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›«El lugar»‹

Omnisciente

En el momento en que Regulus observó a su pelinegra amiga subir al tren en compañía de Severus, la sorpresa le invadió. Y cuando los mencionados ingresaron al mismo vagón en donde se encontraba, esta emoción no hizo más que aumentar. ¿Cómo era Adha capaz de comportarse de lo más normal después de la discusión que habían tenido? Ya no se encontraba molesto, o de eso se intentaba convencer, solo se encontraba fastidiado con el hecho de que en ningún momento ella lo haya buscado o intentado sacarle una conversación, como lo hacía incontables veces cuando se molestaba. No quería hacerse ilusión, sabía que la pelinegra nunca faltaba a su palabra, y si la invitación desde un mes de anticipación era cierta, ella no se encontraba allí para hacerles compañia en las navidades, sino para asistir a donde había planeado con demasiada anticipación.

Tenía curiosidad, claro está. No sabía de quién era la invitación, no sabía a qué lugar iría, no sabía nada de sobre donde pasaría las festividades y las ganas de descubrir o resolver esas dudas que tenía eran intensas, por más que algo le dijera que no sería de su completo agrado de escuchar, él quería saberlas. Se quedó mirándola, mientras que se perdía en sus pensamientos, sin notar que de a poco, Adhara empezaba a incomodarse por tal furtiva mirada que su el pequeño renacuajo le dirigía.

La pelinegra tenía la opción de seguir fingiendo que estaba leyendo el libro que tenía en manos o podría exigirle a Regulus que dejara de mirarla de la intensa manera en la que estaba haciendo, aún no se decidía por cual sería una mejor opción. Internamente, rogaba que el Black  emitiera alguna palabra, lo que sea con tal de salir de aquel tenso ambiente que había invadido el vagón. Se decidió, después de un largo debate consigo misma, por la primera opción, ella no era quien tenía que disculparse o sacar conversación,  Regulus se había molestado por elección propia.

Severus solo podía bufar por lo tan inmaduros que se estaban comportando ambos. ¿Qué tan costoso era el hablar sobre el tema hasta hallar una solución o llegar a un acuerdo? Olvidaba por momentos que sus dos amigos nunca buscarían el disculparse cuando, en su perspectiva, la culpa no era suya. Siguió con su libro, a sabiendas que a mitades de camino, Regulus no soportaría más el tenso ambiente y sería quien iniciara la conversación. Por el contrario de la pelinegra, ya que el de pelo graso tenía conocimiento que la mencionada tenía más firmeza y soporte que el menor.

Snape no estaba equivocado, o al menos no del todo. A la media hora de haber abandonado Hogwarts, el menor de los presentes no pudo soportar el tenso ambiente, por lo que decidió el preguntarle a Adhara a donde pasaría las fiestas. La mueca de Adha fue suficiente para hacer saber al Black presente que su suposición era cierta, la respuesta no sería de su agrado. Y así lo fue.

— ¡Pensé que ibas a buscar uno con Severus para acogerme! — exclamó frustrado.

— Sabes que ese tema lo creamos para fastidiarte, Regulus — Severus intervino al ser nombrado, Adha lo señaló, dándole la razón.

— ¡Iban a sacarme de la casa de mis padres! — siguió el pelinegro, ignorando lo dicho por sus amigos — ¡Ya no tendría que vivir con Madre! Pensé que... que de verdad dejaría esa casa — dijo derrotado.

Ambos pelinegros compartieron miradas, Severus tuvo que reconocer que Adhara le había advertido que esto iba a suceder. Ella era la que conocía mejor a Regulus y por más que aparentaba ser un adolescente maduro e inteligente, la ingenuidad en él seguía presente. En su momento, Severus había negado el hecho de que el Black tomará la broma como un asunto serio, ahora sabía que debía escuchar más a las explicaciones o situaciones que planteaba su amiga.

— Renacuajo... — el aludido negó y se alejó al notar la mirada preocupada que su amiga le dirigía. 

Esa mirada solo le hacía recordar que se comportaba como un niño. Esa mirada le hacía sentir que ella era su madre, una mejor que a la que de verdad tenía. Quiso huir de la situación, quiso simplemente poder pararse y salir del vagón evitando la compasión de sus amigos, pero no pudo, porque internamente sabía que lo que más deseaba en esos momentos era el cariño que su madre nunca le daba, el que Adha le regalaba. De igual forma, no hubiese tenido escapatoria, el pelinegro mayor se había parado frente a la puerta, bloqueando la única salida que tenía.

Sintió los brazos de su amiga rodearlo. No pudo, ni quiso, evitar el esconderse en el reconfortante abrazo que estaba recibiendo. Correspondió el gesto, aferrándose a su amiga al sentir las suaves caricias que le brindaba en su espalda. Se sintió protegido y quiso que ese sentimiento nunca desapareciera. 

El pelinegro mayor se acercó a ellos y se unió a ese abrazo, sintiendo como el cuerpo del pelinegro temblaba por momentos. Pasó su mano por el cabello del pelinegro en un intento de tranquilizarlo. 

Los sollozos del pelinegro solo habían comenzado. 

Los tres quedaron en esa posición por un largo tiempo, ninguno de los mayores iban a evitar que el pelinegro dejara salir todo lo que había estado reteniendo. Se sentían culpables, la broma interna había terminado en convertirse en una ilusión del pelinegro, ilusión que ellos mismo habían dejado crecer al sacar el tema de forma recurrente y nunca explicando con precisión al pelinegro que solo eran bromas y no realidades.

— ¿Sabes? Aún te puedes mudar con Adha — Severus mencionó después de unos minutos, cuando el pequeño renacuajo ya se había calmado.

— ¿Y soportar al idiota de mi hermano? — cuestionó agresivo — No, gracias — se respondió así mismo.

— O te puedes ir con Severus — Adhara mencionó esta vez — Los podría visitar de vez en cuando, así me aseguraría el que sigan vivos — bromeó, sacando una tenue risa al Black menor.

— Eso sería mejor — aceptó Regulus, ya más calmado mientras que se terminaba de separar del abrazo que su amiga le había brindado.

— Ni siquiera tengo departamento — Severus dijo por lo bajo con la intención que solo su amiga le escuchara — Ni el dinero para uno.

— Shh, es fácil de solucionar aquello — lo calló, hablando con el mismo tono de voz — Tu solo sígueme la corriente.

— Solo no nos metas en problemas, Adha — accedió.

— ¿Cuando he sido capaz de ello? — cuestionó ofendida, recibiendo una mirada divertida de su amigo.

°•°(...)°•°

Alice sonrió al notar lo tan alegres que sus amigos y pareja se encontraban. Habían hecho uso del mismo vagón que a principios de año, debido a que este seguía manteniendo el hechizo de expansión que la pareja de Sirius había hecho. Todos se encontraban cómodos conversando y comentando sobre los planes que tenían para esta semana fuera de Hogwarts estando lejos de adultos. Alice sonreía, a pesar de que internamente se preguntaba qué estaría haciendo en esos momentos su rubia amiga, sonreía para no hacer notorio el malestar que le invadía al pensar en Marlene. Eran las primeras navidades después de seis años que no compartiría con su amiga más íntima e importante. 

Frank se dió cuenta de la actitud apagada de su chica, no dudaba en que la razón era la falta de la Leona Rubia. Rodeó con su brazo a la leona para atraerla hacia él, le dejó un beso en la coronilla de su cabeza y siguió charlando con Remus sobre ciertos animales mágicos que le llamaban la atención, sonriendo dulcemente al notar que su querida Alice se encontraba con sus mejillas sonrojadas a tal punto de tener un color parecido al cabello de la única pelirroja presente. 

— La vamos a pasar increíble —exclamó James emocionado — Es como si fuera una previa de lo que haremos después de graduarnos — sonrió emocionado al pensar en el futuro.

— ¿El vivir todos juntos? — Remus preguntó con un interés notable.

— ¿No sería grandioso? — la ilusión en los ojos de James se hizo presente — Podríamos mudarnos a casa  grande y disfrutar de nuestro último año de adolescencia antes de la adultez.

— Sería grandioso — aceptó Frank — Pero creo que ciertas parejas ya tienen sus planes hechos — dijo mientras que le lanzaba una mirada al pelinegro — ¿No es así, Sirius? — el aludido negó con la cabeza, una sonrisa había aparecido para decorar su rostro.

— Culpa mía no es el que no tengan la suficiente confianza para dar el siguiente paso — los abucheos de los chicos se hicieron presentes al igual que las risillas de las chicas.

— Sí claro, campeón — Peter se burló — Todos sabemos que Adha es quien lleva la relación — los presentes soltaron exclamaciones de sorpresa ante lo dicho, por más que fuera cierto.

— ¿Seguro que quieres jugar, colagusano? — le siguió el juego.

— ¿Cómo jugar cuando ya has ganado? — el bullicio formado por las risas y celebraciones de los espectadores llamaron la atención de hasta los estudiantes que se encontraban a tres vagones lejos de ellos.

Sirius río, los momentos en que Peter entraba en confianza y sacaba aquel lado movido y socarrón, eran escasas pero memorables, por lo que se permitiría el dejarlo estar y solo disfrutar de ese especial momento junto con sus amigos. Todos allí parecían haber despertado con una chispa inimaginable, durante todo el recorrido varios planes al igual que bromas y burlas habían aparecido, no hubo momento en que el silencio los invadió. Era de esperarse, puesto que cada uno de los presentes daba su absoluta atención en la conversación y comentaba en el momento en que consideraba el más oportuno.

— Creo que podríamos separarnos para la preparación de la comida — Alice añadió.

— Sería buen idea, somos muchos por lo que no sería tan complicado el hacer parejas para separarnos y cocinar — Lily siguió la idea de su amiga.

— Al contrario, podríamos cocinar todos juntos y acabar antes —esta vez quien habló fue James.

— En lo único que estás pensando es en hacer una guerra de comida cuando estemos cocinando — Remus señaló, el miope levantó sus manos.

— Culpable — admitió al ser atrapado — ¡Pero vamos! No me nieguen que sería divertido.

— No lo negamos — Frank habló — Más no es de mi agrado el tener que limpiar después de todo el desastre que de seguro haríamos.

— Buen punto, Frank — Peter reconoció — Limpiar no es el momento favorito de nadie.

Todos asintieron estando de acuerdo. Si bien la magia podría ayudarles en situaciones como lo era la limpieza después de una guerra de comida, en esos momentos no todos habían cumplido la mayoría de edad y por lo tanto tenían prohibido el poder hacer magia fuera de Hogwarts.

Tocaron muchos temas más, la conversación nunca culminó o se vió interrumpida, ni siquiera el cansancio, que uno sentía cuando obligaba a su cuerpo a levantarse más temprano de lo acostumbrado, fue impedimento para que el grupo de siete leones desistiera de sus intercambios de ideas. Se esmeraron tanto en sacar nuevos temas de conversación y crear más planes para lo que harían esa semana que no se dieron cuenta que tan solo faltaba menos de media hora para llegar a su destino, el cual era la estación del expreso 9 ¾.

Es en ese momento y no antes, que la puerta del vagón se abrió, dejando ver a una sonriente pelinegra con un atuendo muggle que tanto a Frank como Alice sorprendió. La recién llegada al notar que ellos aún seguían con un conjunto de ropa muy comunes en magos, el cual sería visto como escandaloso por los muggles, negó con la cabeza.

— Falta poco para llegar y, si vamos a pasar entre tantos muggles, esos atuendos tienen que cambiar — señaló directa, mientras que hacía uso de su bolsa y metía su mano buscando algún conjunto que pudiera ser ayuda en esos momentos.

— ¿Ni siquiera un saludo, sabelotodo? — cuestionó James divertido — ¿Y los modales?

— Disculpad mi osadía al interrumpirlos, Lord Potter, mi intención no fue el faltarles el respeto — comentó con pena fingida.

— No ha de preocuparse, Lady Jones — el miope siguió el juego — Habéis reconocido su error, es lo importante.

— Os estaré agradecida por su benevolencia, Lord Potter — dio una leve reverencia, escuchando de fondo las risas que los demás presentes intentaban retener — ¡Aquí está! — celebró al dar con lo que quería — Tomen, estoy casi segura que les quedará — dijo mientras que extendía un conjunto de ropa a cada león que no tenían la vestimenta adecuada.

— ¿Es completamente necesario? — cuestionó Alice, si bien el conjunto que le había sido entregado no se veía tan mal, estaba acostumbrada a un estilo preciso.

— Si es que no queremos llamar la atención de los muggles... — Lily comentó mientras que e dirigía una sonrisa divertida.

— Además, te verás hermosa con ello puesto — Adha guiñó un ojo — Tengo buen ojo en atuendos — le susurró por lo bajo, como si de un secreto se tratara, sacándole una sonrisa a la leona.

Los últimos minutos de viaje consistieron en cambiarse por unos atuendos más adecuados para la ocasión. Los chicos no podían evitar burlarse de Frank al verlo por primera vez con un atuendo completamente muggle, entre ellos estaban acostumbrados después de tantas salidas que habían tenido con la pelirroja y pelinegra. Por otro lado, las chicas no dejaban de darle ciertos cumplidos a Alice por el simple hecho de que les divertía el adorable sonrojo que tenía puesto y, por que verdaderamente, se veía esplendorosa. Cuando terminaron de cambiarse, los chicos volvieron al vagón que estaban utilizando, puesto que se habían separado para darle más privacidad a las féminas.

Disfrutaron de los últimos minutos en el tren repasando ciertas ideas y planes que tenían, poniendo al tanto a la serpiente que se había perdido toda la planificación al no haber compartido vagón con ellos. Sintieron como el tren iba disminuyendo de velocidad, así fue como supieron que ya habían llegado a su destino. Sacaron sus maletas de las repisas superiores, siendo detenidos tanto por Adha como Lily para que las metieran en los bolsos con el encantamiento de expansión indetectable que ambas féminas poseían, con el motivo de no tener que cargar con tanto bulto y estar más ligeros.

— No recordaba que hubieran tantos aurores en la estación — murmuró Remus, observando desde la ventanilla del tren a los ya mencionados.

— Supongo que será por protocolo — Peter le comentó, siendo el único en haberlo escuchado — No debemos de preocuparnos, es poco probable que algo suceda — dijo en un intento de calmar a su castaño amigo.

— Eso espero — susurró, dando una última mirada por la ventanilla para girar y seguir a sus amigos que ya habían abandonado el vagón. 

El rubio soltó un suspiro y sin más imitó la acción de su amigo para avanzar a paso rápido y alcanzar al grupo de leones y serpientes antes de que lo abandonaran. Al asegurarse que todos se encontraban juntos, decidieron salir en pares por el muro de la columna, si bien los muggles eran despistados, no podían arriesgarse. 

La única serpiente del grupo, buscó con la vista a sus dos amigos para despedirse con una seña al encontrarlos, ellos respondieron la misma. Sirius miró hacia donde se despedía y no pudo evitar rodar los ojos, jaló un poco de la mano de su chica para que volviera su atención en él. Ella lo miró mal para luego reírse por los pequeños celos que aparecían en su estrella de vez en cuando. Se tomaron de las manos y cruzaron el muro justo cinco minutos después de Frank y Alice, encontrándose con los nombrados esperándolos en la puerta de la estación de Kings Cross. 

— ¿Y bien? ¿Cómo llegaremos al departamento? — cuestionó Frank en el momento en que ya todos se encontraban saliendo de la estación de trenes.

— Muy buena pregunta, querido Frank, muy buena pregunta — James comentó.

— Si tienen un plan ¿Cierto? — cuestionó esta vez Lily.

— Bueno... — Sirius debatió consigo mismo sobre si decirles que, en un principio, el plan que tenía junto a Adha era el ir en moto.

— Ustedes no se preocupen por ello — Adha les sonrió para luego alejarse de ellos y acercarse a un grupo de chicos que se encontraban apoyados en un carro.

Desde su posición, todos pudieron observar como un rubio le saludó con alegría, siendo seguido por los demás. Adhara correspondió el saludo al igual que les dió un abrazo a cada uno.

— ¿Los conoces? — cuestionó Remus al pelinegro, este negó.

— Adha tiene amigos en todas partes — se encogió de hombros — Debe de ser amigos del... — se calló al instante, ganándose miradas curiosas por lo que iba a decir.

— ¿Del...? — preguntaron todos a la vez, en un intento que terminara lo que iba a decir.

— Del lugar donde reside — respondió rápido, golpeándose mentalmente por tal respuesta, eso crearía más curiosidad en sus amigos — O puede ser de otros colegios — añadió mientras que se encogía de hombros actuando como si no fuera de gran relevancia, claro está que había fallado en ello.

Los leones estuvieron a punto de preguntarle sobre a qué se refería al lugar donde su pelinegra amiga residía, cuando se vieron interrumpidos por la aparición de esta misma.

— ¿Quién está listo para un largo viaje en carretera? — cuestionó divertida mientras movía un conjunto de llaves delante suyo.

— No es posible que sepas manejar un carro siendo menor de edad — Lily objeta, no quería inclumplir mas leyes dela que ya habían hecho, aunque prácticamente no estaban rompiendo ninguna al decidir pasar navidades fuera de Hogwarts, ella seguía sintiendo que era algo incorrecto.

— Si es por la legalidad, sabes que no hay nada que la metamorfomagia no pueda arreglar — le guiña un ojo — ¿Y bien? ¿O van a querer ir caminando hacia el departamento?

— Sabelotodo, solo recuerda que aún tenemos una larga vida por disfrutar — James le comentó seriamente.

— Lo que digas Mister Ego — aceptó — Pero recuerda que fueron ustedes los que aceptaron venir a esta travesía, no será enteramente mi culpa si algo sucede —la burla en su voz se hizo presente.

— No lo dices en serio ¿No es así? — Adha solo sonrío para empezar a dirigirse hacia el carro que sus amigos del orfanato que ya habían cumplido la mayoría de edad hace unos años, le habían prestado, ignorando las exclamaciones que el Potter daba. 

No había duda alguna que era divertido el fastidiar al miope. 

Al llegar al auto subió de piloto, el segundo en entrar fue su querido pelinegro, en el asiento de copiloto. Le dió una sonrisa que el pelinegro interpretó como la que ponía cuando le iba a pedir un favor, el Black rió para sus adentros, y aceptó el silencioso pedido de su chica para sacar su varita.  Adhara le indicó lo que tenía que pronunciar y que movimiento hacer con su varita para que el auto fuera más extenso y todos sus amigos pudieran sentarse de manera cómoda. En el momento en que los demás subieron al auto, había mucho más espacio que uno común y en vez de haber un asiento de tres, se encontraba uno de a seis, justo para cada uno. 

— ¿Listos para el viaje? — preguntó Adha mientras que movía el espejo retrovisor — Asegurense de ponerse los cinturones — les pidió.

— ¿Los muggles no lo notarán? — preguntó Lily.

— Ellos solo ven lo que quieren ver — se encogió de hombros la pelinegra — Pero si te hace sentir mejor, Sirius ya le puso un hechizo de camuflaje.

— Con eso estoy más tranquila — admite Lily.

— Muy bien, recuerden no sacar ni la mano ni la cabeza por la ventana, no estamos en una carretera libre y lo más probable es que haya algo de tráfico — ordenó — No queremos accidentes ¿No es así, James? 

— ¿Ni is isí, Jimis? — remedo el aludido — Lo que digas mamá — fastidió él.

La pelinegra soltó una risa para girar las llaves del carro, encendiendolo en el proceso. Retrocedió con cuidado para salir del estacionamiento y giró el volante para poder entrar a la carretera principal. Si bien no sabía exactamente donde quedaba el departamento, Sirius le había indicado previamente por donde tendrían que ir y qué caminos tomarían, así que no era tan complicado el conducir teniéndolo de copiloto. Su pareja con un par de toques con su arita pudo conectar la radio muggle con una estación de música del mundo mágico, red mágica inalámbrica, provocando que sus amigos dejaron de admirar las vistas para empezar a pedirle que canción buscar y en cual estación quedarse.

— ... y con ustedes, Celestina Warbeck y las Banshees — se escuchó al chico de la radio.

— ¡Deja esa! — James gritó.

— ¡NO! ¡Regresa, regresa! — Frank le siguió.

— ¡Te pasaste una! — renegó Remus.

— ¡Era la otra! ¡La otra! — los tres gritaron juntos.

Las féminas presentes compartieron miradas a través del espejo retrovisor para luego reír a carcajadas limpias. Peter al saber que pronto iniciaría la canción de Celestina y que Sirius con tantos gritos no iba a poder poner la estación correcta, se acercó a los asientos delanteros, dándole un manotazo a la mano del pelinegro, en el proceso que ponía la estación donde sonaría la canción que tanto deseaban escuchar. 

— ¡Sí, gracias Pet! — gritaron los tres nuevamente.

— Así como gritan espero que puedan cantar — los tres chicos compartieron una mirada confidente.

— ¿Me suena a reto, Sirius? — cuestionó James.

— Porque si es así, que conste que perderás — Frank comentó.

— Las canciones de Celestina Warbeck y las Banshees están hechas para cantarse a todo pulmón — Remus aclaró.

— Demuestrenlo — Adha les dijo mientras que subía el volumen al máximo a la radio mientras que "A Cauldron Full of Hot, Strong Love" comenzaba a sonar.

— ¡Yo pido principal! — gritó Peter.

— ¡Injusticia, yo debería de ser principal! — se quejó James.

— Escucho la canción pero no a ustedes cantando — canturreo Adha.

— ¿Banshees? — James les preguntó a Frank y Remus, por más que quisiera cantar la parte de Celestina, no perdería un reto por ese deseo.

— Banshees — aceptaron ambos.

— ¿Habías escuchado de Celestina? — Alice miró a su amiga como si fuera un troll.

— ¿Nunca has escuchado hablar de ella? ¡Es una de las cantantes más famosas del mundo Mágico! — exclamó reprochando.

— Ah, entonces es por ello — Alice la vió rara — No tengo mi radio sincronizada con la red inalámbrica mágica, solo escucho música muggle.

— Oh, eso tiene más sentido, sin embargo, en Hogwarts... — lo que sucedía en Hogwarts Lily no se pudo enterar, porque encabezando la canción, Peter comenzó a cantar la parte que a la tal Celestina Warbeck le tocaba.

What's in my cauldron full of hot, strong love — Lily se quedó impresionada ante el alto que dió el rubio —  Will make your life complete!  

Los chicos empezaron a aplaudir al ritmo de la música, mientras que con la siguiente estrofa, empezaban a hacer los coros de las denominadas Banshees que participaban en la canción.

 I've got a cauldron — dirigió Peter.

I've got a cauldron — armonizaron los tres.

 — full of hot, strong love — siguió cantando el rubio,

 full of hot, strong love — armonizaron mientras se juntaban como si compartieran micrófono.

That's about to be unfurled — señaló hacia adelante, pasando su dedo de Adha hacia Sirius, dedicandoles la canción, ellos rieron.

That's about to be unfurled — armonizaron, mientras que coordinados hacían un movimiento de sus manos.

Alice y Lily se unieron a las palmas que en un principio los tres chicos que armonizaba habían estado dando, ya que ahora estaban concentrados en seguir una coreografía que Alice sabía era parte de la rutina de las Banshees en los conciertos en vivos que daban. Adhara, contagiada por los movimientos tan coordinados de los tres chicos, intentaba imitarlos debes en cuando con una sola mano y con la mirada al frente por más que quisiera voltear y admirar el concierto que esos cuatro chicos daba.

El solo de las Banshees llegó y los tres chicos se lucieron aún más, brillante en ese momento sin que Peter les opacara. Alice y Lily gritaron animandolos, a su vez que, alababan los coordinados movimientos que daban. Sin embargo, la canción llegó a su parte más alta y con ello el final.

— It's all the magic you'll ever need! — Peter alargó la última palabra en un agudo a la par que los tres repetían la última frase armonizando el momento. 

Los aplausos no se hicieron esperar, Adha bajó rápido el volumen de la radio para que no sonara tan fuerte la voz del conductor de la estación. 

— ¡Gracias, gracias! ¡Somos Peter y los Banshees! — Peter agradeció.

— ¡Dile a tus amigos! — exclamó Remus divertido.

°•°(...)°•°

El viaje transcurrió de la misma forma como inició, cada canción que encontraban era interpretada por uno de los integrantes de aquel grupo de viaje, todos habían protagonizado una canción, en especial James, quien había reclamado su derecho de ser Celestina en la siguiente canción que encontraron para que vieran quien era el mejor, pero no pudo superar los altos y actitud en el "escenario" que Peter tuvo. La única que no había protagonizado alguna canción fue Adha, excusándose con que escuchaba más canciones muggles que de mago y de que se tenía que concentrar en conducir si no querían que terminaran en algún accidente automovilístico.

— Falta poco — informó Sirius, mientras que jugaba con la mano de su chica, esa que estaba libre porque reposaba en la palanca de cambio del carro.

— El super que me comentaste quedaba a unas cuadras ¿No? — preguntó  la pelinegra mientras detenía el carro al llegar en un semáforo en rojo.

— Así es, pasamos primero por allí para comprar lo necesario, ¿Cierto? — la pelinegra asintió, ellos dos compartieron miradas para luego girarse y observar a sus amigos.

— Antes de ir al departamento tenemos que hacer una parada —informó Adha.

— ¡Por fin! Mis piernas ya no aguantaban — James comentó en alto.

— El departamento no viene con despensa incluida, por lo que tenemos que ir a comprar a un super — Sirius siguió informando, ignorando a su amigo.

— ¿Era serio la cuota de 20 galeones? — Peter preguntó incrédulo.

— ¿Creíste que bromeamos? — alzó una ceja la serpiente — No se preocupen, regresando a Hogwarts nos pueden pagar, lo que utilizaremos ahora es dinero Muggle.

— Y uno pensando que la comida venía incluida en la invitación — murmuró por lo bajo Frank, ganándose un pequeño golpe de su Alice.

La chica rodó los ojos, Adha y Sirius ya habían hecho lo suficiente invitandolos a sus planes de pareja como para que le pidieran más cosas. 

— En unos quince minutos llegaremos — fue lo último que dijo la pelinegra para voltearse, ya que la luz del semáforo estaba por cambiar a verde.

— ¿Dudas?¿Cuestiones? — todos negaron y Sirius asintió para después copiar la acción de su chica y girarse.

La mente de Lily empezó a maquinar un plan demasiado rápido hasta para ella misma. Por lo que desabrochando el cinturón y acercándose a los asientos delanteros, les comento a la pareja que parecían los padres de un grupo de adolescentes en un viaje, sobre su plan para darles un momento a solas y pudieran adelantarse al departamento y disfrutar el conocerlo por primera vez en pareja y no en grupo, además que de esta forma podrían ir acomodarlo. Todo mientras que dejaban a cargo a ella y Remus para ir en búsqueda de lo necesario, comida, bebidas y dulces, en el super junto con los demás.

— Es una buena idea — acepta Adha — Pero ¿Estás segura que podrás con todos ellos? — le pregunta con diversión junto a un toque de preocupación.

— Estamos hablando de la Pelirroja, Star — señala Sirius — Ella podrá controlarlos.

— Además, tengo a Remus — Lily se encoge de hombros — No me será tan difícil con su ayuda.

Ambos pelinegros conectaron miradas ¿Era correcto decirle que Remus no era tan responsable en situaciones como esta o dejar que la pelirroja lo descubriera por sí misma?

— Respecto a Rems, Tomatito no creo que... — intentó hablar Adha.

— Adha, sé que te sientes responsables de nosotros por el hecho de que estamos bajo a tu "cuidado" — hizo comillas con los dedos — Pero ya estamos por cumplir la mayoría de edad, no nos pasará nada. Solo confía — la pelinegra soltó un suspiro mientras que apartaba la mirada en la Pelirroja y, notando que ya se encontraban en luz verde, dirigió su mirada al frente.

— Cariño, podrán con ello — Sirius tomó su mano libre — Y podría enseñarte personalmente como es el departamento — comentó con una sonrisa. Ella asintió aún estando concentrada en el camino. Vió por un momento por el espejo retrovisor, notando cómo es que los chicos empezaban a pegarse mutuamente para luego explotar en carcajadas.

— Está bien — cedió ella, no podía negar que también deseaba el hecho de poder tener un momento con Sirius en el que sería su nuevo hogar — Pero, tenemos que tener una manera de comunicarnos por si algo sucede.

— Ya había pensado en ello, podríamos usar ese hechizo de conexión mental — menciona Evans.

— No sería factible, el supermercado más cercano no está tan cerca como para mantener esa conexión — la pelinegra exclama a la par que con una mano giraba el volante.

— El espejo doble — Sirius da su idea— James siempre lo trae consigo, se lo puede prestar a Lily y nosotros tendríamos la otra parte.

— ¿Espejo doble? — Lily cuestionó confundida, nunca había escuchado de tal objeto.

—  Son espejos conectados — Adha menciona.

— Cuándo quieres conversar con la persona poseedor del otro espejo, solo debes de mencionar su nombre y aparecerá — Sirius complementa — Lo utilizamos cuando nos castigan por separado.

— Nunca había escuchado de ellos — la pelirroja admite.

— Es una de las chucherías de mi Familia — se encoge de hombros.

— Bien — accedió — Lily, solo promete que lo utilizaras si de verdad sucede algo — la pelinegra pide.

— Solo iran a un supermercado Star, ni que fueran al bosque prohibido —  rueda los ojos la pareja de la aludida.

— No son buenos tiempos cariño, lo sabes — murmura por lo bajo.

— No hay magos cerca, Star — hace recordar Sirius en un intento de calmarla.

— Eso es lo malo — Adha exclama, causando confusión en el pelinegro.

— La magia es más facil de detectar entre tantos muggles — informa la pelirroja, esa era la razón por la que había abandonado a su familia — Adha, lo haré, no te preocupes.

La pelinegra asiente, aceptando la idea de su amiga. Sin más, Lily se dirigió a sentarse en la parte de atrás para informarles a los demás lo que había quedado con la pareja.  Sorprendiendo a la pelirroja, James no soltó ninguna queja o burla, más bien, tanto él como todos aceptaron de inmediato, no es como que existiera motivo alguno por el cual discutir de todas formas. 

Sirius sonrió al pensar en cómo sería la reacción que su chica daría al ver el departamento, no podía negar que sentía nervios y algo de temor por el hecho que no le agrade el lugar que había escogido para ambos. Interiormente, le pedía a Merlín que tan solo le regalara la dicha de haber escogido un buen lugar para vivir después de Hogwarts.

Tal como dijo Adhara, en quince minutos llegaron al super muggle. Todos bajaron del carro, Adha les dió unas cuantas indicaciones a la vez que una lista sobre lo que necesitaban comprar y le entregaba el dinero muggle a Lily al saber que era la más experimentada en ese ámbito. Todos movían su cabeza de arriba hacia abajo, aceptando lo que la pelinegra decía. Era la misma situación en la que uno murmura un "Sí, mamá"  cuando esta te repetía ciertas indicaciones que ya te sabías de memoria, pero en vez de mamá los chicos murmuraban un "Sí, Adha" , aunque el senti era el mismo. Sirius tuvo que abrazar por sobre los hombros a su Star para tranquilizarla y volver al auto, dejando a ese grupo de casi adultos adolescentes solos.

Siguiendo las indicaciones de Adha por unos siete minutos, todo el grupo siguió a Lily mientras que empujaban un carrito para poner lo que comprarían, pero por más que intentaron disimular, al ser la primera vez en un super muggle por parte de James, Frank y Alice, las miradas de los muggles se detuvieron a mirarlos por los murmullos de sorpresa que soltaban cuando veían un alimento muggle demasiado exótico para ellos.

Lily entonces comprendió porque una de las indicaciones de Adha era que tomaran dos carritos, uno para las cosas de la lista y otro para lo que ellos querían por personal comprar, ya que los tres primerisos habían empezado a poner todo lo que les llamaba la atención, desde dulces que tenían de relleno chocolate hasta servilletas con formas de dinosaurio, este último agregado al carrito por Frank.

Remus, quien había estado leyendo la lista que su amiga pelinegra había dejado, frunció el ceño al no encontrar ningún tipo de bebida especial que se utilizaba para esas festividades. Era una costumbre en los merodeadores el festejar con estas bebidas, sobre todo cuando eran fechan tan importantes y alegres para navidad. Le pareció raro, más que eso, extraño el que Adha o Sirius no hayan comentado algo al respecto, al ser ellos los que tenían más recursos para conseguir este tipo de líquidos. Con una seña, le indicó a Peter que el cubriera de la pelinegra, el rubio asintió entendiendo al instante el porqué quería Remus que lo encubrieran al leer la lista. 

El castaño se acercó hacia su miope amigo, que se veía demasiado atento en observar una caja de lo que parecía ser unas galletas en forma circular con relleno. 

— James — lo llamó.

— Dime Lunático — exclamó el miope.

— ¿Sirius o Adha te dejaron encargado de comprar algo en especial ? — cuestionó.

— No — respondió, girándose hacia su amigo con una cara de confusión — ¿Debían de haberme encargado algo?

— En la lista no hay nada de las bebidas para las fiestas — remarcó la palabra bebidas, el de lentes soltó un "oh"  al comprender a qué se refería — Pensé que te habían comentado algo.

— No, pero supongo que es porque ya se deben de haber encargado — se encogió de hombros.

— De ser así ¿No nos lo hubieran mencionado? — cuestiona él.

— Al punto Rems, sabes que nunca comprendo tus redondeos — admitió él.

— Que capaz y se han olvidado de ello — soltó — Por lo que creo que deberíamos de... 

— ¿Comprar bebidas? Si mal no me equivoco, debemos de tener 21 en el mundo muggle para poder comprar bebidas alcohólicas legalmente — interrumpió James.

— ¡SHH! — le calló — ¡Si lo sabes, entonces no seas impertinente al comentarlo tan alto! ¡Cualquiera te puede oir!

— No seas dramático Lunático, ni que lo hubiera dicho tan alto.

— Yo lo escuché — exclamó Frank, que se encontraba a un estante de ellos — Deberías de hacer caso a Remus, James, te escucharan.

— Bien, Frank es la excepción — rodó los ojos el Potter — Creo saber que tanto Adha como Sirius son los que conseguían este tipo de bebidas muggles.

— Eso no quiere decir que no podamos hacerlo nosotros — James rodó los ojos ante tanta insistencia.

— Remus ¿Por qué tanto esmero por conseguirlos? — cuestionó de golpe.

— Yo... — ni el propio Remus sabía del todo el porqué de sus insistencia, solo recordaba que en el cumpleaños de Sirius pudo relajarse, después de muchos meses, cuando disfrutó de la barra libre, al igual que sus amigos.

— No lo fastidies James — Peter apareció, sacando un suspiro de alivio en el castillo que cambió a una mirada alarmante al saber que significaba que el rubio se encontrara con ellos.

— ¿No deberías de estar encubriendo? — preguntó de golpe.

 Lily está concentrada en evitar que Alice abra alguno de los paquetes que le llaman la atención, además que ya terminamos con este pasillo — explicó.

— ¿Por qué no intentan conseguir al menos una o dos botellas? — Frank apareció — Y si Sirius se ha olvidado de ello, después podrá conseguir más.

— Por mientras podríamos tener una o dos, bien pensado Frank — halaga James.

 ¿Será facil hacernos pasar por mayores de edad para comprar bebidas? 

— Si el chucho pudo ¿Por qué nosotros no?

°•°(...)°•°

Sirius sonrió al notar el brillo en los ojos de su Adha al observar todo el lugar. 

Habían llegado minutos después de haber dejado a los chicos en el super. El señor, al cual le había comprado el piso por unos años, había estado esperando en el primer piso para entregarle las respectivas llaves y darles la bienvenida. Subieron hasta la puerta del que sería su lugar, a petición del Black, Adha había entrado con los ojos tapados siendo guiada para no tropezar hasta quedar al medio de la sala. 

Sirius había estado admirando la emoción de su chica al mirar el apartamento como si de una obra de arte se trataba, aquella sonrisa de felicidad y sus ojos brillando como si las estrellas estuvieran atrapadas allí, hacía que su corazón latiera intensamente que creía que tenía la intención de salir de su pecho.

Al notar lo distraída que se encontraba Adha, ya que se encontraba paseando y admirando tanto la cocina como el comedor y la sala que se hallaban todas conectadas, decidió ir a por ella y abrazarla por detrás, sorprendiendola por tal repentino acto y causando carcajadas en ambos. El pelinegro la alzó aún sosteniendola por detrás, causando que la pelinegra pataleara, con la intención de que Sirius la bajara, sin embargo, era imposible el safarse del agarre de su pelinegro, quien le hacía girar para que deje de pelear. Sirius al ver que su Star no dejaría de batallar, aún cargándola, la empezó a llevar hacia la habitación principal, siendo esta la que se convertiría en la suya.

Al llegar, la dejó en la cama de la habitación para comenzar con un ataque de cosquillas del cual no conseguiría escaparse hasta que él lo deseara.

— ¡Sirius, no! — rió a causa de los movimientos de su chico — ¡Estrella, ya! — las cosquillas de su pareja no pararon.

La habitación fue llenada por las carcajadas y quejas de la pareja. En un momento en que el pelinegro parecía intentar tomar algo de aire, la fémina aprovechó la situación para tomar impulso y cambiar las posiciones, dejando a Sirius debajo de ella. Utilizó el cambio de posiciones a su favor, para que ahora fuera ella quien empezara con el ataque de cosquillas. Sirius lo único que pudo hacer fue reír. Intentó agarrar las manos de sus chicas para que parara, pero le era complicado,  la pelinegra parecía conocer todos y cada uno de sus puntos quisquillosos que poseía, por lo que no podía mover ni una sola extremidad sin antes sentir cosquillas que lo desequilibran.

Adha paró el ataque al ya sentir que le dolía el estómago por tantas risas, el pelinegro que se encontraba debajo de ella le sonrió. Sirius empezó a admirarla, un ligero sonrojo se hacía presente en sus mejillas y su cabello se encontraba desordenado. Adhara lo imitó, notando las mismas características que él había encontrado en ella, movió su mano para apartar el mechón que caía por la frente de su chico, quien cerró los ojos por la caricia que su chica le dió en su mejilla.

Apoyándose de sus codos, Sirius empezó a alzarse para que su cara estuviera a la misma altura que la de su contraria. Adha en ningún momento apartó su mano del rostro de su chico, más bien, esta estaba sujetando la barbilla del pelinegro acercándose a ella, todo para poder sentir ese sentimiento que les invadía cuando el espacio dejaba de existir entre sus labios. 

Sirius se sentó mejor en la cama y agarrando de la cintura a su chica, hizo que ella se sentara sobre él a horcajadas. Adhara lo miró con una ceja alzada para jalarlo y, finalmente, poder unir sus labios. Comenzaron lentamente, no tenían apuro alguno, lo más probable es que los chicos se demorarán una hora o más para conseguir todo lo estipulado en la lista, por lo que tenían tiempo para disfrutar de ese momento que les pertenecía. Los besos fueron en aumento, la lentitud de estos hacía que se impacientaran por terminar el tormentoso suplicio y comenzaran a aumentar la velocidad e intensidad de las muestras de afecto que tenían con el otro.

Ambos se sentían afortunados, las sonrisas entre besos era una clara prueba de lo mucho que agradecían el tener al otro consigo mismo, de tener a una persona que correspondía los sentimientos que poseían de una misma o mayor intensidad. Eran dichosos, solo por tener la singular relación que tenían, ya eran más dichosos que cualquier otra persona.

Se separaron y conectaron miradas, como muchas otras veces, se perdieron en las almas del contrario, disfrutaron del recorrido por cada emoción que permanecía oculto para todos a excepción de ellos. En medio de su  habitación, con un sentimiento de absoluta plenitud invadiéndolos, conocieron lo que era el sentirse amados. Juntaron sus frentes, sus labios fueron acercándose, cuando una voz se escuchó a lo lejos.

Adha se alejó de él al instante en que escuchó una voz llamándola, una mueca de resignación y molestia pintaron el rostro de Sirius, la pelinegra le robó un beso aprovechando que los labios de su contrario se encontraban en un ligero puchero, para luego pararse e ir hacia donde se encontraba el pedazo de espejo que se encontraba en la isla de la cocina. Al llegar a ella, en vez de observar su propio reflejo, encontró la mirada preocupada de la pelirroja de ojos verdes.

Lily había llamado por espejo, apenas notó que la pelinegra había contestado, saltó diciendo que James y Remus estaban causando un problema al intentar comprar alcohol. Las palabras de la pelirroja tenían de fondo las inconfundibles voces de dos de los merodeadores discutiendo con el que, según la historia de Lily, era el dependiente de la sección de bebidas alcohólicas.

Sirius frunció su ceño al escuchar aquello, tomó el espejo de la mano de su Star para poder decirle a Lily que le diga a sus amigos que él ya se encargó de ese tema. Ella lo observa alarmada ante tal confesión, pero no se quejó, debía decir que se lo esperaba. La pareja de pelinegros observó como Lily suspiraba para luego acercarse a James y murmurar algo en la oreja. Este le dió una mirada confundida, Lily apuntó el espejo que tenía en mano, donde se podía ver a ambos pelinegros con una ceja alzada y luciendo notoriamente fastidiados a causa de, probablemente, la escena que había montado en compañía del castaño. 

James le comentó lo que Lily le habían murmurado a remus, quien asintió y ambos, con un aura de resignamiento, se alejaron del mostrador, dejando de discutir con el muggle que atendía ese parte del super y que los había amenazado con llamar a seguridad y sacarlos del lugar si no dejaban de insistir. 

— En menos de media hora estamos allí para recogerlos, y espero que para entonces ya hayan comprado todo — dijo Adha, tomando el espejo de la mano de Sirius — Ya tan solo nos falta arreglar donde se quedarán ustedes — dijo, no era mentira, al fin y al cabo era lo que les faltaba hacer.

Sirius se encargó de desactivar el espejo, causando que ahora sí pudieran observar el reflejo del otro. Sabían en un principio que no tendrían tanto tiempo en pareja, no obstante, esperaban que sus amigos eran lo suficientes responsables para no dar problemas el primer día. ¿Pero qué podían hacer? No podían cambiarlos, le tenían un gran aprecio así como eran. 

Sirius sacó su varita y siendo guiado por Adha, empezó con los hechizos para la mágica remodelación del cuarto de invitados, lograron en poco tiempo hacer que este se dividiera en dos, al igual que invocar camas para cada uno de sus amigos. Ya teniendo el lugar donde descansarían listos, agrandaron un poco la mesa del comedor al igual que la sala, la cocina era grande de por sí, por lo que no habría problema. Duplicaron el baño de invitados para que cada grupo en respecto a las habitaciones tuviera el suyo propio. 

Dieron una última mirada a su lugar remodelado y salieron de este para dirigirse al carro prestado y poder ir a recoger a sus amigos. Tan solo era el primer día, y ya tenía conocimiento de que si seguían con el rol de responsables, terminarían estresados y exhaustos en esas festividades.

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

7347 palabras

¡Acabé mis primeros parciales! * se pone  a bailar * 

Así que,  a modo de festejo, tienen aquí capítulo nuevo uwur

Sincerandome, para hacer este cap hice mi tarea, desde investigando si es que los celulares ya existían por los años 70's hasta si hay música del mundo mágico existente , ¡Y sí lo había!

Celestina Warbeck and the Banshees son uno de los personajes que, de por sí, han existido desde los comienzos de los libros, pero solo a aparecido mencionada en El Profeta. Para mi suerte, la canción que se narra en este capítulo la pueden encontrar por youtube, ya que Celestina Warbeck and the Banshees  se dedican a cantar para los magos que visitan el parque de Harry Potter.

Y sí, si quieren darse una idea de los movimientos de las banshees que los chicos dieron, en el video podrán encontrar una clara referencia :3

En otro tema ¿Qué les pareció el capítulo?

Estos caps son para darle una calma a los chicos después de todo lo sucedido. Y también, para que tengan un respiro antes de que suceda lo que debe de suceder. Porque si se han dado cuenta que ya estamos en el último trayecto para llegar a esa parte del libro ¿No?

Con respecto a ello ¿Ideas de lo que pueda suceder al final?

En fin ¡De todo corazón espero que esten bien!

Cuidense mucho, cumplan con las medidas de prevención ante el covid que cada gobierno ha implementado y no se olviden de tomar awita, porfa.

Mucha suerte al hacer todos sus trabajos. Les deseo todos los éxitos que hay, verán que les irá genial✨

Los quiere y ama,

Una Slytherin,

no tan Slytherin.

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