Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Fiesta de los cazadores (Parte 5) Regalo de Navidad

Creo que este capi me va a salir un poco más largo porque voy a contar un cuento, pero en fin.

La próxima entrega será la última de esta historia :3

Ah, arbolito de Navidad de Gascoigne (y de Solaire :3)

--------------------------------------------------

"Érase una vez, hace mucho tiempo, en un lugar muy alejado de Yharnam, había una pequeña aldea al pie de una montaña llamado Villaquién, y sus habitantes, los quienes, se tomaban muy en serio la llegada de la Navidad. Tenían un árbol muy grande, decoraban todas las cosas y ponían las luces en todas las calles para darle una gran bienvenida a Santa Claus y que les dejase muchos regalos.

Pero había una casa en el monte, en el pico de la montaña nevada que nunca esperaba la llegada de la Navidad. Ahí es donde vivía el Grinch, el monstruo que odia la Navidad. 

Era físicamente distinto al resto, le gustaba estar solo, a excepción de su perro Max. Siempre tenía mal humor y una voz grave... pero chillona a la vez. Se asomaba de vez en cuando a la ladera a mirar con asco al pueblo iluminado. Odiaba la Navidad y sus villancicos no le dejaban dormir, lo era como los demás, porque su corazón era tres veces más pequeño de lo normal, así que no había sitio para el amor ni el cariño.

Se puso a pensar mirando al pueblo que podía hacer para evitar que llegue la Navidad. Y tuvo una idea.Si esa noche robaba todos los regalos, todos los adornos y apagaba el gran árbol de Navidad, los pueblerinos se levantarían tristes y no cantarían, y la Navidad no llegaría nunca más.

Así que se puso en marcha, construyendo un gran trineo con un saco grande encima, se vistió de Santa Claus y a su perro le puso adornos de reno para el trineo. Esa noche, cuando todos se fueran pronto a la cama para despertarse pronto a ver sus regalos, el Grinch atacaría"

A Zoba le gustaba ver a las dos niñas pendientes sólo y únicamente a ella. Ni comían galletas ni bebían leche, sólo la observaban.

Alfred abandonó la mesa y se sentó tras Zoba con las piernas abiertas para apegarse a ella, abrazándola y acariciando su pelo.

Eileen también se levantó y se fue a otra silla más alejada a observar cruzando las piernas.

"Se metió en las casas por la chimenea y robó todas las cosas de Navidad que iba metiendo en su saco para llevárselo. Puede, que por ser la primera casa, hiciese demasiado ruido sin querer, y despertó a una niña, que bajó al salón para ver que pasaba.

El Grinch, al verla, se escondió detrás del árbol de Navidad. Ella, la pequeña Cindy Lou, le preguntó qué estaba haciendo. El Grinch se justificó diciendo que había una bombilla que se había roto en su árbol, y la estaba reparando.

La niña le miró confusa. Le parecía raro, pero ella no tenía por qué desconfiar de Santa Claus, ni había nadie malvado en Villaquién, ¿o si? Cindy Lou le dejó un vaso de leche con galletas, para que comiese un poco y descansase.

Cuando la niña se fue a dormir, el Grinch ignoró y siguió robando. Se llevó todos los regalos , adornos, luces, comida y dulces relacionados con la Navidad, y antes de irse, se burló todo lo que quiso del alcalde, Augustus, que no le caía nada bien.

Luego, empezó a subir la montaña con su trineo para tirarlo todo por la ladera. Cuando en el pueblo se despertaron todos y se vieron sin adornos, salieron a la calle con sus vecinos. Todos lloraron sus pérdidas, menos una niña, la pequeña Cindy Lou, que miraba hacia la montaña. Se escapó de al lado de sus padres para ir a los conductos de basura que conectaban con la casa del Grinch, en lo alto de la montaña.

Mientras, el Grinch había conseguido con ayuda de su perro subir hasta arriba, y con gran fuerza levantó el trineo sobre sus hombros. Se disponía a lanzarlo, pero una voz que conocía bien le llamó. La niña estaba encima del trineo y del saco de juguetes enorme. Sus pies se escurrían casi para lanzar la carga, pero una melodía llegó a sus oídos.

Los habitantes del pueblo cantaban juntos en la plaza la llegada de la Navidad. El haberlo robado todo no había impedido su llegada y que los habitantes del pueblo cantaran. Al principio, le entró mucha ira e impotencia, pues era muy mal perdedor, pero cedió y bajó el trineo de sus brazos.

Pero el trineo se escurrió con la nieve, y lo sostuvo con fuerza para evitar que aquella niña, sin culpa de nada, cayese por el precipicio.

Al ver el cariño con el que la niña le habló dándole a entender que no le daba miedo, tras conseguir poner el trineo a salvo, el Grinch cayó al suelo con dolor en su pecho. Era un poco dramático, pero el dolor venía de que su corazón estaba creciendo tres veces más de lo normal, tomando el tamaño de un corazón normal.

Bajó el trineo por la ladera con la niña hasta el pueblo, dispuesto a devolverla y todo lo robado, además, intentaría pedir perdón, pues también era orgulloso.

Como era Navidad y el Grinch se arrepintió, todos decidieron perdonarlo y aceptarle como uno más en el pueblo. "

 - Y así termina nuestra historia...

Las niñas se quedaron un poco inmóviles antes de sonreír y aplaudir con felicidad.

 - ¡Si el viejo se convierte en un Grinch nosotras le ayudaremos a que le crezca el corazón, nos quiera y le guste la Navidad! - dijo la niña mayor.

Las dos niñas y Zoba miraron a la mesa para ver a los hombres restantes ponerse rectos, pues se giraron a verlas y escuchar el resto del cuento, pero no lo admitirían. Las niñas se fueron corriendo hacia Djura y él puso una cara de desagrado cerrando los ojos. Cada una le tomó de un brazo.

 - ¡Tienes que prometernos que no robarás regalos ni te volverás un monstruo malo! - le gritaron.

 - No, no... tranquilas que no... - dijo con su siseante voz y un sarcasmo poco entrenado.

Demasiada paciencia estaba teniendo esa noche, que no sabía que podía aguantar tanto, ahora con los zarandeos de las niñas. Pero su momento favorito de la noche estaba a punto de llegar: la hora de irse.

Zoba se levantó de las piernas de Alfred para ayudarles a recoger la mesa y a lavar los platos en la cocina para después despedir a los invitados. Alfred agarró uno de los dedos de la cazadora parándola.

 - ¿Vienes conmigo? - le preguntó.

 - Lo siento, Alfred... le prometí a las niñas que me quedaría con ellas hasta mañana por la mañana... ya sabes, por los regalos, el tema de su madre... - dijo mirando a otro lado con tristeza.

 - ¿Entonces... puedo quedarme aquí un poco más? Necesito hablar contigo...

 - Eso no depende de mi, sino del dueño de la casa - dijo indicando con la cabeza que tenía que hablar con Gascoigne.

Alfred suspiró, pero iba decidido a hablar con Gascoigne. (Buena suerte, soldado)

Djura salió el primero, despidiéndose con un ligero movimiento de cabeza y se fue caminando ligero entre la nieve hasta Viejo Yharnam.

Valtr se puso el casco y se despidió de las señoritas como buen caballero, dando las gracias y marchándose.

Las niñas no soltaban las ropas de su abuelo Henryk. Él acarició sus cabecitas con cariño pidiendo que le soltaran, pero no sería fácil. Se arrodilló delante de ellas y se bajó un poco la parte baja de la ropa de su cara tapando los ojos de las niñas y besar sus frentes. Cuando pudieron ver, él estaba tapado de nuevo. El rostro de su abuelo seguiría siendo un misterio para ellas.

Tras irse, Viola miró a Eileen, que se arrodilló a su altura. Ella tocó su pico con delicadeza.

 - Adiós parajito... - le dijo con su vocecita infantil.

Eileen acercó la punta de su pico dándole un pequeño beso en la mejilla, bajó la cabeza con una señal de respeto y se marchó.

Alfred puso convencer a Gascoigne de quedarse un poco más (Mission passed: respect +) siempre y cuando no se llevase a Zoba y se quedaba en el piso bajo.

Gascoigne estaba convencido que la leche caliente, los dulces y el cuento le habían dado el suficiente sueño a las niñas como para que se les olvidara que les prometió salir a jugar con la nieve después de cenar si se portaban bien, pero no podía estar más equivocado.

Las niñas le pedían desde el piso de arriba que les ayudase a ponerse su ropa de abrigo. Él suspiró pesadamente y subió mientras Zoba limpiaba y guardaba la comida que sobró. No le molestaba hacerlo, estaba ahí para ayudar y sabía que Gascoigne necesitaba una mano extra.

Lavando los platos se dio cuenta que su pelo no se metía en sus ojos. Su largo cabello albino que solía guardar en un recogido le hacía cosquillas en el cuello. Se miró en un espejo y vio que su recogido se había deshecho y convertido en una ancha trenza que llegaba hasta tapar sus caderas, con unas pequeñas florecitas de suaves colores vivos que le adornaban desde la raíz hasta la punta de sus cabellos.

 - Pero... ¿y esto? ¿Cuándo...?

Dejó lo que estaba haciendo para mirarse bien en un espejo. Flores... en su pelo... en invierno... No podía ser.

Notó unas cálidas manos rodear su cintura y su espalda se apoyó a un torso que tenía la forma perfecta de su espalda y encajaban.

 - Alfred...

 - ¿Te gusta tu regalo de Navidad? - susurró en su oído.

 - Has encontrado flores en Yharnam en invierno... oh, Alfred... sabes que amo las flores...

Zoba miraba el reflejo de su pareja en el espejo con un sonrojo emocionado. No se conocían muy profundamente, pero el amor de Zoba por las flores era muy evidente, más por las coloridas flores extintas en Yharnam. Además, le regaló un bonito peinado nuevo que le hizo mientras ella contaba la historia a las niñas. Los pequeños detalles que Alfred solía darle le llenaban el corazón de calidez.

 - ¿Dónde las has conseguido? - le preguntó.

 - Eso es un secreto... - dijo besando su sien.

 - No me digas eso, necesito saber, por favor...

 - Bueno, digamos que... - Alfred torció los ojos haciendo memoria - cuando empezamos a salir, recogí unas semillas del bosque que transplanté en mi casa... para que... - ocultó su sonrojo en el cuello de su chica - para que mi princesa tenga flores siempre que quiera. Tener el pelo lleno de flores, la cama llena de flores, la ropa llena de...

Alfred se calló cuando los labios de su chica se posaron en los suyos con algo de violencia poniéndose de puntillas, agarrando su ropa para acercarse. A ella le daba vergüenza empezar los besos, pero este es una excepción porque se lo merece. Era demasiado dulce para no premiarle.

 - Ahora sí que quiero que me invites a ver tu casa y tu invernadero de flores...

Alfred rio contento.

 - Cuando quieras...y... ¿mi regalo?

 - Lo tengo, pero no te lo daré aquí. Si puedes esperar hasta mañana...

Alfred sonrió más apegándola. En verdad él no quería ningún regalo, no le importaba no tener. Sólo saber si se molestó en conseguirle algo. Era muy dulce.

Le ayudó a secar las cosas mientras las niñas bajaban las escaleras rápidamente para salir a jugar, pero la voz de su padre las detuvo antes de tocar la puerta. Gascoigne tenía que salir primero a revisar que no hubieran más monstruos.

Encendió la luz de fuera con un brillante candil y volvió unos minutos después. Las niñas pudieron salir fuera bajo la atenta mirada de su padre y Zoba fue mientras a preparar sus camitas, y Alfred mantenía la lumbre encendida.

Las niñas estaban acumulando nieve para hacer un muñeco después. Viola, un poco más alejada de su hermana, al apartar un poco de nieve, desenterró un curioso objeto. Se quedó observando un curioso caramelo de papel verde de forma redondeada. Nunca había visto uno así, y tenía muy buena pinta. Lo cogió feliz y lo escondió en su abrigo, para no compartirlo con su hermana.

Luego su padre las acostó cerrando bien la casa. Zoba se sentó con Alfred frente a la chimenea y las niñas cerraron los ojos para dormir.

El caramelo, en el bolsillo del abrigo de Viola, emitió un brillo extraño y mágico, llegando a transformarse en una persona que se incorporó mirando la habitación. 

-----------------------------------------------------------

Y hasta aquí llegamos :3

Quería escribir el cuento del Grinch por encima, pues es uno de mis favoritos, pues me encanta su enfado y pasividad y cómo le gusta fastidiar a la gente que es a veces tan feliz y titismiquis que dan rabia.

Bueno, también tenemos el lindo y cuqui regalo de navidad de Alfred :3

Y el misterioso caramelo...

Nos vemos! ^^






Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro