CAPÍTULO 27
Por la noche el médico de la manda viene a la casa del Alfa para revisarme, como nunca ha existido un embarazo de una bruja y un lobo le preocupa que suceda algo malo, pero aparentemente todo está bajo control, aun así, el insiste en revisarme constantemente. Cuando se va me quedo sola en la habitación esperando a Zev, quien tienen responsabilidades de Alfa y se queda abajo con Dean. Cuando pienso en eso una idea descabellada vienen a mí, Rose me había dicho que debía controlar mis habilidades y el pensamiento de intentar inducir uno de mis sueños llega a mi mente recurrentemente, para ponerlo a prueba necesitaba un cómplice y quien más que alguien tan aburrido como yo.
- ¡Theodorus! – grito fuertemente.
Como ventaja de vivir con un montón de personas con oídos desarrollados no necesitaba ir, con gritar vendrían a ayudarme.
Escucho los pasos por el pasillo, los toques en la puesta y a T.K empujándola con su hombro. Me mira como si estuviera adormilado, pero es porque lleva una bolsa de sangre a medio beber.
- Pensé que habías dejado de beber de alimentadores- le llamo con mi mano.
Da un sorbo grande entrando.
- Lo hice, pero tengo hambre y Dean no puede alimentarme de su sangre porque está ocupado con su Alfa- toma asiento junto a mí en la cama.
Me rio por la forma en la que lo dice.
- Si te escucharan dirían que estas celoso- me río fuertemente.
- Oh cállate, no es eso, si no que me preocupa que no se cuide, sé que como beta su trabajo es proteger a Zev, creme cariño no me molesta solo me gustaría que se preocupara por el mismo un poco más- le doy un apretón en el hombro.
- Te entiendo y si pusiera...- trato de decir.
- No, esto no es tu culpa, supongo que es la costumbre al egoísmo de los vampiros, en fin, ¿Qué necesitabas? - se bebe el resto de la sangre
- Si sobre eso, tal vez nos metamos en problemas- digo con simpleza alisando la sabana a mi lado.
- No otra vez, Dean me regaño y honestamente no quiero que lo haga, porque me mira con esos ojos de cachorro que me hacen decirle que lo lamento demasiado- me da risa su comentario- es muy enserio- pone un puchero.
- Te creo, pero lo necesito, tengo una teoría de que mis sueños vienen por la noche porque es cuando más relajada estoy, así que quiero intentar inducir uno, si lo logro, puedo comenzar a controlarlos. -
Se deja caer en la cama cubriéndose los ojos con el antebrazo.
- Si te pasa algo, Zev se molestará y debo admitir que enojado da mucho miedo- aprieta los labios en una linea- pero debo decir que sería muy útil- se incorpora sentándose nuevamente- dime que necesitas-
Le doy mi mejor sonrisa.
- Solo quiero que te asegures de que vuelva, normalmente mis sueños son interrumpidos por cosas, pero el que tuve con Amel no se detenía, si yo no lo controlo puedo quedarme allí y los últimos han sido muy reales-
- Bien, lo intentare si no logramos, traeré a Rose- me estrecha la mano en un gesto tranquilizador.
Él se levanta de la cama tirando la bolsa de sangre vacía en el contenedor de basura, yo me muevo acomodándome en el centro de la cama.
- Lo harás bien Circe, voy a estar aquí para ti- me toca el hombro con la punta de los dedos- si es muy peligroso intenta salir de allí-
- Si T.K.- respondo tomando una respiración profunda.
Cierro los ojos e intento conciliar el sueño o por lo menos relajarme un poco. Pasa el tiempo y todo a mi alrededor se vuelve oscuro y silencioso, no puedo ver nada, a diferencia de las veces anteriores siento el cuerpo frio, pero también tengo una sensación familiar como si estuviera en un lugar conocido.
Abro los ojos encontrándome en un lugar que definitivamente conozco a la perfección, es la sala de mi casa en Suns, logro reconocerla aun cuando la luz está apagada. Al parecer logre inducir mi sueño, pero esto significa una cosa, mi hogar está en peligro. Escucho ruidos de pisadas bajando las escaleras, me giro y una luz me ciega al instante, evitando que vea a quien baja.
- ¿Circe? ¿eres tú? - pregunta la voz de Amel, la luz se aparta de mi rostro- ¿Qué haces en Suns? - se acerca a mí a paso rápido y me abraza.
- No lo sé, creí que era un sueño, pero puedo abrazarte, así que lo dudo- se aparta de mí y niega.
- Definitivamente no es un sueño, yo no estoy dormida- asegura.
- ¿Qué pasa con la luz? –ella camina hacia una estantería y baja el arma de mi padre.
- No tengo idea, la luz se fue repentinamente, pero antes la alarma se disparó, pensamos que éramos atacados, pero algunos de la guardia han pasado a decir que no sucede nada. –
Le miro confundida.
- La alarma no suena por error- lo sé porque mi padre la hizo.
De la nada gritos y disparos suenan afuera, Amel se acerca a mi lado; a través de las cortinas puedo ver a la gente corriendo.
- Debemos salir de aquí- le digo tomando el arma- yo disparo mejor que tú, ven- le indico con un movimiento de cabeza caminando a la puerta del jardín.
Salgo con el arma en posición por si debo disparar, siento a mi prima detrás siguiéndome los pasos, con mucho cuidado atravesamos el jardín hacia la casa de a lado, intento ver dentro, pero me es imposible.
- Busquemos a Kegy- le murmuro.
Ella solo asiente.
Kegy había regresado a Suns el día anterior y debía de estar en el hospital o en el edificio de seguridad, ambos están en medio de Suns así que debíamos ir con mucho cuidado por las calles. Caminamos con sigilo, en el camino veo a algunos lobos y una bruja, les veo atacar a la gente de la ciudad, me preocupaba que hubiera más rebeldes aquí.
Amel me jala del brazo detrás de unos contenedores de basura, le miro y con el dedo me indica que guarde silencio, asiento colocándome de cuclillas. Ella me señala en la calle de frente, miro a un rostro familiar, es aquella bruja con túnica que me empujo por el acantilado.
Maldición
- Tengo algo que decirte- murmuro- escucha, estoy embarazada y esa bruja quiere a mi hijo, así que en cuanto se vaya, tendremos que correr sin detenernos dos calles hasta donde esta Kegy- le miro notando su sorpresa.
Me sonríe.
- Felicidades- mira de la bruja a mí en un ir y venir contante- tú vas a correr, dame el arma, voy a distraerla, porque tú tienes que volver a Aku, solo dile a Jackson que lo amo- agito la cabeza en negación.
- Estas loca, no voy a dejarte- afirmo.
- Si lo harás, debes correr porque ahora eres una mamá, y las mamás cuidan de sus hijos- me acaricia en la mejilla. – no puedes detenerte. -
Me jala de la chaqueta levantándome, nos movemos a la pared de enfrente donde aún nos mantenemos escondidas, de la bolsa de su suéter saca una bomba y me mira.
- La voy a lanzar, vas a tener que correr, yo te cubriré de los que intenten ir tras de ti, no te detengas- le abrazo como despedida.
- No quiero irme- me sonríe tranquilizadoramente.
- Tienes que- asegura quitando el seguro de la bomba aventándole hacia donde esta aquella bruja.
Se escucha el detonar causándome un dolor horrible y un sonido agudo perforándome los oídos, Amel me toma del brazo y me empuja para que comience a correr, ella dispara pasándome del otro lado, aquellos que estaban con esa bruja disparan en respuesta; miro a Amel antes de comenzar a correr, pero ella solo me gesticula un "corre", me giro y corro, siento las lágrimas en mi rostro y un sentimiento de culpa por dejar a mi prima menor. Corro y corro con un dolor horrible en mi corazón y en un costado, aun a unos metros del hospital escucho los disparos en donde Amel.
Llego a la perta trasera del hospital, subo las pequeñas escaleras que están manchadas de sangre, el vidrio de la ventana esta estrellado; armándome de valor abro la puerta rezando porque Kegy este aquí. Las luces de emergencia alumbran los pasillos con una luz lúgubre, siento mi corazón latiendo terriblemente y el dolor en el costado izquierdo llega, me toco con la punta de los dedos y se llenan de sangre, debieron dispararme cuando cruce.
Escucho un ruido al final del pasillo, corro hasta el centro de recepción, donde veo el cuerpo de una de las enfermeras sin vida, aún tiene los ojos abiertos pero su garganta fue rasgada por garras.
Por dios, que no venga un lobo o un vampiro.
- Tráiganla – dice una voz femenina.
Me arrastro escondiéndome bajo el escritorio esperando que no me vean.
- Bien es tu oportunidad de sobrevivir- dice aquella mujer- dime donde está tu prima- Amel.
Se escucha que tocen y una risa, es Amel definitivamente, siento frio recorrerme por la columna.
- Vete al infierno, maldita perra- se escucha un golpe- ¡golpéame o haz lo que quieras conmigo no voy a decirte nada! - grita.
- Eres muy tonta, quise ser amable y tu maldita mierda estas sobrepasando mi limite, vas a suplicar hablar cuando Zinat te tenga en sus manos- estoy segura que es aquella bruja.
¿Qué debo hacer?, si me entrego Amel estará a salvo, pero nadie vendrá a tiempo a ayudar a los demás y mi hijo estará en riesgo. Elegí el peor momento para venir. Me centro tanto en mis pensamientos que no noto al humano que está de pie frente a mí, ambos nos miramos sorprendidos, también lo reconozco como ese chico que iba con la vampira el día en que Zev se me confeso.
Él mira a la bruja y me mira a mi, pálido, como debatiéndose que hacer.
- Por favor no- murmuro con la voz temblorosa.
- ¿Qué dijiste estúpido? - habla ella.
Le miro suplicante, y el niega.
- Na..ad..nada- tartamudea- vi un cadáver y me espante- responde caminando a través del centro de enfermería.
- De verdad que eres idiota, levanta a esta estúpida, vayamos con Ansker antes de que se ponga estúpido-
Escucho los pasos alejarse y suspiro de alivio.
Salgo de mi escondite con sumo cuidado y corro a la morgue donde seguro esta Kegy, debo bajar unas escaleras, pero una punzada en el vientre bajo me detiene, siento mucho miedo porque esta puede indicar que algo le sucede a mi bebé; con todo el dolor las bajo rápidamente, me recargo en la puerta metálica empujándola para abrirse, pero un arma apuntándome me detiene, salto en mi lugar, dando un paso atrás, Kegy y yo nos miramos con sorpresa.
- ¿Circe? como...-
- No hay tiempo, necesitamos salir de aquí, estoy herida y creo que algo malo está pasando con mi bebé-
- ¿Qué paso? - pregunta.
- De verdad no hay tiempo-
Disparos suenan arriba en el hospital.
- Maldición, ¿llegaste aquí por tus sueños? - le digo que si- no hay salida, intente escapar, toda Suns está siendo masacrada, vamos a tener que sacarte como entraste- me jala del brazo.
Caminamos hacia el fondo donde están los contenedores de los cadáveres, abre la puerta de metal que esta abajo y saca la camilla.
- Entra – ordena.
- ¿estás loca? - pregunto.
- Tú lo dijiste no hay tiempo, entra, esto nos dará tiempo, yo los distraeré, tu intenta dormirte-
Le miro dudosa. Maldición.
- Bien- respondo subiéndome a la camilla de metal, se siente muy fría.
- Vuelve rápido a donde debes estar, dile a tu padre y a ese lobo tuyo que vengan a ayudarles-
- Lo prometo- le tomo la mano, ella me da un apretón.
- Adiós Circe- dice empujando la camilla.
Una vez la camilla toca el fondo ella cierra la puerta con el seguro. Todo está oscuro y terriblemente frio. Cierro los ojos intentando concentrarme para volver, pero parece imposible porque el dolor es mucho.
Escucho el rechinido de la puerta de afuera y un disparo, me concentro en el sonido, algo choca con metal.
- Deberías de rendirte- hablan fuera, es la voz de Will- ellos no te dañan si te unes a su causa. - no puede ser.
- Sabía que eras una maldita rata- responde Kegy con la voz adolorida.
Alguien se carcajea.
- Alcalde, dijiste que la chica estaría aquí- es Ansker, reconozco su voz.
- Eso pensé, siempre recurre a Kegy para sus tonterías. - se escucha como cargan el arma- supongo que ya no nos eres funcional-
- Púdrete en el infierno- es lo último que dice Kegy antes de que se escuche el disparo.
Me cubro la boca evitando que mis sollozos se escuchen, mi cuerpo tiembla y mis lágrimas caen, siento tanta impotencia y rabia por no lograr ayudar a mi familia. Me presiono los ojos con las palmas mientras aprieto los dientes.
Debo volver, debo volver, debo volver.
Circe.
Tengo que regresar ahora.
Circe.
Si llegue hasta aquí puedo regresar
- ¡Circe! ¡abre los malditos ojos! - grita T.K. sujetándome por los hombros.
Los abro desorientada por la luz de la habitación, veo su rostro preocupado.
- Oh mi dios, ¿estás bien? – pregunta obviamente alarmado- oh dios, ¡estas sangrando! - grita.
- Amel- balbuceo.
- ¿que? – pregunta me suelto de su agarre bajándome de la cama.
Camino tambaleándome hasta la puerta con él cuidando que no me caiga, la abro y salgo al pasillo, giro el rostro viendo a Zev llegar a mí con el rostro lleno de angustia, no logro entender lo que dice, pues me derrumbo siendo detenida por T.K, evitando que impacte, todo se vuelve negro nuevamente pero esta vez es por que me he desmayado.
¡Hola! ¿Qué les pareció el capitulo de hoy? jojojo la muerte de Kegy me da mucha tristeza u.u, pero así es la trama, sorry. En fin, espero que disfrutaran el capitulo.
¡GRACIAS POR LEER!
PD. si alguien sabe como se llaman esas cosas de metal donde guardan los cuerpos en la morgue díganme porque no lo se XD, por eso no lo puse en la historia bien jejeje
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