
[Capítulo 1(⅓): ⅓ de Eldric]
...
Fue en medio de la ciudad en donde se despertó, estaba en un patio con un par de árboles secos y acostado en el frío pavimento del lugar, a lo que el sujeto se dió su tiempo para ver a un cielo aún iluminado por el brillo del sol, el cuál se encontraba bajando hacia el horizonte, marcando que ya había pasado el mediodia, lo que hizo al inexperimentado cazador levantarse de su lugar, ahora portando las armas entregadas por el Grande en su sueño
Eldric vió hacia adelante, observó por unos segundos una puerta de metal medianamente grande enfrente suyo antes de acercarse a ella, abriéndola con un poco de esfuerzo pues ésta era bastante pesada, incluso para la apariencia que tenía, a lo que el sujeto había llegado a la ciudad más importante de las Tierras Medias, es decir, Yharnam, ciudad de Grandes.
El nuevo cazador salió de ése lugar al que sólo le faltaban tumbas para ser un cementerio, caminando un poco antes de llegar al inicio de una pequeña calle que se veía interrumpida por otra puerta metálica de mayor tamaño, él intentó abrirla, sin poder moverla un centímetro de su lugar, cosa que hizo pensar al sujeto antes de ver una palanca al otro lado, la cuál se veía que era el sistema que abría la puerta, aunque los pensamientos del forastero se vieron interrumpidos tras ver que su sombra aumentaba de tamaño a la vez que una luz se acercaba desde su espalda, siendo un pequeño quejido el causante de que el instinto de Eldric actuara por su cuenta
El cazador preparó su pistola y se dió la vuelta rápidamente, para luego apuntar sin precisión y apretar el gatillo, disparando la bala de mercurio en la cara del sujeto que intentó clavarle un hachazo desde atrás, haciendo que el mismo acabe cayendo de rodillas frente a él, dejando al cazador oportunidad de actuar, dando un golpe certero en el pecho del No Muerto, penetrando al mismo antes de a verlo a la cara, para acto seguido arrancar su mano de allí junto con el órgano vital que residía ahí, dejando caer al antiguo yharnamita de espaldas, el cuál expulsó los restos de vida que quedaron en su interior, pudiendo descansar en paz
El forastero vió a su alrededor, notando que no había un quién juzgue su obra de arte contemporaneo más allá del sol en el cielo, a lo que él simplemente ignoró al cadáver enfrente suyo y dió unos pasos hasta encontrarse con otra palanca la cuál usó casi sin dudar, a lo que segundos después vió una escalera de mano bajar y darle paso a una terraza no tan alta, a la que subió debido a su falta de otras opciones, encontrándose con una lámpara de cazador clavada al suelo y dos puertas que llevaban a una casa cada una, una puerta metálica (también cerrada por un mecanismo) y finalmente una pequeña salida abierta que iba hacia la misma dirección que la calle interrumpida
Sin más opción, Eldric empezó a caminar a la salida, viéndose interrumpido por una tos que sonó de una de las dos puertas, especificamente la que estaba más a la izquierda
(Antes de continuar, usted debe saber que va a tomar decisiones directas en la historia, por algo ésta es una interactiva [lo dice en las etiquetas]
Además de que, lo que sea que haga, tendrá repercusiones tanto positivas como negativas en el futuro del camin que elijas con el paso de los capítulos)
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Opción: Ignorar
El inexperto cazador vió durante un par de segundos la puerta, para luego simplemente girar noventa grados su cuerpo entero e irse de ahí caminando lentamente, bajando por unas escaleras donde se encontraba un antiguo yharnamita con un machete en sus manos, escondido detrás de unos barriles vacíos que rompió sin dudar para luego ir corriendo hacia el forastero, quien simplemente agarró su hacha y la utilizó contra el No Muerto, clavándola entre ceja y ceja para luego arrancarla de la cabeza del otro, habiendo acabado con él de un sólo ataque
Has aquirido: Fuerza de voluntad +1
Tú
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Opción: Revisar
Tras escuchar la tos, Eldric miró hacia sus alrededores unos segundos, para luego ir caminando hacia la puerta de la casa y dar un par de golpes suaves con la punta del nudillo del dedo índice de la mano derecha, para acto seguido no obtener ningún tipo de respuesta además de más tos del otro lado de la puerta, aunque eso no fue excusa para retirarse
Él caminó un poco más para encontrarse con una ventana que pertenecía al mismo hogar, la cuál, si bien tenía unas rejas de metal, dejaba pasar la luz de adentro, a lo que el inexperto sólo debió repetir su acción para que acto seguido una voz suene a través de la ventana
- Oh, tú debes ser un cazador... Y no uno de aquí. Soy Gilbert, un forastero. Debiste haber pasado un buen rato ahí afuera, los No Muertos yharnamitas tienen una forma especial de darle la bienvenida a los invitados. No creo que pueda servir por mucho tiempo, pero estoy dispuesto a ayudar, si es que hay algo que pueda hacer... tos Ésta parte de la ciudad está maldita. Sea cual sea tu razón para estar aquí, te conviene planear una salida rápida. Lo que sea que se pueda conseguir en éste lugar hará más daño que bien. -
El otro siguió tosiendo, mostrando su mal estado de salud ante el nuevo cazador, quien puso su mano sobre el vidrio y apoyó su cabeza en las rejas de la ventana para luego susurrar un "Dios Nyxaris..." hacia el de la casa
- ¿Dios Nyxaris dices? Hmm... Nunca oí de él, pero si estás tan interesado por los dioses, puedes ir a la Iglesia de Sanación. Ellos controlan todo el conocimiento acerca de los dioses, también contienen todas las escrituras sobre mitos antiguos y actuales... tos Nórdicos, Griegos, Aztecas, Incas, incluso las religiones que hoy siguen vigentes como cristianismo o hinduismo... A través del valle del Este de Yharnam se encuentra el pueblo de la Iglesia de Sanación, conocido como Byrgenwerth. Y aún en lo más profundo del valle se encuentra la vieja gran catedral, el único lugar donde algunos afortunados tienen contacto directo con los dioses... O eso dicen. Más tos Los yharnamitas no suelen compartir con los forasteros. Normalmente no te dejarían entrar ahí, pero... Hoy es noche de cacería... Puede que sea tu oportunidad. Aún más tos No te preocupes por mí. Me temo que yo ya no soy de ayuda. Lo que me infectó es incurable, pero ésta ciudad me dió esperanza... Sus extraños dioses anti-católicos me dieron la oportunidad de tener más tiempo, fueron más piadosos conmigo que con la mayoría de mi gente en Pertland. Y sin la amenaza de la plaga de las bestias, puedo morir humano. Continúa tosiendo -
Tras escuchar esto, Eldric se separa de la ventana y va por el camino que en cualquier caso habría tomado, no sin antes dar una última mirada hacia donde estaba Gilbert para luego retirarse, siendo que el No Muerto yharnamita lo toma por sorpresa y empieza a atacarlo, sin un patrón establecido, hasta generarle un corte en el brazo izquierdo, brotando un poco de su sangre al exterior, a lo que el inexperto cazador agarra su hacha, sin importarle la herida por la adrenalina del peligro, y la ataca con un impacto de hacha que le destruye ambos ojos, para luego dar un segundo que acaba por matar al yharnamita, aunque hace sentir particularmente mal a Eldric
Has adquirido: Empatía +1
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Cualquiera de las dos opciones llevan a un mismo punto.
El nuevo cazador bajó por otras escaleras, llegando al otro lado de la calle bloqueada por la puerta de metal, divisando a unos pocos pasos la palanca encargada de abrirla, con el único inconveniente de que habían cuatro yharnamitas dispuestos a protegerla, aunque esto no asustó al forastero, quien cambió su arma a una forma de dos manos antes de bajar por otras pocas escaleras para acto seguido encontrarse cara a cara con los No Muertos, aunque el enfrentamiento no duró mucho pues el inexperto sólo debió dar un par de giros para matar a los cuatro con el hacha larga, lo que le permitió accionar la palanca sin problema alguno, aunque también abrió de manera accidental una de las alcantarillas, a la que se acercó y vió con disgusto, sin entender para qué querrían abrir eso, aunque no tuvo tiempo para dudar pues escuchó un ruido a una distancia media, ésta vez su instinto le advirtió que se escondiera debajo de la alcantarilla, cosa que hizo antes de ver pasar por encima de él a un enorme cerdo oscuro que pudo haberlo matado si es que era arrollado, por lo que, sin mucha más opción, él bajó hasta las aguas del sistema cloacal, para acto seguido escuchar una voz desconocida detrás suyo
- Un momento, tú eres... ¿Eldric? -
Fue lo que preguntó la voz, siendo que el mencionado se dió la vuelta y se encontró con otro igual a él: Un cazador, más específicamente Mirael, quien se había despertado bajo las calles de Yharnam Central, a lo que el que acababa de bajar intentó acercarse y saludarlo amistosamente, mas se vió interrumpido por el mismo pues el otro le había tapado la boca con una mano mientras ponía el dedo índice de la otra en sus labios, diciéndole de ésa manera que guarde silencio, cosa que confundió al sujeto por unos segundos hasta que vió a una especie de lobo oscuro con cuerpo humanoide patrullando la zona el cuál los ignoró por su mala visión y el olfato interrumpido gracias a los residuos cloacales, aunque la bestia licántropo miraba hacia la izquierda y la derecha al mismo tiempo que se retiraba del lugar, permitiendo que Mirael suelte a su compañero
- Escucha, no tenemos tiempo para charlar, debemos salir de aquí lo antes posible... Y si viniste aquí abajo, supongo que es porque alguna bestia o cosa te estaba persiguiendo, por lo que el lugar por donde viniste no debe ser una opción, al menos no una segura... Dime, ¿Sabes algún lugar a donde podamos ir? -
Hablar sobre la Iglesia de Sanación
❤
Ocultar información/No decir nada
(Si previamente se eligió la opción Ignorar, saltar directamente a la opción "No decir nada")
Opción: Hablar sobre la Iglesia de Sanación
- ¿Iglesia de Sanación dices? Hmm... No la conozco, pero por cómo hablas de ella parece ser un buen lugar para comenzar. Creo que ya no hay bestias vigilando ésta parte, por el momento. Ven, si nos apuramos tal vez lleguemos antes de perder los órganos por un hombre lobo. -
Opción: Ocultar información/No decir nada
- ¿No? Oye, puedes al menos susurrar lo que quieres decir. Cuando dije que no había tiempo para charlar, no me refería a que el silencio debía ser absoluto. Ahora, quita ésa cara amargada y vamos, debemos encontrar una salida lo más rápido posible. -
Cualquiera de las opciones no cambia el resultado en ésta ocasión.
Tras decir el diálogo de la respectiva elección, ambos cazadores van caminando por algunas partes del sistema cloacal yharnamita, evitando cualquier encuentro con cualquier bestia, al punto de que pudieron ver a varias de éstas tener numerosas disputas territoriales, matándose entre si mientras los otros dos no debían de hacer nada, aunque a la vez pudieron ver que los propios No Muertos yharnamitas, junto con unos esclavos que, en su mayoría, les sacaban una cabeza estando encorvados, buscando al dúo por ésa zona, de paso también exterminando a algunas de las bestias que se encontraban presentes de la forma más horrible que podían: Incinerándolas.
Al final, no les fue muy difícil encontrar una salida, gracias al diseño tan lineal del sistema cloacal y las patrullas de las bestias, es que ambos acabaron subiendo por unas escaleras de mano hasta volver a la superficie, donde pudieron presenciar otra escena donde vieron a un tercer cazador, uno más antiguo que los dos combinados, y que, por obvias razones, no pertenecía a su grupo formado por Nyxaris, sino por otro creado varias décadas en el pasado, también por ése Grande
El cazador era más alto que los otros dos, llevaba un sombrero que usaba encima de sus cabellos blancos por las canas, su traje era un tanto diferente al de cualquier cazador, sus guantes y pantalón se mancharon lo suficiente de sangre como para hacer que su color se pierda por el rojizo del líquido vital, él portaba un hacha con el mismo diseño que la de Eldric, además de una escopeta de dispersión, única en su tipo, creada y entregada directamente por la Diosa Arcana de las Estrellas. El sujeto se encontraba golpeando con el filo de su arma el cadáver de una bestia que yacía en el suelo, recién muerta por la mano de Gascoigne, padre de la Cathedral Warth, quien repitió un par de veces su corte, casi como si estuviera cosechando encima del cuerpo sin vida de la criatura, para acto seguido darse vuelta y mirar a ambos protagonistas, cubriendo su rostro con la sombra de su sombrero antes de dirigirle la palabra a los dos cazadores novatos
- ... Bestias por todas partes... Acabarás siendo una de ellas, tarde o temprano. -
Tras decir esto, el padre de la catedral simplemente da media vuelta y se retira sin decir ni una palabra más, dejando ahí a los otros dos, quienes cruzaron miradas un segundo, intentando darse confianza el uno al otro, para luego escucharse varios disparos a unas cuantas calles de ahí, por lo que, impulsados principalmente por la curiosidad, ambos salen corriendo por el único camino que disponían, siendo el mismo por el que el padre de dos niñas acababa de tomar...
- Kos, diosa de las estrellas. O como le dicen algunos, Kosm. ¿Oyes nuestras plegarias? Por favor, haz lo mismo que hiciste con la frívola Rom, y concédenos la bendición de tener ojos. -
Se escuchó cómo es que una persona de Byrgenwerth rezaba a los Grandes en plena noche, en especial a una de ellos que se ubicaba iluminando el oscuro cielo con la cantidad infinita de estrellas en el mismo. Aunque fue cuestión de tiempo para que la luna adoptara un tono carmesí, aunque ésta vez con las estrellas brillando más fuertes que nunca, a lo que el sujeto dió un par de pasos hacia atrás, mientras veía a la diosa que estaba llamando descender lentamente del mismo satélite natural hasta estar frente a frente con el humano, pequeño a comparación. Ella parecía una fusión entre un pez, un molusco, y hasta una mujer humana, siendo que la Grande emitía un aura azul claro alrededor suyo que iluminaba de manera similar al lago que vió Eldric en el pasado
- ... Sangre pálida... -
Segundos después de decir ésas únicas palabras, la diosa arcana rodeó con sus extremidades y su poder al humano, quien empezó a sentirse como si lo estuvieran incinerando, pero estaba paralizado, no podía escapar, no podía llorar... No podía gritar, ¿Te imaginas privarle la expresión a un hombre a punto de morir? Pero ésta muerte... Él no se quemó, ni se ahogó, ni fue apuñalado o algo por el estilo... Sino que toda su anatomía fue modificada de tal forma que su piel, su carne, sus huesos, sus órganos, absolutamente todo de él se convirtió en sólo sangre.
Ahora, con ésta forma líquida, la diosa Kosm se elevó de nuevo al cielo con el tejido sanguíneo en sus manos, sin saberse por qué ni para qué... Sólo demostrando su poder fuera de liga.
Continuará...
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