21. Shackled.
Hi~ Bueno chiquillos, como les comenté el arco de Dino es bien extenso entonces todavía nos quedan unos dos capítulos atascados en este dolor perooo es por algo, de verdad son cosas importantes las que se aprenden acá, así que ojito. Pero eso, hoy se viene el más relax de toda esta trama, pueden respirar un poco antes de los siguientes dos días.
Espero que les guste~
Chinatown (Nueva York), Estados Unidos.
La actualidad.
Ash está encadenado.
Plac. Plac. Plac.
A juzgar por el eco de sus muñecas contra la silla le han colocado esposas de metal (o quizás de plata con la esperanza de que eso lo mate), sus converse se apegan al soporte del asiento tras un rechinido que predica un mal agüero, su atención pende hacia sus zapatillas, las suelas que alguna vez brillaron de blanco ahora son de un gris inmundo con motitas de pardo, la caña no se conserva erguida gracias a las peleas callejeras a las que las ha sometido, el rojo se mira desteñido, hay un agujero por el logo de la marca, pero lo que llama su atención no es eso, sino el parche de Nori Nori que las recubre con gentileza y si bien Skipper fue quién dibujó la caricatura, fue Eiji quién se tomó el trabajo de zurcirlas.
Max. Skip. Eiji.
Necesita recuperarlos antes de que sea muy tarde.
Una ola de angustia se alza en sus entrañas al imaginarlos a merced de Golzine no obstante se fuerza a apartar ese pensamiento. No es momento para ponerse a llorar ni para mostrar vulnerabilidad. Es momento de demostrar la verdadera naturaleza monstruosa de un vampiro. Nunca le ganará a Dino.
—Vaya, vaya.
No solo, al menos.
—Miren a quién tenemos acá.
Lao da pasos bruscos hacia el centro del bar, sus manos están metidas en los bolsillos de su chaqueta mientras que una risa maniática es contenida en la coronilla de su lengua, debe ser un festín para él que se haya entregado en bandeja de plata. Y aunque usualmente preferiría exponerse a la radiación solar hasta que eso lo convierta en todo un Edward antes que pedir ayuda...
Porque eres mi héroe.
Eiji.
Porque haría lo que sea por ti Ash, estoy muy enamorado.
Tienes que volver a salvo, por favor.
—La perra de Golzine. —El insulto ni siquiera es original, no obstante ¿qué esperaba de alguien lleno de celos? De cierta manera le recuerda a Arthur—. Qué deleite tenerlo sufriendo a nuestra voluntad.
—Lao.
—¿Qué? No es cómo si nos pudiera hacer algo.
—¡Aun así...!
Antes de que replique Lao saca una botella de su bolsillo para verter el contenido en la cara de Aslan, los ojos le arden como si fueran cráteres de magma, se siente como si se le fueran a caer pero no es efecto del líquido que le tiró, sino que simplemente no alcanzó a cerrar los ojos y el escozor le resulta muy desagradable. ¿Hola? No sé ellos, pero yo soy una persona muy delicada.
—Agua bendita. —Finalmente concluye Ash, eleva su mentón, no quiere forzar las esposas, entiende que eso alarmará aun más a la manada Wong y no ha venido a pelear—. Qué original.
—También tengo ajos.
—¿Eh? —Ash esboza una sonrisa torcida—. Pensé que te los habías comido por lo asqueroso que tu aliento huele. —Okey, él no está ayudando en nada, sabía que Griff era quién tenía que llevar a cabo la negociación, sin embargo, prefirió no arriesgarlo al carácter de este pulgoso.
—Eres un hijo de puta. —Lao se aprieta un puño por encima de su pecho—. Me encargaré de hacerte pagar por esto.
—Lao, alto. —Sing acomoda una mano sobre su hombro—. Vino a hablar con nosotros, no se resistió cuando lo contuvimos ni parece querer luchar.
—No seas ingenuo, Sing.
—No soy ingenuo.
—No seas débil. —Algo en esas palabras impresionan romper el corazón del más joven, lo nota entre sus afiladas cejas que tiritan, sus labios mordiéndose para callar sus gritos y sus orbes cristalizándose porque a pesar de su apariencia tan fornida sigue siendo un niño—. No dejes que te engañe, escuché que los vampiros adoran hacer eso.
—Prometió que solo quería hablar con Shorter.
—¿Así como habló con Nadia?
—Yo no la maté. —Las palabras de Ash escapan calmas y suaves igual que el arrullo de un ángel o el canto de una sirena—. La mató Arthur y si tuvieras media neurona funcionando dentro de tu cabeza, dejarías que hable con Shorter.
—Ja. —El licántropo esboza una mueca de puro desagrado—. Puedes hablar conmigo.
—No quiero hablar con el segundo lugar de la manada.
—Te mataré.
—No puedes matarme, soy un vampiro.
—Quizás. —Lao acomoda una navaja debajo de su cuello—. Pero puedo intentarlo de todas maneras las veces que quiera ¿cierto?
—Lao.
Shorter se abre paso por la multitud, su mirada es gélida cual témpano de hielo sin sus lentes de sol, aunque siempre se le hizo extraño que los usara ahora comprende que eran para ocultarles secretos a su propia manada y a sí mismo. Hay pérdida en su mirada y la misma clase de pérdida que marchita la mirada de cervatillo de Eiji cuándo le habla de Izumo y de ese vampiro. Mierda. No hay tiempo de lamentarse por el pasado, Wong se ha parado enfrente, viste unos jeans deshilachados, no lleva una camisa, de hecho, trae varias heridas en el tórax, son desgarros, a juzgar por la necrosis que adquiere la piel de alrededor apuesta que se lo hizo un vampiro con veneno de sus colmillos. Arthur o Marvin.
—Esto me lo hizo uno de los tuyos por si te preguntas.
—Los hombres de Arthur no son "de los míos".
Shorter le da una sonrisa torcida.
Ash le corresponde.
—¿Qué quieres? —Hay sudor frío corriendo por la frente de Shorter, aún así se mantiene imponente y de pie como todo un líder—. ¿Por qué has venido?
—Para desafiarte a una batalla.
—¿Qué?
—¡Eso es injusto! —Sing no duda en intervenir—. Estás viendo las condiciones en que Shorter quedó y tienes fuerza sobrehumana, ganarías en un segundo.
—Sin ninguna ventaja. —Entonces Ash ofrece—. Quiero una pelea mano a mano como los humanos.
—No. —Sing elige de antemano—. Estás herido, perderás y no me arriesgaré a perderte a ti también, no aceptes.
—Si encuentras que aún es injusto me ofrezco a pelear con una mano atada a la espalda. —Retumba un jadeo de sorpresa al unísono.
—Sigue siendo injusto, Shorter está herido.
—Entonces pelea en su lugar. —Lao lo empuja—. Eres el futuro alfa de la manada, ve a demostrarlo.
—Yo no...
—Anda, Sing. —Lao lo coge de los hombros enfrente de todos los demás licántropos—. Hazme sentir orgulloso y recuérdales a todos por qué eres el elegido.
—No tienes que sentirte obligado. —Shorter intenta tomar una actitud paternal que va a rebotar ya que sus ojos se hallan recubiertos por una capa de desesperación que no desaparecerá.
—Él te quitó a Eiji. —Lao musita—. Y ahora Eiji...
Hay dolor hirviendo en los ojos de Sing.
Crudo. Despechado. Frágil.
—Ahora Eiji no está, ni nunca más estará.
—Yo pelearé contra ti, Ash.
Queda decidido.
Se paran frente a frente al centro de toda la manada, dan círculos uno alrededor del otro, Ash quedó con un brazo inmovilizado en la espalda, Sing se ha quitado la camisa, desprende feromonas de líder alfa por doquier, francamente el espectáculo le resulta patético (e incluso primitivo) no obstante, el chico no es tan fuerte como quiere pretender y Aslan mira en cada músculo que se dilata, cada gota de sudor, cada fibra de cuerpo tensa y cada latido errático de corazón la presión que debe cargar en torno a este encuentro. Lao lo mira con una cara de póker al otro lado del bar. Shorter trata de yacer lo más imparcial posible.
Hay gritos. Aullidos. Feromonas. Jadeos.
Es un gato en una jauría de perros.
—¿Listos? —Pero ese es el error de la mayoría porque Ash no es un gato—. ¡Comiencen con la lucha!
Es un lince.
Se abalanza encima de Sing con solo un brazo, a pesar de la brecha corporal o de estar usando fuerza en un nivel "humano", Ash es diestro para las peleas callejeras por lo que le basta de alzar una pierna hacia la sien del más joven y pegarle con el talón para aturdirlo lo suficiente como para chocar contra la mesa del bar. Los lobos se callan. Sing tensa la mandíbula. Está frustrado. Lo percibe. Intenta alzar otra vez sus puños, a juzgar por su posición sabe de boxeo, quiere estamparle golpes directos ya sea a la cara o al pecho, el problema es que el muchacho se encuentra cegado por sus emociones lo que aturde su estilo de lucha. Ash debería compadecerse.
—¡Sing!
Pero no puede. No mientras sus seres amados estén en juego.
Skip. Max. Eiji.
La manada abuchea a Sing quién a pesar de su expresión de teflón y su postura firme se está cayendo a pedazos puesto que no existe nada más duro que ser devaluado por quienes amas.
—¡No nos dejes en vergüenza! ¡Eres una desgracia!
El chico se va a disociar entre tanta presión, Ash aprovecha esa debilidad y lo termina con un codazo, le da justo entre las costillas y es lo suficientemente intenso como para dejarlo sin aire, Sing cae, sus rodillas crujen contra las tablas, su pulso desciende, se ha puesto pálido casi como si fuera a vomitar.
—¡Eres un...!
—Yo seguiré con su lucha. —Entonces Shorter interrumpe sin dejar que se arme un caos—. ¿O acaso esperabas que me mantuviera de brazos cruzados?
—No podría. —Ash ríe.
—Libera esa otra mano de tu espalda, no necesito que tengas ventaja.
—Pero jefe...
—Libérenlo.
Hay fuego en los ojos de Shorter, está defendiendo el honor de su pequeño aprendiz, lo comprende.
—Lo siento. —Aslan es liberado—. Pero de todas maneras, te tendré que humillar, cabeza de melón.
—Oye, oye. —Shorter se pone en guardia—. Todavía tengo pelo en mi cabeza, ¿no es cruel ponerme esa clase de apodos tan despectivos?
—No es mi culpa que tu calva brille tanto que tengas que usar lentes de sol para no quedarte ciego.
—Ahora sí me las pagarás.
—Veremos.
La pelea es épica.
Incluso estando envenenado Shorter es un adversario más que digno, sus movimientos son precisos, sólidos y se hallan cargados de tanta fuerza que incluso hacen que Ash retroceda, las converse gritan contra el piso como uñas en la pizarra cuando son arrastradas en un encuentro de frente y la tracción es como de una barredora titánica que lo destroza todo a su paso, clava los zapatos para mantenerse firme y no ceder ante Wong, sin embargo, es un enemigo formidable.
Los hercúleos hombros de Shorter se ensanchan marcados músculo por músculo por el esfuerzo, su cuello se hincha en respiraciones erráticas, está sudando más, su torso desnudo se mira cubierto en una capa delgada y perlada de cansancio que le cae desde la frente, le baja el cabello y gotea por su manzana de Adán, está usando toda la vitalidad que le queda, Ash no se queda atrás, no hace trampa y mantiene su palabra de no usar la fortaleza sobrenatural, pero si alguien comprende en cómo usar la fuerza del enemigo a su favor.
—De ahora en adelante serás mi arma, me perteneces, Aslan.
Si alguien sabe de aguantar.
De esperar impaciente mientras un fuego indomable lo consume por dentro y perece gota a gota la poca humanidad que le queda...
—Hazlo por tu hermano.
Es él.
Así que aprovecha el impulso de Shorter para voltear la pelea y arrojarlo al piso, acomoda las rodillas sobre el licántropo cuyas heridas impresionan haberse hecho mucho más hondas y feas en ese lapso de tiempo, hay sudor frío recubriéndolo, sus dientes castañean como si repentinamente la fiebre se estuviera expandiendo por su organismo, Ash sabe cómo funciona el veneno de vampiro e igual que un aceite pegajoso debe estar atravesando cada vaso, vena y arteria hacia su corazón, filtrando cada toxina a través de su piel, sudándola por sus poros en una sensación de agonía. Mierda. No se esperó que acabara así su batalla, debería poder acabarlo, obtener el dominio como Dino le enseñó a ansiar.
—¡Shorter!
Pero hay desesperación en los ojos de Sing y Ash lee exactamente lo que esa desesperación exclama:
«No puedo perderte a ti también».
No me dejes solo.
Entonces lo ve.
Ve a Shorter pero ya no más como un hombre lobo, si no como un amigo, un líder, un protector que es necesitado desesperadamente en su manada, ve el peso que conlleva, ve cómo la carga lo asesina lentamente, ve cómo se aferra con garras y dientes incluso siendo succionado por la toxina a la pelea y no porque quiera o tenga algo contra Ash sino por hacerlos sentir seguros. Ve a un hermanito bebé cuya hermana falleció desfigurada por Arthur, ve a un amigo que no puede acudir al rescate ante su posición de tomar las decisiones "justas" para la manada. Y de repente recuerda las palabras de Eiji.
—Hagamos un trato diferente. —Eiji creía que serían buenos amigos—. Yo te curo del veneno o será muy tarde y tú me escuchas.
—Acepta. —Sing elige por él.
—No nos hagas ver débil, no cederemos al chantaje de un chupasangre.
—Prefiero verme débil a tener a Shorter muerto. —Sing da un paso enfrente—. Aceptamos tu trato.
Dejan que Shorter y Ash hablen a solas.
Piensa en el odio que Dino le inculcó hacia las otras especies y si bien, nunca le dio importancia dado que estaba centrado en planificar su venganza, otros vampiros lo tomaron y supone que por eso son las acciones de Arthur en cierta medida.
—Ellos tienen a Eiji. —Entonces Ash es directo porque se quedan sin tiempo—. Y poseen a otras dos personas que son amadas para mí.
—Skip. —Infiere—. ¿Y el otro?
—El esposo de mi hermano.
—Tú... —Los ojos de Shorter se ven inundados por una expresión que no puede descifrar ni nombrar, pero que remueven fantasmas en su interior—. Tienes un hermano.
—Lo tengo. —Griff debe estar muerto de preocupación por la demora—. Por eso, lamento mucho lo de tu hermana.
—Ash.
—Sé que soy de quién menos quieres escucharlo y probablemente me odies por lo que soy, pero sé mejor que nadie lo que es perder a alguien y... —Diablos, poner sus emociones en voz alta lo lastima, sí, esto duele—. Solo quiero que sepas que lo siento, mi hermano es mi familia, ha sido mamá, padre y todo lo que podría necesitar desde que tengo memoria y ni siquiera me imagino el dolor que debes pasar por perder a alguien así de importante, no espero que esto arregle algo, ni siquiera sé por qué te lo digo. —Mentira, sí sabe.
—Creo que esa es la influencia de Eiji hablando. —Sonríen con más complicidad, están sentados por la barra y comparten cervezas.
—Probablemente. —Musita—. Lamento mucho tu pérdida, amigo.
—¿Amigo? —Shorter le da una sonrisa divertida—. No sabía que éramos amigos.
—No lo somos, es una expresión.
—Bro.
—No soy tu bro.
—Aww vamos. —Shorter le golpea el hombro con una chispa de picardía—. Seamos bros, lo quieres.
—Cállate. —Gimotea—. Estás envenenado, no deberías tomarlo tan a la ligera.
—La vida debería ser algo ligero y llevadero.
—Díselo a Eiji, tiene carácter de señora.
Ambos quedan en silencio.
El tema cae.
—Creo que Eiji debe estar sufriendo mucho con esto de la guerra ¿no? Lo hemos puesto en el medio.
—Sí. —Ash se tensa—. Y por mi culpa ahora...
—Hey. —Shorter frena el tren de catástrofe a punto de salir de la estación—. Te ayudaré porque Eiji es mi amigo y es parte de mi manada.
—¿Qué hay de la guerra?
—Tendré que hacerlo en silencio, no puedo arrastrar a todo mi clan cuando las leyes dictan una cosa totalmente diferente y viste la actitud de Lao a mi liderazgo pero prometo apoyar personalmente el rescate del terco.
—Gracias.
—Solo... —Shorter lo mira con seriedad—. ¿Qué sientes por él? Necesito que seas honesto. —Me lo debes, es lo que no está dicho.
—Es complicado.
¿Lo es?
—Es un humano.
—¿Y?
—Un vampiro y un humano no pueden estar juntos.
Cuando lo conoció pensaba mucho de esa manera a raíz del trauma que Griff sufrió, Ash solía decirse que los seres humanos eran una especie despreciable que merecía ser reducida a ganado ya que no toleraba tener que satisfacer dos cuotas de sangre y además tener que prostituirse en alma, cerebro y cuerpo para Dino, pero en el fondo no era solo eso, si no que Ash extrañaba la finitud de ser mortal, no podía tolerar ese pensamiento y por ende prefería generalizar el rencor.
Hasta Eiji.
Eiji con sus risas estruendosas y groseras, con sus platillos apestosos, sus suéteres feos, sus ojos muy relucientes y su cara de bebé. Eiji y su amor incondicional a Skip. Eiji y su lealtad a sus amigos a pesar de las amenazas. Eiji y su ternura y calidez que lo atraviesan entero. Es terco. Irracional. Dulce. Y Ash desde que lo conoció supo que no lo merecía. Es un poco Bella. Un poco principito. Muy girasol pero con un toque de sol también. Hace que su corazón se inunde de cosas extrañas y guarde la esperanza de que tal vez, algún día vuelva a latir.
Ningún humano podría amar a un vampiro. Y los vampiros que son lo suficientemente estúpidos como para amar a un humano terminan igual que Jim.
Y muy en el fondo quería confirmar ese temor, que Eiji lo abusara y rompiera esa delicada confianza que florecía entre ellos dos, que le recordara que matar era para lo único que servía, que estos ojitos de ciervo se pudrieran en el rencor mientras tomaban y tomaban de Ash, quería que dejara su jodida farsa porque lo tenía enfermo. Nadie podía ser así de amable. Nadie podía odiar tanto a los vampiros y luego darle una oportunidad. Nadie podía ver a través de su máscara. Pero Eiji... Eiji lo hizo. A pesar de que no lo merecía, Eiji fue sincero y frágil y no le pidió nada a cambio de esa fragilidad, no lo forzó ni trató de usar su naturaleza a favor, al contrario, se ofreció a alimentarlo, lo mimó, ciertamente lo vio por quién era. Aslan.
Y acá debe caer en la cuenta de que Eiji fue secuestrado y es su culpa y está a punto de derrumbarse, así de importante se ha vuelto, así de enamorado está, lo quiere a su lado y no solo "por ahora" sino lo que sea que dure su para-siempre.
—Estás llorando.
—¿Eh? —Las palabras de Shorter lo sacan de sus sentimientos de un tirón.
—Estás llorando. —El licántropo lo mira con una expresión totalmente atónita de boca abierta, ojos grandes y ceño trémulo—. Nunca había visto a un vampiro llorar, te miras tan... —Patético. Delicado. Roto—. Humano.
—No estoy llorando. —Pero es inútil negarlo, no puede detener las lágrimas, es como si un grifo que antes mantenía su mierda junta y sus emociones separadas se hubiera roto irremediablemente pero no puede, no tiene tiempo para hacer esto ahora—. Eso me haría débil.
—Lo amas. —Concluye—. Realmente amas a Eiji.
—Cállate.
—Yo... —Pero el tono de Shorter no es acusatorio ni cruel—. Me equivoqué contigo.
—¿Qué?
—Te juzgué mal. —Shorter se abraza el pecho, su respiración se enfría lentamente, el veneno quema en cierto punto y este debe ser el pick—. Lo siento, Eiji trató de advertirme antes pero por mi puesto de jefe en el clan no podía desacatar las leyes, aun así, debí controlar mejor a mis subordinados pero es bueno saber que no eres cómo te imaginé.
—¿Gracias?
—No es nada.
—Tú tampoco eres lo que me imaginé que serías. —Ash le sonríe con más calma—. Eres mucho más un perro que un lobo, un perro con cabeza de melón y pelos de piña radiactiva, claro.
—Y tú eres todo un Edward.
—¿Tú también me molestarás con eso? —Gimotea.
—Ahora vamos. —Shorter se levanta—. Un lobo siempre cuida a su loba y tú eres un lobo temporal.
—¿Qué diablos es eso? —Entonces el chino gimotea.
—Te debo mandar los memes más tarde. —Pero antes de que pueda avanzar...
—Te tengo. —Se desmorona sobre Ash—. Tenemos que tratar el veneno.
—¿Cómo vas a tratármelo?
—Yo no, yo no sé de eso. —El licántropo palidece aún más—. Pero Yut-Lung sabe mucho de toxinas.
—Mierda.
Hay una tensión extraña entre Shorter y Yut-Lung, si bien, Ash suele ser denso para ese tipo de cosas queda más que obvio dentro de la mansión Lee, el aire se encuentra tan gélido que incluso los muros se han empezado a recubrir de escarcha, ni hablar de las feromonas que Shorter desprende, ugh, el vampiro desearía poderse desligar de esto, no obstante...
—¡¿En qué diablos pensabas al traerlo acá?! —Yut-Lung Lee lo está asesinando con la mirada, tiene los puños enrollados en su camisa y lo zarandea con un dramatismo digno de una diva. Están a solas.
—Quiero que le succiones el veneno.
—No haré eso, no gano nada con hacerlo.
—Es tu alfa.
—Pues que se muera, mejor para mí así me deja libre. —Es evidente la mentira derritiéndose en los ojos purpúreos y debe ser duro también para Yue y hubo un tiempo en que aguardaron la esperanza de ser rescatados de las garras de Dino, debe ser aún más cruel saber que tenías a alguien destinado y aun así haber tenido que soportar el maltrato—. ¿Por qué no succionas tú el veneno?
—No sé hacerlo. —No miente—. Nunca desarrollé esa habilidad.
—¿Por qué Griffin no succiona el veneno?
—Está casado.
—No es infiel si es con fines curativos.
—¡Yut-Lung! —Intenta hacerlo entrar en razón—. ¿Qué es lo que tanta rabia te genera?
—Yo no... —El vampiro lo suelta—. Esta no es mi lucha, no quiero quedar en medio, ¡no caeré en las garras de ese cerdo cuando por fin soy libre de mis hermanos!
—No te estoy pidiendo eso.
—Pero quieres mi ayuda para sacar a tus seres queridos de su fortaleza ¿no? Me estás usando, Lynx. Lo entiendo, todo el mundo me usa para algo, ¿pero de ti? De alguien que pasó por cosas similares.
—Yue.
—Me decepciona un poco.
Me duele un poco.
Porque solo ellos dos comprenden lo tortuoso que fue ser elegido por Dino y aun así, Yut-Lung nunca tuvo el favoritismo, el cerdo siempre trató a Aslan como si fuera su joya, un tesoro del que solo Dino se podía deleitar, un festín escondido, mientras que Yut-Lung tomó el rol de la joya para prestar, de las sobras que podía presumirle a sus amigos para demostrar que era rico y al mismo tiempo decirles que nunca estarían en su estatus porque no les prestaba a Aslan. Tiene razón. Lo está usando porque necesita recuperar a sus seres amados.
—Lo siento. —Porque quiere que Eiji no sufra, por ende, quiere una alianza con los licántropos o al menos con Shorter.
—Puedes usar mi casa para refugiarte de Dino y mis recursos. —Entonces dice con la voz gélida y el frío es tanto que incluso sale una bruma vaporosa de sus labios—. Succionaré el veneno de Shorter, incluso le daré los cuidados correctos que requiera, puedes tener todo lo que quieras de mí y puedes usarme todo lo que quieras.
—Yut-Lung.
—Pero yo no seré quién salga con el corazón roto cuando la verdad salga a la luz. —Del otro lado de la puerta les avisan que Shorter ya está listo para que le limpien el veneno, está oscureciendo dentro de la residencia de los Lee y hace mucho frío—. Dime.
El vampiro eleva la barbilla de Ash usando solo la punta de sus yemas y el toque es venenoso.
—¿Eiji ya sabe lo de Izumo?
Ash sigue encadenado.
Plac. Plac. Plac.
Tenemos una alianza pero no de toda la manada, solo de Shorter y eso por supuesto, tendrá consecuencias para todos pero sigue siendo mejor a que vayan solos. Mañana volvemos con Eiji y estará potente, solo les reforzaré las advertencias más que nada. Mil gracias por leer.
See ya~
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