›«Cumpleaños»‹
Remus Lupin
— Entonces la guardia de viernes a sábado sería para los prefectos de Gry... -comenzó a indicar el premio anual.
— Slytherin - fruncí el ceño al escuchar la interrupción de Adha.
— ¿Disculpa? - preguntó la encargada de la reunión.
-— Nosotros tomaremos la guardia del sábado - explicó ella ignorando las notorias y severas miradas de su compañero de casa, confundiendo aún más.
— ¿Y por qué sería eso? Esta guardia le toca a los de Gryffindor, a menos que haya algún inconveniente - estaba a punto de negar más Lily habló por ambos.
— De hecho sí - noté como compartía ciertas miradas con Adha, como pidiendo ayuda - Yo... Eh...
— Lily tiene ciertos asuntos que arreglar con la profesora McGonagall.
— Lo que Adha dice - confirmó la pelirroja.
— No me informó nada sobre ello - frunció el ceño la premio anual.
— Es porque es un tema de la casa de Gryffindor - explicó Lily.
— Entonces ¿Por qué Jones sabe de esto? - indagó más.
— Porque hablé con ella para que pudiera cubrirnos en esta guardia - respondió firme.
— Bien, se trata de temas de casas. Entonces Slytherin lo toma ¿Cierto?.
— N... - Severus se calló de golpe, creo haber notado como la pelinegra le había dado un golpe en su brazo.
— Sí, así es - Adhara asintió haciendo caso omiso a las quejas de Snape.
La reunión siguió de lo más normal, aunque pude notar como ambos prefectos de Slytherin parecían estar hablando con la mirada o algo por el estilo, ya que ambos tenían el ceño fruncido y arrugaba su nariz de vez en cuando, en especial Snape. Pasado algunos minutos la reunión terminó por lo que junto a Lily nos dirigimos hacia nuestra sala común, hablamos de diferentes temas como siempre lo hacíamos, más esta vez la conversación parecía dirigirse más que todo a nuestros gustos personales.
— Ya te digo yo, verás que este lugar te encantará - ella exclamó emocionada.
— Si es tal cual me lo describes, estás en lo correcto - dije con una sonrisa.
— Cuando apenas acabemos el año escolar, te llevaré para que lo conozcas.
— Me parece un buen plan - concorde - Aunque algo lejano, recién estamos empezando Marzo.
— En parte tienes razón - accedió ella - En fin ¿Y tu?
— ¿Yo? ¿Yo qué? - pregunté confundido.
— ¿Qué lugares te gusta visitar en vacaciones? ¿O tal vez alguna actividad que hagas?
— Bueno, desde que entré a Hogwarts mayormente me la paso visitando a los señores Potter - me encogí de hombros - Aunque cuando estoy con mi madre en casa ella aprovecha a enseñarme a cocinar un poco.
— Awww ¿En serio? - asiento un poco avergonzado.
— Sí, últimamente se ha empeñado a enseñarme postres más que todo - sonreí ante el recuerdo.
Seguimos conversando sobre algunas actividades que fuera de Hogwarts hacíamos, también tocamos un poco sobre el tema de los muggles desaparecidos y pude notar un poco de preocupación en su voz en el tema, por lo que decidí cambiarlo de una manera no tan brusca, como para que no se dé cuenta de que sabía en lo que ella estaba pensando, en su familia.
— Bien, entonces nos vemos, debo de terminar de hacer la tarea de McGonagall - indicó Lily.
— Y yo a asegurarme que los chicos no se hallan matado mientras no estaba - comenté gracioso.
— Suerte con ello - me despedí de ella con un pequeño abrazo para luego ir hacia mi habitación.
Las conversaciones se escuchaban desde fuera paró cuando abrí la puerta, cinco pares de ojos se fijaron en mí a penas entré.
— ¿Adha? - pregunté confundido al verla, estaba más que seguro que la vi irse con Severus a su sala común - ¿Cómo es que tu...?
— Aún no conocen todo el castillo - me guiñó un ojo.
— ¿Y cómo estas segura que no eres tu la que no conoces todo el castillo, sabelotodo? - James cuestionó.
— Porque yo lo sé todo ¿No es ese mi apodo? - respondió ella. James abrió la boca más Sirius le ganó al hablar.
— ¿Estás retando a los merodeadores? Te recuerdo que llevamos dos años más aquí que tú.
— Y a pesar de ello no conocen todo Hogwarts. ¿Qué dice eso de ustedes?
— Ya, ya, no comiencen con sus discusiones tan temprano - rodó sus lindos ojos. Paula se paró y se acercó a mí -¿Qué tal tu reunión,Rems? - preguntó .
— Bien, solo tengo guardia este lunes, Adha me salvó de hacer una - le comenté.
— ¿Y porque nuestra perfecta prefecta de Slytherin hizo eso? - James fastidió - ¿A caso quieres tener una escapada con Quejicus?
— Callate Cornamenta - ordenó cortante el ojigris.
— Ya lo pusiste de mal humor, Sirius - Peter comentó.
— Lo hice por Minnie - Adha respondió ignorando lo dicho despues de James - Necesita arreglar ciertos temas con Lily - se encogió de hombros - Cosas de leones.
— Sigo pensando que tu escapada con Quejicus es cierta, aunque no sé que le ves - hizo como si un escalofrío le invadiera.
— Vete a hacerle compañía al calamar gigante, James.
— ¡Chucho! ¡Tu novia me está mandando con el calamar gigante!
— Star...
— ¿Si estrella?
— Bien hecho.
— ¡TRAICIÓN!
(...)
Paula Lovegood
La semana había pasado rápido, tan rápido que por un momento pensé que el tiempo no me alcanzaría para terminar de preparar lo que teníamos planeado para mañana, viernes. El despistado de mi novio no se había dado cuenta de nada, por lo que agradecía enormemente el hecho de que los chicos lo habían tenido ocupado en pedirle ayuda en ciertos cursos o tareas, de esta forma mi Remusin no tenía tiempo para preocuparse sobre porqué su libreta y calendario habían desaparecido.
Suspiré mientras me encaminaba hacia el lugar donde con Adha estábamos guardando todo, sorprendentemente este salón era uno al que no mucha gente le tomaba importancia cuando pasaba, literalmente yo no lo hubiese visto si es que mi amiga no me lo hubiese mencionado. Al entrar me encontré con mi querida amiga charlando con la Pelirroja de Evans mientras que terminaban de envolver algo.
— Y listo, solo esperemos que le llegue a gustar - oí como le comentaba a Adha
-— Le gustará y si no, estoy lista para ir y darle una golpiza, no por nada te has tomado el tiempo de...
— ¡Hola, Holi! - exclamé mientras me colgaba del cuello de ambas - ¿Qué hacen estas dos bellas damas juntas? - pregunté con una sonrisa.
— Terminando el regalo de tu novio - contestó Adha con una sonrisa.
— ¿A caso me lo van a intentar robar? Que sepan que soy la única en su corazón.
— Eso es lo que te hace creer - susurró Adha.
— ¡Adhara Cassiopea Mía Jones Smith! ¡Te recuerdo que eres papa casada!
— ¡Paula Valentina Lovegood NoSéTuSegundoApellido! ¡No me sermonees!
— ¡Pues tu no intentes algo con mi novio!
— ¡No tengo que ni intentarlo porque si quisiera podría lograrlo!
— ¡Adhara!
— ¡Paula!
— ¿Lily?
— ¡Lily! - me miré con mi gemela con confusión - ¿Lily?
— Es la única manera de callarlas - dijo dándonos una mirada divertida, a lo que no pudimos evitar reír con ello.
Cuando paramos con la risa, empezamos a coordinar mejor lo que llevaríamos a cabo el día de mañana ya tan solo faltaba ver en qué momento los chicos puedan distraer a Remus de no aparecerse en su habitación el tiempo suficiente para poder llevar todas las decoraciones y piqueos necesarios para nosotros, puesto que a sabiendas que a mi Remusin no le gustan tanto las grandes fiestas o reuniones que James y Sirius organizan, nos decidimos a qué simplemente los que iban a estar presentes eran los más cercanos, siendo estos los Merodeadores, las chicas, Marlene, Alice, Lily, Adha, y, obviamente como no puede faltar, si hermosa perfecta y maravillosa novia.
— Perfecta ni tanto... – le murmuró Adha a Lily.
— ¡Adha! ¡Que te he dicho de leer mí mente! – le grité.
— Piensas en voz alta cariño – respondió ella como si le explicará a un bebé.
— No es cierto – negué con los brazos cruzados.
— Claro que sí – "aclaró" – Lily ¿Porfavor? – está asintió.
— Tus pensamientos siempre los murmuras Pau, no siempre se entiende, pero mayormente sí – se encogió de hombros.
— Mentira cochina lo que dicen — comenté indignada.
— Lo que tu digas PauPau, lo que tu digas — soltó Adha mientras que volvía a sus cosas.
Imité su acción y volvi con lo mío, no sin antes sacarle la lengua a mi gemela que estaba de espaldas y teniendo de única espectadora a Lily quien solo soltó una pequeña risa divertida al verme.
— ¿Y qué tal todo con el chucho? — le pregunté a mi gemela mientras que decoraba el cartel.
— Emm... ¿Bien? – respondió extrañada mí gemela, llamando mí atención y creo saber que también la de la pelirroja.
— ¿Bien? – cuestionó – ¿Bien de bien o...?
— Sí, digo, está todo normal – se encoge de hombros – Somos los mismos de siempre y creo que sería todo.
— No recordaba lo cursi que eras para hablar – solté con sarcasmo.
— Como si no lo hubieras esperado – rodó los ojos ella.
—Me perdí, entonces van bien ¿O...? – Lily mencionó.
— Vamos bien tomatito es solo que entre ambos, yo no soy la de bonitas palabras – se encogió de hombros.
— Confirmo lo de mí gemela, es mejor preguntarle a Sirius sobre su relación que a ella – exclamé.
— ¿No sé supone que debería ser al revés? – cuestionó la pelirroja divertida.
— Nah, sabes que nunca seguimos las reglas – se encogió de hombros con una muy bonita sonrisa – Simplemente somos quienes somos y no lo que se supone que debemos ser.
— Y esa señores y señoras, es la Adhara cursi que muy pocas veces aparece – presenté – Tienes suerte de poder ser una de las pocas en observarla en todo su esplendor Lily, en especial por esa sonrisa de idiota enamorada – tanto Lily como yo reímos mientras que mí pelinegra gemela nos veía mal, pero sin perder aquella sonrisa que el chucho le provocaba.
(...)
Remus Lupin
Los chicos el día de hoy andaban muy raros. Osea, de por sí se que son raros, pero este día en especial se estaban comportando demasiado raros, como una especie de rareza no vista en ellos, como si el porcentaje de raros que siempre tienen hubiese aumentado en un 40 o 50 porciento.
La cosa es, que a pesar de encontrarnos ahora en clase de Historia, y de que estaba tomando apuntes, podía notar como es que entre ellos estaban hablando, lo más probable que sea por la conexión mental que Adha nos enseñó, aunque ella parece más que todo ensismada en su libro, o por medio del espejo que el tío de Sirius le había dado a este mismo.
A mí lado se encontraba Peter, Paula había decidido hechar a Sirius del lado de la pelinegra para sentarse con ella, por lo que después de protestar y darse cuenta que Adha no diría nada, porque de verdad estaba muy concentrada leyendo no se qué, se resigno y fue a sentarse junto a James.
Peter a mí lado parecía intentar tomar apuntes puesto que parecía que el suelo le vencía, algo raro en él puesto que parece no haber dormido ayer cuando él es el primero en irse a la cama en nuestra habitación. Suspiré, tal vez este imaginando cosas o la preocupación de haber perdido mí agenda junto a las fechas de entrega y las fechas de luna este causando que vea cosas donde no las hay, por la que mejor me concentre en seguir prestando al profesor y su clase, la cual perecia ser la primera en la que no se metería con Adha.
— Pss, Remus – escuché a James hablarme.
— Dime James – respondí, dejando de lado un momento los apuntes y recostandome para atrás y de esta forma poder escucharlo mejor.
— ¿Algún concejo para poner de buen humor a Sirius? – cuestionó.
— No estoy de mal humor James – murmuró él pelinegro.
— Dile eso a tu ceño fruncido – James le respondió – En fin ¿Alguna idea?
— Con idea te refieres a... – comencé con una sonrisa.
— Exactamente, Lunático – a pesar que no lo veía, puesto que el se encontraba tras mío, sabía que había guiñado un ojo por la manía que tenía.
— Eso si me interesa – Sirius exclamó – ¿En qué piensa esa cabecita tuya, Remus? – cuestionó.
— Mmm... ¿Que objetos tienen a la mano? – escuché después de haber hablado como los chicos revisaban sus bolsillos.
— Solo tengo cachivaches ya usados – Sirius negó.
— Tengo... Una bomba fetida y uno de esos caramelos escupefuegos – James informó.
— ¿Peter? – le di un pequeño empujón – ¿Tienes algún artículo de bromas? – el asintió y señaló su mochila.
— ¿Sigues cansado colagusano? – preguntó Sirius.
— Algo – respondió él mientras bostezaba – Ayer no pude conciliar bien el sueño después de...
— La pesadilla que tuviste – respondió James al instante por lo que fruncí el ceño más no comenté nada y seguí rebuscando en la mochila de Peter.
— ¿Eh? ¡Ah, si! La pesadilla, si eso – afirmó Peter.
— Bingo – exclamé al ver qué en uno de los bolsillos del medio se encontraba un montón de artículos que le dábamos a Peter para casos como estos.
— ¿Todo eso siempre llevas contigo? – exclama James con el celo fruncido – Por Merlin Colagusano, ahora ya entiendo porque te quejas tanto de tu mochila – Peter solo se encogió de hombros y volvió a "prestar atención" al profesor, en otras palabras, a dormir un poco.
— Háganme acordar pedirle a Adha que le ayude con el hechizo de expansión indetectable – nos pide Sirius.
— ¿Y por qué Adha precisamente Chucho? ¡Tenemos a Rems! – James exclama.
— Negativo, REMUS descartado de ese hechizo –frunzo mí ceño disconforme a pesar de que sabía que tenía razón en no darme la oportunidad de hacerlo de nuevo.
— ¿Eh? ¿Y eso porqué? – el miope nos mira ambos – ¿Que sucedió?
— Preferimos no recordarlo – contesté yo, mientras que me concentraba en armar el plan y ajustar los artículos para que se adecuen a este.
— Es injusto, yo siempre les cuento todo – se cruza de brazos.
— ¿Hasta las salidas que estás teniendo con Lily? – cuestiona burlón Sirius.
— ¿O el porque de a poco estás dejando nuestras tardes de estudios para irte a la biblioteca por Lily? – le seguí.
— ¿O el porque nos obligas a sentarnos cerca de las chicas a sabiendas que Sirius, Adha y Paula no soportan del todo a Marlene solo por... – Peter soltó un bostezo – estar al lado de Lily? – terminó.
Alcé mí vista de lo que estaba armando para observar como James abría y cerraba la boca en un intento de decir algo más al parecer nada se le venía a la mente puesto que todo lo que habíamos dicho era cierto. Los tres sonreímos socarroned y fue Peter el quien hablo por todos.
— Puede que seamos distraídos, pero no somos idiotas – niega él.
— En fin, después hablaremos de ello – Sirius comentó y por el brillo malicioso de su mirada estaba seguro que pensaba en un interrogatorio hacía James – ¿Cómo va la cosa Lunático? – cuestionó hacía mí.
— De hecho... – termine de amarrar ciertas cosas – Ya está hecho – sonreí.
— ¿Que debemos de hacer entonces? Tu mandas – los cuatro sonreímos y empecé a explicarle mí plan, algo sencillo pero muy conveniente para salir de la clase y tener algún tiempo libre.
— ¿Entendieron? – los tres asintieron y tomaron el artículo que le correspondía a cada uno.
Sonreí satisfecho a sabiendas que el plan iba a salir a la perfección, no por nada había estado buscándole mientras que lo creaba aquellas pequeñas partes que podrían salir más y buscándole la solución además de asegurarme que no nos descubrieran o dejáramos alguna huella del delito, por ello estaba seguro que la única probabilidad de que esto fallara era una entre millones.
Terminé de apuntar alguna que otra cosa que el profesor comentaba cuando, en esos giros que uno da para ver al salón simplemente por aburrimiento me encontré con la mirada café de mí querida amiga slytherin, algo extraño puesto que a principios de clase la había visto muy concentrada en su libro como para que ahora esté mirandome, a menos de que Paula le haya comentado algo y por eso me mira, pero si fuera así y la hubiese atrapado, ella ya me hubiese sacado la lengua o algo como es típico de ella, más solo se quedó mirándome. Fruncí el ceño y moví la cabeza hacia un lado, como preguntándole que pasaba.
No puedo negarlo, sentí un escalofrío cuando noté como el común color café de a poco se convertía en un verde fosforescente como de esos que se ven en las películas de Disney cuando presentan a algún villano o algunas llamas. Pero aquel guiñó y la sonrisa que traía puesta me hizo saber que algo estaba tramando.
De la impresión por saber que es lo que tenía planeado hacer, sentí como abría mis ojos hasta más no poder y reaccionaba lo más rápido que podía para evitar que Sirius comenzará con el plan o algo malo saldría.
— ¡Sirius, espera! – grité en un susurró él me miró confundido, pero ya era tarde, la bomba fetida había explotado en su mano y el salón se había inundado de este mismo.
Todos empezamos a tocar por el mal olor, más la cosa no acaba allí y es que cuando cogía la maleta de Peter para llevarme la y ocultarla y no descubrieran que fuéramos nosotros por los artículos que habían allí, de esta misma salieron algunos de los fuegos artificiales que tenía atrayendo la atención de todos a pesar del ambiente que había en el salón.
Oh por Merlin.
¿Por qué nunca cuento con que Adha es esa probabilidad de entre tantas que tiene ese 99% de suceder?
Después de salir del aulas y que el profesor se encargará de quitar el mal olor y terminar con los fuegos artificiales, a los chicos les di una mirada de que debíamos de escapar, más antes de que lo hiciéramos escuchamos unos pasos detrás nuestro y sabíamos que ya era muy tarde.
— Muchachos – los cuatro volteanls y vimos al profesor con una sonrisita inocente – ¿A dónde creen que van? – cuestionó más nadie contestó.
A lo lejos pude ver como la mirada de mí pelinegra amiga había vuelto a su libro u a su color natural, más creo que sintió mí mirada, puesto que la conecto con la mia y me guiñó un ojo para luego retirarse siendo seguida por mí castaña.
¿Qué demonios fue eso?
•°•(...)•°•
— ¿Que fue lo que sucedió? Hace tiempo que no teníamos un castigo como este – se quejó James.
— Ya te dije lo que pasó, fue Adha – contesté.
— Sigo pensando que sucedió porque la bomba fetida ya tenía su tiempo – Sirius comentó haciéndome rodar los ojos.
— No hagas más evidente que la prefieres a ella sobre nosotros, Sirius – Peter comentó.
— Es que no tiene lógica, Adha no es...
— Te recuerdo que hacía lo mismo cuando era la competencia de bromas.
— Aún así, esa competencia ya acabó, a menos que sea... – quedó parado por un momento mientras pensaba en algo – Sí, si fue Adha – concluyó y se sentó de lo más normal.
— Sirius ¿Te has tomado algo?– pregunto James confundido.
— No James, solo que ya sé que Adha lo hizo – aseguró él.
— Nos confundes, primero decías que no y ahora que sí ¿Seguro que estás bien? – James siguió, parecía dudar de la estabilidad el pelinegros.
— Por qué ya comprendí el porque de la acción – reiteró él.
— Y ese porque nos lo puedes... – comenzó el miope.
— Nop – lo cortó Sirius.
— ... Contar. Espera ¿¡Cómo que no!? ¡Sirius Orión Black Tercero! – gritó indignado.
— Eso solo funciona con Adha, James, pero buen intento – Peter habló.
— Eso mismo, pero se aprecia el esfuerzo – reconoció el pelinegro.
— ¡Sirius! – se volvió a quejar James como un niño pequeño haciendo pataleta, por lo que con Peter soltamos algunas carcajadas.
— ¡Silencio! Les recuerdo que están castigados, así que sigan porfavor haciendo lo que les indiqué – ordenó el Profesor haciendo que rodaramos los ojos – En cuánto terminen de arreglar los libreros y de arreglar los cuadros, podrán irse a su sala común, no más antes ¿Entendido? – asentimos. Él conforme con ello se fue del salón sin percatarse de las morisquetas que le hicimos mientras que estaba de espalda.
— Estúpido Gallagher – masculló el pelinegro.
— ¿Lo dices por lo de ahora o por lo de Adha? – cuestiona James.
— Por todo – rodó los ojos – ¿Estás seguro que tu no eres el que esta enamorado de Adha? James, te recuerdo que eres mí mejor amigo y compartimos todo, pero con mí chica no – suelta burlón Sirius.
— ¡No digas eso que Lily puede oír! Además, ya lo he dicho, la sabelotodo y yo no funcionaríamos, si bien es linda y muy atrayente, para que mentirte, no podría con ella diugh – comentó.
— Pasará por alto lo de atrayente solo por lo último que has dicho y porque eres mí amigo.
— Que celoso nos saliste Chucho.
— Pero nunca un cuernudo como tu, bambi.
— ¡SIRIUS BLACK!
— ¡Ese es mí nombre!
Reí por la discusión que entre los chicos se había creado siendo acompañado por la risa contagiosa de Peter. Cuando culminaron, seguimos con nuestro castigo el cual no era tan amplio como en un momento pensamos, por lo que dividiendo bien las partes pudimos acabar con todo temprano.
— Muy bien, a la sala común se ha dicho – ordena James.
— ¿No podríamos pasar por las cocina? Se me ha acabado mí porción mensual de chocolate – exclamé.
— Oh, es que, he quedado con Adha y lo más probable es que me este esperando – Sirius se excusa.
— No hay problema ¿James? – cuestiono.
— Lo que pasa es que... Emmm, Lily me invitó a ir a la biblioteca y ayudarme con la materia de transformaciones – se rascó la nuca, acto nervioso que de seguro lo hizo por la mención de la pelirroja.
— Comprendo entonces, seremos tu y yo ¿No Pet? – lo miré.
— Emmm... – abrí mis ojos sorprendido.
— ¿Tienes alguna chica y no nos lo has contado? – interrogue sin dejarlo terminar, el se sonrojo y estuve casi seguro que mis sospechas eran ciertas más antes de preguntar quién era esa chica Peter bostezó.
— De hecho, quería llegar lo más pronto a la habitación para descansar – dijo entre bostezos, comprendí inmediatamente que esa pesadilla tuvo que haber sido muy fea como para que lo dejara así.
— Oh, está bien, entonces nos vemos en la habitación ¿No? – los tres asintierom y sin más nos despedimos y me dirigí a las cocinas.
Eran alrededor de las seis de la tarde, ya no teníamos más clases después de historia, el cual supuestamente debía de acabar a las 7 u 8, pero por lo de la broma culminó antes, así que en estos momentos el pasillo se encontraba algo desolado, más me transmitía algo de calma el poder tener un espacio para mí mismo.
°•°(...)°•°
Después de haber conversado un poco con los elfos y de negarle alguna que otra cosa que me ofrecían puesto que solo iba por los chocolates, me encontraba ahora con una bolsa llena de este dulce y en camino hacia mi habitación con los chicos para descansar por lo menos un rato antes de ponerme a estudiar por los exámenes que vendían.
Al llegar a la sala común me encontré con alguno que otro compañero, por lo que los saludé para luego subir por las escaleras. Lo más probable es que los chicos no estén o que ya llegaron de lo que tenían que hacer, s excepción de Peter que debe de estar durmiendo, así que lo más probable es que pueda tener una lectura tranquila o que busque a mí chica para pasar un rato con ella.
Si, lo más probable es que haga eso, además como es viernes, normal podría quedarse a dormir en la habitación, tantas veces se ha quedado que hasta ya tenía un lugar en mi baúl apartado para que dejara algun pijama. Sonreí por ello, negué con la cabeza para intentar borrar ese sentimiento de "tonto enamorado" que los chicos nombraban, lo más probable es que ellos ya se encuentren en la habitación y no quisiera aguantar sus burlas cotidianas.
Abrí la puerta sin prestar mucha atención a lo que había dentro, puesto que mi mente aun estaba perdido en alguno que otro recuerdo con Paula, más estos se vieron interrumpidos cuando noté lo oscuro que se encontraba la habitación. ¿Qué será lo que los chicos están tramando? Saqué mi varita para poder darle algo de luz a la habita...
— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS REMUS! – salté del susto mientras que observaba como la luz invadia la habitación y varios confetis salían volando de las esquinas de estás.
Había un cartel en la parte superior de la habitación donde se podía leer un Celebrando un año más del Lunático, abajo de este los chicos (James, Frank, Sirius y Peter) se encontraban al igual que las chicas (Lily, Marlene, Alice y Adha) sosteniendo algún que otro presente o cartel, mientras que en el medio de todos estaba mí dulce castaña tenía un pastel con las velas encendidas.
— Te dijimos que lo íbamos a dejar sin palabras – exclamó Sirius.
— No arruines el momento como siempre, cariño – Adhara le dijo.
— Iugh, otra vez andan de cariñosos – se quejó James.
— Ya déjense de burlas chicos, parece que Remis sigue en shock – Lily ordenó.
Parpadeé mis ojos y reaccioné al sentir como es que todos empezaban a entonar feliz cumpleaños y se acercaban. Sonreí inmediatamente, había estado tan concentrado en otros temas que ni siquiera me había acordado que los chicos tenían la manía de celebrarle un día antes mí cumpleaños para que de esta forma paseamos las 12 de la noche juntos en una especie de pijamada.
— ¡Pide un deseo, Remus! – exclamó Peter cuando terminaron de cantar.
Me acerque a las velas y sople apagandolas todas de una, mientras que pensaba en lo que quería: paz, amor y felicidad plena en el futuro.
— ¡Muy bien! ¡Ahora es hora de los saludos y regalos! – exclamó alegre mí castaña, lo mas probable es que ella haya sido la que organizo toda esta reunión.
— ¡Comienzo yo! ¡Comienzo yo! – James habló.
— Adelante cornamenta – accedió mí novia.
Al instante, todos formamos una media luna en el suelo, yo me encontraba en el centro de está y James se paraba en el frente de todos para hablar.
— Para empezar, que sepan que no soy bueno con las palabras – comienza.
— ¡Mentira! ¡Esa es Adha! – gritó la castaña de mí lado sacándonos risas.
— ¡Deja eso en paz, Paula! – se quejó la nombrada.
— ¡Nunca! – respondió ella.
— Bien,bien, como les decía antes que dos tontas me interrumpieran...
— ¡Tontas tus palabras, Charlus! – gritaron las dos, reí por ello mientras que abrazaba de la cintura a mí hermosa castaña para que se tranquilizara.
Y creo saber que Sirius hizo lo mismo mientras se escondía en el cuello de Adha, no sé que manía tenía con eso, pero siempre lo veía así.
— Ahora sí, ya nadie más me va a interrumpir – habló James – Querido Lunático, tu que eres el santo a los ojos de los profesores pero los aquí presentes te conocemos muy bien como para saber que los e santo lo perdiste con Paula – me sonrojé por ello mientras que los demás soltaban pequeñas risas – Quiero desearte un muy feliz cumpleaños adelantado, sabes que siempre podrás ir a mí casa de refugio cuando no soportes a la castaña....
— ¡Ya quisieras James!
— ... y que serás muy bien recibido en ella – con una sonrisa, se acercó con una caja hacía mí – Que te guste el regalo – me guiñó un ojo.
— Por Merlín... ¡JAMES CHARLUS POTTER BLACK! – Paula gritó mientras que yo solo cerraba la caja que había abierto por un momento.
— ¡Ese soy yo! – contestó él con una sonrisa inocente.
— ¡VEN AQUI IDIOTA! – exclamó mientras lo empezaba a corretear.
Ellos dos empezaron a correr entre círculos hasta que James salió de la habitación seguido de Paula. Yo solo podía pensar en lo estúpido que era James para regalarme esto, no me sorprendería si es que lo hizo solo por fastidiar a Paula y que después de toda la fiesta me dará su verdadero regalo, más aún así, se pasó. Los demás solo seguían reirse mientras se imagina an que había dentro de la caja.
— Yo lo desaparezco – señala Adha mientras que con un movimiento de varita la caja que tenía en manos se alzó dando una sacudida para luego desaparecer como si se tratara de una aparición dejando solo una pequeña bruma de colores.
— Será mejor continuar, esos dos dan para rato – comentó Frank, haciendo referencia a James y Paula.
— Tienes razón, lo más probable lleguen cuando ya está por finalizar todo – coincide Lily.
— Está bien, entonces, nosotros seguimos – exclama Alice, quien junto a Frank se levantan para ir a la misma posición de James.
Sonreí por las palabras que dijeron dejando de lado la sorpresa e incomodidad que James ocaciono por su regalo, Frank y Alice me habían regalado una colección de libros acerca de encantamientos de defensa avanzados. Después de ellos siguió Marlene, sin duda alguna si que dió un muy largo testamento, y después procedió a el presente que consistía en una caja donde una mitad estaba lleno de chocolates y la otra de alguno que otro libro que, según me explico, encontró en una librería Muggle.
— Muy bien, turno de Sirius – decidió Lily.
— ¿Y porque yo? ¿No sé supone que es lo mejor para el final? – cuestionó él.
— Y es por eso mismo que es tu turno, no lo hagas tan larga estrella – Adha exclamó con una sonrisa burlona.
— Pues me niego – se cruzo de brazos.
— ¿Seguro? – alzó una ceja la pelinegra.
— Muy seguro – dijo él.
— Bien – se encogió de hombros mientras sonreía.
Desde mí lugar, podía notar como había cierta tensión en la conexión de miradas que tenían, le dí una mirada a Lily como pidiendo ayuda, puesto que la sala se había inundado en silencio mientras que solo observábamos a aquella extraña pareja de pelinegra que parecían tener un debate con tan solo mirarse, lo cual era completamente imposible ¿Cierto?
— Entonces, el que saldrá es... – intentó hablar Lily más el bufido de Sirius hizo que se detuviera.
— Yo, yo lo hago – Sirius desvío la mirada, Adha se reía entre dientes y nosotros no podíamos estar más que confundidos.
¿Por qué siento que es una de esas tantas cosas que solo ellos entiende como Sirius presume? Sabía que toda pareja tenían sus secretos o temas que entienden, pero nunca pensé que llegaría a tal nivel como para convencer al otro con tan solo una mirada. Negué con la cabeza mientras que veía como Sirius pasaba su mano por el cuello de Adha antes de pararse, desde mí lugar pude observar como la pelinegra tuvo un escalofrío para luego fulminar a su pareja y este solo reía.
Esos dos si que eran todo un caso.
— ¡Lunático de mí corazón! Se que lo nuestro no pudo ser, más aún así, siempre podrás ir a mis brazos para consolarte cuando Paula te deje – reímos todos con ello – En fin, gracias por esos momentos en los cuales estuviste para mí y me distes todo lo que tenías para ayudarme – movió sus cejas.
— ¡Hemos dicho que nada de dobles intenciones, Sirius!
— ¡Oh, Vamos Adha! ¡Siempre preferirse lo que tú me das!
— ¡SIRIUS!
— ¡Hablo de tus concejos, cariño, de tu concejos que me das! Que son muuuy buenos, de hechos – alzó las cejas de nuevo.
— Esto da para largo – escuché que Alice comentaba.
— Demasiado largo – Marlene exclamó, más no con un tono agradable.
Intenté no fruncir mí ceño por ello, al parecer la rubia aún no había superado al pelinegro.
— La cosa es, estoy aquí, tu también, y en cualquier momento que lo necesites, seguiré estando aquí para tía – finalizó él para luego entregarme el presente.
— Esto es... – exclamé emocionado.
— No es nada – guiñó un ojo mientras se dirigía dónde Adha.
— Ni te me acerques.
— Ni tu te crees eso.
— Eres odioso.
— Pero solo tuyo.
Sonreí mientras seguía observando lo que había dentro de la caja, quien diría que Sirius si que tuviera buenas ideas, no podía creer que aún recordara las primeras fotos que nos tomábamos en los primeros años y menos, que aún las conservará. Pero lo más especial que podría ver allí, era el peluche que se me había perdido ese mismo año, no sabía si era una réplica exacta o lo había encontrado, pero el saber que aún se acordaba que aquel peluche era importante puesto que me acompañó en mis primeras lunas y fue el único que no llegue a romper en mucho tiempo, quiere decir... Demasiado.
Alcé la mirada de los presentes y la dirigí hacía la pareja de pelinegra, sin duda alguna ellos se merecían el uno al otro.
•°•(...)•°•
— ¡Hey! ¡Eso es mentira! ¡Yo no me quedé atrapada ese día! ¡Fuiste tu! – Paula le gritó a James.
Reímos por lo dicho, después de las palabras de Sirius, una Paula algo cansada pero con una sonrisa victoriosa junto a un James todo despeinado y desarreglado aparecieron, no preguntamos qué pasó porque de por sí sabíamos muy bien que Paula lo más probable es que le haya estado persiguiendo para darle algunos golpes en broma.
Las palabras y presentes siguieron, Lily comentó el aprecio que me tenía y que esperaba que en estas vaciones le invitará alguno de los postres que aprendía con mí madre y junto a ello me regaló un recetario con algunas fotos mágicas dónde explicaban bien cada paso, además, me explicó que apenas terminará alguna receta, otra más se añadiría. Luego siguió Adha, dijo cortar pero significativas palabras, todos allí sabíamos que no siempre se le daba bien el hablar en estos momentos, más que todo cuando se sentía presionada, aún así, todas y cada una de las palabras que dijo fueron igual de especiales que las demás, al final, me dio una caja llenas de una poción que no reconocí y cuando le pregunté que era, simplemente me dijo que un Lunático Pocionista amigo le había recomendado que me regalara esto, puesto que lo ayudaba en sus malas noches de luna llena.
Creo que no es necesario comentar que la abracé de inmediato por ello, al igual que no es necesario contar que Sirius y Paula se quejaron de inmediato por ello en son de broma, o eso creo.
El siguiente fue Peter, que entre sus tartamuedeos pudo decir algun que otro agradecimiento por las noches que me pase explicándole algunas tareas, mientras que de presente me dió un juego de mesa nuevo de ajedrez junto con chocolates de distintos sabores.
Por último, mí amada castaña dio unas muy largas palabras, no puedo mentir diciendo que se extendió por más de unos veinte minutos, puesto que se paraba a contar alguna que otra anécdota que llevaba a otra que se conectaba con otra más y después con otra más, aún así, nos reímos por todo lo que nos dijo y de verdad, me encantó el recordar cada momento que contaba. Su presente fueron una colección de libros, chocolates, algunas libretas nuevas especiales para poder organizar mí días y apuntar las fechas, además, de una pulsera que conectaba a la suya, ambas eran de plata, pero cuando la tocabas y pensabas en el otro, alguna frase o recuerdo aparecía.
Dijo que está pulsera era para nunca olvidar los recuerdos que teníamos y los que firmaríamos, además de para tenernos presentes por si en algún momento el otro faltase.
Después de ello nos pusimos a jugar y retar alguna que otra cosa, para ahora estar contando anécdotas sacando a la luz cosas vergonzosas de nosotros.
— Bien chicos, me he divertido pero me tengo que ir - las quejas no se hicieron esperar, yo negué con la cabeza al saber el porqué mi pelinegra amiga se tenía que ir.
— ¿Por eso querías suplantar mi guardia hoy? - cuestioné aunque ya sabía la respuesta, Adha solo me guiñó un ojo en modo de respuesta.
— ¿Y por qué no dejas a Quejicus solo? - bufó James.
— Severus, James - rodó los ojos - Y la respuesta a tu preguntas la encontrarás cuando madures.
— No soy una Fruta Adha - refunfuñó James.
— Claro que no, llamarte fruta sería insultar al alimento - no pude evitar soltar una pequeña carcajada.
Adhara hizo el amago de pararse más fue retenida por Sirius, quien la jaló para que se quedara sentada y la abrazó contra él mientras que se apoyaba en su hombro, bajo la mirada de todos, ambos empezaron a tener una conversación entre susurros del cual obviamente no éramos partícipes. Creo que todos sonreímos por la escena de los pelinegros, ambos si se mostraban felices y muy enamorados del otro. Sentí un par de brazos rodearme al igual que una cabeza apoyándose en mí como si fuera un peluche, rodee con mis brazos la cintura de la castaña quien se recostó aún más en mí brindándome esa sensación de paz.
Me sentía completo a su lado, más que eso, me sentía feliz. Mi castaña sin duda era de esos rayos de luz que te brindan la energía que necesitas para alegrar tu día.
— ¿Tu también te quieres ir y por eso te apoyas en mí? - le pregunté en modo de broma.
—Me atrapaste, la verdad es que Adha y yo nos vamos a escapar para pasar la noche juntas - contestó sin ninguna duda, fruncí el ceño mientras sonreía y negaba con la cabeza.
El bromance que este par de amigas tenían era el único causante de las pequeñas inseguridades que a veces me provocaba, más sabía de primera mano que no había nada romántico en su relación, simplemente era el cariño de gemelas el que se tienen.
—No serías capaz de abandonar a este pobre hombre en su cumpleaños - seguí el juego.
— No, no sería capaz, tampoco soy tan insensible - contestó ella divertida.
—Permíteme dudarlo - bromeé a lo que ella abrió su boca ofendida.
Estuvo apunto de hablar más las exclamaciones de Sirius nos hizo voltear a verlo
— ¡... con Quejicus! Si hace algo ya sabes como defenderte - parecía que mi pelinegro amigo estaba super interesado en darle "medidas de precaución" a Dhara - ¡Y no te quedes hasta tan tarde con Dumby!
— ¡Jódete Sirius!
—¡Solo porque tu me lo pides, Adha!
La pelinegra abandonó la habitación no sin antes sacar el dedo medio con ambas manos. Reí al ver como el chucho soltaba un suspiro con una sonrisa enamorada, la relación de estos dos podía pasar de tener un momento romántico a transformarse en discusiones donde la tensión era más que notable o simplemente uno fastidiando al otro por cualquier bobería, como este caso.
— Saca esa cara de bobo, Sirius.
— Callate cornudo.
— ¡Sirius!
James se abalanzó sobre el susodicho quien soltó una exclamación de sorpresa al no esperarse esa reacción de su amigo, junto con mi castaña no pudimos dejar escapar algunas carcajadas por la pequeña pelea amistosa que ambos estaban dando. Peter empezó a hacerle barras a James mientras que nosotros solo podíamos reírnos.
—Le apuesto a Sirius.
—Yo a James.
—Me vas a deber una gran suma de chocolate Rems.
—Ya lo veremos cariño - Sonreí travieso mientras le robaba un pequeño beso.
Uno de mis mejores cumpleaños, no cabe duda.
(...)
Omnisciente
Abril había llegado y ya se podía sentir la tensión entre los de últimos cursos por los exámenes que se acercaban, si bien faltaban para ellos, uno nunca podía confiarse como para no empezar a estudiar con meses de antelación.
O eso es lo que creían los estudiantes más aplicados, puesto que la gran mayoría estaba pasando en una crisis porque, a comparación de los más aplicados, ellos no podían organizar si tiempo para poder resolver todas y cada una de las tareas que los profesores dejaban con la esperanza de que practiquen más antes de los exámenes.
Por ello en Hogwarts ya no había tanto correteo de un lado a otro, sino, que por el lado al que ibas, podías encontrar a la gran mayoría de estudiantes de últimos cursos con un aura lleno de desesperación, mientras que caminan leyendo libros o apuntando ciertas cosas en otra libreta.
Pero, este no era el caso de nuestro dúo preferido, puesto que a comparación de lo que la gente pensaba, las Gemelas Slyffindor siempre entregaban a tiempo los trabajos, podían ustedes verlas prácticamente hacer nada, solo pasear por el castillo conversando de la vida o haciendo alguna que otra pequeña bromita a los de menores grados para que se alegren algo, pero, la gran mayoría de las noches se juntaban en la habitación de la serpiente a repasar y estudiar.
Lo podían dejar para el último momento, pero lo hacían. Algo dejadas pero responsables, puesto que según ellas, más desesperación es igual a más adrenalina y está se convierte en inspiración que ayuda a hacer mejor y más rápido las tareas.
Es por ese motivo que en estos momentos, se encontraban tiradas en el suelo viendo el techo, ya habían terminado con aproximadamente unos cinco trabajos y dos proyectos en menos de unas cuatro horas, el sol ya se había escondido, eso significaba que Paula se quedaría allí, ya había un lugar apartado en el cuarto de Adha solo para poner las cosas de su gemela cuando estas situaciones pasarán, así que se permitieron echarse en el suelo una al lado de otra y descansar tranquilas.
— ¿Hoy no tienes guardia? – pregunto Paula.
— Sí – respondió ella – regresaría a eso de las cuatro de la mañana más o menos – Paula asiente.
— Solo no te entretengas con algo y demores más en venir – comenta burlona la castaña.
— Ni siquiera notarias la diferencia, eres toda una roca cuando estás dormida – la pelinegra comenta.
— Es... Relajante estar así – suelta Paula.
— Olvidas por un momento todo – Adha dice.
— Te concentras simplemente en tu respiración – continúo Paula.
— Y dejas que tu mente descanse por un momento – finaliza la serpiente.
Se quedan en un silencio pleno por un momento, ambas valoran demasiado estos momentos, puesto que están literalmente expuestas a la otra, pero no tienen miedo, porque confían plenamente en que si algo sucediese, la otra estaría allí para defender y proteger.
Más aún así, Paula no podía dejar de lado la idea de que no conoce del todo a su gemela. Si biena la burla hacía Sirius sobre que ella sabía más que él y que Adha lo confirmara la relajarse un poco, tenía el presentimiento que solo por una vez, su gemela le había mentido.
No es que quisiera sonar como una de esas mejores amigas toxicas que quieren saber cada detalle de la otra, pero en ella tenía ese sentir de que lo que no conocía de su gemela era demasiado grande como para ignorarlo, era algo demasiado importante como para que simplemente lo dejara de lado.
— Estás tensa – murmura Adha sacándola de sus pensamientos – ¿En qué piensas Geme?
— Nada, no es nada – niega la castaña, puesto que no sabría cómo sacar a la luz el tema.
— ¿Segura? Porque tu voz chillona no dice lo mismo – sigue ella.
— Agh, odio que me conozcas tan bien – se queja.
— ¿Qué sucede?
— Es una tontería, la verdad.
— Pues será una tontería importante – Adhara se sienta mientras que extiende una mano a Paula para que pueda adoptar la misma posición que ella – Vamos, sueltalo todo.
— No creo que sea necesario.
— ¿A quien más involucra? Si fuera un tema solo tuyo ya lo hubieses soltado, pero siempre dudas cuando el problema es con otra persona.
— Repito, odio que me conozcas tan bien.
— Es parte de mí oficio como tu Gemela.
— Entonces creo que no estoy cumpliendo con mí parte del oficio.
— ¿A qué te refieres, Geme?
— No es... Es solo que... Olvídalo, es una tontería.
— Paula, cualquier cosa que te tenga de esa manera no es una tontería para mí y si es un tema que me involucra, sabes que puedes hablar con toda la confianza que tengas.
La castaña solo pudo asentir a sabienda de que lo que decía era cierto, su pelinegra amiga siempre la había invitado a ser quién ella quiera ser siempre y cuando nunca afecte de alguna manera a los demás.
Es por eso mismo que no sabía si podía sacar o no el tema, puesto que lo que desconocía de Adha, porque sabía que algo desconocía de ella, no sabía si era tan fuerte o importante como para que le llegará a afectar.
Tenía la leve idea de que así era, porque si no fuese tan importante ella lo sabría, o eso cree.
Por otro lado, la pelinegra solo le dio su tiempo de reflexión, sabía de primera mano que su amiga era muy dudibativa en ciertos temas y que sobrepemsaba todo al máximo, por lo cual solo le daría su tiempo y espacio para que lo soltara eso que la tiene preocupada.
Lo único malo de todo ello, era que ya suponía lo que debía de tener a su gemela de está forma. Habia bastado el simple comentario de que ella no cumplía del todo con su oficio de gemela como para que muestra serpiente protagonista pudiera darse cuenta de que es lo que quería hablar la castaña leona.
— Es solo... – Paula suspiró,mientras observaba a su amiga – Ya lo sabes, ¿Cierto?
— Pero siempre es mejor que lo expreses a que lo retengas.
— ¿No afectará nada? – Paula cuestiona con algo de miedo.
— Descubrelo.
— ¿Qué es lo que no sé de ti?
— Muchas cosas.
— ¿Puedo saber cuáles son?
— Solo si llegas a hacer las preguntas correctas.
— ¿Y responderás sinceramente?
— Si quieres me traigo algo de Veritaserum, pero creo que es suficiente con mí palabra.
— Y es cierto, confío en ti gemela, pero está insertudumbre...
— Lo sé, no eres la primer ni la última – Adha le sonríe intentado que se tranquilice un poco – tu solo pregunta, yo responderé a todo.
— Está bien, pero si en algún momento llego a preguntar algo personal, no es tu deber contarmelo.
— Aún así lo haría, pero lo tendré en cuenta.
— Bien – Paula tomo un suspiró y comenzó a crear una lista mentalmente dónde tenía todas esas dudas sin resolver de su amiga – ¿Donde vas en vacaciones?
— Al lugar en donde resido.
— ¿Lugar donde resides?
— En pocas palabras, un orfanato.
— ¿Tus padres?
— Los dejé de ver en cuanto entré a Durmstrang.
— ¿Por qué no ingresaste a Hogwarts a los 11?
— La última acción que hicieron mis padres fue el mandarme a otro colegio que no fuera Hogwarts.
— ¿Por qué?
Adha soltó un suspiro, miró a los ojos de su gemela y por primera vez en mucho tiempo dudo de Paula, porque no sabía si es que ella estaba preparada para toda la información que tenía que soltar, sobre toda la información que quería saber.
— Para esto, debemos de tocar un tema el cual hemos investigado muy bien – Paula la vió confundida – Sincerandonos ¿Que tanta fe le tienes a las leyendas?
(...)
— Y te digo yo que o están saliendo o están cubriendo al otro para que estén con su pareja -soltó Adhara a su compañero de guardia.
— Sigo pensando que es una exageración, no es como si tu no te escaparas por la madrugada - rodó los ojos Severus.
Las horas habían pasado y como Adha le había comentado a su gemela, la guardia que tenía no la podía incumplir. Adhara había agradecido a Merlin que ese día tenía guardia, puesto que el tiempo en que estaría fuera de la sala común sería lo suficiente para que Paula pueda ir procesando todo lo que había dado a conocer de ella y a qué pueda leer más sobre ello en sus diarios, por lo que ahora lo único que deseaba era que su gemela no cometiera la locura de regresar a su sala común solo por el hecho de no poder soportar tanta información.
— Eh, Eh, admito que sí me escapo por las madrugadas, pero no lo hago cuando es mi turno de guardia - señaló - Allí está la diferencia.
—Eso no quita el hecho de que incumples una norma siendo prefecta - señaló
— Técnicamente, como prefecta puedo pasear por las noches como guardia extra - comentó su punto de vista
— Claro, porque Black también es perfecto ¿No? - ironizó mientras que abría una puerta de un salón para asegurarse que no haya nadie.
—¿Quien dice que la paso con Sirius? Puede que lo esté engañando y ustedes ni se enteran - Adhara lo siguió entrando al salón.
— Adha, no serías capaz de ello - Severus murmuró un Homenum Revelio para asegurarse de que no haya nadie escondido por allí.
— Oh, claro que podría ¿Por qué dices que no podría? - cuestionó mientras se cruzaba de brazos.
— ¿Respuesta larga, intermedia o corta? - contestó con una pregunta mientras pasaba por el lado de la pelinegra para salir de aquel salón
— Vale, entiendo el punto, no sería capaz de ello - se resignó mientras que imitaba su acción del salir de aquel salón y seguir caminando por el castillo - Pero eso no quita que ambas situaciones son distintas.
— Lo son - admitió - pero si a ellos le quitan sus cargos de prefecto por haber faltado a sus guardias, a tí también deberían por escaparte por las noches con la excusa de guardias extras.
— La diferencia está en que, siendo prefecta o no, igual me escaparía por las noches.
— No vas a ceder tu postura al igual que yo la mía. ¿Hablamos de otra cosa, mejor?
— Me parece buena idea. ¿Qué tal el nuevo libro que estás leyendo?
—Algo aburrido, pensé que al ser un libro de uno de los mejores posionistas que ha habido iba a tener datos más interesantes pero lo que hay son pasos o curiosidades de ciertos ingredientes que ya me lo sé.
— ¿Ya leíste la de una de las descendientes de Salazar?
—¿La chica que aprovechó el hablar parsel para poder obtener diferentes venenos de serpientes y experimentar con ellos?
— Esa misma.
— Sí, fue un libro interesante, aunque en algunas partes no se le entendía del todo por las palabras que utilizaba.
—Se dice que se olvidó parte del vocablo común por pasarse bastante tiempo hablando en Parsel, es por eso que siseaba cuando hablaba el ingles.
— Se puede decir mucho de los descendientes de Slytherin, pero nadie negará que Verónica Sayre fue una gran bruja que dejó un buen legado.
— No te lo niego, una gran bruja que supo ocupar sus dones para poder crear nuevas pociones que ayudaron en su tiempo y en este.
— Qué mal que nunca llevemos clases de historia de pociones o de hechizos.
— Creeme, si con solo tener Historia de la Magia se quejan, tener más clases con la palabra Historia significa varias revueltas y protestas por parte de los alumnos.
Ambos se sonrieron y siguieron conversando sobre temas parecidos al ya mencionado. En un debido momento ambos compañeros de guardia se tuvieron que separar, una para ir a hacer su reporte hacia la oficina de Dumbledore y de paso conversar con él por unos minutos, que al final se convertían en horas, mientras que el otro se dirigía a su sala común con la intención de llegar y descansar.
Al llegar a la estatua de la gárgola murmuró la palabra que el mismo director le había mencionado en su reunión anterior. La estatua dió paso a las escaleras de caracol por donde Adha empezó a subir para llegar a la entrada del despacho, tocó la puerta y al no recibir una respuesta después de unos 5 minutos se decidió por entrar. La oficina de Dumbledore al igual que siempre se encontraba lleno de objetos de todo tipo de materiales, más la presencia del dueño de estos no se encontraba, lo único que Adha pudo encontrar para saber que no se había equivocado de día fue una carta que se encontraba en el mismo escritorio del director de Hogwarts, en donde le pedía disculpas por cancelar la reunión a última hora y de que en cuanto volviera del lugar donde se encontraba a llamaria para solucionar aquel problema. Resignada al saber que no obtendría su charla nocturna con Dumbledore abandonó el despacho y se dirigió hacia las escaleras.
Al llegar a la planta de abajo y empezar a dirigirse a las escaleras para bajar, el Profesor Gallaher había hecho su aparición en estas, haciendo que ambos se detuvieran de golpe y observaran con sorpresa al contrario.
— Profesor - saludó la pelinegra.
— Señorita Jones - devolvió el saludo - Que sorpresa el verla por aquí a estas horas - soltó mientras que examinaba la situación.
— Solo cumpliendo mi obligación como Prefecta - soltó con el intento de que la curiosidad que la mirada del mayo delataba se extinguiera y de esta forma la dejara ir - Con su permiso, tengo que llegar a mi sala común - más el Profesor se la quedó mirando sin darle paso a las escaleras.
— Interesante la exposición de la Señorita Michelle ¿No cree? - comentó hacie si alusión a la exposición que hace meses rondaba por su cabeza.
— Me parece que debe de estar hablando de mi compañera Marlene, Profesor, porque no hay ninguna Michelle en el curso.
—Sí, sí, Marlene McKinnon ¿Cierto?
— Así es.
— ¿Y qué piensas de su trabajo que presentó?
— Si bien es interesante, no hay ninguna información que respalde su teoría.
— Pero aún así, no lo ve algo...
— Disculpe Profesor, pero me parece que esta conversación la podríamos tener en horario de clases, por el momento, solo quiero regresar a mi sala común - lo cortó "respetuosamente", aunque su tono de voz no ayudaba - Si fuera tan amable de darme permiso.
— Oh, claro. Supongo que tiene cosas más interesantes que hacer.
— Gracias por su comprensión - murmuró entre dientes para abrirse paso e ir bajando las escaleras, más una palabra que salió de la boca de su profesor la hizo detenerse de golpe.
El Profesor, quien estaba de espaldas, sonrió al percatarse que no se escuchaban más pasos de su alumna, sabiendo perfectamente que esta había parado su caminar de golpe.
— Es una rara palabra ¿No cree? - dijo mientras se daba la vuelta - Y por su reacción, puedo adivinar que tiene conocimiento de esta - un silencio se hizo presente - ¿Señorita Jones?
— Tiene razón Profesor, tengo conocimiento de esa palabra - contestó mientras regresaba por sus pasos y se detenía frente al mayor - La pregunta aquí es ¿Como usted tiene conocimiento de esta?
— Oh, no crea que por malas fuentes, señorita - la burla en su voz eran más que notoria - Antes de entrar a Hogwarts como profesor, se imaginara que habré salido a festejar como toda persona haría por conseguir trabajo en tal prestigiosa escuela.
"Claro está que nadie sabría de este suceso, ambos sabemos que Dumbledore es muy reaccio en lo que respecta a temas involucrados con Hogwarts. Pero hubo un señor, no sabía cómo, pero parecía saber el porqué de mi pequeño agasajo.
"Con este señor hablé de tantas cosas que no son parte de nuestra conversación ahora, pero los que nos interesa es que fue él quien me contó sobre aquella palabra. Al principio no le entendía, no entendía porque aquella palabra parecía tan importante para él, por lo que se empeñó a contarme sobre la historia que arrastraba la palabra, más eso no fue suficiente para convencerme de que fuera tan interesante y poderosa como la hacía ver.
"Hasta que lo comprendí, comprendí todo. Después de meses de preguntarme sobre ella, comprendí porque esta palabra no se encuentra en libros por más que grandes magos, como este señor, como yo, como tú, conocen su significado.
- ¿Y exactamente qué sería lo que comprendió, Profesor? - cuestionó, el mencionado solo pudo sonreír de lado antes de ignorar por completo a su alumna y seguir narrando.
- Elegante y muy Peculiar, así podríamos describir a este señor, pero sobre todo, muy ingenioso. Él sabía perfectamente que entraría a trabajar en este colegio, el cómo lo supo no nos interesa, más bien, el cómo me manipuló con la información que me mostró me dió a conocer que era un señor muy astuto y poderoso.
"Motivado por la curiosidad, no deje pasar esta inusual palabra. Era un profesor de historia sería un descaro no descubrir la historia de esta palabra, valga la redundancia, por lo que busqué información hasta que dí con una no de tal agrado para mí, por lo que decidí dejarle el trabajo a otros sin que se dieran cuenta.
— ¿Se refiere al proyecto?
— Así es, con ese proyecto varios de mis alumnos me darían la oportunidad de recaudar información de diferentes perspectivas, bien dicen que dos cerebros trabajan mejor que uno.
— Pero ninguno le ayudó ¿No es cierto?
—Tiene razón y eso es lo interesante, que ninguno haya buscado lo que yo creería que harían, todo por...
— Mi comentario.
— Parece estar más atenta en esta conversación que en mis clases, Señorita Jones, algo inusual viniendo de usted - la pelinegra solo rodó los ojos.
"Pero es cierto, su comentario afectó mi recaudación de información y después de haber escuchado la exposición de su compañera Lovegood pensé que no habría razón para seguir investigando sobre este tema.
"Hasta como un rayo de sol, la señorita McKinnon trajo su exposición, algo irónico, de hecho, parece ser que está muy interesada en contradecir todo lo que diga, pero esos son temas que los profesores no deben de tocar. A lo que veníamos, la exposición de la señorita Mackinnon fue lo justo y suficiente para darme lo que necesitaba.
"Si bien está lleno de teorías, estas teorías dejan de serlo cuando tenemos conocimiento de esta palabra y su historia ¿No es así?
— Me parece ideal señalar que aún no llega a la parte donde resolverá mi duda ¿No es así? - el profesor rió por la impaciencia que parecía tener su alumna por el hecho que esté dando tantas vueltas.
— Como le decía, el motivo de que me haya apasionado tanto con la investigación fue este señor y la información que me brindó, por lo que no era de esperarse que me comuniqué con él apenas uní puntos sobre la palabra, la historia de esta, la teoría de McKinnon y... contigo - la sonrisa se ensanchó al ver notar como su alumna parecía tensar su mandíbula.
"Por lo que apenas le hice saber sobre mi descubrimiento, me contó sobre el plan que tenía y me ofreció muchas cosas interesantes.
— Aún no ha respondido a mi pregunta, Profesor Gallagher - reiteró tensa.
— Oh, claro, pero creo que no es necesario responderla ¿Cierto? - el mayor se agarró las manos por detrás suyo mientras que se daba la vuelta - En fin, tengo a una cita que atender.
— El Profesor Dumbledore no se encuentra - soltó con la intención que el Profesor diera la vuelta y contestará de una vez la pregunta que le había hecho.
— Oh, no estaba hablando de Dumbledore, señorita Jones - avanzó hasta las puertas de la oficina del director desapareciendo detrás de estás.
La pelinegra frunció el ceño, más no dijo nada y con una rapidez propia de ella se marchó de aquel lugar. El Profesor Gallagher entró a la oficina del Director como si fuera dueño del lugar, justo a tiempo para ver los últimos destellos verdes que la chimenea había dado. Su porte serio y elegante no lo perdió en ningún momento mientras saludaba con entusiasma al sujeto que había aparecido por medio de la red flu en Hogwarts.
Por otro lado, nuestra pelinegra protagonista se daba prisa en llegar a donde su lechuza se encontraba, tenía que enviar cierto mensaje lo antes posible, algo no le estaba dando buena espina y todo tenía que ver con ese profesor que tanto le caía mal. No entendía, simplemente no lo hacía o tal vez era que no quería aceptarlo, pero el sujeto del que tanto hablaba Gallaher le causaba escalofríos, en especial por ese brillo de admiración, o tal vez algo más, que este tenía en sus ojos mientras que hablaba del señor que le dió a conocer aquella palabra que tanto le pesaba.
Llegó a su destino no tan rápido como había deseado más no se detuvo a pensar en eso y siguió con lo que tenía planeado, cogiendo lo que necesitaba empezó a redactar lo que le mandaría por vía lechuza al Director, no estaba del todo orgullosa de su letra en ese momento, puesto que de la elegancia que siempre poseía en este momentos lo que le importaba era que fuera lo suficientemente legible para que Dumbledore lo entendiera.
Terminando de escribirla y poniendole ciertos encantamientos que estaba segura que el destinatario los encontraría, es como mandó la carta junto a su bella lechuza, no sin antes darle de esos premios que le daba para que supiera que era importante que aquella carta llegara lo antes posible.
Siguió con la vista a su lechuza, para luego caminar hacia el ventanal que la lechucería tenía para observar el panorama en donde su querida mascota era protagonista, quien parecía estar volando en dirección de la luna menguante, aunque esta no sea su destinatario. Se permitió entonces el relajarse y desprenderse de aquella tensión en los hombros que la habían acompañado desde que el Profesor Gallagher había mencionado aquella palabra. Con suerte, para el día de mañana tendría una larga conversación con Dumby donde pueda dejarla más calmada con esta situación.
Su vista no dejó de observar a su lechuza hasta que esta finalmente se alejó lo suficiente como para solo ver un puntito a lo lejos, suspiró entonces mientras bajaba la mirada.
Entonces notó algo extraño del bosque prohibido, frunció su ceño poniéndose en estado de alerta de nuevo, verificó que la Luna no se encontraba en aquellos días en donde se le veía al completo y presto completa atención en descubrir quiénes eran aquellos desconocidos. Solo bastó un momento para que apresurada abandonara el lugar donde se encontraba y corriera hacia las oficinas de la persona adulta que se encargaba del castillo cuando el director se iba a atender sus asuntos.
Un sonido de explosión resonó por todo el castillo y Adhara cayó en cuenta que no fue lo suficientemente rápida como para llegar hacia la Profesora McGonagall, más eso no la detuvo para seguir corriendo. Llegó justo a tiempo para observar cómo la Profesora de Transformaciones salía de su oficina solo con una bata puesta.
— Si esta es otra de las bromas de esos chicos... - la escuchó murmurar.
— Profesora McGonagall - la nombrada se giro para observarla con sorpresa.
— Señorita Jones, no creo que usted sea la causante de tal... - otra explosión resonó por el castillo.
— Profesora... - la pelinegra intentaba recuperar el aliento bajo la severa y preocupada mirada de la mayor.
— ¿Qué está pasando?
— Se han colado a Hogwarts.
Adhara pudo notar las emociones que pasó por la cara de su profesora, desde una incrédula, seguramente porque lo que había dicho no tenía sentido alguno para todos aquellos que habían leído el libro de que tiene toda la información del castillo, para después ser una de sorpresa, lo más probable al caer que ella nunca bromearía con algo así en especial en estos tiempos, para que finalmente se convierta en aquella cara de preocupación pero a la vez seria que ponía cuando algo malo sucedía.
- Encargate de ir a avisarle a los prefectos de cada casa, que nadie salga de sus salas comunes - ordenó la Profesora - Iré a despertar a mis colegas - la pelinegra asintió y salió corriendo, de nuevo, a cumplir con lo que le habían indicado.
Otra explosión más resonó y eso fue suficiente para que todos los alumnos de Hogwarts despertaran con preocupación. Algo malo estaba sucediendo en el castillo, lo sentían, pero no estaban ni cerca de saber que es a lo que se enfrentarían.
Alguien había roto la barra protectora que rodeaba el castillo para que nadie se apareciera dentro de ella aprovechándose de la ausencia de Dumbledore por lo que ahora habían personas desconocidas en el castillo.
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Hey chicas! ¿Qué tal?
Siento la demora, las tareas me saturaron y no tuve ni tiempo de terminar esta capítulo hasta ahora.
Paula saco a la luz lo que de seguro varias de ustedes se andan preguntando internamente, así que corazones para ella porfavor xD
Pregunta curiosa: ¿Qué teorías tienen sobre lo que Adha oculta?
Quisiera leerlos, de verdad, saben que adoro todos los comentarios o opiniones que dejan, amo el verlos interactuar con la historia👀✨
En fin, espero que hayan tenido un muy buen día, saben que las aprecio un montón así que cuidense mucho y tomen awita.
¡Ah! ¡Cierto! Antes de que se me olvide ¡bienvenidas nuevas lectoras! Espero que esta historia sea de su agrado :3
Espero de todo corazón de que tenga más tiempo y pueda traerles un nuevo capítulo la próxima semana, seo merecen por todo el apoyo que le están dando a la historia🤧💞
Los quiere y ama
Una Slytherin
no tan Slytherin
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