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La joven bruja paseaba, mientras que a su lado la seguía en vampiro, ella seguía desconfiada, nadie la haría dejar de creer que su familia estaba comiendo un gravísimo error al casar a Sylene con Elijah Mikaelson.Pero aun así como buena hija obediente y buena hermana se tragaba sus palabras y aceptaba dar paseos con Niklaus.
—No entiendo por que te gusta tanto pasear conmigo. —Ambos se detuvieron cuando el arrancó una rosa y se la entregó. —Gracias
—Mira pequeña avecilla, es fácil, eres una criatura curiosa que disfruto observar. —La pelirroja se quedó anonadada mirándolo.
—No se si sentirme halagada por esas palabras señor Mikaelson.
— Olvidemos ese asunto, que tal si te cuento sobre tu familia.
—Sé todo sobre mi familia. —Respondió llena de arrogancia la chica, claro que sabía todo sobre ellos, se había criado leyendo sus libros y diarios de sus antepasados.
—Si pero seguro no has hablado con alguien que haya conocido a la misma Luna Leuksnasdottir.
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Silver tenía todos sus grimorios diarios y libros de astronomía regados sobre su cama. Se acababa de enterar que ese día ocurriría un Eclipse en plena luna de Sangre, un evento lo suficientemente fuerte como para generar toda la energía que necesitaban. Pero apenas faltaba el último elemento. Sería mucho pedir que su hermana se lo llevara.
Sintió llegar a su hermana, se preparaba para darle la reprimenda de su vida, Sylene sabía que tocar antes de entrar era una regla fundamental. Pero no habló cuando frente a ella cayó un pañuelo cargado de sangre.
—¿Qué es eso? —No creía tener tanta suerte.
—La sangre de la última original. —Respondió la rubia con simpleza —Ya te encargarás luego de extraerla.
Silver volvió su mirada al pañuelo, tenía demasiada sangre, y una punzada de preocupación por la adolescente le llegó.
—No le habrán lastimando ¿No es así? —Silver se sintió sorprendida de esa pregunta. ¿Qué mierdas le importa si Hope está bien o no?
—Ignorando tu repentina preocupación por la cría. No, no le hicimos nada. —Sylene tomó una copa de vino tinto que tenía Silver en la mesita de noche. —Sabrina le provocó una hemorragia nasal. ¿Contenta?
Silver se puso de pie y quitó el vino de la mano de su hermana, claro que estaba contenta. Pero tenía que asegurarse que todo estuviera perfecto. —Imagino que se encargaron debo levantar sospechas.
—¿Con quién crees que hablas, cielo?
—Con mi auto suficiente hermanita y la desquiciada de mi sobrina-bruja. —Silver miró a su hermana y se dio cuenta de que había algo más. —¿Algo más que quieras preguntar?
Sylene se quedó mirando a Silver a los ojos y cuando la pelirroja comenzó a desesperarse respondió. —¿Cuándo?
Silver le regaló una media sonrisa, una que hizo que la piel de su hermana se quedara helada. —Más pronto de lo que crees luna mía. —Miró que la luna comenzaba a salir entre las montañas. —Tan pronto como hoy mismo.
—¿Qué?
—Llama a Sabrina, en una hora las quiero en el lago
...
La luna brillaba en el cielo, alumbrado todo el pequeño bosque, dónde se encontraban las hermanas y su sobrina, las tres cubiertas con unas capuchas a lo Caperucita Roja, solo que iban a resucitar a los lobos.
—Viento. —Susurró Silver caminado alrededor del lago. —Te invoco.
Una gran corriente de viento movió los árboles alrededor de las chicas.
—Agua. —Sylene hundió su mano en el agua. —Te invoco.
El agua del lago comenzó a brillar tanto como la luna, sin duda todo esta saliendo bien.
Ambas hermanas miraron a Sabrina, la joven estaba nerviosa, nunca había hecho algo tan grande, era otro nivel, uno que no se estudiaba en la escuela Salvatore.
—Tierra. —Sabrina suspiró, enserio querías lograrlo, quería que sus tías se sintieran orgullosas. —Te invoco.
Pasaron unos segundos que para la rubia platinada se sintieron como horas, pero la tierra la escuchó y se abrió, una pequeña grieta desde su posición hasta el lago.
Silver sonrió orgullosa. —Vamos. —Las tres se dieron las manos y susurraron. —Fuego.Te invocamos. —Un círculo de fuego rodeó al lago.
El fuego se apagó cuando el viento dejó de soplar, el agua de brillar, y la pequeña línea en la tierra se inundó.
—Ve. —Le susurró Silver a Sabrina.
La joven cumplió la orden y fue a por lo que necesitaban para el hechizo.
—¿Estás lista luna mía? —Susurró la hermana mayor.
Sylene estaba nerviosa, resucitar a Elijah era algo que le preocupaba pero no estaba dispuesta a admitirlo.
—Si.
—Cenizas del primer híbrido creado por Klaus. —Silver tiró la cenizas de Tyler al lago.—Tú creación
—Cabello de la hermana. —Sylene hizo lo propio con el cabello de Rebeca. —Vuestra hermana.
De su colgante Silver sacó lo que queda en todo el mundo de madrera del roble blanco, el último trozo. —El arma que apagó vuestro fuego.
Sylene tomó la sangre de Hope, sangre que habían pasado a un pequeño frasco. —Sangre de cuesta sangre, la primogénita Mikaelson.
Cuando la sangre de la trihíbrida tocó el agua, toda esta se tiñó de rojo.
—Sabrina. —Silver la llamó.
La joven se acercó jalando a dos chicos, por cadenas.
Sylene rápidamente se alarmó. —¿Quiénes son?
—Dos primos. —Respondió la pelirroja mientras usando su magia lanzo a los chicos a lago y luego los arrodilló.
—Inocentes. —Murmuró Sylene.
—Nadie es inocente y necesitamos carne para ellos. —Silver siempre le había dado poca importancia a la vida humana, o cualquier vida,solo ella su hermana y sobrina le importaban. —En toda guerra hay daños colaterales.
—¿Siquiera los conoces?
La pelirroja puso los ojos en blanco, y señaló a uno de los hombres. —Él, es un bastardo, hijo de una bruja y un hombre lobo... ¿Te recuerda a alguien? —Tomó el pincel de Klaus y se lo lanzó directo al estómago matándolo al instante. —Él, es hijo de una bruja y primo del bastardo. —Cortó el cuello del chico número dos usando el anillo que le dio Elijah a Sylene. —Vamos, el eclipse está por ocurrir, no hay tiempo de lamentaciones.
Sylene y Sobrina se colocaron a cada lado de Silver y se dieron las manos, comenzaron a murmurar palabras en latín antiguo y tono ascendente. —De las cenizas, fuego, de la sangre, agua, del espíritu, viento, de la carne tierra. —El clima comenzó a enloquecer, lo mismo llovía, que caían relámpagos. —De la muerte, vida, encendamos la vela que se apagó, devolvamos a la vida a quiénes murieron.
Debido a la fuerza del hechizo varias energías trataban de separara a las chicas, pero se mantenían juntas. Incluso a Sabrina comenzó a salirle un poco de sangre de la nariz.
—¿Estás bien? —Susurró Sylene mientras la pelirroja seguía con el hechizo.
La adolescente asintió justo en el momento que un rayo cayó sobre el lago y el Eclipse estuvo completo sobre la luna de Sangre.
—Hemos hecho historia, murmuró Silver. —Cuando el agua se volvió un material lodoso y dos manos salieron a la superficie. —Los Mikaelson están de vuelta.
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