--- Wow, nunca pensé que una chica como... ¿Adhara? Sí, creo que era ese su nombre, quedara en Slytherin - comentó James.

Ya había acabado la cena de bienvenida del gran comedor, y todos se habían dirigido a sus salas comunes respectivamente.

Los merodeadores se hallaban en su cuarto, el cual compartían juntos por obra y gracia de Merlín. Ese era el lugar donde mayormente planeaban sus bromas, o donde la pasaban cuando no sabían qué hacer, jugando al snap explosivo, ajedres magico, entre otras cosas.

Pero, aquel cuarto también era el lugar que presenció varias interrogaciones que hacían los chicos a un merodeador en especial. Era ese o otro lugar el cual querían que se mantuviera en extremo secreto.

Aunque, en esta ocasión el interrogatorio que harán tres de los cuatros merodeadores se llevaría a cabo ahí.

--- Estoy de acuerdo contigo, James - habló el más tímido de los merodeadores.

Cuando ya todos estaban en la habitación y ya cambiados. De la nada ocurrió varios destellos de hechizos.

Sirius, el cual estaba en otro mundo por así decirlo, no se dió cuenta que, aquel día fue su turno de ser el interrogado.
Ya que de un momento a otro el merodeador estaba en una silla, atado y sus tres amigos se encontraban en frente suyo, sentados tomando una taza de café, que había salido mágicamente. ¿Irónico, no?

--- ¿algo que decir, Sirius? - preguntó, con toda la calma, Remus.

--- No, y no se que quieren saber de mí - habló Sirius, un poco frustrado de estar amarrado.

--- MIENTES! - había gritado James.

--- James, cálmate - pidió Peter

--- ¿Qué me calme? ¡No lo haré! Se supone que soy el policía malo - refunfuñó James.

Los tres merodeadores restantes se rieron, al ver el puchero y los brazos cruzados de su amigo. Esa era la actitud que varias veces cortaba la tensión, esa actitud infantil era la que siempre sacaba risas.

--- Bueno, ahora si. ¿Algo que decirnos Sirius? Que quede claro que todo lo que digas puede usarse en tu contra. Y que no nos hacemos cargo de toda burla que haremos referente a lo que confesaras - comentó Peter, para después tomar un poco de su taza de café.

Los dos merodeadores que no estaban atados asintieron, dando a entender que ellos están de acuerdo. El oji-gris soltó un bufido de resignación, haciendo que los otros tres sonrieran, habían logrado su objetivo.

--- Ok, les contaré todo - comenzó Sirius - pero... ¿Por dónde comenzar? - se preguntó más para si mismo, que para ellos. La amistad que tenía con Adhara era tan grande, que el sabía todos los secretos de ella, como ella sabía todos los de él, o eso pensaba.

--- Por el principio, Sirius - comentó, un tanto divertido, Remus.

--- Bueno.  Digamos que conozco a Adhara desde hace mucho tiempo... - empezó Sirius.

Por otro lado, en la sala común de Slytherin. Una reciente serpiente se encontraba sentada en su cama hablando con sus compañeras de cuarto.

Adhara había tenido el placer de conocer a las hermanas black's por alguna que otra reunión que era invitada. Aunque su amigo pelinegro no sabía nada de ello, pues siempre que habia una reunión se encerraba y nunca bajaba.

Para su suerte, Adhara compartía cuarto con una de las hermanas Black, la cual le estaba contando todo lo que pasó cuando ella fue enviada a Beaxbatons y como después la enviaron a Durmstrang.

Su bienvenida a Slytherin fue muy calurosa y encantadora, a su manera. Fue muy bien recibida por todos y cada uno de las serpientes. Dando saludos a diestro y siniestro, y también había charlado con varios de su casa, los cuales al parecer se harían grandes amigos.

Severus Snape, era uno de ellos. Ella se había sentado a su lado el cual no estaba ocupado, y empezaron a charlar, aunque al principio Severus se había mostrado muy frio, sorprendentemente Adhara había podido bajar esa capa frialdad que tenía delante todos. Eso shockeó mucho a la serpiente, pues la unica persona que había conseguido aquello, era una pelirroja a la cual tenía mucho aprecio.

Regulus Black también era otro, ella ya lo conocía por aquellas reuniones que había mencionado antes. Dejando este tema de lado, Adhara se encontraba sentada en su cama, hablando con Narcissa, o como ella la había apodado Cissy.

Se hallaban conversando como viejas comadres. Contando todo lo que no habían podido hablar.

--- Estas diciendo que ¿Conoces a Adhara? - volviendo con los Merodeadores. Sirius había terminado de contar un poco de lo que era su amistad con la pelinegra. Y James era el que había preguntado.

--- Si cornamenta, eso e dicho - le respondió Sirius - Aunque me sorprende el hecho de que quedara en Slytherin - la última palabra la había dicho con asco.

--- Si, por lo que me has contado a mi tambien - James, también estaba un poco confundido por aquello. Por lo que su casi hermano le había dicho, esa chica era... Buena persona, y no sabía porque había quedado en Slytherin. Aparte de que estaba molesto de que esa chica fuera, en su parecer, muy buena bromista. Y que estuviera en Slytherin... Dificultaba el hecho de que pudieran hablar con ella y poder hacer bromas juntos.

--- Se lo que estás pensando, y no creo que en los años que ha estado en otros colegios, haya cambiado. Creo que cuando se entere de la rivalidad que tiene Slytherin con las demás casas, más con Gryffindor, pensará que es una estupidez - dijo Sirius.

--- Esperemos eso

--- Si, si, esperemos eso. Ahora... ¿Me podrían desatar de esta silla? - comentó el pelinegro. Ya le estaba fastidiando el hecho de estar sentado y amarrado.

Y tan rápido como lo habían atado, ahora Sirius se encontraba desatado y echado en su cama, a punto de caer en un sueño profundo.

--- Descansen chicos - se despidió Remus.

--- Buenas noches Lunático - contestaron los demás.

Y todos cayeron al mismo tiempo en el mundo de los sueños. Incluidas las dos serpientes que se encontraban charlando en la cama de una.

Editado el 14/10/2018