¿Amor u obsesión?
_Diculpa - Jihyo asomaba la cabeza dentro de la habitación de aquel hospital - ¿Ya no necesitas mi celular?
Tzuyu sin expresión alguna, lanzó el celular en el aire, haciendo que Jihyo corriera y lo atrapará torpemente.
_Ya no lo necesito, vete - miró hacia la ventana y la mujer tímidamente asintió, caminado a la salida.
_Vendre más tarde - comentó y Tzuyu bufo.
_Quiero que te vayas - alzó la voz - no quiero que vuelvas nunca.
_Eso no lo haré - Tzuyu la miró incrédula - yo te encontré, así que ahora debo cuidarte hasta que salgas del hospital.
_¿Que? No soy un estúpido perro que encontraste abandonado.
_No pero eres igual de tierna que uno - Tzuyu ya no entendía - así que si quieres que me vaya, ponte de pié y trata de echarme.
Tzuyu enfureció y se quitó la sabana para levantarse.
_¡Ahh! - el dolor en todo su cuerpo se lo impedía, más la pierna enyesada - ¡Maldita sea! - se quejaba.
_Eso pensé - Jihyo alzó los hombros - sí pareces un perrito - asintió - y por lo que veo, pareces un chihuahua.
_Lo dices por mis orejas ¿verdad? - gruñó entre dientes.
Jihyo asintio y al ver venir ver la almohada contra ella salió corriendo de la habitación.
Lisa dormia en el sillón de la sala, no queria dormir en la misma cama de Jennie por que se sentia aún algo incomoda. La castaña le había insistido varias veces pero la rubia no aceptaba, Jennie le pedía explicaciones de por qué su negatividad y Lisa le pedía explicaciones a ella de por qué su insistencia, a lo que Jennie se quedaba callada sin decirle sus pensamientos algo pecaminosos.
Lisa habia ganado y ahora dormía en ese incomodo sillón, se podía escuchar que se quejaba de vez en cuando y cambiaba de posición cada cinco segundos. Jennie estaba sentada en el otro sillón, frente a ella, veía como se movía y observaba cada expresión de su rostro. Sonreía cada vez que la rubia hacía puchero entre sueños o se acurrucaba más entre las mantas que le había dado.
Eran las tres de la madrugada.
Jennie tomó una decisión y poniéndose a su lado, la cargó con mucho cuidado para no despertarla, no pesaba tanto. Caminó con Lisa en sus brazos y entró a su habitación, la puerta ya estaba abierta por lo que no tuvo problema alguno. La recostó a un lado y la cubrió con las sábanas, sonriendo al ver a la rubia acomodarse en su cama, tuvo la manía de también acostarse pero sin saber por qué, se detuvo, pensando en lo que Lisa le había dicho "No quiero dormir contigo"
Jennie se enderezó y dándole un último vistazo a Lisa, salió de la habitación yendo directo al sillón.
Al día siguiente Jennie parecía un lindo mapache por las grandes ojeras, no pudo dormir en ese terrible sillón que por cierto, ahora se daba cuenta tenia muchos resortes salidos.
_Jennie - oyó tras ella y giró sin ganas - preparé el desayuno - Lisa sonrió, estaba agradecida por el detalle de Jennie, la castaña no pudo dormir muy bien al ofrecerle su cama y todavía darle el respeto de no acostarse a su lado sin su consentimiento, merecía un buen desayuno.
Jennie caminó a la cocina con pereza y se sentó sin ganas, pero sonrió cuando Lisa puso la comida frente a ella.
Eran wafles con un plato de ensalada de frutas y su jugo de fresas.
_Adelante - Lisa se sentó frente a ella con su respectivo desayuno - por cierto, buenos días.
_Buenos días - aún estaba somnolienta.
La rubia comía tranquilamente cuando de pronto escuchó un "Plash" frente a ella.
_¡Jennie! - la castaña estaba con la cara dentro del plato, el sueño la venció - ¡Oh Dios! - corrió a su lado y sacó su cabeza para que no se ahogara.
Lisa rodeó su cintura por detrás y la llevó a rastras a su habitación, con mucho cuidado y esfuerzo la lanzó sobre la cama, pero ella también cayó, estaba por levantarse cuando Jennie la rodeó por los hombros y la abrazó.
Lisa estaba boca arriba y Jennie estaba a un lado boca abajo, pero su brazo no la dejaba ir.
_Jennie - movía su brazo - Jennie necesito salir - pedía pero la castaña lo hacia inconscientemente - Jennie - la nombrada ahora también la rodeó con su pierna y apoyó su cabeza sobre su hombro - Jenniiiiiie - la empujaba pero nada.
Y soltando un bufido se rindió después de media hora intentando escapar. Sólo tenía que esperar a que Jennie se removiera otra vez.
Media hora después, Lisa tambien dormía, con su cabeza de un lado, frente a la de Jennie.
_¡Buenos días! - Jihyo entraba con una sonrisa y una bandeja al cuarto de hospital.
_Te dije que no volvieras, no necesito tus cuidados - regañó Tzuyu.
_Y yo te dije que intentes echarme - se puso a un lado dejando la bandeja sobre la mesita - haber, di Ah - soplaba la cuchara.
_¿Me crees una bebé? Puedo hacerlo sola, trae eso - Jihyo alzó los hombros y le pasó el plato con la cuchara.
Tzuyu tomó un poco de ¿papilla? Lo único que sabía era que estaba espeso. Llevó la cuchara a su boca, o eso intentó por que el gran moretón de su brazo no se lo permitía.
_¿Que pasa? ¿Por que no comes?
_No tengo hambre - dejó el plato a un lado.
_No puedes ¿verdad? - rió y Tzuyu refunfuñaba - bueno, abre la boca - la ignoró - dije que abras la boca Tzuyu - hacía como si no la escuchara. Jihyo achino los ojos y dándole un golpe a su pierna, logró que la delegada mujer soltara un grito y así logro darle de comer.
_¿¡Por que hiciste eso!? - Tzuyu sollozaba después de tragar.
_Quiero cuidarte y no te dejas.
_Esa no es manera.
_Bueno ¿vas a comer o no?
_Si pero sin golpes - abrió la boca recibiendo la comida, observaba con enojó a esa chica quien no paraba de sonreír - maldita tetona - susurró.
_¿Que dijiste? - Jihyo arqueó las cejas.
_Nada, no dije nada ¿por que? - fingió no saber.
Jihyo apretó los labios y ¡Zaz!
_¡Ahh! - Tzuyu se sujetaba la pierna que acaba de ser golpeada nuevamente - ¡Deja de...- sollozaba -...hacer eso!
Jennie abría los ojos lentamente y se encontraba con la imagen más linda que jamás había visto. Lisa dormía frente a ella con suma tranquilidad, podía sentir su nariz rozar con la suya y eso la hizo sonreír, abrazó aún más a la rubia y esta se acurrucó en sus brazos. Jennie se mordió el labio al una idea venir a su cabeza, bajó su mano en pequeños movimientos y la dejó reposando sobre el pecho de la tailandesa.
Sonrió con triunfo y siguió durmiendo.
_¿No tienes nada que hacer? - preguntó Tzuyu.
_No.
_¿Nadie a quien ver o llamar?
_No
_¿Tus padres no te preguntan donde estas?
_No
_¿Solo sabes decir no?
_No - sonrió Jihyo.
_¡Si que eres desesperante! - Tzuyu se cruzó de brazos - seguro es por eso que estas sola.
_No estoy sola, ahora te tengo a ti - sonrió nuevamente.
_Ya te dije que no soy de tu propiedad, ya me ayudaste y te lo agradezco pero ya no nesecito de tus cuidados ¿por que insistes en quedarte? - preguntó con enojó.
_Es que...No puedo irme - bajó la mirada.
_¿Por que? - preguntó con curiosidad.
_No tengo dónde quedarme y...hacerme cargo de ti es lo único que me mantiene aquí, así no me echan. Aquí me dan comida y me ofrecen una manta con que abrigarme, me permiten quedarme todo el tiempo que quiera, bueno solo hasta que te den de alta.
Tzuyu se sintió mal al escuchar aquello.
_¿Y...tus padres?
_Fueron ellos quienes me echaron de casa, no les gustó la confesión que les hice.
_¿Cual confesión? Claro, si no te importa contarme.
_Les confesé mi sexualidad - habló por lo bajo - me gustan las mujeres y ellos son religiosos, espero no incomodarte.
_No, para nada - sonrió transmitiéndole confianza - pero ¿Por que no fuiste a un hotel? ¿y tus amigos?
_No pude ni tomar ni un abrigo, me echaron al instante, sin dinero, sin comida y sin nada que ponerme, esta es la única ropa que tengo - se miró - y mis amigos pues...si tengo pero, me da vergüenza decirles ¿que pasa si tampoco me aceptan?
_Yo si te acepto.
_¿Que? - levantó la mirada.
_Que ahora soy tu nueva amiga - sonrió.
_¿En serió? - su rostro se iluminaba y sonrió cuando Tzuyu asintió - ¡Ahhh gracias! ¡gracias! ¡gracias! - se aventó sobre la pobre mujer, sacudiéndola en un fuerte abrazo.
Cinco minutos después.
_¡Haganse a un lado! - gritaba el doctor llevando la camilla a la sala de operaciones.
_¿¡Pero que pasó!? - preguntó la enfermera al ver a su paciente entre sollozos.
_¡Lo siento, lo siento, lo siento! - pedía Jihyo corriendo a un lado - ¡en verdad lo siento! - suplicaba a Tzuyu que hacía la manía de querer ahorcarla allí mismo.
_¡Exceso de cariño! ¡eso pasó! ¡le acaba de romper la pierna otra vez!
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