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El cazador y la sanadora (Parte 7) Demasiado débil

Bueno, vamos con la penúltima entrega de esta historia :3

Si no entendéis algo o no sabéis bien a que se refiere o lo que sea, no dudéis en preguntar o algo, como algunos profesores me han dicho que "no se narrar bien ni plasmar en escrito lo que pienso ¬¬" tal vez no lo haga tan bien como creo a veces.

Bueno, que cualquier cosa, no dudéis en preguntar  ^^

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Los cazadores se miraron fijamente moviéndose lentamente. La tensión era palpable y se podía cortar con un cuchillo. Alguna vez hacían un pequeño movimiento rápido con los pies para alterar al otro, pero se estaban midiendo, entre ellos y entre el extraño lugar donde se encontraban para pelear. Los pasillos llenos de niebla de Micolash. 

Justo en el momento más tenso, Eileen dio una pequeña risa.

 - Muy bien... si tanto quieres que impedir que los mate... impídelo.

Dicho esto, empezó a retroceder con velocidad y se perdió en un pasillo lleno de niebla.

 - ¡Eh! ¡Eileen! - Jack apretó los dientes y empezó a moverse detrás de ella.

La niebla era como humo espeso y todos los pasillos parecían iguales. Era consciente que la Cuervo podía moverse sin hacer ruido y esconderse en cualquier esquina oscura, por lo que tenía que tener muchísimo cuidado. 

Bajó unas escaleras intentando que no crujieran y prestando atención a su oído. Vio un movimiento delante de él, y una de las marionetas de Micolash se armó delante suya. Jack apretó el mango de su arma mirándole. Ella levantó un brazo y le señaló el pasillo por donde se había ido Eileen.

 - No es justo que me ayudes... - susurró Jack.

 - ¿Acaso la vida es justa? - la marioneta habló con la voz de Micolash - Aquí sólo ganan los que tienen cómplices, Jack... sabes desde el primer momento en que dudaste que no puedes ganarle... hazme caso. Soy el único que conoce la Pesadilla... es como un sueño recurrente de todas las noches...

La marioneta le miró girando la cabeza, esperando su decisión. Jack miró de reojo el pasillo, y una vez que empezó a caminar, la marioneta se deshizo y cayó al suelo.

*

En otra de las habitaciones, Micolash estaba de pie controlando toda la zona con sus pequeños objetos oculares que tenía repartidos por todo el lugar. Podía ver todos los rincones desde cualquier posición, podía saber dónde estaban todos en todo momento, pues nada escapaba de su control. Él era así. Maniático y controlador.

Detrás, en un sillón, Zoba miraba al suelo mientras se frotaba una mejilla. Tenía al lado una graciosa marioneta que sujetaba un paquete de clínex. Estaba bien atendida.

 - Jack es demasiado orgulloso para aceptar que le ayudes en esto... - dijo con un susurro.

 - No me importa si es orgulloso o no, sólo espero que sea tan inteligente como para aceptarlo - Micolash lo dijo sin mirarla ni girarse - No me apetece que tengamos que encargarnos nosotros de ella.

 - ¿¡Jack va a perder?! - ella se levantó mirándole - No... el no puede morir hoy, es la cacería...

 - Si muere, no puede volver aquí rápidamente. La cazadora tiene tiempo de sobra - él cruzó sus brazos en la espalda mirando seriamente los globos oculares - No te preocupes por eso... ni siquiera será necesario que lo resucites, siempre tengo varios planes por si se tuercen las cosas.

 - Dime una cosa... cuando te hablé de Jack por primera vez, quisiste que lo trajera aquí... no era para conocerle, ¿verdad?

Él se giró un poco a mirarla.

 - No me gusta la compañía innecesaria. A excepción de ti. No te molestes, Zoba. No le deseo ningún mal a tu amigo, pero si muere, será por su culpa. Sólo me interesa la muerte de la cazadora vestida de Cuervo, a ti también.

Micolash le hablaba sin apartar la vista de Jack a través de su misión. En otro globo ocular tenía vigilada a la Cuervo. Hizo aparecer otra marioneta al lado de Jack para cuando llegó a otro cruce e indicarle el camino correcto. Siempre tenía motivos ocultos, aunque los disfrazase de buenas intenciones. Jugar con la mente de alguien poco equilibrado como él para controlarlo era maravilloso, más cuando podía hacer que le librase del temor de Zoba y acabar con la única cazadora de cazadores. 

Exacto, era ella quien se encargaba de todo, así que... ¿Qué pasaría cuando no estuviese ella? Probablemente crecería el número de cazadores borrachos de sangre que no son enviados a la Pesadilla del Cazador. Entonces sólo esperaría. Esperaría y esperaría... hasta tener los suficientes que usar. Si su primer Renacido no fue suficiente con personas normales, ¿Qué tal con cazadores borrachos? Sin duda sería más poderoso.

Ya no había ambición de hacer daño, sólo ansia de experimentar y pasar su eterno tiempo de alguna manera divertida. Notó que tiraban suavemente de su manga. Zoba le miraba fijamente. No es que pensase que era hermosa por sus facciones, sólo que alguien regresado de la muerte era algo maravillosamente hermoso.

 - Por favor... cuida de Jack... - le pidió.

Él respondió con una de sus raras sonrisas alzando las cejas. Todas eran falsas. Había olvidado como sonreír de felicidad... si es que alguna vez lo había hecho.

*

Volviendo a los laberintos de niebla, Eileen empezaba a darse cuenta de que no estaba peleando solamente contra Jack, sino que la mente de Micolash también estaba en contra de ella. Era demasiado raro que Jack siempre tomase el camino correcto entre tantas opciones, por lo que le vino a la mente la idea de las marionetas. Pero ellas solas... no. Había algo más.

Miró al suelo para encontrarse con uno de esos ojos pegados que la miraba fijamente. Sin pensarlo mucho, lo destrozó pisándolo. Miró a su alrededor y centró su atención. Estaba rodeada por esos ojos. Si seguía en el laberinto así, no terminarían nunca. Tenía pensado ir directamente a por Zoba y Micolash, saltándose a Jack, intentando evitar que muriese, pero todo iba en su contra. Debía plantarle cara a Jack, pero en un lugar con menos ojos y marionetas.

Corrió buscando la salida del laberinto y llegó a una de las partes exteriores subiendo por unas escaleras, encontrándose con un llano más apto para pelear y moverse con libertad. No tenía que llamar la atención. Él sabría perfectamente dónde estaba.

Abajo, una marioneta apareció al lado de Jack.

 - Es lista, se ha dado cuenta... - resonó en susurros la voz de Micolash - Ha salido de aquí al ver que no podía esconderse. Parece que no quiere pelear contra ti.

 - ¿Por qué? - Jack puso su arma al hombro y caminó ligero hacia la salida, siendo seguido por la marioneta que se deslizaba a su lado.

 - ¿Por pena? - respondió su voz - Nos quiere a nosotros directamente. Por cierto, Zoba ha dejado de llorar. Te manda ánimos.

Él miró de reojo la marioneta. No sabía si creerle o no, pero hasta ahora todo había ido bien.

 - Ahí fuera no tendrás la ayuda de mis marionetas, pero puedo mover otros hilos... - dijo con una risa gutural.

 - ¿Por qué no me dejas pelear tranquilo? - dijo Jack algo molesto.

 - Porque vas a perder. Y si pierdes, Zoba va a llorar y la cazadora la matará, a ella y a mí. Desaparecemos para siempre y nunca más la volverás a ver. La perderás... por segunda, o tercera vez. Cazador de pacotilla.

Jack salió de ahí y subió las escaleras dejando a la marioneta atrás. Se escuchaban a los perros y a los cuervos, y no tardó en encontrar a Eileen en el espacio amplio. Había unas escaleras que continuaban más arriba, pero había dos cuervos con cuerpo de perro que no dejaban que la cazadora subiera por ahí.

 - Jack... - dijo ella mirándole - ¿Quieres seguir con esto?

Él la apuntó con su arma sin dejar de caminar con mirada decidida.

 - Ya veo... acabaré rápido pues.

Dicho esto, Eileen finalmente se lanzó a por Jack blandiendo sus hojas, esta vez sin ninguna piedad.

*

Micolash seguía controlando la situación. (cómo me escapo de narrar peleas, soy la mejor, jajaja) Ahora apoyaría al joven cazador a terminar con ella, sin es que era capaz de aguantar los rápidos movimientos y contraataques del Cuervo. Sabía que las palabras que le había dicho a Jack seguían en su cabeza y seguían haciendo su efecto de verla como un enemigo. Podía seguir viendo la pelea desde otro globo ocular, pero no tan bien. Zoba se asomó a su lado.

 - ¿Crees que podrá vencerla? - preguntó con el ceño algo fruncido de preocupación.

 - Sin mi, obvio que no. No es para tanto el niño... cada vez salen cazadores peores.

 - Eso es porque siempre estás comparando con los que conoces. Pocos cazadores saldrán tan buenos como la generación de Gehrman... - ella dio una pequeña sonrisa escondida tras la ancha manga rota de Micolash, como si estuviese viendo una película de terror en vez de una batalla - Se supone que el primer cazador está en el Sueño... así que conocerá a Jack.

 - Pues no parece que haya aprendido mucho de él. Es torpe y descuidado - Micolash observaba seriamente la pelea.

 - No creo que Gehrman esté en condiciones de enseñar nada a nadie - ella dio un chillido cuando vio brotar sangre de la mano de Jack, herido por la cuchilla de Eileen.

 - Oh, que desastre... - Micolash fue a llevarse la mano a las sienes, pero su jaula lo impidió.

*

En la pelea, Jack retrocedió con un par de grandes saltos. Su mano izquierda estaba herida y no respondía a sus movimientos. Ni siquiera podía apartar los ojos un momento para ver su mano, pues la Cuervo ya volvía a estar a su lado lista para atacarle. Se defendió rápido de su ataque con la hoja de la guadaña corta y cayó al suelo de espaldas, quedando bastante vulnerable.

Eileen juntó sus armas y fue directamente a por él, pero una bola de fuego que se dirigía ahí la hizo retroceder de nuevo antes de estallar a los pies de Jack. Él miró a su espalda viendo a un individuo de negro correr con una katana bajando las escaleras e interponiéndose en la pelea. Encima de la escalerilla había otro igual, con un mangual y provocando las bolas de fuego. Eran dos Sombras de Yharnam.

Jack aprovechó para poder usar sangre y curar su mano, que no le dejaba usar su arma de fuego. La sombra con la katana buscaba entretenerla y ganar tiempo para Jack, mientras a su alrededor empezaban a aparecer más perros con cabeza de cuervo, que iban poco a poco cerrando el espacio para meterles presión.

Eileen se dio cuenta de esto y terminó rápido con la Sombra que la acosaba para volver a centrarse en Jack. Eran demasiados y ella quería terminar pronto. Jack era el principal problema.

Jack se levantó rápido y volvió a contraatacar todo lo rápido que le permitió su cuerpo. Las cabezas de cuervo no dejaban de acosar las piernas de Eileen con picotazos, intentando despistarla, intentando desestabilizarla, y sin dejarle espacio para retroceder.

Eileen apretó los dientes y sacó su arma de fuego con gran velocidad apuntando a la cara de Jack, que intentó moverse a un lado antes que el ruido de un disparo hiciese que los híbridos retrocedieran y que todo se sumiese en el silencio, dejando sitio para que el cuerpo del cazador cayese en el suelo, mientras se llevaba las manos a la cara temblando.

La otra Sombra bajó las escaleras rápidamente para atacar a la cazadora y entretenerla un poco.

*

En ese pequeño despacho, Zoba dio un gran grito agudo que hizo estremecer a las marionetas y que Micolash meta los dedos entra los barrotes de su jaula para evitar una rotura de tímpano.

 - ¡Le ha dado en la cara, Micolash! 

Zoba recogió sus campanas del sillón y se fue corriendo con ellas, pero el Huésped la sujetó de un brazo.

 - Dije que no era necesario que le resucitases.

 - ¡Nadie puede aguantar un disparo en la cara, no quiero que muera!

 - Parece ser que él si... fíjate bien...

Atrajo su brazo tembloroso hasta el ojo por el cuál veían como en una ilusión la pelea, donde ahora la Cuervo combatía contra la Sombra del Mangual. Jack no desaparecía del suelo como hacen los cazadores al morir.

*

El cuerpo tembloroso de Jack se levantó despacio del suelo. Estaba mareado por el impacto y veía algo borroso, pero no estaba muerto. Miró cómo la Cuervo intentaba quitarse de encima a la Sombra. Eileen vio de reojo a Jack levantarse y se quedó parada observando. Era imposible. Debía estar muerto. Estaba segura que su disparo fue certero, y no estaba siendo resucitado por Zoba. La Sombra aprovechó ese momento para dar un golpe con su bola picuda en el hombro de la Cuervo, haciendo que hincase una rodilla en el suelo.

Cuando Eileen levantó la vista del suelo levantándose a la vez, se encontró con el arma de fuego de Jack frenando su arremetida. Él disparó en su cara, rompiendo su máscara y obligándola de nuevo a hinchar una rodilla en el suelo para después apuñalarla con su arma derecha en el vientre, asegurándose de que la atravesaba completamente.

La máscara rota de Eileen revelaba un ojo negro y parte de su boca, que empezaba a escupir sangre, viendo la nueva cara de Jack delante de él. Toda su boca estaba llena de sangre y se veían sus dientes, al recibir un disparo en la mejilla y atravesarle la boca hasta salir por la otra, rematado por dos ojos fieros oscuros que la miraban con la misma piedad que ella miraba a sus víctimas.

Empujó su arma junto con el cuerpo de Eileen hasta hacerla retroceder y chocar contra la barandilla del gran balcón, haciendo que se desprenda otro trozo de máscara, quedando sólo un pequeño trozo en una mejilla. Los cazadores se miraron a los ojos, viendo que llevaban el mismo tipo de peinado en rasta brasileña negra y ojos negros. La cazadora tenía algunas arrugas típicas de la madurez al lado de su boca y la piel blanca. En su juventud habría sido hermosa.

Los ojos de Jack perdieron ese brillo asesino y se volvieron tranquilos y normales, conscientes de lo que estaba haciendo. Sacó su arma despacio del cuerpo de Eileen, que le hizo escupir más sangre sobre su cuerpo. No podían dejar de mirarse a los ojos. Eileen seguía con su gesto de siempre y empezaba a jadear, Jack ahora sentía miedo.

*

 - ¿¡Lo hizo?! - Zoba miraba el globo ocular con las manos en la boca y ojos sorprendidos.

Micolash agarró su muñeca yendo hacia unas escaleras descendentes.

 - Ven, estoy hay que verlo con nuestros propios ojos... - intentaba aguantar una sonrisa de oreja a oreja.

Bajaron hasta encontrarse en lo alto de la barandilla donde inicialmente estaba la Sombra lanzando fuego. Los perros con cabeza de cuervo sólo los miraron, pero no les atacaron. Conocían a su dueño.

Los dos cazadores se seguían mirando fijamente sin articular palabra. La Sombra del mangual, detrás de ellos, creó otra bola de fuego sin que Jack le viese, y la lanzó al lado de Eileen, haciendo que se rompiese la barandilla donde estaba apoyada y empezara a caer al vacío.

Eileen cerró los ojos lentamente y asintió mirándole, reconociendo su derrota, antes de volverlos a abrir para desmoronarse al vacío con la barandilla que sujetaba su cuerpo sin fuerza. 

Jack dio un par de pasos rápidos hasta el borde como acto reflejo para sujetarla y evitar que cayese, pero era demasiado tarde. Las ropas oscuras de Eileen ya iban camino junto con varias piedras hacia el fondo del precipicio.

Micolash se había acercado hasta la otra barandilla para ver bien a la Cuervo caer al vacío. No podía esconder la felicidad que sentía, tanto como para soltar alguna tontería.

 - Adiós... Chimuelo... - dicho esto empezó a reír.

Volviendo a temas serios, Jack se había quedado de rodillas delante del precipicio asimilando lo ocurrido. Ya no sentía esa furia dentro de su pecho, ni ganas de matar. Miró sus manos temblorosas y soltó su arma derecha. Por primera vez se miraba así mismo con asco. ¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué se sentía tan mal? Se sentía sucio, usado, manipulado... incapaz de tomar decisiones por sí solo.

Zoba iba a bajar las escaleras para reunirse con él, pero un perro de cabeza de cuervo la detuvo, haciéndole dar un salto atrás.

 - Aún no, Zobita... - Micolash estaba apoyado en la barandilla con una gran sonrisa y se giró a ver a Jack - Lo logró, cazador...

 - ¿Lo... logré? - susurró el para si sin ser muy consciente de lo que decía.

 - Lo logró - Micolash ensanchó su sonrisa - ¿Algo va mal?

Para Jack, era algo inexplicable la tristeza y el desconcierto de su pecho.

 - No te sientas mal... después de todo, has salvado a Zoba, ¿no era eso lo que querías?

Él levantó la mirada un poco hasta Zoba, que le sonrió un poco, pero ella notaba que no estaba bien.

 - Después de todo, ni siquiera has peleado tú solo... así que no te pese tanto el pecho. No todo el mérito es tuyo, cazador de pacotilla.

Jack giró sus ojos ahora hacia Micolash. Seguía sentado sobre sus rodillas en el suelo.

 - Ni con todas las facilidades has tenido un trabajo fácil... ¿y tú has estado con Gehrman? ¿Tan decadentes son los cazadores de ahora? ¿O tan acostumbrados a matar bestias que no podéis contra alguien que no lo es? Si no la matabas, ella iba a matarte a ti...

Jack se agarró la tela de su pecho. Ella... intentó evitar el enfrentamiento directo con él, por algo será...

 - Y tú quieres recuperar a Zoba... ¿no te da vergüenza? siendo tan débil... demasiado débil... has necesitado de mi influencia y de mis esbirros para acabar con un enemigo. Si te dejo sólo con ella, ¿qué me asegura a mi que estará a salvo? Yo le di todo. Es mi creación. Es de mi propiedad.

Zoba iba a intervenir, pero el Huésped no le dejó.

 - ¡Yo he venido a por Zoba! - Jack se levantó del suelo, dándose cuenta de lo que le dolía su cara herida y que no podía hablar bien, pero se esforzó - ¡Ya estoy cansado de ti, que todo lo consigues manipulando y que te crees alguien que no eres! ¡Todo lo que haces acaba en fracaso! Tus expediciones, Rom, el Renacido... ¡todo lo que creas es un completo fracaso!

 - No seas tan duro, cazador... - él no dejaba de sonreír - Con esas palabras no me estás insultando a mí... si no a tu querida amiga...

Ella le miraba un poco afligida.

 - Bueno, yo... - ella se rascó un brazo nerviosa mirando hacia Jack - Ya se que no... que no puedo volver a ser humana sin Humanidad y que tengo que aguantar este estado degenerativo, pero... pensaba... pensaba que te daba igual... no que era un fracaso como no muerta...

 - ¿Ves, Jack? - Micolash habló antes que él - ¿Cómo permitir que te la lleves? Puede que hayas matado a la persona de la que tenía pavor, de lo que ahora pareces arrepentirte, pero no olvides quien fue quien la abandonó primero siendo una niña - sonrió de lado inyectando sus ojos en los suyos - Puede que ella te haya perdonado... pero, ¿tú te has perdonado por abandonarla?

Jack volvió a sentir odio y rabia mirando al Huésped con impotencia. Habiendo sido usado por él para conseguir lo que quería, ahora no le daba el premio que le correspondía diciendo que no lo merecía. Recogió su arma del suelo y apuntó a Micolash con ella. Se había olvidado del dolor de su boca.

 - Ah... tienes ganas de pelea todavía... - él cruzó sus brazos en su espalda levantando la barbilla con soberbia - También planeé que te enfadaras en el último momento con nosotros, pero tiene fácil solución. Lárgate de aquí... y no vuelvas nunca.

Jack abrió los ojos mirándole.

 - ¡Micolash! - Zoba le rechistó - ¡No puedes decirle eso!

 - Por poder, todo puedo hacerlo aquí, no me contradigas - él estaba ahora muy serio - Cazador, por las buenas, o por las malas.

Jack frunció el ceño más y apretó el mango de su arma con más fuerza.

Micolash sonrió y empezó a silbar y chistar con la lengua y labios, como si estuviese llamando a un perro. Jack no tenía miedo de eso. Los híbridos que creó Micolash no eran un serio problema, tampoco eran muy fuertes, pero empezó a oír unas pesadas pisadas, que si acaso eran de un perro, eran de un perro enorme. Pero no... eran demasiado rápidas, como si tuviese las patas cortas.

Detrás de Zoba y Micolash, apareció un enorme cerdo con gran cantidad de ojos en su cara, que al verle le chilló con fuerza, echando babas y un horrible aliento.

 - Fuera de aquí, cazador - Micolash agarró a Zoba por las muñecas y tiró de ella de nuevo dentro del edificio, mientras dejaba que el cerdo fuera corriendo hacia donde estaba Jack.

El cazador no tenía que ser muy listo para averiguar que ese mutante era más fuerte que los otros contra los que ya se había enfrentado, y ahora tan agotado y lleno de rabia, era lo más sabio volver sobre sus pasos.

Empezó a huir por los pasillos, uniéndose a su carrera perros con cabeza de cuervo, que más que echarle parecía que le dirigían el camino hacia una salida, pues aparecían algunas marionetas tapando algunos pasillos. Lo echaron hasta que Jack vio un ascensor al fondo, que usó rápidamente sin que ninguno se metiese con él en el cuadrado ascensor, donde pudo recuperar el aliento.

El ascensor le llevó hasta una planta baja, de nuevo en el jardín, y justo delante tenía una lámpara sin encender. La prendió, y rápidamente los mensajeros aparecieron para saludarle.

Echó un último vistazo a la escuela lleno odio y con el orgullo herido. Apretó sus puños y dejó de pensar. Algunos mensajeros se mostraron curiosos al ver su boca sangrante y otro se burlaron. Jack se agachó para marcharse de ahí. De ese maldito lugar que sólo le trajo desgracias, desilusiones y pérdidas irreparables.

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Qué mala soy, por favor, jo,jo,jo, y Micolash también es muy malo.

Bueno, ¿Qué pasará en el capítulo final?

Lo veremos pronto, muy pronto...






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