Sí, por título parece una cosa bastante rara, pero oye, anda que no mola que le tiren los tejos dos...

Ok, si ya, no he elegido a los dos más normalitos 😂

Hay más con Valtr que con Ludwig (porque me he tomado la medicación y estoy bien XD)

Luego ya veré si sale algún trío más o yo que sé, tengo muchas cosas en la cabeza, así que no sé.

A veces me deprime esmerarme tanto en estos one shots y que lleguen a tan poca gente.

Pero en fin, intentaré seguir adelante 😁

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El suave sonido de una campana de convocación sonó en un lugar donde el suelo es sangre y caminas pisando almas y cadáveres, algunos vivos todavía. Esas manchas no saldrían nada bien de su traje de la Iglesia de Negro. Los mensajeros desaparecieron para dar paso a un hombre vestido con un elegante traje de alguacil y un yelmo con un agujero a un lado de la cara.

- Ah, mi Confederada favorita… - dijo antes de realizar el saludo de la Liga.

La cazadora le respondió con uno igual antes de agarrar la empuñadora de su Cortador de Bestias al escuchar unos pequeños pasitos aproximándose a ella por la espalda.

Se giró con su arma mientras se transformaba en un enorme látigo pesado que lanzó a la bruja contra un peñón mientras se reventaba contra ella. Valtr dio un pequeño silbido asintiendo.

- Esa es mi chica… - intentó ponerle el brazo por los hombros pero la cazadora lo evitó poniendo el báculo de la Liga de por medio y apartándolo – Huy… ninguna había rechazado tantas veces al líder de la Liga…

Quizás por eso es que la cazadora le daba tantas de largas a Valtr, no le gustaba la actitud de machito flirteador que desprendía cerca de ella, aunque en los tiempos que corren, interesantes sus aventuras. Aunque eso quedaría en el aire. Creer a Valtr o no era asunto suyo y no es que ella estuviese interesada en él.

Ella empezó a caminar en la dirección contraria hacia donde tendrían que pelear contra Ludwig el Maldito. Era la segunda vez que iría a intentarlo junto con Valtr, después de haber escapado por los pelos de esa enorme bestia loca. Por eso a Valtr le llamó la curiosidad que no fueran directamente a por Ludwig.

Detuvo a la cazadora poniendo delante de ella el báculo que usaba para engancharlo a su Sierra Giratoria.

- ¿A dónde vas? Ludwig no está por ahí, querida…

La cazadora giró los ojos y centró sus bonitos ojos dorados en el gigante armado con un cañón que más adelante les daba la espalda. Valtr se fijó en que no había guardado todavía la campana de invocación.

- Ah, no, no, no, no… - giró con delicadeza el cuerpo de la cazadora hacia él - ¿No irás a llamar al joven Madaras? Pertenece a la Liga, es un buen guerrero y leal, pero no le necesitamos… nos bastamos tú y yo…

Valtr se puso detrás de ella para impedir que fuera por ese camino. La cazadora le miró de arriba abajo, y no pudo ver por el yelmo que llevaba el líder la sonrisita de lado que llevaba él. Sí, Valtr no quería a nadie más entre ellos, menos a alguien de la Liga. Quería estar solo con esa Confederada que tantas veces le daba de largas.

Tomó a la cazadora de la mano y la puso en su antebrazo mientras caminaban hacia el lugar donde Ludwig les esperaba.

- ¿Por qué vienes hoy con esa ropa ancha y anticuada? Con lo preciosa que estás con el atuendo de Alguacil que te regalé… las chicas con uniforme ponen, ¿sabes? No las que van vestidas de monja…

La cazadora giraba los ojos cansada de él. Tenía que permanecer concentrada para la pelea que se avecinaba en vez de estar pensando en cómo narices le gustaba a Valtr que ella vistiese. Encima que no tiene ya problemas y asuntos suficientes como para aguantar a tipos así. Ah, por qué no le despeñó por el ascensor cuando lo conoció en el Bosque Prohibido… ah, si… por los principios morales que le acompañaban siempre en todas las puñeteras decisiones de su vida.

- Podrías al menos haber escogido el atuendo de Iglesia de Blanco… parecerías más una novia…

La cazadora apartó la mano para darle un golpe en la nuca de Valtr como una regañina dura, que resonó contra el yelmo. Aun así, le hizo mover la cabeza por el impulso. A ver cómo le explica a este hombre que hay que estar loca para caminar con un vestido blanco por estos caminos de sangre.

Mira que Valtr era un hombre callado, atento y serio… pero se transformaba cuando le llamaba su Confederada favorita. Le tenía a sus pies, y a ella le daba igual.

La cazadora se soltó de su brazo al llegar a la pantalla de niebla que les separaba de Ludwig. Cargó su Cortador de Bestias y se acercó a ver al monstruo. Ludwig estaba mirando al suelo. La mitad de su cara más transformada en caballo que humana estaba completamente muerta y el lado izquierdo, más humano, miraba a esas almas del suelo con la vista perdida. Ese monstruo sufre.

- Me percaté de algo la primera vez que peleamos contra él… Ludwig tiene la manía de dirigir sus golpes hacia la última persona que le ataque. Así que, en relación con nuestras armas, podrías llamar su atención golpeando con el látigo su cara, así me dará la espalda y podré darle durante un buen rato con la sierra en su vientre hasta que se le caigan las tripas al suelo. Y así repetir.

La cazadora suspiró. No iba a ser tan fácil, pero si eso le consolaba y le daba seguridad… Ludwig es muy ágil, además, ¿Qué harán cuando coja esa preciosa espada? Pues a jugársela.

Atravesaron juntos la barrera de niebla y Ludwig los miró sin expresión desde la otra punta de la sala, que empezó a cabalgar malamente hacia ellos para arremeter.

Se separaron rápidamente para rodearlo y empezar con la táctica de Valtr y todo lo que pudiese durar en una situación así.

Era extraño, Ludwig estaba despistado. No eran tan fiero como antes y muchas veces no atacaba a Valtr cuando era él el último en golpear. Se quedaba mirando a la cazadora de negro con la parte izquierda de su cara fijamente.

Valtr ponía muecas dentro de su casco. ¿¡Incluso un monstruo así tenía que ser su rival para la cazadora confederada?!

La cazadora empezó a correr de lado sin perder de vista la segunda cabeza de Ludwig que lanzaba rayos a distancia. Pero uno de cadáveres sin brazos, almas o lo que fuesen, se levantó en ese momento, haciéndola tropezar y caer al suelo, quedando vulnerable.

Ludwig acercó su enorme y horrible cabeza hacia ella para mirarla desde más cerca. La cazadora vio llena de sangre y con la capucha quitada como Ludwig la observaba detenidamente, con el ojo izquierdo bien abierto.

El pelo negro rizado de la cazadora en su cara escondiendo sus ojos dorados era una bonita vista aunque estuviese cubierta de sangre. Justo en ese momento, Ludwig movió su mandíbula con un sonido equino, como queriendo hablar.

Valtr se incorporó y giró su casco. Se le había movido con el golpe y no encontraba dónde estaba el agujero. Optó mejor por sacarse el casco y su rubia melena cayó sobre sus hombros. Vio a Ludwig tan cerca de la cazadora y se le heló la sangre.

Se levantó rápido como un rayo y cogió su Sierra Giratoria arrancándola y corriendo hacia él.

Mientras en la enorme pupila triste de Ludwig se dibujaba la silueta de la cazadora, la sierra giratoria se hundió en su cuello y empezó a cortar la dura piel de caballo de Ludwig.

Él dio un alarido de dolor moviéndose a un lado y la sierra giratoria empezó a lanzar chispas cuando llegó al hueso. En ese momento, la segunda cabeza de Ludwig lanzó un enorme rayo azul que lanzó a Valtr por los aires al darle de lleno y tan de cerca.

Valtr cayó rodando en una zona con baldosas y tierra y resopló al chocar contra la pared. Su sierra giratoria cayó por ahí lejos de su alcance.

Levantó la mirada y apartó su pelo para ver al gran monstruo de Ludwig acercarse a él con una cabeza semicortada.

Ludwig levantó su gran mano al cielo y la bajó con fuerza para aplastarle, pero un látigo pesado cruzó el cielo hacia la herida del cuello de Ludwig, acabó de cortar el hueso y la piel del otro lado, haciendo que la cabeza volase lejos de la zona.

La mano de Ludwig se desvió y chocó contra el muro al lado de Valtr, y le dio tiempo a levantarse antes de que unas piedras cayesen sobre él. El cuerpo de Ludwig se acabó derrumbando y desapareciendo.

La cazadora recogió su arma jadeando y se colocó la capucha bien sobre su pelo. Valtr se sacudió la ropa y se echó el pelo hacia atrás mirándola.

- De verdad... no te haces ni una ligera idea de lo que me gustas... con la ropa que sea y llena o no de sangre... me has salvado la vida...

Valtr caminó bajando unas pequeñas escaleras hacia ella, intentando hacer una elegante bajada como un príncipe encantador en busca de su Cenicienta, pero ella estaba más centrada en la cabeza equina cortada al lado de la escalera que estaba relinchando.

- Rrr... rrrooowww... ropas... ¿De la Iglesia?

- No me jodas que encima el caballo habla - Valtr se quedó mirando la cabeza cortada - ...y guillotinado, yo me he dado un golpe en la cabeza y ahora alucino.

La cazadora le miró seriamente y se acercó a la cabeza cortada. Ella reconoció a Ludwig, aquel que creó la Iglesia de la Sanación. Por eso pensó que ir así vestida, no estaría mal de señal de respeto.

- Si... son ropas de la Iglesia... - dijo con una voz curiosa mientras intentaba enfocar sus ojos dispares - Ah... cómo me alegra que la Iglesia siga adelante... espero que los valores que quise infundir desde un principio sigan vigentes...

La cazadora se arrodilló a su lado mirándolo. Ludwig relinchó graciosamente al verle bien la cara.

- No me hace sentir mal ser derrotado por una hija de la Iglesia... tan bonita, por cierto... me llamaban la atención tus ropas y tus ojos... y me olvidé del cabeza casco...

Valtr recogió su Sierra Giratoria y se acercó a la cabeza haciéndola girar.

- Puedo aguantar que insultes al Líder de la Liga, más estando delante, que soy yo, y que no te mueras ni guillotinado, pero que te pongas a piropear a MI Confederada delante de mí, eso ni muerto.

- ¿Confederada? - el ojo izquierdo de Ludwig miró de nuevo a la cazadora - ¿No eras de la Iglesia?

La cazadora le lanzó una mirada helada a Valtr llena de enfado. No ayudaba mucho.

- Oh, los ojos del Rey Minos con el mismo poder que los de Medusa... cómo me gustan... - Valtr les dio la espalda con una sonrisa tonta.

Al girarse vio a una silueta caminar desde la puerta lentamente hacia ellos. Tenía los ojos vendados y arrastraba su arma. Simón. Valtr miró a la cazadora y ella le devolvió la mirada con algo de preocupación. Él sonrió de lado y le guiñó un ojo, comenzando a caminar hacia Simón.

- Dime, señorita... - Ludwig se volvió a girar hacia ella, dando un relincho grave y adolorido - ¿Cómo ha evolucionado la Iglesia? Háblame de nuevas armas, objetos sagrados... háblame, señorita... háblame... hace años que nadie me habla...

La cazadora miró a Valtr un momento que estaba hablando con un tenso Simón, y empezó a relatarle la historia de la evolución de la Iglesia.

Valtr y Simón acabaron llegando a las manos, bueno, a las armas mejor dicho, porque Valtr no dejaba que Simón pasara hasta llegar a ellos. Quería terminar de rematar a Ludwig. A Valtr le daba igual lo que pasaba con Ludwig, le preocupaba más que pusiera un sólo dedo encima de la chica.

La cazadora mientras relataba, había dejado que el equino dejara un poco de su cabeza sobre las rodillas de la cazadora y acariciaba su crin sin darse cuenta.

- Así que... una última pregunta... ¿Son los miembros de la Iglesia los honorables guerreros que yo recuerdo? - dijo Ludwig cerrando los ojos.

La cazadora sonrió un poco y le contestó afirmativamente. Ludwig dio un relincho de felicidad.

- Ah... parece que todo llega a su fin... me alegra mucho haber pasado así este momento... en el regazo de una chica guapa... llevaba años aquí muerto del asco y del dolor de mis malformaciones en un maldito caballo... y viene una chica bonita a darme muerte mientras me dice cosas maravillosas... y me deja morir en su regazo mientras me acaricia... creo que no podría irme a descansar en paz siendo más feliz...

La cazadora se me quedó mirándolo sin emociones en su rostro mientras Ludwig dejaba de emitir sonidos y dejaba de moverse. Suspiró y rápidamente sintió unos brazos levantarla del suelo y cargarla, mientras daba un pequeño chillido. Valtr la cargó en brazos y la acomodó.

- Lo siento, mi Confederada, tenemos que irnos rápidamente ahora que la cabeza parlante ha fallecido, ya me ha estado dando suficientes celos con sus caprichos de burro delirante.

Valtr empezó a correr sujetándola firmemente, mientras Simón se levantaba del suelo tocándose la cabeza con dolor. Una vez que estuvieron a salvo y fuera, dejó de correr para caminar despacio. La cazadora pidió que le bajara moviendo las piernas pero Valtr se hizo el loco.

- El que me salvaras la vida ya está pagado con haberte dado tiempo y esta escapada romántica saliendo de una iglesia vieja y abandonada... con una hermosa chica vestida de novia... de vestido negro. Espero que la próxima vez que te cargue, sea con la misma chica, en una iglesia moderna y limpia, y con un vestido blanco de larga cola. Me gustas muchísimo con el atuendo de alguacil... pero prefiero que te lo pongas para la noche de bodas, que me pone mucho.

La cazadora le dio otro golpe en la nuca más fuerte que el anterior, y esta vez sin que él llevase casco. Valtr se empezó a reír caminando con la cazadora en brazos. No la soltaría hasta que desapareciese el tiempo de invocación, y tenía ese tiempo para convencerla de que él era la mejor elección para pedir ayuda.

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Y aquí se acaba esta historia, con el líder de los Confederados y con el hombre caballo o el hombre burro, no sé bien lo que es... pero me dio pena el pobre... bueno, nos vemos en otro! :3