CAPÍTULO 4
* Este capitulo es un poco largo, pero es importante para la trama. ¡Disfrútenlo!
Al día siguiente papá discutió con nuestro alcalde, quien creía que todo era mentira pero al final había cedido a pedir una reunión con el líder de Mwen, esta vez, no había acompañado a mi padre, los vampiros eran menos razonables y era más peligroso que insultara a su clan. Amel me insistió en contarle todo y saber sobre Zev, claro que omití mi patética atracción por él, mi pequeña prima creía que era lo máximo y era un príncipe azul, yo también por supuesto, pero no lo afirme delante de ella.
Los días pasaron y no había ninguna noticia sobre las niñas, Billiert le había contado a mi padre que una vampiresa había sido raptada por un brujo lo único diferente es que ella era mayor , pero después de la reunión todos acordaron que era una trampa, no sabíamos porque ni que buscaba y claro quien lo estaba haciendo, de lo que si sabíamos es que si no se encontraba el culpable, seguiría pasando y se nos afirmó cuando tres niñas más desaparecieron, una de Suns y dos de Kuina, luego de eso todos enloquecieron, en Suns no se permitía que ninguna mujer saliera sola sea cual fuese su edad, había guardias armados por cada calle , se nos pidió que no se saliera después del anochecer y por Jackson sé que cada clan implemento medidas preventivas.
Los cuatro clanes trabajaban juntos en busca de quien estaba entrando en su territorio, padre decía que Aku tenía más de que preocuparse debido a que los secuestros indicaban que alguien del clan ayudaba en ellos, puesto que la ciudad blanca era impenetrable, estaban traicionando al clan y el Alfa no estaba muy feliz, Jackson decía que podría surgir una guerra interna por la lucha del liderazgo y eso solo hacía que pensara en Zev pues en unos meses el ascendería como el nuevo Alfa y correría peligro.
Esos días había sentido que me vigilaban, pero no había descubierto que o quien era, hasta unas noches después cuando estaba en mi cuarto sobre la cama intentando dormir un ruido en mi ventana llamo mi atención, sin abrir las cortinas completamente mire fuera, sobre la rama de uno de los robles frente a mi casa estaba un halcón blanco, sus amarillentos ojos brillaban con el reflejo de la luna, vigilaba desde allí, como si esperara que sucediera algo, pero cuando mire su pata más dudas surgieron, llevaba el escudo de Aku en una tira amarrada. Soltó un grañido y voló. Que hacia un halcón de Aku en Suns. Esa noche me fui con muchas preguntas que averiguaría fuese como fuese el día siguiente.
En cuanto amaneció prepare mi mochila lista para caminar por el bosque, mi padre había salido muy temprano así que le dije a Amel que iría a ayudar a la bibliotecaria ese día, sabía que no insistiría en ir porque los libros no eran una de sus pasiones, saldría por las alcantarillas sin que nadie lo notara e iría a Suns, no podía decirle a papá porque ya tenía muchos problemas y agregarle este sería injusto. Camine unas horas hasta llegar cerca del circulo de piedras de Aku, el invierno había empeorado y el viento soplaba con más fuerza, mis dedos estaban congelados.
Cerca de las rocas un par de voces me distrajeron.
-Eres un estúpido! - grito una chica, era vampira lo sabía por su piel y sus ojos- si se entera nos asesinara- empuja a el chico que la acompaña- fue completamente tonto, como la dejaste ir, si vuelve a su clan, moriremos-reprocho con furia.
-lo lamento! - bajo la mirada-dijo que tenía que ir al baño, es una chica ¡no podría verla jamás! -se justificó.
-Tonto! No debías ser un caballero, era nuestro rehén-le golpeo con fuerza.
El chico era humano, se veía un tono rosado en sus mejillas. La duda es que hacía con una vampira.
Y de que chica estaban hablando.
-nos va a matar grandísimo estúpido- se giró dándole la espalda-debemos buscarla, ya no hay tiempo-
Tiro del chico tomándole de la chaqueta, él la siguió obediente.
Alejándose.
No podía seguirlos, aunque quisiera, el bosque es peligroso y ya me estaba arriesgando al venir.
- ¡hey hija de Silos! - gritaron a mi espalda, giré el rostro y maldije.
Hakin.
Dios mío.
- Uhm...hola Hakin-
Él se acercó a paso rápido.
- ¿estas espiando nuestras tierras? - me sujeto por el brazo- pequeña sanguijuela humana!!- dijo con deprecio.
- ¡suéltame perro asqueroso! yo no estaba espiando a nadie- le arrebate mi brazo- quiero hablar con Zev-.
Se carcajeo.
- ¿Qué te es tan gracioso? - me cruce de brazos.
- Te crees tan importante para exigir ver a nuestro próximo Alfa? Tonta...-
- jajá sí que chistoso, es urgente, escuche algo sobre las niñas-mentirosa- lo juro-
El me miro unos segundos, como evaluando si era verdad o mentira ¡claro que mentía! pero necesitaba respuestas.
Hakin hizo una mueca extraña y luego chasqueo la lengua.
-espero que sea verdad, porque Zev no ha estado del mejor humor-nuevamente tomo mi brazo, arrastrándome con él.
Caminamos hasta la entrada donde me habían revisado para asegurarse de que no llevara ningún arma. Hakin había llamado a Dirin para que me acompañara hasta la casa del Alfa.
Todo era como la última vez que vine: blanco, hermoso y perfecto; la gente caminaba de un lado a otro, algunos me miraban con curiosidad, dándome miradas extrañas que no descifraba si eran de repudio u odio, pero algo había allí.
Después de un rato siendo vigilada por Hakin quien parecía creer que llevaba una bomba y haría explotar toda la ciudad en minutos, Dirin llego. No iba sola, un hombre le acompañaba, era alto y con músculos, llevaba el cabello rubio y un poco corto, su flequillo cubría ligeramente su frente, sonreía mientras escuchaba lo que le decía Dirin. Era guapo, sin duda, pero no era Zev.
-Chica pelirroja!!-grito Dirin cerca de mí.
-Soy Circe- respondí con simpleza, ella sonrió.
Se acercó y me estrecho en un abrazo.
-Lo se cariño- murmuro.
- Disculpa empalagosa hermana, pero quiero conocer a la desafortunada- hablo el chico detrás de nosotras.
Dirin se separó de mi dándome una sonrisa cálida.
- Pelirroja, él es mi hermano mayor Dean- lo señalo.
Él se acercó y al igual que su hermana me abrazó, la diferencia es que el me apretó con fuerza y me levanto del suelo.
-Bienvenida a la familia- me puso de nuevo con los pies sobre el suelo- soy Dean el Beta de Zev-
Hakin se rio.
-Deja de presumir un título que aún no tienes mocoso-
-Cállate anciano, estas siendo un poco envidioso- respondió con burla.
-Porque soy desafortunada? ¿Y a cuál familia te refieres? - todos me miraron.
Dean y Dirin compartieron miradas sonriéndose con complicidad.
- Es por mi hermana dulce cerecita, ella obtuvo un cariño especial por ti y una vez que te quiere es así toda la vida, haz obtenido una buena amiga aquí-
Al ser más alto que yo se aprovecha y me palmea la cabeza como si fuera una niña tonta.
-no soy una cereza, mi nombre es Circe- se carcajean.
Los odio.
-vamos Circe, te llevaremos con Zev-
Recorremos las calles a pie, Aku es muy grande, y está llena de gente, de cierta forma me da envidia, porque todos lucen tan felices, mostrándome que no son los animales que todos creen. Son familia.
La casa del Alfa es silenciosa y cuando entro me sorprende que siga vacía, pero me alegra que no tenga que mentir más.
La casa está igual de reluciente y pulcra. Es pacífica esta invadida de calma y de una forma muy extraña se siente como un hogar.
-mmm, Circe, olvide decirte que no avisamos a Zev, así que... entra seguro te recibe- me empuja hacia la puerta.
Ruedo los ojos.
No voy a acobardarme justo ahora.
Tocó la puerta con los nudillos.
-adelante- dice la voz de Zev desde el otro lado.
Miro a Dean y Dirin, ellos asienten despidiéndose con una sonrisa.
Abro la puerta con las manos tan frías de los nervios, tanto que el metal de la perilla y mi mano casi se igualan a temperatura.
Empujo la puerta, y allí esta Zev con sus rizos rebeldes vagando por su cabeza y esos ojos grises mirándome, el también seguía igual y causaba lo mismo en mí que cuando lo vi la primera vez.
-Circe- mi nombre en sus labios me gusta, pero debo concentrarme.
-Por lo menos recuerdas mi nombre- respondo con sarcasmo.
Quiero golpearme, lo juro.
Mis nervios me traicionan volviéndome sarcástica.
-Claro que sí- sonríe- pero ¿Qué haces aquí? - pregunta.
- Claro Zev, estoy muy bien, gracias por preguntar–
Él sonríe.
-Siempre tan difícil Circe- niega como si le fuera imposible creer que sea así. -como haz estado? Ahhh, muy bien no? Me alegro, ahora podrías decirme ¿Qué te trajo hasta Aku? -sonríe con burla. - quieres que te traigan algo de beber? ¿té? ¿pastel? ¿Un poco de café? -
- Muy chistoso Zev, no quiero nada, gracias. Pero si necesito hablar contigo-
-pues dime, te escucho-
Se sentó en el borde del escritorio mirándome.
- No me mires así-
- ¿Como? -
- Así como ahora- como si fuera la presa-olvídalo, haz lo que quieras, cuando venía hacia aquí vi a una vampira junto a un humano, hablaban sobre una chica que era su rehén y había huido, dijeron que alguien los mataría por perderla, luego se fueron, no sabía si seguirlos además antes de hacerlo Hakin me encontró, sé que no es mucho, pero se me hizo muy extraño- me mordí el labio
- Estuvo bien, algo podría haberte sucedido. Espera aquí-se levantó y salió.
Vague por el despacho, había muchos libros y cuadros. Sobre una de las repisas de los estantes se encontraban un montón de fotos de Zev y más personas. una de ellas en particular, llamó mi atención, en ella estaban Zev y Deán, junto al futuro Alfa una chica abrazándole, era muy bonita, con su cabello dorado cayendo en capas y sus labios sobre la mejilla de Zev.
Mi estómago se revolvió.
- Te estas divirtiendo por lo que veo- me sobresalto del susto.
Dijo Zev desde la puerta con las manos dentro del bolsillo de su pantalón.
- Pues no tanto, ¿es tu novia.? –le señalo
Sonríe de nuevo, pero había algo diferente esta vez.
- ¿Porque? –pregunta.
Ruedo los ojos
- No lo sé, ¿curiosidad? – respondí encogiéndome de hombros.
Hizo una mueca.
-Tu qué crees? –suelta con brusquedad.
Por un momento no se que decir, porque se esta tornando todo muy extraño.
-Olvídalo Zev, sino quieres no me respondas- me alejo de la repisa.
-No quería ser grosero, me disculpo, solo jugaba, no es mi novia, pero lo fue-
Se cruzó de brazos.
-ah- retiro mi mirada de él con una desagradable sensación.
- ¿ah? ¿Es lo único que dirás? –nuestros ojos hacen contacto.
Allí estaba esa mirada otra vez.
Me encogí de hombros.
- ¿Qué quieres que te diga? - murmure sin ganas.
Él bufa.
- Te escoltare a la salida si no tienes nada más que decir-
Lo detuve.
- Si tengo. Alguien de tu clan me vigila, un halcón con tu escudo ha estado siguiéndome y exijo que averigües quien es y le digas que se detenga-demande
Se queda perplejo, y al instante escucho su risa.
- ¿Qué es tan gracioso? -
- Lo lamento, no es que sea gracioso-
- ¿Y entonces? Esto es serio! -me cruzo de brazos
suspira.
-Por favor no te enojes- me mira y asiento- me reí porque es tan vergonzoso- hace una pausa- fui yo, yo mande a Hazriel a seguirte, te juro que era por tu seguridad-
- ¿Tu? n...no- balbuce- ¿Por qué? –frunzo el ceño.
- Creo que es mejor que no lo sepas- respondió con calma- no estoy seguro de cómo vas a tomarlo- se acerca a mi e intenta tomar mi mano, la aparto- Circe...- murmura.
- Creo que merezco saberlo, molesta y asustada ya estoy, si no me lo dices se lo contare a mi padre, dímelo Zev- le miro a los ojos, lo siento como una infinidad, aunque se bien que solo unos segundos pasan.
Cierra los ojos una milésima. Los abre uniéndolos nuevamente con los míos.
- Hace miles de años el primero de nosotros perdió a su manada, esa es la razón de que se le permitiera caminar sobre piel humana , pero luego de ejercer su venganza se quedó solo vagando por el mundo, la soledad lo asechaba constantemente y nada lograba llenar el doloroso vacío de su alma, intento amar pero el sufrimiento lo comenzó a consumir con lentitud, una noche de luna, cuando era más grande y blanca se arrodillo pidiéndole en lamentos que se le permitiera morir, nuestras leyendas cuentan que la misma diosa de la luna Sayen, bajo empatizando con su sufrir, le dijo "hijo mío, te di el poder para ser quien diera justicia a tus hermanos y hermanas, pero no vi cuanto dolor guardabas debido a tu perdida, tu alma está rota, haz intentado amar pero el daño te lo ha negado, nadie logra entender tu sufrir escúchame, esta noche no será tu muerte, en tu camino encontraras a quien logre curar tu alma, lo sentirás y sabrás que ella será tu única, ambos se complementaran y serán uno, amala, entonces encontraras la redención" volvió al cielo bendiciéndolo, pero para que se entendiera a aquel lobo y se valorara el regalo que nos dio, a todos nos retiró un pedazo de alma y la coloco en quien lograra complementarla, pero no solo era eso, quien fuera el guardián de nuestra alma tendría la fuerza para purificara nuestro corazón y evitar que el domino de la bestia nos consumiera. Idiosaki es como le llamamos-guardo silencio- eso es lo que eres tú para mí, el destino te eligió como mi otra mitad.-
Guardamos silencio.
- Estás loco- agito mi cabeza- no puede ser, estás loco-me alejo un paso mirándolo perpleja.
- Por eso no quería decírtelo- murmuro alejando la mirada-
- Es que es imposible, no soy lobo como tú, además fuiste bastante desagradable la primera vez- me tomo la cabeza con las manos, no entendía nada
- Eso no importa, es raro, pero alguien que no es del clan puede serlo y no por no pertenecer se le valora menos-calla mirando a la ventana- me comporté así porque lo sentí incluso ante de que entraras a Aku, siendo sincero te odie, que llegaras a mi vida complica las cosas, pero, jamás te rechazaría, todo en ti me llama, desde que cruzaste la puerta te volviste en lo más importante para mi incluso que el clan. - me miro nuevamente con esa intensidad.
Mi corazón palpito con rapidez, me sonroje hasta las orejas.
Intente decir algo, pero las palabras no salían de mi garganta.
- No tienes que corresponderme, pero lo sientes ¿no es así? por lo menos la atracción- hizo una mueca. - di algo Circe...Por favor...-
- No sé qué decir, es... muy halagador...supongo, pero soy humana Zev no podre amarte como tú a mí, Dios- las manos me temblaban- lo sentí, desde que vine con mi padre me sentí unida a ti, pero esto, Dios, los acuerdos lo prohíben y yo... no sé qué hacer- susurre.
Me dio una sonrisa dulce.
- No te preocupes, me hare cargo de esto, pediré que te lleven a Suns, no voy a buscarte, pero Hazriel debe estar contigo, si no quieres esto no tendrás que hacerlo, saldré de tu vida-
La sangre dejo de fluirme, un nudo en mi estómago se formó. Eso sonaba tan desagradable, de solo pensar en no verle nunca más hacia que mi corazón doliese.
- No puedes, tu, no puedes- tome aire- acabas de decir que prácticamente me amas y estas enviándome a casa, ¿es enserio Zev? Como piensas que puedo continuar-
- Dijiste que no lo querías- respondió con calma
- ¡No es verdad!! ¡Si lo quiero!... te quiero- forme un puchero inconsciente, me toque la frente frustrada - a lo que me refería es que no puedo amarte con el amor de lobos, solo con el de humano y si eso te es suficiente, intentémoslo, solo... esto va en contra de la ley-
- Al diablo la ley!, dentro de Aku por derecho me perteneces, para nosotros es tan sagrado que nadie estaría dispuesto a separarnos, si desean hacerlo solo deja que lo intente y sabrán porque soy el siguiente Alfa-
- No solo es eso Zev, podríamos desatar una guerra, yo sería acusada de traición y podrían exigir que no te nombraran Alfa, nunca te quitaría eso- se acercó a mí y me abrazo.
Sentir sus brazos rodeándome fue una sensación que jamás había sentido antes; seguridad, cariño y paz me inundaron completamente, el miedo desapareció y fue en ese instante donde supe que Zev no mentía, sabía que había allí algo más que atracción, y aunque yo no poseía la capacidad para amar que los de su clan, acepte que podría amar a este hombre de verdad.
Estaba poniendo mucho en juego, seria expulsada de Suns, ni aunque fuera una Silos me ayudaría a que Willy Jean me tuviera piedad, tendría que despedirme del lugar donde nací, de mi padre, de Amel y me asustaba terriblemente, pero en un pensamiento impulsivo supe que valdría la pena, que aunque mi mundo estuviera de cabeza, el seria mi hogar, Zev sería mi familia y mi vida entera, yo estaba dispuesta a todo sin importar los riesgos y las consecuencias, porque él y yo habíamos nacido para estar juntos.
-Zev- murmure contra su pecho, debido a que yo era más baja que el-te quiero a mi lado, voy a intentarlo- le abrase- quiero intentarlo-.su calidez fue todo lo que necesite aquella tarde; sus brazos me rodearon más fuerte y yo correspondí a ese abrazo apretándole contra mí.
¡ Hola! tal vez están un pocos confundidos con la relación de Circe y Zev porque es un poco intenso, pero mas adelante se explica porque sucede de esta manera. ¡Tengan un poco de paciencia por favor!
Nuevamente si existe algún error ortográfico discúlpenme n.n
¡ GRACIAS POR LEER!
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