CAPÍTULO 8
Después de aquella noche con Zev, las cosas se volvieron un poco caóticas. No había logrado arreglar nada con Amel, debido a que se rehusaba totalmente a hablarme, papá preguntaba una y otra vez que nos pasaba, pero no recibía respuesta de ninguna de las dos, lo cual le estaba frustrando.
Ya había pasado casi un mes desde la fiesta de la diosa Sayen, había estado pasando mucho tiempo en casa del Alfa y hasta ahora había logrado no ser descubierta, las preocupaciones seguían allí, Zev y su abuelo me habían dicho que podían hablar con mi padre y el alcalde, pero no creía que fuera conveniente.
- Amel- llame a mi prima fuera de su cuarto, pero no recibo respuesta. - sé que estás allí Amel, necesitamos hablar-bufo mientras abro la puerta de su habitación- tenemos que hablar, no podemos evitarnos toda la vida- dije acercándome hasta su cama, estaba tendida bocabajo sobre ella con su hurón a un lado durmiendo.
Me barrio con la mirada y continúo leyendo el libro que tenía frente a ella.
- Por favor- puse un puchero – lamento haber sido tan estúpida, y... si te he lastimado de alguna manera lo lamento tanto, sé que no he sido la mejor prima, y que tal vez pude hacer esto más fácil, no estoy en tu contra y ya que he pensado con claridad, lo que pasa entre tú y Jackson no me molesta si tú lo quieres y te hace feliz-me senté junto a ella en su cama- fui muy grosera, y me disculpo, quisiera que por lómenos me miraras Amel-.
Cierra el libro de golpe.
- Una disculpa no va a solucionarme toda la vida- me miro molesta.
- Lo sé, pero somos familia tenemos que intentar remediar el presente-respondí.
Se incorporó sentándose.
- La que debe disculparse soy yo, lamento decirte esas tonterías, no siento nada de eso y estoy muy agradecida con tu padre por traerme aquí, les quiero, lo que dije... estaba asustada de todo cuando me descubriste. Perdón Circe, te evité porque me avergonzaba que supieras la verdad sobre mí y que escucharas tonterías mías- tomé su mano y ella se soltó a llorar.
- No cariño, está bien, debiste venir a mi si algo te incomodaba y lamento dejarte de lado a veces, la muerte de mamá también dejó estragos en mí. Te queremos mucho, y no estoy molesta realmente, pero intentemos ser honestas de ahora en adelante Amel-
Ella se limpió las lágrimas.
- ¿Significa que me contaras sobre tu novio secreto? – preguntó inquisitivamente.
- ¿Mi...mi novio? - respondí sorprendida de que lo supiera
- Tienes una marca en el cuello, aunque intentes esconderla a veces lo olvidas y logra verse un poco- se limpia la nariz y el rostro.
Era el momento.
- Te lo diré, pero tienes que prometer que nadie lo sabrá, nunca, ni Jackson-la mire con seriedad.
- ¿Es tan grave?, Circe es solo un chico, espera, espera, ¿es el sobrino del Alcalde? Siempre supe que estaba enamorado de ti-
Enarque las cejas.
- ¿Qué? ¿Sebastián, y porque yo nunca lo supe? -
- ¡No inventes Circe!, es claro que se muere por ti, porque crees que en tu cumpleaños te trae rosas-
Dios ... ¿Por qué no lo sabía?
- Nunca lo note, pero no es él, nunca sería él, cuando tenía 13 intentó besarme en la fiesta de cumpleaños de Mayra- un escalofrió de desagrado me recorrió- no, no es él-.
- Pues no se me ocurre alguien más- nos miramos a los ojos- ¡cuéntame ya! - grito.
- Júralo- señale
Ella asintió repetidamente.
- Estoy saliendo con... Zev Leukhtam el próximo Alfa de Aku-
Amel palideció, abrió los ojos y la boca intentando decirme algo, pero nada salió.
- Dime algo por favor- murmuré- ¡Amel! - grite desesperada
- ¿Qué puedo decir? Esto es como... terrible y un sueño fantástico, no me mires de esa manera, sabes que cualquier mujer que haya visto alguna vez a Zev lo tiene como fantasía sexual-
La miro extrañada.
- ¡Por dios! Como puedes decir eso, esto es muy de verdad, es serio Amel-
- Lo sé, lo sé, es solo que... ¿Cómo? Tu misma me dijiste que fue horrible conocerlo-
Asentí
- Si, horriblemente increíble-
Me miró sorprendida.
- La princesa de corazón de hielo está enamorada-
Le fulminé con la mirada. Odiaba que me llamara como los miembros de Suns.
- Te ha marcado ¿verdad?, pero eso significa...-
- Estamos destinados, somos pareja y si me marco-
Amel soltó un grito de alegría levantándose y saltando sobre la cama
- ¡Esto es increíble! Mi prima será la esposa del Alfa, espera si te marco, ya lo eres, ¿no? Bueno qué más da, es fantástico, es como una historia de ensueño, Zev es tu príncipe azul y serán...- se detuvo – es ilegal, ¿Qué vamos a hacer? - se sentó rápidamente frente a mí-
- No lo sé, aún estoy pensándolo Zev está dispuesto a esperar, pero no creo que lo nuestro este mal. -
- Deberías decirle a mi tío- me toma de las manos- el jamás te daría la espalda Circe. - nos miramos a los ojos.
Más tarde durante la cena un nudo me revuelve el estómago y cuando me voy a la cama, un sentimiento se aloja en mí atormentandome en sueños, de la nada viene a mi nuevamente aquella pesadilla en el bosque que tuve en los brazos de Zev, pero en esta ocasión algo diferente sucedió, cuando aquel lobo-puesto que me negaba a creer que era mi prometido- saltaba contra mí y la oscuridad me embargaba, no desperté en mi realidad, lo hice tendía sobre la nieve , al ponerme de pie mire lo que más me ha erizado la piel en el mundo, allí rodeándome inertes se encontraban las niñas desaparecidas, se encontraban formadas en un círculo perfecto en el que yo me encontraba dentro; sus rostros se miraban tan pacíficos como si tomaran la siesta; sus cabezas portaban coronas de flores de colores, eran grandes y coloridas como las flores de primavera; sus pálida piel comenzaba a estar cubierta de pequeños copos, ellas lucían como ángeles pacíficos sin vida.
De la nada un grito se escucha resonando entre los árboles, me giro a todas direcciones para encontrar el origen pero el sonido se expande por todos lados, la angustia y la desesperación me hacen despertar de golpe, esta vez en mi habitación, miro la ventana junto a mi cama notando que apenas está saliendo el sol; escuchó pasos fuera de mi puerta y me levanto de golpe, dirigiéndome a ella, le abrí, encontrándome con mi padre quien está colocándose su abrigo.
- Circe, justo iba a despertarte, me vinieron a buscar hace unos minutos, al parecer encontraron unos cadáveres en el centro de Suns, debo ir a ver, Kegy me pidió que te llevará, vístete rápido por favor, te veo allí- dice caminando hacia las escaleras.
Lo veo bajarlas con rapidez y vuelvo a mi habitación para poder cambiarme y seguirle.
Mientras me visto las imágenes de aquel sueño vienen a mí, dejándome una sensación desagradable, pienso en Zev, quien también aparece en mis sueños y un dolor en el pecho surge, debía de contarle sobre ellos la siguiente vez que nos encontráramos y así tal vez calmaría mis inquietudes.
Salgo de casa unos minutos después, luego de decirle a Amel adonde me dirijo, ella quien no es una persona de mañana apenas balbucea algunas incoherencias y se acurruca entre las sábanas.
Camino entre las calles de Suns aun con una sensación desagradable junto a un presentimiento desalentador, la poca gente que me cruzo me saluda con cortesía y yo respondo automáticamente ; logró identificar a mi padre junto a Kegy la médica de Suns y mi mentora, allí también estaba Jackson quien apenas hace contacto visual conmigo un tanto avergonzado, le doy una sonrisa tranquilizadora y el solo asiente, es allí cuando Kegy me nota.
- Hey, princesa de hielo, ven necesito que me digas tu opinión, solo espero que no desayunaras, esto no es gratificante- asiento a sus palabras acercándome.
Cuando llegó a su lado y miro aquella escena la sangre me abandona, ¨esto no puede estar pasando¨ me digo a mi misma. Frente a mí, tendidas sobre el suelo se encuentran dos niñas vestidas de blanco con coronas de flores de colores y sin vida, justo como en mi pesadilla, me quedo sin habla con las ganas de llorar en mi garganta y un dolor horrible en el corazón, las dudas vienen a mi en un dos por tres, siento frío recorrerme el cuerpo; me obligó a parpadear rápidamente para eliminar las lágrimas que están apunto de salir tragándome el nudo en mi garganta.
- Es la niña de los Jung y la de los Calar, de solo 12 y 15 años- dijo mi padre acercándose a los cuerpos – no soy experto Kegy, pero no tienen heridas visibles, que piensas- mira a la doctora.
- No lo sé Silos, no puedo ver ni picadura de agujas, necesito llevarlas a la morgue para hacerles pruebas-me miro- ¿vienes? - me pregunta.
Yo solo asiento incapaz de decir alguna palabra.
- Estás pálida hija- afirma mi padre.
Pero eso ya lo sabía.
-sí, me he mareado mientras venía para acá, creo que debí desayunar- miento. Ambos asienten sin dudas.
Un tiempo después recogen los cuerpos y me voy con Kegy.
Necesito ver a Zev, porque no logro entender que me sucede, ¿Por qué estos sueños vienen a mí? no entiendo cuál fue la razón de ver a esas niñas, la culpa y el miedo surgen desde un lugar desconocido, poniéndome tan ansiosa. Ni siquiera logro darme cuenta cuando llegamos a la morgue, ni cuando descargamos los cuerpos en bolsas negras. Kegy avanza frente a mi diciendo palabras que no escucho, el nudo sigue en mi garganta y mi corazón palpita rápido.
Siento una mano en mi hombro que me hace volver en si . Es Kegy.
- ¿Segura que te encuentras bien? - me pregunta en medio del pasillo- te ves pálida y no me estás escuchando.
Tomó aire en un intento de que la voz no se me quiebre.
- Lo estoy, es solo que no tuve muy buena noche y el levantarme sin desayunar no me callo muy bien, déjame tomar un poco de aire y conseguir comida- miento lo mejor que puedo y parpadeo despejando mis pensamientos.
Me mira dudosa, pero asiente.
- Ve y dile a mi enfermera que te de un desayuno, también es nuestra cocinera.
Asiento con rapidez.
Ella se aleja entrando a el laboratorio.
Me toco la frente un poco ansiosa y regreso por los pasillos, se con seguridad de que Hazriel me sigue, así que salgo fuera del hospital, lo miro fuera sobre las ramas de los árboles que rodea las instalaciones, me mira atento a mis movimientos; hace unos días le había quitado el escudo de Aku por si lo veía alguien de Suns, así no pensarían que estaba espiándonos y no habría motivos para inculpar a los lobos, papá le había puesto una banda en la pata para que lo identificaran como nuestro y nadie creyera que no tenía dueño, claramente le había mentido sobre su origen.
Me acerque a él, sus amarillentos ojos se fijaron en mí, le acaricié la cabeza, el sumisamente se la inclino hacia mi, estaba tan familiarizado conmigo que había ocasiones que se colocaba sobre mi hombro.
- Ve con Zev, dile que lo necesito- soltó un grañido.
Desplegó sus alas y emprendió su vuelo, le mire alejarse con rapidez sabiendo que entregaría mi mensaje.
Cuando su cuerpo se perdió en el cielo, entre nuevamente e hice lo que Kegy me ordeno, busque a la enfermera y tome un desayuno, a pesar de tener el estómago revuelto, era una excusa perfecta para retrasar lo que vería en la morgue.
¡Hola! Este capítulo es un poco triste, porque pobrecitas niñas... pero en fin, ¡Espero que les gustara el capítulo!
¡GRACIAS POR LEER!
Pd. Perdón por las faltas de estructura y ortografía si las hay XD
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