5: αβοήθητος
La camioneta negra se estacionó a la mitad de la carretera que conectaba Daegu con Seúl.
—Jimin — Habló Jaebum —Sabes que estas solo a partir de ahora, ¿cierto?
—Claro que lo sé — Pues el mismo había planificado todo.
—¿Estas seguro de esto? — Preguntó el líder de la mafia.
—Si, piénsalo, nadie sospechará si lo hacemos de esta forma.
El maravilloso plan de Jimin consistía en lo siguiente:
El se vestiría de un omega común y corriente, sin ningún tipo de protección e iría caminando solo hasta la residencia que sospechaban que le pertenecía a la familia M, invitaría a unos cuantos alfas a seguirlo y a aparentar que estaba en peligro, correría hasta la casa y una vez adentro comenzaría con su infiltración.
Así que ahí se encontraba Jung Jimin, caminando en la fría noche, por una carretera completamente vacía y oscura, repasando en cómo se presentaría.
—¿Park Jimin? ¿No crees que podrían reconocerte por el nombre? — Cuestionó Hoseok.
—Hay muchos Park Jimin en Corea, si me dejo el apellido Jung sería muy obvio — Aclaró.
Debía tener un nombre clave y le pareció buena idea dejarse el mismo nombre y solo cambiar de apellido, pero algo le decía que no solo sería un nombre falso.
Las horas pasaron y cuando menos se dio cuenta había llegado a Daegu, era ya de noche cuando llegó a la ciudad, estaba desolada y el barrio en el que se encontraba era uno de los controlados por los M.
—Ya deja de temblar — Ordenó Bloody —No te va a pasar nada.
—Es fácil decirlo, tu no eres el que está al mando — Jimin miraba hacia todos lados para saber si alguien los seguía.
—¿Quieres que lo haga yo? — Francamente, Bloody sabía que Jimin podía arruinar todo.
Sin mucho que pensar, Bloody tomó las riendas de la mente de Jimin, mandando al propietario al mismo sitio alejado en su mente, convirtiendose en un espectador, pero se sentía protegido de es manera. La mirada se hizo oscura y el cuerpo de Jimin dejó de temblar, la presencia del sanguinario ángel haciéndose presente.
—Si que te ves como una zorra, Jimin — Dijo mientras se veía frente a una ventana —Nos servirá.
Bloody sabía que era necesario atraer alfas hacía él, así que se metió en un callejón oscuro, haciendo que su aroma saliera. Por el olor sabía que había alfas cerca, así que lo único que tenía que hacer era esperar.
No tomó mucho tiempo para que varios alfas comenzaran a rodearlo, todos ellos con una mirada lasciva y con grandes intenciones de poseer al omega.
Jimin tendría miedo de haber estado en consciencia, pero sabía que Bloody lo tenía bajo control, así que solo se dejó llevar.
En cambió, el diabólico ángel, actuó rápido, y antes de que tuviera que ensuciarse las manos se echó a correr, debía parecer asustado y recordar que no podía ser él, no, su misión era infiltrarse como Park Jimin.
Entonces, Jimin sintió como su cabeza se partía, un dolor muy intenso comenzó e hizo que ambos cayeran de rodillas, Bloody sostuvo la cabeza de Jimin en sus manos, el dolor haciéndose cada vez más insoportable, pero debía seguir corriendo, de lo contrario lo atraparían.
Se escuchaban gritos de parte de los alfas, estaban cazando al omega, entonces, la mirada de Jimin se llenó de miedo, y volvió a correr tanto como sus piernas se lo permitieran, su corazón latiendo al máximo, pero no era Bloody y tampoco era Jimin, no, era alguien más, otra consciencia. La cabeza aún dolía, aún estaba ese punzante dolor, pero eso no importaba, siguió la ruta que debía para llegar hasta la residencia de los M. Estaba alejada y había una gran reja de metal, cuando llegó ahí no dudó en hacer ruido.
—¡Por favor! ¡Alguien ayúdeme! — Gritaba para hacerse escuchar. —¡Ayuda, por favor!
Estaba aterrado, podía ver a los hombres acercarse a él. Siguió golpeando aquella verja con las manos, llamando por ayuda, incluso pensó en saltarse, todo con tal de que no le hicieran nada.
Fue hasta que un alfa, de cabello castaño, finas facciones, de piel canela, algunos centímetros más alto que él, de traje negro, se acercó, con el ceño fruncido, mirándolo expectante.
—¿Qué quieres? — Fue frío y cortante.
—A–Ayúdame — Apenas h podía hablar de lo alterado que estaba —Vienen siguiéndome, no quiero que le hagan nada — Lágrimas decoraban sus mejillas.
El alfa lo miró con atención, a juzgar por su apariencia y su olor, se trataba de un omega, observó cómo había quienes se acercaban a él, con intenciones muy obvias.
Abrió la reja y dejó entrar al omega, cerrándola al instante.
Jimin se sentía seguro, pero no por mucho tiempo, cuando vio como varios alfas comenzaban a apuntarle con sus armas.
«Ay, qué tiernos, piensan que pueden matarnos» pensó Bloody.
Pero no salió, porque cuando estuvo a punto de tomar el mando, el alfa que le había "salvado" habló.
—Bájenlas, es omega — Todos hicieron caso al momento, ninguno oponiéndose, eso solo molestó a Bloody, si él quisiera podría matarlos a todos ahí mismo, lamentablemente, estaba en una misión.
Las puertas de la gran mansión comenzaron a abrirse, se veía oscuro por la noche, daba un toque de miedo. Del interior salió un alfa, de cabello negro, varias arrugas recorrían su rostro, sus ojos como los de un león observando a su presa, alto y de piel blanca, lucía un traje azul marino y una corbata blanca, junto con una camisa del mismo color. A su lado, otro alfa de piel morena, cabello negro y ligeramente más alto, de traje negro completamente.
Todos los alfas que lo recibieron con armas listas, hicieron una pequeña reverencia con la cabeza, él solo lo miró sin entender.
—De rodillas — Habló, refiriéndose a Jimin. Park no entendía, así que lo volteó a mirar, pero para cuando procesó la información, recibió una patada en la parte trasera de sus rodillas, haciéndolo caer de inmediato.
«Me vuelve a tocar este hijo de puta y de queda sin mano» Advirtió el asesino.
Aquel, quién suponía que era el líder de todos esos estúpidos, se acercó hasta Park, mirándole con escrutinio, algo dentro de Jimin se removió, una vieja sensación, miedo, y solo aumentó cuando captó su olor.
—Un omega siempre debe ser sumiso con un alfa — Habló el anciano —Y más si el alfa lo protege. — «¿Si? Te voy a mostrar que tan sumiso puedo ser» Bloody no se callaba, Park tenía miedo de que tomara el mando —Yo te acabo de salvar la vida, así que tú a cambio debes servirme.
Solo porque estaba en un misión, sino ya lo hubiera matado.
—A–Así será, mi señor — Park asintió, temblando, con evidente terror.
—Taehyung, llévalo adentro, mañana le dirás al niño lo que tiene que hacer — Sin más, el anciano volvió a la casa, y quién le había abierto la puerta lo tomó del brazo, llevándolo a otro lado del terreno.
Primera parte de la misión: Cumplida.
Vaya vaya, nuestro angelito se infiltró con éxito, ¿cuánto le durará?
Mare🔪
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