
10 -CERTEZA
"CERTEZA"
"Tan real como tú y yo."
(...)
El sonido de la lluvia golpeaba la ventana con un ritmo constante, llenando la habitación con un ambiente melancólico. Damon se encontraba sentado en la orilla de la cama, su mente atrapada en un torbellino de pensamientos. El beso de la noche anterior seguía fresco en su memoria, encendiendo algo en su pecho que no lograba comprender del todo.
Sabía que Liam estaba sintiendo lo mismo. Lo vio en la forma en que lo miró después de separarse, en cómo sus respiraciones aún se entrelazaban en el aire frío de la noche. Pero también vio la duda, la confusión, el miedo a lo desconocido.
Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos.
—Damon —la voz de Scott sonó del otro lado—. Liam está aquí.
Damon se quedó en silencio por un momento antes de ponerse de pie y dirigirse a la sala. Encontró a Liam empapado por la lluvia, con su chaqueta chorreando agua y la respiración un poco agitada. Su expresión mostraba una mezcla de determinación y nerviosismo.
—¿Podemos hablar? —preguntó Liam, su mirada atrapando la de Damon con algo más que simple curiosidad.
Damon asintió.
Scott los observó por un momento antes de soltar un suspiro y hacer un gesto con la cabeza.
—Voy a la cocina... pero no hagan nada raro en mi sala.
Damon rodó los ojos, mientras Liam dejó escapar una risa breve, aunque su incomodidad seguía latente.
Una vez que Scott salió de la habitación, Liam se frotó la nuca y dio un paso más cerca de Damon.
—Sobre lo de anoche... —empezó, pero sus palabras se quedaron suspendidas en el aire por unos segundos—. No puedo dejar de pensar en eso.
Damon entrecerró los ojos ligeramente, cruzando los brazos.
—¿Y qué has pensado?
Liam mordió su labio inferior, desviando la mirada un momento antes de volver a enfocar sus ojos en los de Damon.
—Que me asusta cuánto me importa.
Las palabras pegaron entre ellos, cargadas de un significado que ninguno de los dos podía ignorar.
Damon sintió un nudo en el estómago, pero su voz salió más suave de lo que esperaba.
—No tienes que tener miedo.
Liam soltó una risa nerviosa y negó con la cabeza.
—¿Cómo no? Nada de esto tiene sentido... pero a la vez sí lo tiene. No sé cómo explicarlo.
Damon relajó su postura y dió un paso más cerca de Liam, su mano levantándose con cuidado hasta posarse en el brazo del beta.
—No tienes que explicarlo —susurró—. Solo sentirlo.
Liam tragó saliva en seco, su respiración temblando se hizo presente cuándo su piel reaccionó al toque de Damon.
—¿Y tú? —preguntó en voz baja—. ¿Tú qué sientes?
Damon lo miró con una intensidad que hizo que Liam contuviera el aliento.
—Siento que, por primera vez en mucho tiempo, algo en mi vida tiene sentido.
Liam cerró los ojos por un momento, como si necesitara absorber cada palabra antes de abrirlos de nuevo y soltar un suspiro pesado.
—Entonces estamos en esto juntos, ¿no?
Damon esbozó una pequeña sonrisa, una que apenas levantó las comisuras de sus labios, pero que llevaba más significado de lo que cualquier palabra podría expresar.
—Sí —respondió—. Juntos.
Liam asintió lentamente y, sin pensarlo mucho más, dio un paso adelante y apoyó su frente contra la de Damon.
Pero esta vez, ninguno de los dos quiso detenerse ahí.
Damon sintió la respiración de Liam mezclándose con la suya, el calor que emanaba de su piel, la tensión creciente en el aire. Fue él quien rompió la distancia, inclinándose ligeramente hasta que sus labios volvieron a encontrarse.
El beso no fue como el primero. No fue una simple prueba, una exploración. Este fue más intenso, más profundo, más real.
Liam llevó una mano a la nuca de Damon, tirando de él con urgencia, como si necesitara asegurarse de que esto era real, de que Damon no iba a desaparecer en cualquier momento. Damon respondió con la misma intensidad, sus dedos aferrándose a la chaqueta empapada de Liam, sin importarle que el agua se filtrara en su propia ropa.
El mundo se desvaneció a su alrededor. Solo existían ellos dos, la sensación de sus labios moviéndose en sincronía, el latido acelerado de sus corazones chocando en un mismo ritmo.
Cuando finalmente se separaron, ambos estaban respirando con dificultad, sus frentes aún pegadas, sus manos aferradas al otro como si soltarse significara perderse.
Liam abrió los ojos lentamente, sus pupilas brillando con emoción y algo más profundo, algo que no podía nombrar.
—Esto... —susurró—. Es real, ¿verdad?
Damon sonrió suavemente, su pulgar trazando una línea invisible en la mejilla de Liam.
—Tan real como tú y yo.
Liam cerró los ojos, disfrutando la sensación de los dedos de Damon sobre su piel antes de soltar un suspiro y abrirlos de nuevo.
—No sé qué va a pasar ahora —admitió—, pero sé que quiero descubrirlo contigo.
Damon asintió.
—Lo descubriremos juntos.
Y, por primera vez en mucho tiempo, ambos sintieron que el caos de sus vidas tenía un momento de paz.
(...)
—HOLA HOLA, muchos me piden actualizar pero no se toman el mínimo momento en votar y comentar, porfavor, no sean lectores fantasmas, es feo ver las vistas pero nada de votos y comentarios, recuerden que es un aliento, no solo para mí, lo mismo con otras escritoras, aprendamos a empatizar y votar en las historias para motivar a que sigan escribiendo, y así crecer en la app, espero que tengan linda noche
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