Jungwon se había despertado a las tres de la mañana, no era muy común en él eso, por lo que fue a preparar algo de comer cuando escucha unos pasos en el pasillo rápidamente coge la sartén como si fuera un arma y se acerca cada vez más hasta que ve una silueta alta y lo golpea. Una vez vio inconsciente al sujeto Jungwon enciende las luces y se fija solo para ver la cara de Niki con un moratón en la cabeza.

—Mierda Niki— maldijo por lo bajo. Como se le ocurrió pegarle a su nuevo compañero de casa siendo que solo lleva un día.

Jungwon coge a Niki por los hombros llevándolo hasta la habitación para tumbarlo en su propia cama, luego se dirigió a la cocina a por el botiquín de primeros auxilios y cuando volvio cogió una crema desinflamatoria para que no se notará el moratón reciente para la reunión.

Luego de haberle puesto eso llevó el botiquín a su sitio y se puso en la cama de Niki ya que la suya estaba ocupada y no le apetecía moverlo de lugar por si llegaba a levantarse.

Eran las cinco de la mañana y Niki se había despertado con un dolor extraño en la frente. Seguramente habrá sido mientras dormía pero eso se le quitó de la cabeza cuando se dio cuenta de que estaba en la cama de Jungwon y el estaba dormido en la suya.

Niki se levantó de la cama para dirigirse a Jungwon iba a despertarlo pero al verlo tan dormido y acurrucado decidió dejarlo seguir durmiendo.

—Que lindo— pensó pNiki.

Ahora ya no le importaba a Niki lo que habría pasado esa noche.
Este se dirigió al comedor a ver la televisión y distraerse un poco cuando una voz se hizo presente.

—¿Que haces despierto a estas horas?— pregunto Jungwon el cuál llevaba un pijama rosa pastel con dibujos de gatitos.

—Pues no podía dormir y se me ocurrió venir a distraerme un poco.— dijo Niki viendo al menor dirigirse hacía el.

—Ya... ¿Puedo ponerme contigo a verlo?— pregunto Jungwon.

—Claro, no te preocupes por mi.— Ahh!!! Que tonto suena eso Nishimura, por una vez en tu vida harás algo bien.— pensó Niki.

Jungwon se sentó al lado de Niki y este al ver lo cerca que estaban comenzó a sentirse un poco raro. ¿Que me está pasando? ¿Por qué me comporto así? Niki se sentía un poco más caliente de lo normal y su cara estaba roja.

Jungwon se levantó a por el botiquín a sacar unas pastillas. Sabía lo que estaba pasando, y no podía pasarlo por alto como si nada. Por ello está ahí.

—Tomate esto te sentirás mejor créeme.— dijo Jungwon entregándole una pequeña pastilla blanca. Niki se tomo la pastilla pero no tuvo ningún efecto.

—Jungwon me siento mal.— insistió Niki. Jungwon se dió cuenta de lo que estaba pasando, Niki empezaba a tener síntomas.

Primero el calor, segundo dolor en todo el cuerpo y por último los colmillos y su necesidad de sangre. Jungwon no temía nada, el fue preparado para esto años atrás y ahora su duró trabajo servirá para ayudar a Niki.

—Niki no te preocupes te he traído ropa de verano para que te la pongas y así se te pase un poco el calor.

—Gracias...

La voz de Niki parecía un poco más grave de lo normal y eso ponía a Jungwon un poco intimidado. Una vez Niki se cambió de ropa, empezó a sentirme un poco mejor  pero el dolor que sentía ahora en su cuerpo si lo estaba destrozando.

—Jung...won...

Jungwon llevó a Niki hasta el cuarto para tumbarlo en la cama le quitó la camiseta y en ese instante no pudo mirar nada más que el perfecto y trabajado cuerpo de Niki. Una vez le quitó toda la ropa lo metió en la bañera para relajar su poco su cuerpo. Jungwon no pudo evitar seguir mirando aquel cuerpo que hacía que su cabeza se volviera loca. Se notaba que la cara de Jungwon estaba toda sonrojada lo que preocupaba a Niki.

—¿Jungwon te sientes bien? estás todo rojo.

—Ah si si, tranquilo no es nada.

—Mierda...

—¿Que pasa? ¿Te encuentras mal?— Yang Jungwon obviamente está mal, que no ves??!!

—Mi boca...- Niki abrió la boca dejando ver unos pequeños colmillos.

—Esos son los colmillos.

—Como?

—Si, mira Niki eres un vampiro por eso tú padres te trajeron aquí para que te eduque bien y ahora estás mostrando los primeros síntomas como el calor, el dolor de todo el cuerpo y ahora los colmillos, pero que no se te olvide lo de la sangre.— Si habían varias posibilidades de el porque estaba ahí, pero nunca pensó en esa justamente.

—¿Como que sangre? ¿De donde la sacaré?— pregunto Niki confundido por la reciente información dicha por el menor.

—Pues de mi.— aclaró Jungwon.

—¿De ti?

—Creeme que cuando la quieras no te vas a preocupar de quien sea la sangre, eso sí una vez pruebas un tipo de sangre solo podrás beber de ese tipo si no te puede sentar mal.

—Ya veo...

—Ahora deja que los colmillos salgan para que no sientas tanto dolor.— Sugirió Jungwon, este llevó sus manos a las de Niki para juntarlas, el menor comenzó a dejar caricias para distraer a Niki del dolor.

—Mierda duele...

—Lo sé pero el dolor es pasajero.

Niki salió de la bañera poniéndose su ropa correspondida para el día. Era una camisa negra y pantalones de tela fina por el calor que sentía. Pasaron minutos en los que los dos chicos estaban viendo la televisión mientras comían.

—Auch!— Niki abrió la boca dejando ver los afilados colmillos recientes.

Una vez que estos salieron una necesidad que se mostró en el cuerpo de Niki fue la sangre, y cuando visualizo a Jungwon sus ojos se tornaron de un dorado intensificado. El menor sentía un poco de miedo por Niki al ver esos ojos tan brillantes.

Niki al verlo no aguanto más y enterró sus colmillos en la pálida piel del pelirrojo haciendo que se tapara la boca para no gritar del susto, ya que a este le dijeron que dolería pero se ve que era una mentira. Niki una vez terminó lamió la herida que le hizo a Jungwon.

—Lo siento de veras qué no era mi intención no se que me pasó.— intentó disculparse.

—Niki, no te preocupes por eso yo estoy aquí para ayudarte en todo lo que pueda así que no te lo tomes tan mal por favor.

—Gracias...— agradeció Niki mirando al menor.

—De nada.— una sonrisa se formó en los labios de Jungwon haciendo que Niki también sonriera y lo abrazara.

—De verdad que estoy agradecido por tu ayuda.

—Ya sabes que si te pasa algo no dudes en decírmelo.— Los dos se separaron mirándose a los ojos como si el tiempo se hubiera parado.

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