CAPÍTULO 9
Casi unas hora y media después, me reuní con Kegy quien estaba en medio de ambos cuerpos sobre mesas metálicas, por los instrumentos en las mesas se que les ha realizado la autopsia, indicando claramente que ya sabía la causa de la muerte de las niñas; ellas se encontraban cubiertos por una sábana blanca delgada que evitaba que les viera cualquiera que entrara, honestamente me sentía mejor no viéndoles el rostro, simplemente porque al verles el malestar regresaría y no se si sería capaz de soportar las ganas de llorar.
- Circe, te has perdido de esto- toma sus notas de una mesa donde hay un montón de documentos.
- lo siento, la enfermera es bastante elocuente, ¿lograste averiguar qué paso?- pregunto mientras me acerque a ella.
Ella suspira metiendo su pluma en el bolsillo de la bata que lleva puesta. Hace una de desagrado y mueve la cabeza de manera negativa.
- No en su totalidad, pero esto se pone cada vez más retorcido, estas niñas tienen la marca de una cesaría. - me entrega una carpeta con fotografías.
- Estas diciendo que...- le mire sorprendida.
Ella asiente con una mueca y cruzada de brazos.
- Estaban embarazadas, por la diferencia en sus cuerpos puedo decir que la hija de los Calar casi llega a término, mientras que la de los Jung no habría tenido tanto tiempo de gestación, no entiendo qué está sucediendo, pero está sobrepasándonos y está comenzando a asustarme, tu padre tiene mucho trabajo. Es mejor que vayas a casa Circe, terminare la autopsia yo sola y llamaré a tu padre- le devolví la carpeta, ella la tomó.
- Creí que necesitabas mi ayuda- miré el cuerpo de la hija de los Jung, era tan pequeña, que no lograba imaginar que que dentro de ella existió un bebé.
- Ni yo puedo tener estomago para esto, ve Circe. No tienes que ver esto. – me miró a los ojos.
Suspiré resignada y asentí.
Lo último que vi antes de salir de la morgue fue a Kegy colocándose unos guantes y acercando los instrumentos. Ella se veía preocupada y tenía razón todo se estaba volviendo tan retorcido, ¿Por qué de repente desaparecían niñas y luego nos las dejaban en la plaza?¿ Porqué de todos los clanes? ¿ Era realmente una conspiración? no entendía nada y menos el porque soñaba con esto.
Me fui del hospital directo al bosque sabía que Zev llegaría pronto y ya que el hospital se encontraba retirado de los muros tendría que caminar un rato, por fortuna el malestar había cesado y las horribles ganas de vomitar se habían ido, aún tenía un poco de angustia.
Camine un rato por las calles de Suns, la gente me saludaba desde sus casas o en las tiendas, era temprano aún y el clima se sentía fresco, la primavera estaba en puerta y la esperaba con ansias puesto que de esa manera sería más fácil salir a encontrarme con Zev.
Me adentre en el bosque, sobre mi volaba Hazriel haciéndome saber que mi lobo estaba aquí esperándome y posiblemente muy preocupado.
Tenía que averiguar porque estaba soñando con estas cosas, y porque maldita razón se estaba volviendo reales, además de que si lo que Kegy creía era cierto debíamos buscar quien estaba haciendo esto; cuando le contara todo a Zev estaría traicionando a mi pueblo en su totalidad, sabía que pronto convocarían una reunión, pero antes de eso mi padre, Kegy y el círculo tendrían que reunirse para tomar decisiones que nos afectarían por supuesto, pero también decidir qué información se compartiría y cual no.
Maldición.
No podía ocultárselo a él, nada, ni siquiera que me aterraba en pesadillas, claramente yo no le temía de verdad, pero ese lobo de mis sueños trataba de decirme algo importante y tenía que descubrirlo, al principio había creído que todo había sido un sueño sin sentido, pero hoy... solo me había generado más dudas e inquietudes.
Cerca de Suns había un lago donde me reunía con Zev, casi nadie venía porque pensaban que era peligroso debido a que era muy grande, así que reunirnos era seguro, casi por llegar le vi, estaba serio recargado contra un árbol, él me sintió llegar y el giro el rostro sonriéndome.
Mis malditas lagrimas contenidas comenzaron a bajar por mi rostro.
Él se despegó del tronco con el rostro lleno de preocupación, corrí a él tan rápido que el impactar contra su cuerpo me dolió, sus brazos me rodearon tan fuerte apretándome contra su cuerpo.
-tranquila- susurro en mi oído- estoy aquí- acaricio mi cabello mientras sollozaba contra su pecho.
El me sostuvo allí largos minutos, con el sonido de la naturaleza, mis sollozos y mi desbocado corazón que siempre se disparaba cuando estaba cerca de él.
En momentos como esos, sabía que amar a Zev nunca se compararía con nada y valía la pena dejar todo por él, me sentía tan segura en un letargo de tranquilidad que invadía mi cuerpo y alma, tal vez yo no era un lobo, pero mi amor por ese hombre que me abrazaba como si fuera algo tan delicado y valioso, movía mi mundo pies arriba y agitaba mi estúpido corazón, era tan grande que preferiría morir sabiendo que era amarlo que nunca haberlo hecho.
- Te amo- murmure con la voz rota.
El me acerco un poco más si eso era humanamente posible.
- oh mi amor, dime que te tiene así, sentí tu inquietud desde Aku, en cuanto vi a Hazriel acercarse pensé lo peor- me separo un poco, me miro a los ojos- dímelo- dijo en un murmuro.
- tengo mucho que contarte, pero incluso yo estoy tan confundida, que me asusta-. respondí en un tono muy bajo.
Me beso en la frente
- Una de las cosas que debemos hacer por el otro es apaciguar nuestros miedos- me limpia las lágrimas de los ojos con mucho cuidado.
- Bien, pero... necesito que me escuches con atención, Zev- el asiente.
Deshace su abrazo, dándonos un poco de distancia pero sin soltarme de los brazos.
El me mira atento mientras le cuento los sueños que he tenido desde la primera noche que pasamos juntos. Le conté del miedo que sentí cuando el lobo saltó hacia mí y me miró con esos ojos grises llenos de ira; le hablo de aquellas niñas rodeándome en el bosque, de las sensaciones que me invaden al verlas allí en la nieve y como se encuentran muertas, narro cada detalle que puedo recordar y él me escucha cuando pronuncio en voz alta mis temores sobre lo que está pasando conmigo, en su cara se nota la preocupación y su ceño se marca en su frente un poco, está ansioso por decirme algo pero no me interrumpe, en silencio toma mi mano y le acaricia mientras hablo, sube hacia mi muñeca acariciándome, le explico lo que sucedió esa mañana, de cómo la culpa me atacaba por no lograr hacer algo, de lo tétrico que esas desapariciones se están tornando.
El futuro alfa suspira cuando termino mi historia.
- Si estabas tan asustada ¿Por qué no me lo contaste? - pregunta con un tono dolido- lo sentí, sentí tu agitación y miedo, por eso te lo pregunte, pero simplemente me dijiste que no era nada, me mentiste en la cara, te amo, pero esto es doloroso ¿sabes? - hace una mueca de disgusto – mi deber es protegerte, te lo he dicho, pero, ¿Cómo puedo hacerlo si tu no me lo cuentas? - aleja su mirada- te sentí esta mañana nuevamente y estaba tan preocupado que casi entro a Suns sin importar nada-
- Zev...-
- No, cállate, estoy enojado- me suelta la muñeca- ¿me has ocultado algo más? - pregunta tan bajo como queriendo no saber la respuesta.
Agito la cabeza en negativa
- ¡claro que no!, te he contado todo lo juro, no te dije esto porque pensé que era una estupidez, pero se está volviendo real Zev, y ¡te necesito! - me acerco a él, tomándolo de la camisa.
- Mi lobo también está molesto, pero ambos te amamos más que a nada- me acaricia las mejillas. – no me ocultes nada de nuevo, vamos a buscar porque estás teniendo estos sueños, pero antes- se separa de mí y mete una mano es su bolsillo, se inca lentamente ante mí- no sé si lo haga bien, pero, Circe, eres mi vida entera, te amo y un futuro sin ti es tan oscuro que me asusta tan siquiera imaginarlo, quiero estar unido a ti de todas las formas posibles, como mi clan manda, como tu pueblo exige, tu dijiste que no puedes amarme como un lobo y aun así aceptaste esto, así que esta vez tomaré tus costumbres y las respetare como debe ser, Circe Silos Kell ¿te casarías conmigo? aunque sea un lobo- saca un anillo de plata con diamantes pequeños en él.
Le miro con las manos cubriéndome la boca, sorprendida.
Los Alfas jamás se arrodillan ante nadie y tener a este hermoso hombre que es el paraíso de mi vida, me hace volar despierta.
- Zev... yo... tú no tienes que preguntarlo, pensé que ya estábamos comprometidos, ni siquiera es necesario el anillo-
- Por la luna Circe solo...- gruñe.
- Si, si, si, sisisisisisisisisiisiii- me abalanzo contra el tirándolo sobre la tierra- le tomó el rostro con las manos y lo besó por toda la cara- te amo- le beso en los labios. -Te amo y seré tu esposa, aunque ¿si sabes no? que según tus costumbres ya estamos casados-. el se ríe.
Me rodeo con sus brazos aún conmigo encima.
- Hablemos con tu padre, te lo suplico, sé que tienes miedo, pero se está poniendo complicado y solo en mi manada sentiré que estas a salvo, entiendo que sea difícil para ti, pero ya no puedo concentrarme teniendo tan lejos, pienso que tal vez si contraigo matrimonio contigo tu padre acepte la unión y no opondrá resistencia - me acaricia el rostro – te amo.
Uní nuestros labios en un beso.
No había nada que pensar, él era mi decisión e incluso sin anillo diría que sí.
Zev era mi compañero destinado, Idiosaki como ellos lo llamaban y aún no siendo lobo le agradecía a Sayane por haberlo entregado a mí, era lo más puro y valioso que tenía en la vida. Lo amaba tanto que estaría dispuesta a pelear por él, aun contra mi padre, Suns o quien fuera.
- ¿Cuándo quieres que hablemos con él? - pregunte a Zev.
El me dio una sonrisa encantadora.
- Primero le diré a mi abuelo, el mandara una carta a Suns pidiéndole a tu padre asistir a una reunión en Aku, te recogeré antes y le esperaremos allí, entonces hablaremos de esto con él, mientras tanto no te preocupes, vuelve a casa e intenta mantenerte tranquila, voy a intentar averiguar en mi clan si alguien sabe sobre lo que te está pasando- se levanta sentándose, me siento frente a él tomándonos de las manos- tal vez tenga que ver con nuestra unión, veré en nuestros registros si existe algo semejante, no salgas de Suns, si necesitas algo lo sentiré, si otro sueño aparece dile a Hazriel que vaya a mí, intentaré que esto sea lo más pronto posible- se pone de pie, jalándome con él.
- Te llevaré cerca del muro, luego volveré a Aku- me abraza- prométeme que te mantendrás segura- asiento en su hombro- esa es mi chica.
Me besa sobre la cabeza.
Zev me acompaña cerca de Suns, como había dicho, me quito el anillo y lo admiro entre mis dedos, es muy hermoso, una sonrisa tonta aparece en mis labios y un cosquilleo en el estómago me invade puesto que en unos días estaría para siempre con mi amado; escondo el anillo en el bolsillo de mi chaqueta antes de entrar, de esa manera nadie lo notaría y haría preguntas tontas; la gente luce un poco agitada y murmura entre ellos, lo cual me alerta, porque algo debe de estar sucediendo en Suns para que actuaran tan raros.
¡Hola! ( de nuevo) jajaja no es cierto. Ehhh ¿Qué les pareció el capítulo? espero que les gustara un poquito n.n, no prometo que sabrán pronto sobre qué pasa con las niñas... pero si son pacientes lo descubrirán, así que tengan paciencia.
¡GRACIAS POR LEER!
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