›«Reg...»‹
Sirius
- ¡Miren! ¡Ha salido una nueva escoba! - un niño gritó.
Emocionado, James giró hacia nosotros. Solo emití una sonrisa mientras que los demás simplemente negaron con la cabeza.
- ¡Es una nueva escoba chicos! ¡Una nueva! - habló como si fuera la última maravilla del mundo.
Estabamos en el callejon Diagon para hacer las compras de nuestro curso, pero James hacía las cosas algo difíciles.
- Si vamos a Flourish y Blotts tal vez nos encontremos con la Pelirroja - comenta la pelinegra, la cual se encontraba a mí lado.
La reacción de James fue instantánea, su sonrisa se agrandó más, sus ojos brillaron por un momento, y emocionado tomo de la mano a Adha para llevarla al lugar donde mencionó.
Todos nos reímos al ver la cara estupefacta de nuestra amiga, no se esperaba que Jame la obligaría a ir corriendo hasta el lugar donde podría estar la Pelirroja de mí amigo.
- Bueno, mejor apuremos antes de que los perdamos - anuncia Remus.
- Lo que tú digas, Lunático - respondí.
Emprendimos el paso hasta ir a la tienda de libros, encontrándonos con los antes desaparecidos y una persona más.
Fruncí mí seño al notarlo.
- ¡Ya cálmense los dos! - Star ordenó, pero ninguno de los dos lo hacía.
- Adhara apartarte ¿A caso no recuerdas lo que este le hizo a Lily? - preguntó furioso James.
- Lo tengo presente, al igual de las muchas otras cosas que él hizo por ella.
Conocía esa voz, era la que siempre utilizaba cuando defendía a alguien que tenía su aprecio.
Pero, ¿De verdad era necesario que protegiera de tal manera a Quejicus? Bufé de disgusto, aunque intentará olvidarlo, nunca podía sacarme de la cabeza que ella era una serpiente.
Y sí, puede que no sea igual que todos, pero era una serpiente y tenía muchos amigos de allí, los cuales sé que le darían la espalda nada más cuando entren al lado oscuro.
¿Que si estaba preocupado? Sin ninguna duda, porque en cualquier momento le harán aquella estúpida pregunta y no sé si este allí para ella cuando se niegue.
- Déjalo Adhara - habló por primera vez Quejicus - Es un estupido León que sigue creyendo que la fuerza lo es todo.
- Con nuestra casa ni te metas - habló Paula.
- Porque si fuera así, Slytherin quedaría mucho más bajo - pronuncié.
- Más que bajo, si sabemos lo traidoras y rastreras que son - culminó James.
- Son unos tontos - murmuró Remus, los tres presente lo miramos confundidos.
¿A qué se refería?
- No lo creo - la superioridad de Quejicus me daba unas inmensas ganas de maldecirlo - ¿No que eran leales a sus amigos? - la ironía que utilizó era palpable en su voz, pero eso no me importó cuando caí en cuenta de la mirada de Adha.
Me arrepentí inmediatamente de todo, nos habíamos dejado llevar, y como siempre, lo arruinamos de nuevo. Empecé a molestarme, no con Quejicus, ni con nadie alrededor mío, si no conmigo mismo.
¿Porqué siempre tenía que cagarla?
Mí enojo se avivó cuando vi a Quejicus acercarse a la mencionada, la cual estaba con la cabeza gacha.
¿Que mierda tenia que él ir a ver cómo estaba? Intenté acercarme para detenerlo pero Remus me paro.
- Remus... - murmuré molesto, pero él solo negó con la cabeza.
Adhara se marchó con Quejicus y la impotencia de hacer algo me invadió, no quería que se fuera, no con él.
•°•(...)•°•
Adhara
- Son unos idiotas A - exclamó Sev intentando hacerme sentir mejor, cosa que no logró.
Después de habernos ido de Flourish y Blotts, nos habíamos dirigido a cualquier lugar que fuera lejos de los pertenecientes a la casa Gryffindor. Por lo que ahora solo estábamos divagando, mientras que Sev me intenta animar.
- Adhara... - levanté mí vista hacia él, noté como es que pensaba demasiado si decir o no lo siguiente - Son unos estúpidos, pero aunque no lo creas en estos momentos, ellos no te juzgan ni te insultan por pertenecer a Slytherin. Te ven como si fueras alguien mejor que eso, pero su estúpida sangre de Gryffindor les hace decir cualquier cosa cuando están molestos. Nunca harían nada por dañarte, porque eres importante para esos leones - masculló mientras desviaba la mirada.
Lo abracé, creo que era la única manera para expresar cuánto le agradezco que a pesar de odiar tanto a mis amigos haya buscado una excusa para que pueda perdonarlos.
- Gracias Sev - le dije cuando me separé de él.
- Ajá, ahora vamos a buscar las cosas para nuestro Sexto Año, tal vez nos encontremos con los chicos por allí - ordenó, mientras volvía a su aspecto frívolo de siempre, pero a mí no me engañaba, ya que podía notar la pequeña sonrisa que se asomaba por sus labios.
Asentí ante su petición y nos encaminamos a seguir con nuestras compras de útiles.
- Adha, ¿Pudiste hablar con...? - balbuceó él.
- ¿Con Lily? - completé, él asintió - Sí, pero a decir verdad, no me escucho ni un poco cuando quise tocar el tema - el cabizbajo asintió - pero no te preocupes, verás que pronto se solucionaran las cosas - le di un pequeño empujón.
- Como digas, y dime ¿Qué tal está Black? - insinuó Sev.
Esperen... ¿En serio es Severus quién está preguntando por Sirius?
- Yo no sé de qué hablas - respondí rápidamente.
No, no creo que es que se haya enterado de algo, digo, no tiene como, además, él no sabe, o eso creo, de lo sucedido hace algunos días...
- ¿No has visto a Regulus? Según su carta me dijo que fuiste a visitarlo - comentó, sacándome de mis pensamientos.
Así que de ese Black hablaba. Dejé escapar un suspiro, él me miró con el entrecejo fruncido mientras que yo solo negaba con la cabeza.
- Sí, sí fui a verlo. Está bien, o eso pareció en los primeros días, creo que su madre lo está obligando a ser algunas cosas que él no me quiere comentar - Sev asintió ante tal información.
- Sí, también lo he notado. Está demasiado raro, incluso lo he notado mediante cartas, no sé qué estará tramando - asentí concordando con él.
Seguimos caminando hasta que entramos al Callejón Knockturn, solo para comprar aquellos ingredientes de pociones que venden únicamente en aquel lugar, sin embargo, mientras que Sev estaba hablando sobre por qué el polvo de las zarpas de grifo estaban tan alto, vislumbre un cabello rubio muy conocido, por lo que ignorando a Severus y su pequeña discusión con aquel vendedor de mal aspecto, seguí aquel resplandeciente cabello con la esperanza que mis pensamientos eran erróneos.
Mientras más seguía aquella cabellera más me adentraba en aquel callejón oscuro, encontrándome con demasiadas tiendas que no conocía así como también muchos magos y brujas de aspecto peligroso, pero aquello no me importo.
Nada de lo que había visto en el recorrido me importaba tanto como el seguir a esa cabellera rubia, esperando con ansias el equivocarme.
Pero no fue así.
- ¿Oxigenado? - el escucharme ocasionó que el mencionado y el grupo que lo acompañaba dieran un respingo y voltearan mirándome con sorpresa y temor.
- ¿Cariño? - entre ellos compartieron una mirada - ¿Que haces por aquí? - Bella compartió una mirada con Cissy.
- Acompañó a Sev por unos ingredientes, pero eso no viene al tema, ¿Qué hacen ustedes por aquí? - pregunté esperando una respuesta válida - Y diganme porfavor que no es lo que creo que es - entre ellos se miraron sin responder, hasta que el sonido de la campana interrumpió el silencio, dando a entender que alguien había salido de la puerta de la tienda de donde estábamos parados.
- ¿Reg? - él levanto su vista mirándome asustado.
- ¿Adha? - escuché la voz de Sev a lo lejos - ¡Al fin te encuentro! La próxima vez no te alejes tanto, no sabes con lo que te puedes... - no terminó, y creo saber el porqué.
- ¿Encontrar? Sí, creo que llegaste algo tarde para advertirme de ello, Sev - comenté irónica, ellos iban a hablar pero negué con la cabeza - Prefiero hablar de esto con ustedes en otro momento, y lugar por supuesto - aclaré, antes de irme siendo seguida por Sev.
•°•(...)•°•
Omnisciente
El sol empezó a esconderse, la mayoría de las tiendas empezaban a vaciarse rápidamente, mientras que las personas se dirigian a paso ligero hacia la comodidad de sus hogares.
Un pelinegro caminaba por aquel solitario callejón, ignorando las miradas de sus amigos, se paseó por todo el lugar, buscando con su mirada a alguien en especial, no podía dejar que simplemente se fuera sin haberle explicado el porqué de sus últimas acciones, simplemente no podría con el sentimiento de impotencia y culpa en su pecho, por lo que manteniéndose firme es como la encontró.
Más cuando se estaba por acercar a ella, se escondió de su vista en un callejón, observando como alguién se le había adelantando y tenía una acalorada charla con a la que llamaba su mejor amiga. Su hermano, el cual no había visto desde que se fue de su "hogar", se encontraba más pálido y ojeroso que la última vez que lo vió, desde donde se encontraba, podía notar como los ojos grises que él también poseía demostraba temor.
Temor. ¿Pero de qué? Podría sacar demasiadas conclusiones por sí mismo, pero no era certero que alguna de ellas fuera real, porque sabía que su Hermanito no era el mismo que hace años, que hace seis años antes de que se convirtiera en la oveja negra de su familia.
- ¿Qué tienes que ver con ellos, Reg? - cuestionó - Tu no eres así, ¡Tu no eres igual a esos magos con los que te estas juntando!
- Adhara, escúchame, por favor - suplicó, más ella no hizo caso.
- No reg, ¡tu escuchame! No vas a salir bien parado si sigues con eso, Reg, ¡Son gente oscura! ¡Son mayores que tu! ¿Que vas a saber de todo esto un niño que recién va a entrar a su quinto curso? ¡Quinto Curso Reg! Eres demasiado joven para involucrarte en cosas como lo son...
- ¡No tengo elección! - la interrumpió en un desesperado grito, Adhara lo miró con sorpresa - No tengo elección... - dió un murmullo lastimero - Desde que Sirius se marchó, Madre no ha hecho más que presionarme y enseñarme que es lo que me pasará si no me comporto como el hijo que debería ser - la impotencia lo invadió, él no quería nada de esto, simplemente quería ser un chico normal, pero no podría...
- Reg... - Sin decir una palabra más, la pelinegra se abalanzó hacia él, brindándole aquel abrazo que en el fondo de su ser, el menor de los black's deseaba.
De sus ojos se escurrieron unas cuantas lagrimas traicioneras, mientras que Adhara le susurraba que ella estaría para él en todo momento, y que nunca lo abandonaría.
Más el pequeño Regulus no sabía en quién confiar, puesto que su ejemplo a seguir desde que era un infante le había dicho las mismas palabras y no lo había cumplido. Se aferró mas a Adhara temiendo que aquello sucediera de nuevo.
No soportaría el perder a alguien más, no lo haría.
Ignorando todo lo sucedido, por el mismo hecho que no podía escuchar nada de lo que aquella pareja de amigos decía, Sirius no podía soportar el hecho de ver a Adhara en los brazos de alguien más, pero a pesar de ello, se controlaba, porque muy en el fondo, podía sentir que sin Adha allí presente, su hermano estaría completamente solo.
Con las manos en sus bolsillos y alejándose mirando el suelo, dejó que su oportunidad de arreglar las cosas con Adha se escapara, dejaría eso y muchas cosas más solo por el bienestar de su hermanito.
Llegó junto a sus amigos quienes lo esperaban, pensando que regresaría con su pelinegra amiga.
- ¿Y Adha? - preguntó Paula, quien estaba siendo abrazada por Remus.
- No la encontré - se encogió de hombros mientras que soltaba aquella mentira.
Mentira que lo llevó a entender que haría todo por su pequeño renacuajo, sin importar que este lo odiara con todo su ser, siempre sería su renacuajo.
Porque a los ojos de Sirius, Regulus sería siendo ese pequeño niño al cual le dió el amor que él necesitaba.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Millones de borradores y me sigue sin convencer.
A decir verdad, nunca e sido tan buena en lo que respecta a escribir conversaciones o discusiones, soy más de narras los hechos, por lo que mis sinceras disculpas si esto no salió tan bien como creo que lo es.
Siento la tardanza, pero como bien leyeron, no sabía que escribir exactamente, bueno, no sabía cómo escribir sería lo ideal.
¡Espero y les haya gustado! He hecho mi mayor esfuerzo por darles lo que merecen <3
No olviden comentar y votar, no saben lo felices que me hacen cuando comparten sus opiniones sobre la historia, me hace crecer como escritora, puesto que esta historia es tanto mía como suya.
Con mucho cariño,
Ale♠
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro