›«Los Prejuicios»‹
Paula
— Te puedo dar una foto de mi gemela si quieres, chucho — me burlé.
— Diría lo mismo sobre Remus, pero creo que tienes una colección completa — contestó.
Con que así la tenemos, pulgoso...
— En realidad, no necesito fotos de él ¿Sabes por qué? — Sonreí traviesa — Porque yo lo tengo en vivo y en directo — las exclamaciones de los chicos no se hicieron esperar.
Paula 1 Black 0
— ¡Esa si fue buena, Castaña! — me desordenó el cabello, James.
Reímos juntos ante la expresión de Sirius. Para fastidiarlo más, me acurruque entre los brazos de Remus y este, siguiendo el juego, me dio un beso en la coronilla. Conectamos miradas y sonreímos, no cabía duda que lo quería demasiado.
— Agh, ya comenzaron de meloso — se quejó James y como todas las otras veces, le saqué la lengua para fastidiarlo.
Los niños de primer año llegaron, viéndose tan nerviosos y asustados, que no pude evitar sentir la duda de cómo es que nosotros nos habíamos visto en ese año. El sombrero seleccionador recobró vida y, como todos los años, empezó a cantar:
Cuando Hogwarts nacía,
y yo ni una sola arruga tenía,
los cuatro grandes creían
que paz y armonía reinaría.
Todos tenían el mismo ideal,
Algo en lo que todos concordaban:
crear el mejor colegio mágico del mundo
y transmitir su saber a sus alumnos.
"¡Juntos construiremos y enseñaremos!",
decidieron los cuatro fundadores
sin pensar que algo saldría mal.
Puede ser por las diferencias
que entre sus ideales tenían
Sólo ellos serían capaces,
de mantener la armonía,
si de estas diferencias se olvidarán.
Entonces ¿Por qué todo salió mal?
¿Cómo pudieron arruinarse
tan buenas amistades?
Veréis, yo ya había sido creado
y la lamentable historia sabrán.
"Sólo a los de pura ascendencia,
mis saberes transmitiré" Dijo Slytherin
"Sólo a los de grande inteligencia,
mis saberes transmitiré" Dijo Ravenclaw
"Sólo a los de valentía inigualable,
mis saberes transmitiré"Dijo Gryffindor
"Yo a todo aquel que venga,
mis saberes transmitiré" Dijo Hufflepuff
y los cuatro grandes seleccionaban
a los que dignos de su casa aparentaban
De este modo las casas y sus fundadores
mantuvieron la armonía en el hogar.
Y Hogwarts funcionó en paz
durante largos años de felicidad,
hasta que entre los nosotros,
nació la oscuridad.
Las casas que como cuatro pilares,
había sostenido nuestra escuela
se pelearon entre ellas
y, divididas, todas querían dominar.
Entonces parecía que el colegio
mucho no podía aguantar,
pues siempre había duelos
y peleas entre amigos.
Hasta que por fin una mañana
el de los siseos desapareció,
y la normalidad volvió a reinar,
pero la tristeza invadió el lugar.
Y nunca, desde el nacimiento del colegio
las cosas volvieron a ser igual,
las casas ya no se juntaban
y las separaciones aparecerían.
Y todos los años el Sombrero Seleccionador canta,
y sabemos el porqué:
A cada uno en una casa pongo
porque ese fue mi propósito,
pero voy a hacer más que ello,
Así que escuchad y prestad atención:
a pesar de tener que separarlos,
nos estamos equivocando.
Aunque dividiros sea mi deber
el juntarlos también lo es,
y mi corazón de tela lo siente,
malos tiempos vendrán.
Yo conozco el mal,
yo conozco lo que aparecerá,
y os digo que nuestro mundo está amenazado,
por alguien que nunca pensamos encontrar,
y si conflictos no solucionamos,
si del miedo somos esclavos,
los pilares caerán.
Ya dije lo que en mí sentía,
y solo nos queda esperar,
a las personas que decidirán actuar.
Que comience la Selección."
— Eso si fue intenso — todos concordamos en el murmullo de James.
— Si antes eran pocas las personas preocupadas, ahora habrán más — el castaño a mi lado habló, sintiendo como me acercaba un poco más a él.
Suspiré, las cosas sí que se veían muy mal.
— ¿Acaso no oyeron? "El de los siseos desapareció, y la armonía apareció" — Sirius indicó — Esas serpientes tienen la pinta de estar metidos en esto — insinuó, parecía más que convencido de ello, por lo que fruncí mi ceño.
— Que Adha no te escucha — fue lo único que dije.
— ¡Vamos castaña, sabemos que es cierto!
— Cierto o no, meter a todos en una sola categoría está más que mal.
— "Por alguien que nunca pensamos encontrar" — murmuró Remus, ganándose nuestra atención — Se está refiriendo a él — su mención nos puso tensos a todos.
— ¿Mejor cam-cambiamos de tema? — Peter quien se había quedado callado, habló.
— Pet, ¿te encuen...? — intenté preguntar, más Dumbledore se paró después de que el ultimo niño fuera asignado a Hufflepuff, él solo asintió ante mi pregunta no terminada.
— Un nuevo año comienza, y esta vez, más personas nos acompañan — sus ojos brillaron entre aquellos lentes — Como se habrán dado cuenta, una silla más está entre nuestra mesa de Profesores. Por lo que les pido un muy fuerte aplauso a nuestro nuevo Profesor de Historia — el mismo sujeto del año pasado salió de una esquina del salón — Mikelai Gallagher, quien junto al profesor Binns nos brindarán la magia de la historia — los aplausos no se hicieron esperar de parte de la población femenina, al igual que de los de menores cursos.
— ¿Ese no es el estúpido que intentó leer los pensamientos de mi gemela? — solté mientras me cruzaba de brazos.
— Sí, y al parecer, no eres la única que se acuerda de eso — comentó James, mientras miraba detrás de nosotros — Las serpientes tampoco parecen felices — me gire un poco, notando como el grupo que rodeaba a Adha estaba seria.
— Y Adha no se queda atrás — murmuró Sirius, asentimos al darnos cuenta como miraba furtivamente al nuevo profesor.
— Nunca pensé en decirlo — dirigimos nuestra mirada al miope — pero las clases de historia se pondrán interesantes.
— Concuerdo contigo, además, tenemos que darle la bienvenida que este profesor merece — sonrió Sirius.
Me gustaba a donde estaba yendo esta idea, mi mirada se dirigió de nuevo a las serpientes, donde Adha me miraba, asintió con una sonrisa.
— Cuenten con nosotras — exclamé.
— Será algo que nadie olvidará — sonreímos traviesos.
— Al fin y al cabo, nadie se mete con nosotros sin sufrir las consecuencias.
— Bien, debo de mencionar que el celador Filch ha publicado de nuevo una lista de los artículos que están prohibidos utilizar en los pasillos, por lo que espero que lean este lo antes posible. Ahora, ¡Meigas fritas! ¡Pastel de Calabaza! ¡Píldoras Ácidas! ¡A comer! — y la comida apareció ante nosotros.
— Me sorprende que no haya dicho nada relacionado con lo del sombrero seleccionador — mencioné.
— Es Dumbledore, que no disfrutemos nuestra cena de bienvenida por algo como lo es él, no es algo que haría — asentí mientras me servía algo de jugo, para después disfrutar del banquete.
Cuando llegó la hora del Postre, con James nos dimos una mirada, era hora de hacer hablar a cierto pelinegro.
— Y Sirius cuenta, ¿A qué se debió tu demora? — comenté.
— ¿No era que solo ibas a buscar a Adha? — continuó James.
— ¿O es que algo más pasó?
— No es nada interesante, solo no la encontraba — respondió mientras comía pastel de chocolate, cosa que hacía para no hablar más.
Digamos que Adha me ha pegado el ser observadora con todo, aunque aun no entiendo el porqué de esa manía.
— ¡Fuiste de los últimos en llegar, te esperamos como una media hora! — reprochó James, Sirius siguió comiendo ignorándolo.
Sí, sin duda algo sí que había pasado, mi gemela me debía varias explicaciones y no se libraría de ello. Noté las miradas que los Merodeadores se daban, suponiendo que ellos tenían algún plan para hacerlo hablar.
Dumbledore dio dos aplausos y con ello la comida desapareció, a excepción del chocolate que tenía en manos, signo de que era hora de ir a nuestras salas comunes.
— Es hora de verte en acción, perfecto prefecto — comentaron James y Sirius.
— No le hagas caso cariño, lo harás genial — nos sonreímos mutuamente.
— ¿Te veo en la sala común? — preguntó, a lo que asentí. Me dio un pequeño beso antes de caminar hacia los de primero junto a Lily, quien se había sentado con Marlene y Alice.
— ¿Qué tal las vacaciones chicas? — las rodee con mis brazos.
— Bien, salí con mis padres a visitar algunos familiares de Perú, tenías razón sobre la comida de allí.
— Yo nunca me equivoco, Alice — le sonreí — ¿Y qué tal tú, Rubia?
— ¿Sabías tu que Jones era Prefecta? — Asentí algo extrañada de su repentina pregunta— ¿Qué tanto le ven? No me quiero ni imaginar qué hizo para que Slughorn decidiera eso — sus celos se hicieron presentes.
Había veces en las que me Marlene me agradaba, y luego...
Luego en estas ocasiones era donde no le lanzaba un maleficio por respeto a mi varita, que no es digna de siquiera lanzarle algo a esa rubia teñida.
— ¿Qué tienes en contra de mi gemela, McKinnon?
— Vamos Paula, sabes a lo que me refiero. Es demasiado perfecta como para que haya logrado las cosas de buena forma — soltó.
— Marlene — exclamó Alice asombrada.
— ¿Qué? ¿No me digan que no lo han pesado alguna vez?
— Sí — afirme sorprendiéndolas — Pero no de ella, si no de ti — ella iba a hablar pero no la dejé — Cuando dejes de ser una perra envidiosa, me podrás hablar — me alejé un poco de ella para después hablar — Cierto, que eso es lo único que sabes hacer bien — y caminando como la mujer empoderada que soy, me alejé de ellas.
No podía entender cómo es que Alice y Lily la soportaban cuando ese lado salía de ella, sin duda de verdad la deben de querer bastante, aunque según esta última, sé que hay situaciones en la que no la soporta demasiado.
Me acerque a los chicos, quienes ya habían entrado a la sala común y se encontraban en el sillón cerca del fuego.
— ¿Por qué esa cara de estreñida, PauPau?
— Cállate Sirius — ordene.
•°•(...)•°•
Severus
— ¡Muy bien chicos! ¿Ya estamos todos? – Adhara preguntó.
Todos los de primer año asintieron, a pesar de estar cansados, tenían aún algo de energías para ir hacia sus nuevas habitaciones.
— Síganos – ordené, mientras que con Adhara caminábamos a la par hacia la Sala de Slytherin.
En el camino, Adhara les iba contando a los niños varias cosas sobre el castillo, al igual que algunas de las reglas que esté tiene, ellos se mostraban atentos y emocionados de saber más.
— Ahora, escuchen bien, nuestra entrada es secreta – contó, igual que cuando repasábamos historia de la magia, para que préstamos atención y se nos quedará grabado – Y las entradas secretas nunca se deben de contar, a menos que quieran recibir el castigo del Barón Sanguinario – movió sus manos de manera tenebrosa – así que, confiaré en qué ustedes puedan proteger de la clave para nuestra sala común. ¿Serán capaces de cumplir este mandamiento? – les preguntó.
Los niños parecían emocionados de ser dignos de tal gran secreto, por lo que asintieron y afirmaron con grandes y emocionados «sí».
—Bien, cada mes la contraseña de nuestra sala común va a ir rotando, pero está siempre estará en la sala de anuncios. Está vez nuestra contraseña es: «Nostrae praesidium» – los niños la miraron extrañados.
— Significa «protegemos a los nuestros» – señalé, ellos prestaron atención a mis palabras – En este colegio hay siempre gente que se creerá superior a ustedes y lo intentarán demostrar – les dirigí una mirada – Pero nosotros no permitiremos eso – aclaré.
— Protegemos a los nuestros porque otros no lo harán – Adhara profundizó – Y eso lo descubrirán pronto, al igual que sus nuevas habitaciones – cambió sutilmente el tema para que volvieran a tener esa emoción que caracteriza a un niño.
Juntos, entramos a la sala común mientras que los niños se asombraban con esta.
— ¡Miren allí! – exclamó uno de los niños, para después acercarse al ventanal dónde se podía ver el lago negro.
Todos los niños soltaron una exclamación de sorpresa cuando el Calamar gigante apareció.
— Y ese chicos, es el Calamar gigante, salúdenlo, le gusta ser el centro de atención – exclamó como si no fuera la cosa, los niños le hicieron caso, y el Calamar se retiró entre su tinta – Bien, las niñas me acompañarán mientras que los niños seguirán a Sev – anuncio mientras aplaudía – En cada habitación ya está su nombre y cosas dentro, así que vamos, de seguro quieren descansar para su primer gran día.
Los niños me empezaron a seguir y los lleve a sus habitaciones, ellos salieron corriendo a lanzarse en sus camas, sin duda estaban emocionados. Terminé con el último grupo de cuatro para dirigirme a la sala común, dónde Adha me esperaba.
— Un buen trabajo, ¿No lo crees Prefecto Snape? – se burló ella.
— En especial por tus relatos infantiles, Prefecta Jones – ella río.
Nos sentamos cerca de la chimenea y empezamos a charlar sobre el libro que ambos habíamos estado leyendo.
— ¿Qué piensas sobre lo de Regulus? – pregunté algo dudoso.
Ella dio un suspiro, ambos estábamos preocupados por él, pero Adha era quien lo demostraba más.
— Solo quisiera haberle ofrecido algo para que no tomara esta decisión. ¿Sabes? Estoy segura que podría haber hablado con Walburga sobre que me dejara quedarme con él por las vacaciones, al fin y al cabo para ella soy de digna ascendencia – confesó – Pero no hice nada, y tengo ese remordimiento presente.
— No creo que fueras capaz de hacer algo, de una u otra forma esto iba a pasar, él lo quería, y no quiero imaginar que hubiera pasado si no lo hubiese conseguido – ella asintió conforme con mis palabras.
Nos quedamos en un pleno silencio, uno cómodo ambos perdidos en nuestros pensamientos pero acompañándonos, nos quedamos así hasta que Adha sacó a relucir la siguiente duda.
— ¿Qué leeremos ahora? – preguntó – Tengo varios libros en mí lista de pendientes, pero creo que esta vez puede elegir tú.
— Algo del mundo muggle no estaría mal, aunque no estoy seguro de cual.
— De acuerdo, una muggle será – accedió ella.
Seguimos hablando hasta que ella empezó a bostezar seguidamente, por lo que nos despedimos para ir a descansar.
Sí, había sido un buen día como prefectos.
•°•(...)•°•
Omnisciente
La noche se hizo de día, los alumnos empezaron a levantarse y prepararse para sus primeras clases.
Adhara, quien había sido una de las primeras en levantarse, esperaba pacientemente a sus compañeros mientras releía uno de los tantos libros que tenía, cuando notó como un grupo de los de primer año no dejaban de mirarla.
Sonrió detrás del libro, cuando notó como todos le susurraban a una del grupo para que fuera hacia ella.
— Eres demasiado cruel con ellos ¿Lo sabes? — escuchó la voz de su pequeño amigo.
— Como si tú no lo fueras, pequeño Reg — la pelinegra no desvió su mirada del libro.
— Concuerdo con Regulus, Adha — su mejor amigo hizo acto de presencia.
— ¿Volvemos a las andadas en contra mía? — ironizó la mencionada, dejando su lectura para prestarles más atención.
— Me ofende la pregunta — contestó el menor de los Black.
La pelinegra estaba lista para replicar, pero unas vocecitas se hicieron presentes.
— Disculpe Señorita Jones — Regulus y Snape no pudieron evitar reír por ello, Adhara los miró y se mostraron serios, ella rodó los ojos.
— Dime, pequeña — le brindó una sonrisa.
— Nos preguntábamos si... ¿Si usted podría guiarnos al gran salón? — cuestionó.
— Claro, justo íbamos por allí. Anda pásale la voz a tus compañeros — le guiñó un ojo, la niña sonrió mientras iba hacia sus amigos.
— ¿De niñera, Adha?
— Cierra la boca, Rubio Oxigenado — rodó los ojos — ¿Dónde está Cissy? — preguntó mientras miraba por detrás del único hijo de los Malfoys, como si este la estuviera escondiendo.
— No es como si pasara todo el tiempo conmigo.
Y como si la hubieran invocado, la Rubia de los Black apareció, yendo directamente hacia su prometido, para posicionarse a su lado y darle una sonrisa llena de cariño.
— ¿Seguro? — preguntó Adha con la ceja alzada, los presentes allí rieron.
— ¿De qué me perdí?
— Nada Cissy querida — Adha notó que ya todos los pequeños estaban listos — ¿Vamos al comedor? — todos asintieron y comenzaron a caminar.
El gran grupo de Slytherin salieron de su sala común y de las mazmorras, en su camino se pudieron escuchar los múltiples cuentos que Adha contaba, las exclamaciones de los niños, las burlas y risas de sus amigos, y de todos en general.
Llegaron con una sonrisa al comedor, los comentarios y susurros entre las casas pararon en el instante en que los vieron, trayendo consigo un silencio sepulcral, sonrisa que desapareció de las serpientes, cuando notaron las miradas de desagrado y odio que les dirigían, después de todo, el sombrero seleccionador no estaba tan equivocado.
Los ideales y prejuicios que se tenían en Hogwarts iban a ser la perdición de este, por lo que notando la tensión del ambiente y las miradas de los niños, Adhara decidió actuar.
— Agradezco sus miradas — habló a lo alto.
Las miradas sorprendidas de las demás caras era lo que la pelinegra estaba esperando.
— No sabíamos lo importantes que éramos para ustedes — los Slytherin sonrieron altaneros, el grupo sabía perfectamente como de venenosas podrían sonar las palabras de sus amiga.
— Lastimas que ustedes solo nos dan... — más no término, y entre todos dieron una mirada despectiva a los demás, quienes tragaron grueso o enfurecieron por aquel acto.
— Bueno, ¿Qué se podría esperar de... — su mirada fue a los de celestes — ... de unos estirados... — volteó a ver a los de amarillo — ... de unos buenos para nada... — termino viendo a los de rojo — y unos pobres necesitados de atención? — sonrisas ególatras aparecieron en sus rostros, para después dirigirse a su mesa, con la cabeza en alto y elegancia pura.
— Y así empezamos el año escolar — murmuró la prefecta a los pequeños.
— El sombrero seleccionador no nos las puso fácil este año — soltó Malfoy.
— Dejen al pobre — salió en defensa Adha — solo quería ayudar.
— Y le salió el tiro por... — Regulus recibió un zape.
— ¡SHH! Niños presentes — regañó la Rubia.
— Pero ¿Por dónde? ¡Si es solo cuero y trapos! — los presentes negaron con la cabeza.
Adhara aun notando la incomodidad de los de primero, se dirigió a ellos.
— Mostrar seguridad — ordenó por lo bajo, ganándose su atención — Y siempre sonrían, es lo que los saca de quicio — les guiñó un ojo — Nunca muestren debilidad ante los que no son dignos — tomó de su copa.
Ellos asintieron ante el concejo, cumpliendo con la orden y disfrutando del desayuno.
"Nostrae praesidium" pensaron los de primer año juntos.
En algún momento, los catalogados malos fueron buenos, ¿No?
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Ustedes viendo cómo cumplo mí promesa de publicar semanalmente
Bueno, a decir verdad, tenía planeado publicar esto ayer, para que no estén tan deprimidos por la batalla de Hogwarts.
Pero la deprimida fui yo :'v
Anyways.
¿Qué les pareció el capítulo?
Sé que parece relleno, but, tiene algo escondido entre ello jsjsjsjsjsjjs.
En fin, los quiero mucho, y gracias a todos esos nuevos lectores que han estado dando estrellitas y comentando🙆🏻♀️✨
Al igual que gracias a esos que siguen la historia desde hace tiempo 😍✨
Sin nada más que decir,
Los ama,
Una Slytherin no tan Slytherin
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