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Origen de Bloody Doll

Saira Scooter era una joven de unos 18 años de edad de cabellos rubios, piel un poco tostada y ojos amarillos era alegre, muy simpática y feliz. Vivía con sus padres y su hermana menor, su padre tenía 42 años de edad su apariencia era de pelo amarillo ojos ámbar y piel un poco tostada, era orgulloso y simpático. Saira había salido muy parecida a su padre pero tenía la personalidad de su madre, tenía unos 40 años de edad su apariencia era de pelo negro con ojos azules y piel blanca, era amable y muy humilde pero no hay que olvidar a la pequeña Rosa, ella tenía pelo rubio, ojos azules y piel blanca tenía 14 años de edad, ambas hermanas eran muy unidas. Saira cuando tenía la oportunidad de tener tela de diferentes colores, algodón e hilo y aguja le creaba una muñeca diferente para su hermana. En la escuela ella era muy inteligente y la mayoría de los chicos suspiraba por ella haciendo que varias chicas se pusieran celosas por la belleza que tenía pero Saira sólo las veía como amigos nada más.

Una tarde cuando Saira regresaba de la escuela vio como varios camiones de bomberos iban a toda velocidad hacia un lugar, la curiosidad le entró y corrió a donde iban esos camiones. Al llegar al lugar del incendio era su casa que se estaba incendiando, miró a su costado notando que había un grupo de chicas riendo a carcajadas no le tomó importancia y fue hasta donde estaban sus padre, vio que ambos estaban desesperados por entrar de nuevo pero los bomberos no los dejaban, Saira se les acercó tratando de ver lo que les pasaba.

-¡MAMÁ! ¡¿QUÉ OCURRE?! -preguntó preocupada al ver a su madre tan preocupada.

-¡ES ROSA! ¡AÚN ESTA ADENTRO! -gritó aterrada.

Saira no espero ni un segundo para entrar a la casa aunque algunos bomberos intentaron evitar que entrara ella los esquivó con facilidad. Al entrar el lugar estaba en completas llamas, varios trozos de madera al igual que cenizas caían puso su mano en su boca tratando de evitar inalar humo, con cuidado subía por las escaleras para ver si su hermana estaba ahí. Cuando llegó a su habitación Rosa estaba desmayada en el piso estaba por acercarse pero notó que todas las muñecas posaban en ella, no sólo las de peluche que ella creo sino también algunas de porcelana que tenía, empezaba a sentirse incómoda pero lo ignoró y tomó a su hermana miró la puerta, no podían pasar por ahí estaba cubierta en llamas miró la ventana y no le quedaba otra opción. Al acercarse sintió una mirada muy fuerte en si a sus espaldas, miró atrás encontrándose entre el humo unos enormes ojos verdes algo que la impacto era que cada muñeca que tenía la estaba observando mientras se quemaban, aquel ser estiró su mano como si quisiera agarrarla Saira vio el brazo que era negro con garras, tomó aire saltó poniéndose ella para que absorbiera el impacto y no su hermana.

Los bomberos escucharon como algo se rompió desde una parte superior de la casa, miraron a los costados de la casa y en el lado derecho estaban ambas adolescentes inconscientes, corrieron hasta ellas notando que la mayor tenía algunos vidrios incrustados en su pierna y brazo pero le alarmó la menor que estaban un poco cerca del cuello, los bomberos tomaron ambos cuerpos para ponerlas en una camilla. Saira abrió un poco los ojos viendo atrás de los bomberos un hombre bastante alto, antes de desmayarse pudo notar que llevaba un saco con pelaje en los hombros y un sombrero de copa de ahí vio todo negro.

Despertó en una camilla del hospital, le dolía todo se miró y tenía los brazos y piernas vendados, tomó un espejo que estaba a su lado para verse suspiró al notar que solo tenia leves moretones pero se percató de que su hermana no estaba, estaba por levantarse cuando la puerta se abrió mostrando a su madre entrar corriendo con lágrimas en sus ojos abrazandola al instante el padre también se le unió pero solo un poco después se separaron, Saira preguntó.

-Mamá, ¿Dónde está Rosa? -preguntó triste y preocupada.

-... -a su madre se le hizo un nudo en su garganta al escuchar eso-, ella esta en cuidados intensivos... algunos vidrios se le incrustraron cerca de su cuello...

-... -eso hizo que varias lágrimas salieran sin parar, llevándose las manos a su cabeza arrancandose su cabello de la frustración y enojo que sentía.

El doctor entró para ver en que circunstancias se encontraba su paciente pero al verla le pidió que sus padres se retirarán para controlarla, algunas enfermeras entraron y la sostuvieron de los brazos para que después inyectarle un calmante, luego se durmió. Despertó a mitad de la noche, se sentía extraña como si algo recorriera en todo su cuerpo, se levantó poco a poco llendo directo a la ventana al estar a fuera vio muchas muñecas tanto de peluches como de porcelana, confundida salió de la habitación encontrándose con varias muñecas de peluche muy bien hechas con una sonrisa se dirigió a ellas tocandolas sintiendo una suavidad increíble, miró el lugar dándose cuenta de que era una enorme fábrica de juguetes. Escuchó como una voz tararear una canción, era de hombre pero parecía tranquilo poco a poco se acercó a una esquina encontrándose con un hombre bastante alto con un traje elegante pero llamativo de colores rojo, negro y algunos toques blanco al igual que el pelaje que tenía en sus hombros, notó que estaba creando una muñeca de porcelana eso la asombro, ya que siempre quiso saber como se hacían pero nunca supo como al menos sabía como hacer las de peluche. Por accidente hizo caer una marioneta de madera, el ruido hizo que aquel hombre dejara su trabajo para ver la dirección donde provenía.

-Mmmm... ¿Hay alguien ahí? -preguntó serio.

-... -Saira no dijo nada solo se quedó callada pero escuchó unos pasos ir a su dirección.

Se levantó llendo a otra dirección para evitar ser descubierta, se colocó en otra pila de juguetes estaba vez se aseguró de que ninguno se cayera, miró a la dirección donde debía estar aquel hombre pero no lo vio, con su mirada observaba como era el lugar era muy colorido y alegre los muñecos que tanto le gustaba crear se encontraba pero obviamente mejorados, una vez su hermana le dijo que si seguía creando muñecas que se convirtiera en juguetera... hermana... recordó al instante que no estaba en el hospital mientras que ella si, se levantó pero al dar media vuelta gritó asustada al ver aquel hombre a sus espaldas.

-¿Qué hace aquí una joven como tu? -preguntó serio y con los brazos cruzados-, ¿Cómo llegaste aquí?

-Y-Yo, estaba en el hospital pero cuando iba a salir a ver a mi hermana aparecí aquí... -respondió asustada.

-... -la miró unos segundos más y luego se le formó una sonrisa-, ¿Te gusta mi fábrica de juguetes?

-... s-si, espere ¡¿Usted es el propietario?! -preguntó sorprendida y mirando a todos lados.

-Si y por lo que veo te gusta los peluches -tomó una muñeca de peluche para dársela.

-Si... algunas veces me gusta hacerlas, je claro que no me salen del todo bien pero sigo practicando -miró por todos lados sobre todo las muñecas.

-¿Te gustaría aprender? -preguntó con una sonrisa.

Saira aceptó esa propuesta, aquel hombre se sentó en una silla y en otra puso a la joven, mostró como tenía que ir haciendo las costuras para que no se noten tanto al igual que el relleno, después le enseñó como hacía las muñecas de porcelana que le salían increíble tomó una sintiendo algo que nunca sintió en ningún juguete, se dio cuenta que aquel hombre era especial para este tipo de cosas. Así paso hasta que sintió un pequeño dolor en su brazo, se lo frotó un poco pero seguía aumentando notó que se estaba desvaneciendo poco a poco dejándola boca abierta.

-Supongo que es hora de irte -dijo aquel hombre dejando sus muñecas de lado.

-N-No ahora... Te prometo que haré muñecas como me enseñaste... -poco a poco se fue desvaneciendo pero antes que se fuera escuchó el nombre de aquel hombre.

-Por cierto, mi nombre es Jason The ToyMaker

-Je, el mio es Saira Scooter...

-También prometeme que no le dirás a nadie sobre esto ¿Entendido? -antes de desaparecer asintió.

Despertó en la camilla del hospital, miró a sus costados para ver si había alguien pero no había nadie en una mesita había algo de tela con algodón y aguja e hilo, sonrió, tomó las cosas para empezar hacer una muñeca tenía una sonrisa. Mientras daba las puntadas que necesitaba, una enfermera entró para ver la salud de la paciente se sorprendió cuando la vio hacer una muñeca de peluche pero le alarmó fue la aguja que en su estado emocional frágil podría considerar que podría abrirse la piel, fue hasta la joven y le arrebató la muñeca que estaba por terminar en ese momento, Saira sintió una inmensa rabia por haberle quitado SU muñeca... miró a la enfermera con total frialdad, la mujer se alejó un poco de ella pero se sorprendió al ver los ojos de la paciente que eran un verde amarillento intenso, la enfermera le devolvió la muñeca pero sin antes de decirle que se quedaría para vigilarla, los ojos de la joven volvieron hacer normales dio las puntadas finales y la muñeca quedó terminada...

-... -miró su muñeca con una sonrisa-, naciste gracias a mi, con el hilo y la aguja te traje, tu serás mi amiga para la eternidad y no te separarás de mi

La enfermera miró confundida a la joven que había dicho esas extrañas palabras, la puerta se abrió dejando ver a la madre con una sonrisa trayendo buenas noticias diciendo que Rosa ya estaba estable, Saira salió corriendo para ver a su hermana no le importaba si le costaba caminar por sus heridas en las piernas quería verla. Al llegar vio a Rosa leyendo un libro, entre lágrimas fue abrazarla y ella correspondió, después le dio la muñeca que había hecho quedó sorprendida al ver lo bien que estaba hecha. Pasaron los días, la mayor le hacía varias muñecas mientras que la menor jugaba porque era lo único que tenia a mano. Una tarde cuando ambas estaban hablando de lo más normal a la más joven le empezó a faltar el aire además de que le empezó a doler el pecho, la mayor comenzó a gritar tratando de que un doctor fuera a ayudarla y eso pasó, varios doctores entraron corriendo a la habitación sacando a Saira para que no viera... pasaron las horas y los doctores trataron de estabilizar a la niña pero no lo conseguía, en una radiografía se sorprendieron al ver la cantidad de agua que tenía el los pulmones, al instante la llevaron a cirugía. Pasaron las horas y cuando terminaron de hacer el trasplante un sonido los alertó, trataron de reanimarla pero no lo consiguieron. La familia esperaba impaciente la salud de la más joven, sobre todo Saira estaba impaciente por saber, el doctor salió a darles la noticia de que la paciente no sobrevivió al trasplante...

Días después Saira no volvió hacer la misma chica alegre y feliz que era antes se volvió seria y deprimida, las chicas aprovechaban esto para burlarse de ella al igual que otros pero su mejor amiga la defendía de esos maltratos. Cada día siempre iba atrás de la escuela para crear una muñeca que era el único modo y recuerdo que tenía de Rosa, siempre en su mente mientras hacia la muñeca recreaba los momentos que estaba junto a su hermanita jugando con las cosas que construía. Una vez en clase, el profesor todavía no había llegado esto lo aprovechó para hacer una muñeca pero cuando estaba por terminar, Zack uno de sus compañeros le arrebató la muñeca de sus manos.

-¿No estás un poco grande para las muñecas? ¡Oigan todos! ¡Doll crea y juega con muñecas! -gritó burlón y comenzó a romper la muñeca.

-... -Saira comenzó a escuchar las burlas y el sobrenombre que le pusieron pero un aura negra la rodeaba al ver como estaban rompiendo SU muñeca, poco a poco se levantó.

-huuuuuuy~ ¿Qué me vas a hacer? Me vas a co- -no terminó porque Saira le enterró la aguja en el hombro.

Zack gritó de dolor pero fue cortado porque recibió una patada en el estómago después un puñetazo en la mejilla izquierda y otro la derecha, cuando cayó le dio dos patadas en el estómago, tomó la muñeca y se separó de él para ir a su lugar como si nada a terminar la muñeca, sus compañeros la miraban con terror esa forma de actuar sólo por una simple muñeca además de golpearlo de esa forma al más "fuerte" de la clase. El profesor entró y lo primero que vio fue a Zack en el suelo todo golpeado, instantáneamente preguntó "¿Quién fue?" Todos señalaron a Saira que estaba terminando la muñeca, el profesor se la arrebató gritándole ¿Por qué lo hizo? La más joven se quedó paralizada unos momentos hasta que escuchó su nombre nuevamente, lo miró de manera fría mientras sus ojos cambiaron a verde amarillento, el profesor soltó la muñeca un poco asustado por la mirada, Saira la tomó y dijo...

-Si usted tanto quería la muñeca sólo deme tiempo para hacer una réplica de usted -sonrió de manera escalofriante a su profesor.

-... Vaya ya a la oficina del director -ordenó con miedo a esa sonrisa escalofriante.

-okey -se paró y continuó-, tal vez mañana este su muñeco

La clase miraba como se iba pero Saira miró al grupo de Marisa y sus "amigas" quienes habían empezado con las burlas a su persona, al salir del salón miró extrañada su mano y la muñeca que aún tenía en mano en parte no le gusto la sensación pero por otra parte... le gustó. Cuando llegó a la oficina el director la miraba serio y le preguntaba porque esa reacción hacia su compañero y profesor ella solo le respondió que no debieron quitarle SU muñeca porque era el único recuerdo que tenía de su fallecida hermana Rosa, el director se frotó la nuca un poco incómodo al escuchar el tema de Rosa pero cuando iba hablar Saira mencionó las constantes burlas sobre su situación ahí fue cuando el director pidió que se retirara y que llamara a sus compañeros que tenía hablar con ellos, ella asintió pero por alguna extraña razón no le parecía suficiente eso. Al llegar le dijo al profesor que el director llamaba a todos los alumnos esto lo sorprendió y decidió acompañar a todos, después de que todos salieran una puerta azul apareció y ella sonrió... su amigo y maestro llegó.

-Hola Jason -sonrió al verlo.

-Hola Saira -miró a todos lados confundido-, ¿Y los otros?

-En la oficina del director -rió-. Pero no me parece suficiente que los haya llamado me gustaría convertirlos en muñecas -habló mirando su muñeca recién terminada.

-Entonces hazlo y te aseguro que será divertido -respondió de una manera un poco tétrica.

Cuando Saira volteó ya no estaba Jason en cambio se abrió la puerta del salón mostrando a los alumnos con la cabeza baja y el profesor con una mirada de pocos amigos. Al final del día llegó con una sonrisa pero al entra su padre la miró con seriedad y después se concentró en la televisión, la madre la abrazó con cariño. Desde que murió su hermana el padre trataba indiferente hechandole por completo la culpa de la muerte de Rosa, a Saira al inicio le dolió pero después lo fue ignorando. Al llegar a su habitación su sonrisa desapareció y en su cama comenzó a hacer un muñeco de su profesor pero escuchó que su madre la estaba llamando, bajo con rapidez preguntándole que pasaba ella solo señaló la televisión que mostraba a su mejor amiga que fue asesinada a golpes... Al día siguiente Saira le entregó a su profesor cuando lo vio el muñeco que le debía, este un poco asustado lo aceptó. En el recreo cuando pasaba cerca de la biblioteca escuchó una conversación, con cuidado y sin que la notaran vio que eran Marisa, Liliana, Soledad, Zack, Raúl y Esteban, estaban hablando de algo y pudo escuchar.

-¿Y hicieron lo que les pedí? -preguntó Marisa con una sonrisa.

-¿Matar a Lisa? Si lo hicimos -respondió Zack.

-Bien -habló Maira.

-Me pregunto ¿Cómo se defenderá Saira de nosotros ahora? -se burló Soledad y todos la acompañaron con una risa.

-Chicos... ¿Recuerdan cuando quemamos su casa? -preguntó Liliana con una sonrisa.

-Si -respondió Marisa.

-Que mal se puso... eso nos ayudó bastante -dijo Raúl burlón y todos se rieron.

Todo el grupo salió del lugar como si nada o, nadie escuchó algo pero ese grupo no pudo escapar de los enormes ojos amarillos de Saira su mirada mostraba furia y venganza, se retiró furiosa de aquel lugar. Al llegar a su hogar se encerró en su cuarto, se sentía que iba a estallar en cualquier momento por la rabia que sentía... miró su cama donde había una máscara, un traje y... un cuchillo... al lado de esto había una nota con el siguiente texto:

"Se que no vas a poder cambiar los hechos... Pero podrás vengar a aquellos que te dejaron atrás por culpa de los que te molestaban, usa esto para vengarlos y conviertelos en muñecas"

La nota no tenía firma pero sabía de quien era, miró la ropa junto con la máscara blanca... sonrió. Llevaba una máscara blanca sin boca ni nada solo agujeros para ver, una remera blanca sin mangas con una camisa azul de yean, pantalones negros, botas marrones y un bolso en su cintura, su pelo lo dejó suelto. Al bajar observó que su madre entró a la habitación en silencio se acercó y le puso seguro a la puerta, después se alejó y fue hacia su padre que se encontraba mirando la televisión, poco a poco se fue acercando a él a paso lento. Cuando el contrario sintió su presencia, ya era tarde, sintió como fue empujado y tirado al suelo, iba a levantarse pero sintió como algo filoso en su espalda soltó un grito que después fue callado con una patada en el estómago; con fuerza se le sacó el cuchillo haciendo que nuevamente grité lo pateó para que la mirara, apuñaló en ambas piernas y manos para evitar que se escape. De su bolsa sacó tela y aguja para comenzar a hacer un muñeco de su padre.

Al finalizar faltaba tres cosas, se acercó a la cabeza contraria y con el cuchillo le fue cortando donde estaba el cabello de manera muy lenta haciendo sufrir a su padre; cuando le quitó parte de la piel donde estaba su cabello poco a poco se le fue poniendo al muñeco, de su brazo le quitó piel para crearle una bufanda, la tela blanca poco a poco se fue tiniendo de rojo, miró a su padre que seguía vivo pero casi inconsciente, sonrió, se quitó la máscara mostrando que era Saira quien lo estaba torturando de esa manera horrible, en su rostro tenía una sonrisa muy macabra...

-¿P-P-Po-or q-q-qu-ué? -habló débilmente.

-No debiste hecharme la culpa por algo que yo trate de evitar -sonrió-, ahora serás mi nuevo muñeco

Una vez dicho esto clavó el cuchillo en el estómago haciendo que el hombre escupiera sangre al instante, el cuchillo iba abriendo todo el abdomen mostrando cada uno de los órganos. Cuando se abrió por completo con una mano le arrancó su corazón haciendo que este muriera al instante, le cortó una parte de este sacando un fragmento, abrió el muñeco justo en el pecho y coció ese fragmento de corazón en el lugar donde debía estar, luego lo coció cerrando el agujero, miró el muñeco que era una réplica exacta de su padre, sonrió por eso. Arriba del cadáver dejó el muñeco justo en el agujero y con la sangre escribió en la pared una frase. Cuando por fin pudo abrir la madre de Saira fue a  la sala donde vio la frase y luego el cadáver junto con el muñeco que la estaba mirando por esto, se desmayó...

Una semana después de lo sucedido en la casa de Saira los alumnos fueron llamados a la escuela porque había un espectáculo. Cuando el último entró todos notaron que las ventanas estaban cerradas y la puerta fue cerrada, las luces se apagaron y la del escenario se encendió; mostrando a tres muñecas y a tres muñecos bailando mediante unos hilos que los sujetaba, uno de los alumnos miró de cerca notando que eran muy parecidos a Marisa, Liliana, Soledad, Zack, Raúl y Esteban, una alumna sintió como algo caía del techo, miró arriba soltando un grito de horror, los otros alumnos miraron horrorizados el techo. Se encontraban Marisa, Liliana, Soledad, Zack, Raúl y Esteban colgados con alambres y amutilados, cada alambre sostenía una parte del cuerpo. Los alumnos corrieron horrorizados a la puerta pero cuando trataron de abrirla no podían, del otro lado estaba obstruyendo unos muebles. El sonido de unas botas fue lo que llamó la atención de los alumnos, en el escenario se dio a una joven con máscara y un cuchillo ensangrentado...

-Ustedes serán los próximos -habló de manera sádica y una sonrisa macabra adornó su rostro pero era tapado por su máscara blanca.

Al día siguiente el director junto con el vicedirector y algunos/as porteros y porteras llegaron a la escuela, lo primero que les resultó raro era que la puerta del gimnasio estaba trabada con muebles, los porteros sacararon los muebles y las porteras entraron para después salir rápidamente con lágrimas y una cara de horrorizadas, el director vio y también quedó horrorizado junto con el vicedirector. Adentro se encontraban varios cuerpos amutilados en el piso y otros colgados con alambres, pero les llamó la atención las/os muñecas/os idénticos a los alumnos fallecidos que estaban arriba de estos o colgados al lado pero siempre cerca del cadáver correspondiente. Otra cosa que notaron era que las/os muñecas/os tenían el cabello de sus víctimas al igual que parte de su piel y las víctimas tenían el pecho abierto sin el corazón dejando a las/os muñecas/os todas ensangrentados/das porque alguna parte del corazón lo tenían las/os muñecas/os. Miraron al fondo y pudieron notar que en la pared blanca del escenario había algo escrito con sangre...

"Tu no me ves,
Pero yo si"

De ahí nació Bloody Doll

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Esta Creepypastas es completamente mía.

Espero que les haya gustado.

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