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↳ 14: Problemas

El viento movía suavemente la copa de los árboles cerca de aquel balcón. Sobre una de las sillas a las afueras de su habitación, la mujer se encontraba tomando su té para antes de irse a dormir.

Por aquella noche, había sido suficiente con lo que había obtenido, se sentía agotada tanto física como emocionalmente, su cabeza dolía de vez en cuando enviando punzadas fugaces.

Sobre la mesa yacía una carpeta llena de fotos e información que uno de sus trabajadores había obtenido para ella.

La amargura la envolvió de nuevo al mirar aquellas hojas y darse cuenta de lo grave de la situación. Como matriarca de una familia tan importante, reconocida a nivel internacional y con un enorme estatus social y una reputación que pagar, se preocupaba por lo que las personas pensarían de ellos si se enteraran que su hijo mayor estaba en una relación con un omega soltero con dos hijos adolescentes.

Honestamente, nunca le había gustado que sus hijos se relacionaran con las personas fuera de su clase social, principalmente porque ella siempre había creído que esas personas sólo acudían a ellos para aprovecharse de su dinero. Por esa razón, siempre trató de tener cuidado con la clase de personas que rodeaban a sus hijos cuando ellos eran unos adolescentes.

Temía que conocieran a una chica o chico que jugará con sus sentimientos y se aprovecharan de ello.

Pero ella no podía esperar menos de Min YoonGi, su hijo siempre había demostrado que le valía cualquier clase de regla u opinión que ella o su esposo tuvieran sobre la familia, y la forma en la que deberían comportarse.

Ella conoce muy bien a YoonGi, y sabe que no va a alejarse de aquel chico fácilmente. Le frustra la situación porque sabe que no puede con ello.

Pero no importaba, haría lo posible por apartar a su hijo de aquel chico discretamente. No le gustaba ser la clase de madre que amenazaba a sus hijos u otras personas, por eso trataría de llevarse las cosas con calma.

Las cosas entre YoonGi y JiMin habían cambiado tan pronto como habían compartido besos bajo la luz de la luna aquella noche. JiMin no había tratado de mantenerse cuerdo y con la cabeza fría para concentrarse en su trabajo.

Pero cada cierto tiempo se desviaba de sus pensamientos y volvía a recordar aquella noche en la que había besado a YoonGi.

No lo habían vuelto a hacer.

Aunque se habían encontrado casualmente los días después de aquel suceso, habían mantenido la compostura y se trataron con normalidad.

JiMin no iba a retractarse de haberse besado con YoonGi, pues no había estado tan mal cómo lo pensó en un inicio. Su cabeza no había explotado con ridículas preguntas de negatividad, por el contrario, su lobo había estado más feliz, satisfecho con lo que había hecho.

—¿Por qué últimamente pareces estar de mejor humor?— la voz de su amigo omega lo sacó de sus pensamientos, dándose cuenta de que había estado mirando su ordenador por largos minutos sin hacer absolutamente nada más que mirar la pantalla con una ligera sonrisa.

—Ah... bueno... sólo estoy feliz sin razón alguna ¿sí? hoy me levanté con más ánimos. — respondió concentrándose de nuevo en su trabajo, mientras escuchaba la risa burlona de Felix a su lado.

—Escucha, no soy Hyunjin como para que me veas cara de idiota. Yo sé que algo sucede, no vas a engañarme.

JiMin rodó los ojos y se quejó en voz baja, pues su amigo tenía razón. No había forma en la que pudiera mentirle y que este le creyera, Felix tenía un algo que le hacía darse cuenta de las cosas que le pasaban a las personas, incluso a veces llegaba a creer que era psíquico.

—Sólo estoy feliz ¿de acuerdo? últimamente las cosas han ido bien en mi vida, así que... sí, estoy feliz. — afirmó una vez más.

—Por supuesto, ¿y tú felicidad tiene que ver con cierto alfa multimillonario y reconocido a nivel internacional?— preguntó de nuevo el omega.

JiMin suspiró tratando de mantener la compostura ante las palabras de Felix. Miró al omega a su lado, el cual le dedicaba una mirada llena de provocación con la ceja alzada.

—De acuerdo, sí, sí tiene que ver con él — JiMin contestó abruptamente, mirando la satisfacción en su amigo —. No entiendo por qué te interesa tanto de todos modos.

—¡Porque somos amigos y compañeros de trabajo!— exclamó el omega, ahora un poco más enojado —¡Claro que va a interesarme la clase de alfa que tienes en tu vida! ¡no voy a estar feliz si esa persona no te merece!

—Bien — JiMin soltó una risita, mirando con tranquilidad a su amigo —. Honestamente, las cosas han ido mejorando, supongo que ahora estamos en algún especie de cortejo pero, aún no lo sé.

—¿Por qué lo dices?

—Bueno, digamos que no le he afirmado que puede cortejarme, pero después de habernos besado supongo que-

—¡¿Qué?! ¡¿Se besaron?!— Felix gritó llamando la atención de sus compañeros de trabajo, haciendo que JiMin le lanzara una de las carpetas que tenía en su escritorio.

—¡Cállate! Mierda... — JiMin escondió su rostro sonrojado entre sus brazos, recargandose contra la mesa —. Sí, nos besamos hace algunos días, nada fuera de lo normal, sólo... fue un beso.

—Eso no me lo esperaba — Felix dramatizó —. En realidad sí, pero no esperaba que fuera tan fácil.

—Te sorprendería saber aún más que fui yo quien lo beso.

—¡¿Qué?!

Y aquí iba de nuevo, llevó sus manos hasta la boca de su amigo antes de que dije alguna otra cosa que llamara la atención de sus compañeros una vez más.

—Felix por dios, no hagas un escándalo.

La voz del alfa de su amigo se escuchó a sus espalda, exaltandose un poco al saber que los había escuchado.

—Oh... — JiMin suspiró, desplomandose contra el respaldo de su silla —. Dios, mátame.

—Eso sí que no me lo esperaba — Felix llevó una mano a su pecho, tratando de tranquilizar su respiración —¿En qué momento pasó todo eso? Dios, creí que quien te acorralaría para tomar un beso sería él, no tú.

—Por favor, no es nada del otro mundo, JiMin también tiene necesidades.

El omega agradeció que al menos Hyunjin fuera un poco más discreto y calmado ante ese tema.

—Podrá no ser nada del otro mundo, pero vamos, ha pasó tanto tiempo desde que nos conocemos y tanto tiempo desde que no te interesaba ningún alfa.

—Sí, pero este alfa es su destinado. Hay una gran diferencia.

JiMin asintió.

—YoonGi es... es completamente diferente a lo que imagine ¿de acuerdo? No es nada parecido a su familia. Por el tiempo que hemos estado juntos, he conocido algunas cosas de él que me resultan interesantes, otras cosas que me hacen sentir más a gusto. Él es, por mucho que odie admitirlo, una buena persona.

—¿Por qué odiarías admitirlo? YoonGi no es la misma mierda que su familia, y eso es algo que tiene mucho valor. ¿Sabes cuantas personas estarían encantadas de saber eso? YoonGi tiene el cariño de muchos por el simple hecho de ser quien es, pero si de alguna manera él revelará la clase de familia que tiene y sus verdaderas intenciones, creo que le creerían más a él que nadie más.

—Es cierto — Felix apoyó al mayor —. Por mucho que las personas de aquí amen y admiren a la familia Min, tienen sus dudas acerca de la clase de personas que son, si alguien como su hijo dejara en libertad todos sus secretos, tendrían demasiados problemas.

—Lo que quiero decir es... — JiMin suspiró con un extraño dolor formándose en su corazón —. Él me hacen sentir demasiado bien con su compañía, mis hijos están incluso más felices que yo, pero él, nosotros, no podemos estar juntos. Su familia nunca lo permitiría, y yo no estoy dispuesto a meterme en problemas con ellos.

Tanto Hyunjin como Felix no supieron que responder para calmarlo, porque era verdad y ellos lo sabían mejor que nadie. Todas las personas saben la clase de familia que son, para nadie es secreto que ellos no se emparejan con personas de la clase social opuesta.

Miedo, eso es lo que tenía JiMin por sus hijos, porque no sabía de lo que la familia Min sería capaz de hacerle si se enteraban de ellos.

—Bueno — Felix carraspeó con algo de decepción —. Sólo no te olvides de tus sentimientos, son más valiosos que lo que opine la familia de YoonGi.

JiMin le sonrió suavemente, sintiendo como el omega juntaba sus manos para darle un poco de apoyo y hacerle saber que estaba para él.

—¡Muy bien! Dejemos de hablar sobre familias tóxicas — Hyunjin rompió la agradable burbuja que se había formado en aquel lugar —. Felix y yo queríamos invitarte a una cena que organizamos para nuestros amigos y familiares, será el domingo en la noche en el restaurante Okihwa's.

—Oh, wow — abrió los ojos con sorpresa al escuchar el lugar de la cena — ¿Qué celebramos?

—Bueno — Hyunjin sonrió de lado con algo de pena —. Eso lo descubrirás si vas.

—¡Oh! Y por supuesto, puedes invitar a Min si así lo quieres, tus dos hijos también pueden ir.

JiMin asintió, pasando su mirada del alfa al omega con algo de duda, probablemente esos dos estaban por contraer matrimonio y él no sería el primero en enterarse. Cuando estuvo por volver a preguntar acerca de la cena, su celular sonó molestando a todos en la oficina.

Atendió la llamada tan rápido como pudo, levantándose de su asiento para escabullirse por los pasillos de la empresa hasta llegar a una sala que estaba desocupada.

—¿Qué sucede? — respondió, sabiendo quien era el que llamaba.

—¿Te gusta la comida tailándesa? Siempre quise probarla y justo estoy frente a un restaurante de esos ¿ya es tu hora de almorzar?

La tranquila voz del alfa se escuchó al otro lado del celular, enviando una sensación de calor a su cuerpo con sólo escucharlo hablar. Sobre todo si este estaba pensando en él para almorzar juntos.

—Salgo en unos veinte minutos ¿Acaso no tienes trabajo? — preguntó el omega.

—Te recuerdo que yo no trabajo aquí, es decir, tengo la tienda junto con TaeHyung, pero a él le gusta estar ahí más que a mí — respondió el alfa —¿Entonces vienes?

—Bien — trató de contener la sonrisa que se quería formar en sus labios —. Llegaré ahí en unos minutos, espérame.

—Oh, siempre lo hago.

El omega sintió una emoción recorrer su cuerpo y su corazón drenó su cuerpo por completo, haciendo que aquella sensación de calidez y amor lo rodeará. YoonGi podía hacerle sentir de muchas formas en sólo unos segundos y con unas simples palabras.

Colgó después de despedirse y tratando de controlar sus nervios y el color rojo en sus mejillas, volvió a su lugar de trabajo para guardar sus cosas e irse, a pesar de que aún no fuera su hora de descanso.


[...]


El alfa se encontraba mirando el menú frente a él, el restaurante era más pequeño a los que estaba acostumbrado a concurrir, pues sólo había una barra en donde pedías lo que querías y luego esperabas tu pedido para después irte a sentar. La fila que estaba frente a él era algo larga, pero lo suficiente como para esperar al omega.

Ese día se sentía diferente, principalmente porque hoy no se había topado con ninguno de sus padres, no había hablado con ellos ni escuchado sus estúpidas charlas donde buscaban convencerlo por regresar a vivir con ellos definitivamente.

Había sido una mañana tranquila, se despertó a buena hora que hasta salió a correr un poco. Después se reunió con TaeHyung en la tienda para ayudarlo en lo que el omega necesitara, pero la mayoría del tiempo sólo hicieron bromas ridículas y hablaron sobre sus problemas familiares.

Así que ahora, estaba aquí esperando a que JiMin llegara para poder pasar un almuerzo agradable con el omega.

JiMin le había enviado un mensaje sobre venir en camino hasta el lugar, le pidió ordenar por él en caso de que no llegara a tiempo. Y mientras esperaba su comida frente a la barra, escuchó como la puerta se abría y por esta entraba una mujer, estatura un poco baja, portando unos tacones rojos con un vestido del mismo color pero escotado, un suave cardigan cubriendo sus brazos y en sus ojos unos lentes oscuros. Su cabello suelto le llegaba hasta los hombros, y en el momento en que le sonrió, YoonGi supo a que venía.

—Ah, genial. — murmuró el alfa, dándose la vuelta cuando la cajera le entregó una charola con su compra.

Después de pagar se dirigió a una de las mesas en la esquina del restaurante, pues esta estaba más alejada de la puerta y de aquélla mujer. Pero ella pareció no entender que la estaba ignorando, pues segundos después ya se encontraba invitándose ella misma a sentar.

YoonGi mantuvo la compostura, pues aunque se encontraba incómodo y molesto, no quería causar un escándalo por culpa de aquélla chica.

—Usted es realmente difícil de atrapar — la mujer soltó un suspiro exagerado —. Debo admitir que no me esperaba ser rechazada en la primera llamada de esta mañana.

YoonGi se cruzó de hombros, ocasionando que sus bíceps se marcarán aún con la ropa puesta. Eso causó demasiado interés en aquella mujer, pues  el alfa pudo encontrarla babeando por su cuerpo.

—Bueno, no todos los días me llama una mujer para ofrecerme su vientre para tener a mis hijos — respondió hostil —. Aunque ahora puedo entender... que clase de mujer es.

La chica abrió su boca un poco ofendida cuando escuchó al alfa decir aquello, no estaba acostumbrada a escuchar tanta dureza.

—Por favor, yo sólo quería ser buena persona — ella le sonrió de forma coqueta —. Para ser honesta, no soy de perseguir hombres como usted, pero tengo cierto interés por como las personas lo ven.

—Si fuera ese el caso, no deberías verte como una necesitada justo en este momento — YoonGi rodó los ojos —. Por favor, vete.

—No puedo irme, por mucho que me gustaría dejarte aquí solo, no soy de las que se rinde fácilmente.

YoonGi se estaba incomodando aún más después de escuchar sus palabras, aquella insistencia era lo que más odiaba de las mujeres. Cuando está mañana recibió esa extraña llamada con una mujer gimiendo su nombre y pidiéndole tener hijos con ella, no esperaba encontrarsela aquí, ni mucho menos a punto de arruinar su día, el cual había estado yendo demasiado bien después de haber borrado de su sistema aquella llamada y su voz.

Honestamente, escuchar a las omegas gimiendo para él no era de sus cosas favoritas.

La omega seguía mirándolo con una brillante sonrisa en sus labios, ella movió su mano con lentitud por toda la mesa hasta que estuvo por tomar uno de los brazos del mayor, para acariciarlos por sobre la tela de aquel traje.

Pero el alfa se lo impidió, tomando rápidamente su mano con una fuerza exagerada, apretando su muñeca sin cuidado alguno.

—Te daré cinco segundos para que seas inteligente y te vayas sin decir ni hacer nada más. Pero si pasan esos cinco segundos y todavía sigues aquí sentada, entonces voy a sacarte arrastrando de aquí, importandome muy poco si gritas o peleas por lo cruel que estaré siendo contigo. Ni todo el dinero que te dio mi madre valdría la humillación pública ¿no lo crees?

—L-le tengo más miedo a tu madre que a ti — murmuró la mujer, la cual ya sentía que su muñeca de se partiría en cualquier momento por aquel agarre.

—Pues no deberías — contestó YoonGi —. Ahora vete a la mierda.

Soltó su muñeca con fuerza, haciendo que la chica se moviera bruscamente en su asiento. La mujer llevó su mano hasta su pecho mientras trataba de mantener la guardia para no llamar la atención de los clientes. Su muñeca estaba roja, casi llegándose a poner morada en algunas zonas. El alfa era fuerte, demasiado a comparación de la fuerza que un alfa normal tenía, si YoonGi hubiera querido, le hubiese roto la muñeca en el primer segundo que la tomó.

Miró al hombre frente a él, el cual la miraba duramente esperando a que se fuera. Ella lo hizo, se levantó de su silla y se fue, no estaba tan mal de la cabeza como para arrastrarse al infierno sólo por unos cuantos billetes.

YoonGi suspiró con fuerza cuando sintió que la mujer abandonaba aquella mesa. Era increíble la manera en la que su madre ponía a en riesgo a muchas mujeres sólo para tratar de coquetear con él.

Habían vuelto a lo mismo.

Cuando enfocó su mirada de nuevo al frente, sintió como su cuerpo se tensaba una vez más, y como le faltaba la respiración, quedándose casi tieso en su lugar al ver a JiMin a unos metros de distancia, el cual estaba mirando en su dirección desde quien sabe hace cuantos minutos.











Quien creí que por haberse besado estos dos ya iban a estar juntos, déjenme pedirles perdón porque aún falta mucho para eso. O bueno, tal vez no tanto, pero a penas vamos empezando. Besitos.

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