
—¿Víbora sañosa?
—Sí, más que vampiro eres eso.
—Ja. —El histriónico tiene apoyados los pies encima del pupitre porque no conoce el respeto, como si le leyera la mente, empieza a pasear sus dedos alrededor de sus lacios cabellos con el objetivo de irritarlo aún más, vaya, qué maduro—. En primer lugar esta es mi casa, por ende merezco tu respeto.
—Tch, es un punto válido.
—Por supuesto. —Brama con el pecho inflado—. Y en segundo, debo acusarte con Griff, estás tonto.
—Griff no te escuchará.
—Griffin y yo nos hemos vuelto comadres.
—Mientes. —Ash lo fulmina con la mirada—. Mi hermano nunca se rebajaría a ese nivel, aunque de alguna manera engatusaste a Eiji nunca lo lograrás con Griff.
—Entonces pregúntale tú mismo.
—Griff. —Sin embargo, el nombrado se encuentra con el ceño totalmente tenso, los brazos cruzados y la mandíbula apretada y Ash conoce demasiado bien esta expresión, es la misma que ponía cuando se robaba galletas a escondidas de la cocina y luego le dolía la panza o cuándo iba a nadar demasiado profundo al lago y tenían que salvarlo de la corriente—. Hermano amado.
—¿Cómo qué plan suicida? —Joder debió suponer que Yut-Lung aprovecharía para cabrearlo, nunca se van a llevar bien—. ¿Qué es eso de lo que Yue está hablando?
—No es nada importante. —Escamotea enfocándose en los libros de la mesa— . Está dramatizando.
—¡¿Dramatizando?! —Entonces el más joven se levanta azotando la mesa dando vueltas una botella entera de sangre, tensando las uñas alrededor del paño para hacerlas crepitar—. ¡A diferencia de ti, remedo de Edward, yo no soy dramático, yo soy el drama!
—Pues mejor ser un remedo de Edward que un histérico.
—¡Griff! ¡Ash me está molestando!
—¡No me acuses con mi propio hermano!
—¡Griff!
—¡Griff! —Ash gimotea devuelta demostrándole quién es el macho alfa entre ellos, lloriqueando tal como un gatito chillón con su hermano—. ¡Me está molestando!
—Silencio los dos. —Advierte.
—¡Pero!
—Basta.
Quedan en silencio.
La tensión flota en el salón como un hálito fantasma que acaricia el lomo de los libros, la brisa musita a través de las cortinas como si fuera un mensaje de Lucifer, Ash desvía su mirada hacia la copa llena de sangre que tiene enfrente, sus dedos se deslizan por el grácil cuello de cristal, la enrolla entre sus dedos haciendo uso de las lecciones de ética que Dino tanto le inculcó, solía decirle que parecía todo un aristócrata nacido entre las más grandes riquezas y eso le daba risa puesto que su trasfondo daba cuenta solamente de carencias.
A veces, le daba la impresión de que Dino trataba de reescribir sobre su vida como si el mensaje que quisiera mostrarle es que antes de ser vampiro (por ende, del mismo Golzine) su existencia resultaba ínfima e incluso algo negable, a veces después del sexo o luego de forzarlo a saciar "sus necesidades" de vampiro, Dino actuaba...diferente y le daba una sensación hasta paternal, acurrucaba a Ash sobre su pecho con una mirada suave y le permitía mostrarse más vulnerable, eso era jodido, era aún más jodido que ser tratado como un inodoro de semen, más adelante entendería que el comportamiento es parte de los ciclos de abuso, sin embargo, en esos momentos era psicotizante. ¿Entonces soy solo una persona a tu conveniencia?, ¿cuándo codicias que alguien te llame "papa" o te diga que te ama?
Pero Dino no sabía lo que realmente era el amor.
No podría saberlo ni aunque lo golpeara.
Ja.
El amor no lastima, el amor respeta los límites en lugar de cosificar y acá todo era a conveniencia de lo que Dino quería o sentía, todos son peones en su juego incluyendo a Yue, Griff e incluso sus perros falderos como Arthur o Marvin, todos son piezas carentes de voluntad que cree que puede comprar, manipular o forjar ya sea a través de obsequios costosos o bajo coerción, Dino las intentó todas ante el objetivo de convertirlo en una esposa obediente. Como si cada violación. Abuso. Maltrato hubiera sido una simple muestra de amor. Eso no es amor. Y Ash está dispuesto a llevarlo al infierno, no para hacerlo pagar puesto que ni la tortura eterna sería suficiente pero sí para detenerlo y evitar que siga derramando sangre. Morir estaría bien. Ash no le teme a la muerte. Morir le parece dulce y tentador.
Puede que ahora mis palabras no signifiquen nada, pero recuerda esto.
Pero Eiji.
Aunque el mundo entero esté en tu contra, yo siempre estaré a tu lado.
Dios, Eiji.
No puede morir sin al menos luchar.
Así que acá está, intentando razonar con los únicos dos vampiros que tiene de su lado, le es bastante duro tener que aceptar que Griff está ahí porque toda la existencia de Ash se ha remontado en tratar de protegerlo y devolverle un poquito del cuidado que le ofreció en su infancia, así que ¿cómo puede arriesgarse a perderlo? Pero al mismo tiempo, debe recordarse que Griff también es un vampiro por ende, sabe defenderse mejor que nadie y lo quiera o no...ambos son indirectamente asesinos. Joder.
—Tenemos que encontrar una manera de robarle sangre a Dino. —Entonces dice la verdad sin poner más tapujos de por medio—. Es la única manera en que Griff se haga humano.
—¿Y una vez me haga humano qué pasará?
—Mataré a Dino.
—Si lo matas siendo un vampiro morirás.
—Lo sé. —Ash traga duro—. Pero un humano no puede matar a un vampiro y menos al original y de hecho, no sabemos si algo puede matarlo, vamos a ciegas experimentando con la sangre de Skip por lo que Max vio.
—Max estaba muy seguro de que la sangre de Skip le quemó la cara.
—Tiene sentido, Skip es una extensión de Dino. —Yut-Lung intenta mantenerse racional—. Al menos de esa forma era al inicio e infiero que en algún punto se dio cuenta y por eso, la urgencia de matarlo.
—Sigue siendo un niño. —Griff susurra para sí mismo.
—Dino se come vivo a los niños.
—Aun así, no puedo dejar que te sacrifiques ¡debe haber otra manera! —Hay incredulidad brotando de la garganta del vampiro, intenta mantener la calma, eso se nota en cada músculo reprimido, más, la idea de perder a su único hermano con vida lo sobrepasa.
—¿Cuál? ¿Cuál es esa manera?
—No sé. —Griffin se muerde el labio—. Pero me estás pidiendo que te sacrifique y es algo que nunca estaré dispuesto a hacer.
—No puedes tenerlo todo. —Ash intenta enfocar la mirada en los libros, sabe que ver sus ojos azules será su final y por ende, actúa inteligente—. Quieres ser un humano pero ansías tener a un vampiro.
—Aslan. —Le advierte.
—Es mucho, Griff.
Entonces comete el error de alzar la mirada y la desesperanza que cristaliza el iris cerúleo impresiona tan grande que le retuerce las tripas y lo fuerza a apretarse sutilmente el vientre, todos comprenden esa imposibilidad a tenerlo todo, tal como en la guerra, deben elegir el menor mal pero Ash entiende que esto sea difícil para su hermano, en su situación estaría igual, no quiere pensar demasiado sobre eso o se dará cuenta de que realmente ansía ser humano. Y vivir con Eiji. Y envejecer con Eiji. Y tener una familia. Y amarlo. Y mimarlo. Y morir a su lado. Sí. Esa es una vida que valdría la pena. Pero tener eso sería egoísta y más si es a costa de la felicidad de su hermano.
—Tenemos otro problema en la agenda, Einstein. —Gracias a Dios decide intervenir—. Tus mascotas salieron del clan.
—¿Mis mascotas? —Al principio le toma tiempo—. Shorter y Sing.
—Exacto, están hechos una pelota de depresión en mi casa y eso no es para nada bonito. —En otras palabras, le está pidiendo que busque una solución.
—No nos podemos meter en asuntos de los hombres lobos.
—Conveniente que digas eso considerando que ellos igual se metieron en asuntos de vampiros y así nos salvaron el trasero.
—¿Eh? —Ash sonríe con malicia—. Pareces encariñado con ellos.
—¡No estoy encariñado!
—Está bien, no tendría nada de malo que te hayas enamorado de Shorter, es un grandioso partido, tiene buenos memes de lobos para hacerte reír.
—No quiero sus memes.
—Piénsalo, podrías ser su loba.
—¡Griffin! ¡Tu hermano está siendo grosero otra vez! —Y su hermano debería estar fastidiado frente a semejante actitud que toman en tiempos tan delicados, sin embargo...
Se ríe.
Griffin se está riendo.
—¿Qué? —Y Ash no puede creerlo.
—Lo siento, es lindo verlos actuar como niños, solo eso. —Acá recuerdan que eso...fue lo más valioso que Dino les arrebató: inocencia. Esa capacidad para ser niños—. Sé que no es el momento aun así, me pone feliz verlos divertirse.
—¡No nos estábamos divirtiendo! —Como si fuera protagonista de wattpad, el más joven lo fulmina con la mirada—. Estaba defendiendo mi honor y de paso el de los lobos, realmente es un problema, la manada es algo importante para Shorter y...
—Lo sé. —Ash le da la seriedad que corresponde—. Sé que lo es y tienes razón, ellos se involucraron aun sino les correspondía, pero temo que al hablar con Lao les dé más razones para aislarlos.
—Por favor no hables con Lao, no eres precisamente diplomático.
—¿Eso qué significa?
—Qué eres demasiado... —Yut-Lung lo repasa de arriba hacia abajo—. Ash Lynx.
—¡Griff! —Lo acusa—. Me está molestando.
—¿Podemos concentrarnos en idear un plan decente? —Entonces su hermano suspira conteniendo la risa—. Por favor, me duele la pancita de tanto reír.
—Bien, bien.
Se lo toman en serio.
No porque antes no se lo hayan tomado en serio, no obstante, es necesario subir a la superficie para tomar una profunda bocanada de aire antes de volver a sumergirse al fondo del lago, incluso en esta situaciones tan crudas es imprescindible que recuerde que aun si se aprecia perdido y despojado de su humanidad no está solo y posee cierto grado de libertad. Dónde antes se dejaba arrastrar al fondo sin pelear, dónde antes cerraba los ojos y esperaba lo inevitable ya no lo hará más. Recuerda su libro de leopardos en las nieves del Kilimanjaro, lo escribió como una proyección puesto que no concomía esperanza para él, incluso en los ojos, no había brillo, solo estaban vacíos mientras se asfixiaba en su miseria. ¿En qué debía creer? No sabía.
Pero Eiji. Dios. Si Eiji cree que existe motivo para luchar debe haberlo. Por ende, idean un plan donde de alguna forma mientras unos se convierten en humanos otros se turnan para matar a ese vampiro, esperan que resulten, esperan que la sangre de Skip sea la clave.
—Tu bendición está mejor luego de tomar sangre, despertó muy hambriento. —Aunque el histérico le escupe el comentario, es evidente su preocupación—. Ahora está jugando con Eiji y su abuelito.
—Pero...
—No te preocupes, Jacob está ahí para cuidarlos.
—¿Puedes dejar de hacer referencias a crepúsculo?
—No sé. —Yut-Lung se mira las uñas sin interés—. ¿Puedes actuar menos como crepúsculo Edward?
—Me caes mal.
—Es mutuo.
—¿Qué haremos con los hombres lobos? —Griff es quién pone el tema.
—Tal vez podríamos convencerlos de involucrarse.
—No es su batalla.
—Ni los forzaremos a que sea su batalla, solo vamos a preguntar. —Aunque en teoría sí es su batalla.
Arthur mató a Nadia.
Ay.
—Debes querer mucho a Shorter para preocuparte así por él. —Griff es valiente y no teme despertar la furia de esta serpiente, está listo para verlo despotricar y chillar como suele hacerlo, sin embargo...
—Sí. —Se encuentra con un gesto sincero—. Lo quiero mucho. —¿Quién lo diría?
—Yut-Lung.
—Por eso entiendo tus sentimientos de no querer arriesgar a tu hermano o a Eiji, cuando existe algo valioso lo último que deseas es que se haga daño.
—Tú... —Ash siente que es un error cuestionar—. ¿No te gustaría volverte humano para permanecer a su lado?
—Deberías ver cómo está tu familia, Lynx.
—Pero...
—Ve, te necesitan.
Así sabe la respuesta.
Le gustaría.
No obstante, debe estar malditamente asustado, son escasas las chances de salir con vida tras pelear contra Dino, aun si lo hicieran y se aventuraran al reino mortal ¿sabrían cómo ser personas otra vez? Prefiere no atormentarse en eso, le hace caso y va a dónde están los demás.
—¿Por qué estás tan solo? —Pero Skip es el único en el comedor, está viendo la televisión, sus ojitos se hallan empañados por una densa capa de tristeza y culpa, sabe de dónde viene y tal como lo haría Max, se sienta a su lado en vez de ignorar el problema—. Pensé que estarías con los chicos.
—Le pedí a Ei-chan y a los chicos que me prepararan algo delicioso.
—¿Por qué no los acompañaste?
—Quería ver televisión.
—Ajá.
—Ash... —Sus puños se tensan encima de sus rodillas—. ¿Crees que Ei-chan me odie? No quería que esto fuera así, no quería morderlo, te lo prometo yo...
—Skip.
—Y lo dañé.
—Oh, pequeño.
Ash lo abraza con fuerza, lo siente acurrucarse contra su tórax mientras un sentimiento crece dentro de su corazón, es ininteligible y sin duda extraño puesto que durante todo el tiempo que han estado juntos nunca se han acercado tanto, pero Eiji llegó como la pieza restante en un rompecabezas entre los tres y eso ha aminorado su vínculo volviéndolo algo más suave. Ash se ha vuelto paternal. No de la manera en que Griff lo fue, ni tampoco Jim. Es un poquito más Max. Sí. Así que acuna al pequeño, lo deja sollozar, lo siente apretar los bordes de su camiseta, debió ser duro también, eso se le espina en el corazón, sigue siendo un bebé ante sus ojos. Y Ash nunca olvidará cómo fue rescatarlo de Dino por primera vez. Le recordó demasiado a sí mismo. Tirado. Tumbado. Roto. Desnudo en su cama. Es solo un niño necesitado de amor.
—N-No quería...
—Sh, sh. —Lo calma, presiona una serie de besitos encima de su cabeza, lo protege—. Lo sé, sé que no querías hacerle daño.
—Pero lo hice y ahora debe odiarme.
—Eiji no te odia. —Le asegura—. Te ama.
—Pero...
—A veces les hacemos daño a las personas que amamos y a veces no podemos evitarlo. —Comienza a formular—. Todos nos equivocamos, Skip.
—¿Incluso tú? —Izumo. Trece años atrás.
—Incluso yo. —Traga duro, sus manos se deslizan por los hombros del más joven, lo hace con cariño, procura ser suave y gentil como si estuviera acariciando un diente de león—. Creo que lo importante es saber reconocer cuándo le hacemos daño a alguien, demostrarle nuestros sentimientos genuinos con acciones más que con palabras, las palabras son fáciles, pero ¿las acciones?
No me iba a escapar, hicimos una promesa.
Mis promesas son diferentes.
—Si qué necesitas valor para demostrarle a alguien que lo amas a través de acciones, Eiji comprende eso y cuando tú estés listo para hablarlo, te escuchará.
—Ash...
—Lo prometo.
—Ei-chan también te escuchará a ti. —El aire se le escapa de los pulmones, de pronto una marejada de angustia se está alzando dentro de su estómago—. Deberías decírselo antes de que Dino lo haga, tiene poderes ¿no es así?
—Los tiene.
—Ei-chan te ama y te escuchará.
—A ti también.
Se quedan abrazados un poco más.
Ash se pregunta ¿vale la pena arriesgar los pocos días que puedan quedarle con Eiji? Piensa en cómo para Shorter la verdad no es absoluta mientras que para Lao es una línea tajante. ¿Qué será para ti? ¿Qué promesa cumplirás cuando lo sepas? Pero Ash en realidad no anhela esa respuesta ni tampoco está listo para el recordatorio. Por eso lo cierra. Lo cierra. Y lo cierra.
Hay culpa en relación a Izumo.
Culpa del sobreviviente.
Pero la historia es extensa y dura e involucra tantas cicatrices dolorosas que Aslan recién... pero Skip tiene razón y si Dino quisiera podría mostrarle lo sucedido a Eiji, no por nada es el original y de hecho que no lo haya hecho todavía es una horrible señal. Es una bomba de tiempo. Tarde o temprano Eiji.
—Ash.
Pero Eiji está esperándolo en su cuarto.
Y Eiji dice Ash-u, no Ash.
Y Ash lo ama.
Mierda, lo ama más que a su propia vida, lo ama más de lo que debería ser racional, lo ama al punto de querer ser un humano otra vez, lo ama al punto de querer sanar, sincerarse ¿por qué no? Asistiría hasta a terapia por Eiji. Movería sol. Cielos. Estrellas. Iría al infierno ida y vuelta. ¿Pero arriesgarse a herirlo? Le dirá porque lo ama, pero ahora...
Solo por ahora déjame tener esto, se repite una vez más.
—Ven acá, cariño.
Como si la voz de Eiji fuera un canto de sirena, obedece, se acurruca encima del nipón, envuelve sus brazos alrededor de su estrecha pero fornida cintura, hunde su cara contra su pecho y se deleita por el latido de su corazón, adora la forma en que el ritmo acrecienta por su presencia, esa es una prueba irrefutable de lo perdidamente enamorado que lo tiene, la mayoría del tiempo lo cuestiona, siempre le pareció que Eiji era demasiado bueno para él y ahora no es la excepción, no obstante ha aprendido a dejar de reventarse la cabeza con cosas que no desglosará. Tal vez el universo anheló compensarlo por toda su miseria. Tal vez por fin le pasa algo bueno. Tal vez eso lo matará algún día. Tal vez logrará que baje la guardia. Pero nada de eso importa en sus caricias calentitas.
—Estabas con Skip. —Aunque su tono es divertido hay un deje de tristeza que no puede ignorar, en consecuencias de lo sucedido con Skip terminó mostrándole más de su pasado y eso fue...raro. Y no en un sentido malo, solo intimidante.
—Quiere hablar contigo, pero no sabe cómo.
—Está bien. —De alguna manera Eiji se escucha más relajado—. No lo presionaré, le daré su tiempo.
—Asumes que tenemos tiempo.
—Entonces... —Los dedos de su amante empiezan a cepillarle el cabello, enredándose con gentileza entre sus hebras doradas y descendiendo hacia su nuca—. Hagamos tiempo.
—Todo se escucha tan fácil si lo dices así. —Ríe.
—Quiero que las cosas sean así de fáciles.
—Eiji...
—Ash. —Claro que lo interrumpe—. He estado pensando en algo a raíz de lo que charlamos—. Pero no le molesta, duda que algo lo moleste si lo está mimando así. Pasea sus dedos lento. Lento. Lento. Si fuera un gato estaría ronroneando.
—¿En qué has estado pensando?
—En nosotros.
—¿Nosotros? —Y es lindo que Eiji piense en un "nosotros".
—Sí. —Ash alza la mirada, está cerca, lo suficientemente cerca para contar cada racimo de pestañas oscuras desde ese ángulo, apoya su mejilla sobre el estampado de Nori Nori, poniendo su oreja justo en su corazón, es una costumbre que se ha hecho por mero placer a escucharlo respirar—. Antes yo tenía mucha culpa de sobreviviente ¿sabes? Por lo que pasó con mi familia creía que no merecía ser feliz, cada vez que lo era había una voz en mi mente que me decía: ¿con qué derecho? Ellos murieron por ti, tienes que vengarlos.
—Eiji. —Ash entiende bien ese sentimiento y odia entenderlo.
—Supongo que por eso me escudé tanto en mi odio cuando nos conocimos... —Sonríe al recordarlo.
—Supongo que sí.
—Pero la cosa es que estoy intentando dejar eso de lado. —El grácil albor dorado no le hace justicia a su belleza, porque en esta posición a causa del bamboleo de las cortinas el caramelo de su piel cae en un dorado etéreo, del color de los ángeles, la comodidad, el hogar y todas las cosas lindas—. Está tomándome tiempo, no es algo fácil de lograr e intento dar pasos a mi medida.
—Eso es bueno. —Musita tensando aún más su agarre, delineando su cintura por encima de la ropa, conteniéndose para no pasarse.
—Y una de las cosas que quiero...
—Mhm.
—Es a ti.
Ash alza el mentón sin poderlo creer.
Se separa.
—¿Qué?
—Hazte humano y quédate conmigo.
—Eiji.
—Dijimos "para siempre", hagamos nuestro propio para siempre.
Su mirada se suaviza, una dolorosa presión brota en su pecho y tendría que haber sabido que le diría algo así porque es muy Eiji de su parte. Eiji. Eiji. Eiji que es una obra de arte para quienes tienen ojos afinados para ver. Eiji que es un principito que ama las rosas. Eiji que tiene carácter de señora. Pelea en los supermercados por los precios. Chilla. Lo regaña como si fuera un niño. Es terco. Está loco. Es solo un humano y aun así... es mucho más fuerte que todos ellos. Porque Eiji acoge toda la porquería que tiene impregnada en su alma y la lava como espuma de mar a arena manchada, es una tormenta y una fuerza sobrenatural, es un copo de nieve perfecto cayendo en un desierto, es un sol en medio de la noche, una flor que brota en arenas movedizas y solo para probar que puede. Es un milagro su sola existencia. Y es aún más milagroso que le pida esto a Ash. Pero...
—Mis manos están manchadas de sangre. —Pero el pasado de Ash es bruto—. De la sangre de toda la gente que he matado.
—Tuviste que hacerlo o te habrían matado. —¿Seguirías diciendo eso si lo supieras todo?
—Mi padre siempre me decía que era muy problemático. —Por eso lo vendió como si fuera un cerdo o un objeto—. Solo te traeré problemas a ti también. —Y debe usar toda su fuerza para convencerse de que esta es la decisión correcta.
«No lo mereces», dice la voz en su cabeza.
Es tu culpa. Tu culpa. Tu culpa.
Tú estás vivo, ellos no.
—¡¿Crees que me importa?! —Pero por supuesto Eiji hace lo imposible y lo despoja de la poca fuerza de voluntad que le resta—. ¡No es así! Lo sabes mejor que nadie, no quiero perderte ¡haría cualquier cosa por ti!
Eiji.
—Hazte humano, así no necesitarás tus colmillos. Podrás volver a nacer. Podrás ser libre. No quiero hacerte luchar de nuevo. No quiero que te enfrentes a más peligros.
Ash sonríe con tristeza.
Porque Eiji es así, no tiene la fuerza sobrenatural de un vampiro ni tampoco puede transformarse al pelaje de un hombre lobo pero tiene esto, tiene este poder que obliga a Ash a creer que merece ser amado y... feliz. Solo por ahora.
—Gracias. —Musita bebiendo de sus ojos cobrizos, saboreando la calidez que desprende aquel alma tan amable—. Yo también quería ser como tú. Siempre deseé haber tenido una vida normal.
—¡Todavía puedes! ¡Aún no es demasiado tarde! Puedes lograr cualquier cosa.
Eiji, Dios.
Sonríe.
—Entonces tendrás que enseñarme cómo tener un corazón.
—Claro. —La atmósfera se vuelve a relajar—. Puedo enseñarte sobre eso y además, prometo cuidar muy bien tu corazón.
—Oh.
—Y yo no rompo mis promesas por nada del mundo.
—Has cambiado. —Ash lo dice con orgullo—. Has cambiado, Eiji.
—¿Eso es bueno?
—Es maravilloso.
—¿Qué tan maravilloso? —El lince tararea.
—Me dan ganas de convertirme en humano y hacerte mi esposo. —El nipón ríe con las mejillas rojas, los ojos brillosos y los labios nerviosos.
—Esa idea me encanta. —Eiji envuelve sus brazos alrededor de Ash—. Cuando seas humano...hazme tu esposo.
—Será un placer, Eiji Callenreese.
—Eres un dramático. —El aludido ríe—. Realmente suenas como Edward pidiéndome que me aparte de ti, como si no te hubiera quedado claro que hagas lo que hagas o digas lo que digas, no harás que te abandone, Ash, eso implica amar a alguien, te quedas con esa persona, te haces responsable igual que el principito con su rosa, es parte de tener un corazón.
—Eres insufrible. —Se mofa acunando sus mejillas.
—Y tú eres un vampiro dramático del que estoy perdidamente enamorado e incluso si no fueras un vampiro...
—¿Incluso si mi piel no brillara al sol?
—Incluso si tu vida se vuelve efímera y ya no puedes seguir escribiendo tus horrendos libros, incluso si te salen arrugas y te vuelves un ancianito como Max, incluso si tu personalidad empeora dado el paso del tiempo, incluso si te vuelves senil y gruñón y te llenas de manchas y tu piel deja de ser igual que el mármol y tus ojos se llenan de surcos, incluso si pierdes todas las cosas por las que los demás te hicieron sentir amado, yo te amaré ya que para mí... —La palma de Eiji cae al corazón de Ash, aun sino late, Eiji le presta un latido—. Esto no cambiará.
—Eiji.
—Te amo, Aslan. Te amo por sobre todas las cosas.
—Yo también. —Entonces le promete—. Te amo por sobre todas las cosas.
Pero debo decirte algo todavía.
Y tengo miedo, estoy malditamente aterrorizado.
—Eiji.
Porque quiero ser tu esposo y hacerte feliz.
Quiero ser Aslan Okumura o que tú seas Eiji Callenreese.
Quiero una vida a tu lado.
Lo quiero todo de ti.
—¿Sí?
—Quiero que me acompañes a un lugar. —Así que se arma de valor—. Hay algo que te debo mostrar.
Izumo.
Trece años atrás.
No nos vamos a Izumo, no hay preosupuesto para eso, pero sí nos vamos a un lugar que da cavida a muchas cosas importantes, chiquillos, esta cosa no tiene epilogo, por ende, el final quedo gigante, mañana procuren ponerse comodos para leer no más.
Gracias por tanto~
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