CAPÍTULO 1
El viento soplaba con fuerza, se escuchaba golpeando las ramas de los árboles con furia, la cima de los muros alrededor de Suns se mecían haciendo un ruido metálico, semejante a un chillido, también lograba escuchar la madera en la chimenea mientras se quemaba con el fuego, escuchaba a mi prima riéndose de alguna tontería dentro, probablemente estaría jugando con su mascota enseñándole trucos a ese hurón que no lograba aprender nada realmente.
Gritos comienzan a escucharse por todos lados, entro a la casa con rapidez para ver a Amel sujetando a su hurón mirando por la ventana, se gira pálida como el papel y los ojos llorosos.
-Circe, algo está pasando afuera, todos están corriendo-su voz se quiebra.
Camino deprisa, miro por la ventana, todos corren desesperados como si fuera el fin de todo. Entonces la puerta se abre de golpe, dándole paso a Jackson el ayudante de mi padre.
-Chicas! No salgan de la casa- camina hacia la puerta trasera.
-Y mi padre? - le sigo de cerca, sintiendo nerviosismo de repente.
-Ahora no, niña, estamos en crisis, han atacado a la familia Jung, afuera es un caos, todos están en pánico, necesito que se queden aquí, aseguren las ventanas, tu padre dijo que tomes el rifle y se queden dentro-pone el seguro y baja las persianas
-Quiero ver a mi padre! - exijo poniéndome en su camino, se detiene en seco y sé que va a regañarme por ser tan terca, se escucha un sollozo de Amel tras de mí, Jackson le da una mira que no logro descifrar por completo, pero se va como llega, me mira con dureza de nuevo.
-Por favor, quédate aquí Circe, tu padre vendrá pronto, nada está bien afuera, cuida a tu prima y toma el jodido rifle, si alguien o algo entra, dispara-.
Me rodea y pasa de largo a Amel dirigiéndose a la puerta, escucho cuando es cerrada, me giro y la miedosa de mi prima está llorando, sé que es joven, pero debíamos ser valientes hasta que papá llegara.
Camino a la oficina de mi padre, el rifle esta sobre el reloj que tiene en la pared, una vez que lo tomo busco municiones, cierro las puertas que dan al patio y vuelvo con Amel, ella está en el sillón secando las lágrimas que le caen por el rostro, suspiro, me acerco a ella ofreciéndole la caja de pañuelos que está sobre la mesita de centro, ella lo toma dándome una mirada lastimera, le entiendo, sus padres habían muerto en una guerra, ella había sido entregada a mi padre al no tener familia, era tan pequeña que estoy segura que con sus 3 años apenas recordaba a sus padres.
Me siento junto a ella en el sofá con el rifle sobre las piernas.
-Detente Amel, todo va a estar bien, tranquilízate por favor- le coloco la mano sobre su rodilla intentando tranquilizarla, ella se acerca despacio abrazándose a mí.
-Tengo miedo, así comenzó- su voz se quiebra. Le acaricio la espalda esperando reconfortarla, ella se aprieta a mi buscando consuelo. -no quiero que pase de nuevo-susurra mientras las lágrimas caen por su rostro.
Voces se escuchan fuera de nuestra casa, interrumpiéndonos, me pongo de pie cargando el arma pero es mi padre quien entra seguido de Jackson, la doctora Kegy y la concejera Bettier, lucen tan perturbados que me alertan; siento su miedo, su nerviosismo y su molestia, mi padre tiene el ceño fruncido y su ropa está cubierta de sangre. Me pongo de pie de golpe dejando a Ámel llorando abrazada a su tonto hurón, camino hacia papá y el me mira con una extraña mueca en la cara.
-Papá...-apenas pronuncio esas palabras y me interrumpen.
- ¿Qué está pasando allí, Michael? ¿Viste lo que yo? -grita alterada la doctora Kegy-tu sabes que fue eso, debemos avisarles a todos! Esto no es un juego, ¿se está repitiendo la historia? -. mira a mi padre, pero él no dice nada se recarga en el marco de la puerta.
-Vamos Kegy, esto no puede ser, es una broma de mal gusto solamente, tranquilízate, hablare con el consejo y lo solucionaremos- la consejera prende un cigarrillo que saca del bolsillo de su chaqueta-si decimos lo que piensas será un maldito caos, ¿no es así Michael? - mi padre le mira serio, maldice entre diente.
-esta vez no Bettier, el consejo no puede detener lo que pasa, esto está claro, será la guerra-.
Me mira mientras el silencio se apodera de nuestra casa, Ámel se acerca a mí, ni siquiera noto cuando se pone de pie, solo siento su mano tomando la mía.
-Papá ¿Qué está sucediendo? -sujeto el rifle con más fuerza de la necesaria, haciendo que mis nudillos se tornen blancos, Bettier expulsa el humo del cigarrillo y su mano tiembla, mi padre aprieta la mandíbula, tan fuerte que pienso que se lograra romper.
-La familia Jung está muerta- responde Kegy mirando por la ventana- los desmembraron, su casa es una carnicería- mi padre le mira molesto, pero a ella parece no importarle y continua- fue una masacre, hay sangre por toda la casa, solo hay un cuerpo que no hallamos, la hija menor desapareció- guarda silencio como midiendo lo que va a decir- fueron los jodidos lobos-.
-no lo sabes- dice Bettier.
-Lo sé, he sido doctora 20 años de mi vida, ¿crees que cometería ese error?, las mordidas y garras están por todos los restos, por más que lo niegues fueron de Aku quienes entraron y mataron a esa familia, eso para mí es que los acuerdos se terminaron- mira a la consejera con suficiencia, y ella rueda los ojos.
-Basta, por favor- pide mi padre- se comportan como un par de niñas, esto es muy serio, Kegy vuelve con los guardias y revisa esos cuerpos necesitamos suficientes pruebas, y tu Soliel, reúne al ¨circulo¨ trae a todos los miembros, no comenten nada hasta que nos reunamos y solucionemos esto-. ella asiente.
-Si Soliel-se burla Kegy- reúne a la gente rica del lugar y no olvides ofrecerle cocteles y champan-suelta con sarcasmo abriendo la puerta y saliendo.
Bettier rueda los ojos y le sigue asintiendo como despedida hacia mi padre.
Papá se acerca al sofá y se desploma sobre el, coloca los codos sobre sus rodillas y se alborota el cabello con frustración, Amel y yo nos miramos, rodeamos el sofá y nos sentamos cada una a su lado, el suspira y se endereza, nos rodea por los hombros con sus brazos y nos estrecha con fuerza pegándonos más a él.
-Esto no está nada bien, pero veremos cómo solucionarlo, tienen que estar juntas y donde pueda verlas, no sé qué haría si algo les sucede, prométanlo- ambas lo prometemos sin ganas de discutir, pronto se acercaría una guerra y solo un milagro podría detenerla.
¡ Hola ! Espero que les este gustando :), si existe algún error ortográfico o de redacción una disculpa n.n.
¡GRACIAS POR LEER!
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