›«¡A Celebrar!»‹
Omnisciente
Un dúo conformado por una castaña y pelinegra reían con gran sentimiento mientras observaban la gran broma que hicieron en Hogwarts.
Todos y cada uno de los alumnos, incluso algunos profesores, dislumbraban con sus nuevos tonos de piel y cabello, con el simple hecho de entrar al gran comedor se notaba la combinación de colores por todos lados.
Además, algunas personas se habían ganado orejas o colas de animales que conjugan con su color, y como no, hacían los sonidos de estos impidiendo que se comunicarán.
Todo esto por el simple hecho de disfrutar el cumpleaños de una las Gemelas. Aquella broma había sido muy contrariada, puesto que a algunos les agradó la idea de un cambio de look mientras que a otros no, en el transcurso de las clases algunos habían agradecido a las gemelas porque los habían hecho más "guapos" o "bellas" de lo normal, ellas se lo tomaban muy bien, y aprovechaban para conversar con aquel chico o chica y reír un poco.
La profesora McGonagall estaba sorprendida y furiosa, ¡No podía creer lo que habían hecho a todos los estudiantes y, parte de ellos, profesores! ¡No podía entender cómo lo habían hecho! Aquellos hechizos superan el nivel en el que ambas alumnas se encontraban, y estaba orgullosa por ello pero, no de la forma en que lo utilizaban, aunque cabe decir que ella también se divirtió al ver a Albus con su habitual barba blanca que ahora cambiababde color de manera inesperada, el había alzado su copa en modo de desearle "Feliz cumpleaños" a la Señorita Lovegood mientras su barba era de los colores de Gryffindor y le sonreía, ella correspondió tal saludo con una reverencia.
Aunque a pesar de tanta felicidad, la castaña se preguntaba dónde podrían estar los merodeadores, los cuales por la mañana la habían sorprendido llenando toda la sala común con globos, fotos, carteles y regalos, además de su nuevo cambio de look, pero luego de ello, no los había visto desde el desayuno.
- ¿Pero no te parece extraño? - la pelinegra se encogió de hombros.
- Sabes como son, de seguro estarán planeando alguna broma para otro día - su vista seguía en su libro, cuando estaba de esa manera uno no podía descifrar si estaba escuchándote o no.
- Sí pero, ¿Justo hoy día? - la castaña se sentía algo desanimada, pensaba que, como ya había arreglado las cosas con Remus, hoy los seis la pasarían juntos bromeando y recordando momentos, escapándose de las clases o yendo a visitar a Rosmerta en las tres escobas. Sin embargo, lo único especial que habían hecho fue lo de la mañana y la broma de las gemelas, sin contar el enorme regalo que Adhara le dió en la madrugada.
- Tal vez estén viendo la manera de quitarse el hechizo - comentó al notar como el ánimo de su gemela cambiaba - Hey, de seguro en el almuerzo vienen y la pasaremos juntos - puso sus manos en sus hombros y la miró directamente a los ojos, la intensidad de la mirada de Adhara ponía nervioso a cualquiera, incluida Paula, quién sentía como sus mejillas iban tomando color - El día recién a empezado, disfrútalo - le guiño un ojo y siguió caminando, seguida por una anonada Paula.
- Todos sentados - al entrar al salón de historia, los alumnos se asombraron al no encontrar la presencia del profesor fantasma puesto que en su lugar habitual se hallaba un muchacho de no más de 20 o 22 años. Los murmullos no se hicieron esperar, en especial del estudiantil femenino, en donde la mayoría comentaba lo guapo que era y como esa aura de misterio les atraía.
- Como se habrán dado cuenta, el día de hoy el profesor Binns no a podido acudir por una reunión en otro lugar - la mayoría siguió murmurando y especulando lo que podía haber sucedido en verdad - Chicos, silencio por favor, como decía, hoy yo me encargaré de dar las clases. Mi nombre es Mikelai Gallagher, y díganme como más le agrade - sonrió amablemente.
- ¡Le puedo decir Daddy! - se escuchó el gritó de una alumna, la mayoría empezó a reír mientras que otros solo negaban por la estupidez cometida.
- Como quieran pero sin faltarme el respeto y recordando que somos Profesor y alumno - remarcó la última palabra con seriedad, la mayoría guardó silencio - Bien, ahora que terminamos con las presentaciones... - unos golpes en la puerta no se hicieron esperar.
Con un movimiento de varita, el profesor, que se encontraba apoyado en el escritorio, abrió la puerta mostrando a cuatro alumnos revoltosos riendo y conversando, hasta que uno reaccionó y noto la ausencia del profesor fantasma.
- ¿Por qué la demora? - cuestionó Gallagher ganándose la atención de aquel grupito, ellos se quedaron pasmados al notar a otro profesor.
El más sensato de los cuatro habló, y explicó al profesor que se habían encontrado con Pevees, quién les había evitado el paso a su salón.
- Si es así, pasen, confiaré en su palabra joven... - esperó que su alumno contestará.
- Lupin, Remus Lupin - contestó él con un amago de sonrisa, y luego con sus amigos casi hermanos se dirigieron hacia los habituales asientos que acaba uno le correspondía. Noto la mirada de su novia, sonrió inconscientemente al notar su presencia, está le mandó una mirada interrogante, que correspondió con otra de "después te lo cuento".
- Como decía antes de la interrupción de sus compañeros, como de improviso el Director Dumbledore me contacto, el día de hoy hablaremos sobre cualquier tema que tengan en mente y quieran aprender - la mayoría levantó la mano - Mientras que sea relacionado con el curso de Historia - al escuchar esto un setenta por ciento de los alumnos bajaron la mano - Y si preguntan, porfavor, hagan el favor de escuchar la respuesta, no me hagan gastar mi voz.
El profesor complacido de notar el entusiasmo de sus alumnos se permitió responder algunas dudas de sus nuevos y provisionales alumnos, se le daba bien expresar con claridad y hacer la clase dinámica. Pasada la primera hora, el ambiente era de cordialidad y alegría pura, la mayoría prestaba atención a cómo redacta su profesor la materia, ya sea por la emoción con la que explicaba o las pequeñas demostraciones que hacía hechizando cualquier objeto a su alcance y convirtiéndolo en pequeños soldados, duendes o gigantes, dependiendo de qué va la pregunta hecha. Adhara, quien se mantenía ajena de todas las respuestas del profesor de historia brindaba con sus compañeros, se concentraba en su libro y el pedazo de espejo que tenía en el, donde, en vez de ver su reflejo, lograba observar a Sirius y compañía conversando telepáticamente sobre lo planeado para la noche, aunque cuando notó que estos no hacían caso simple y sencillamente cerró la conexión temporal y se concentró en el libro que tenía en manos, mientras que pensaba en las miles de cosas que aún faltaban terminar y en cómo lo haría sin que su gemela estuviera presente, añadiendo que la última vez que habló con ella, después de obsequiarle su enorme regalo, llegaron a una conclusión sobre los sentimientos que ella misma sentía.
Porque sí, Adhara estaba consciente de los rápidos latidos que sentía cuando se acercaba, o de cómo solo con pensarlo su cara brindaba una sonrisa brillante, sin contar las miles de veces que ambos se trataban y se miraban como si fueran algo más...
"Algo más..."
Sacudió su cabeza sin que nadie lo notara, o eso creía, pero al no percatarse de la mirada que tenía sobre ella, siguió pensando en lo mucho que aquellos sentimientos la estaban afectando. Sí, aceptar que te gusta alguien es un respiro para tu pobre alma que tanto te lo quiso hacer saber, y ese respiro que sientes es una tranquilidad provisional; porque después de aceptar a aquella persona, venían los delirios e ideas que uno se hace respecto a aquella, y Adhara estaba sufriendo por ello.
¿Qué podría esperar de su mejor amigo egocéntrico, mujeriego, altruista? ¿Qué de la noche a la mañana se comporte como un príncipe azul que retratan en los tan conocidos cuentos de hadas? ¡No! El solo imaginarlo le traía una gracia y tristeza enorme que no sabía cómo tendría que reaccionar.
Sirius era todo, pero las palabras "cursi", "Romántico" y sobre todo, "Fiel, no estaban presentes en su vocabulario, ella misma lo había gozado por toda su infancia y, por así decirlo, algo de su "Pubertad-Adolescencia", y todo llegaba a la conclusión que Sirius era, es y será un "Alma Libre" y "Es de todas las mujeres que lo hagan gozar".
Típicas frases de un reverendo idiota llamado Sirius Orion Black Tercero.
Una punzada en su cabeza la hizo perder la concentración y el "momento" de despotricar en contra de Sirius Black, tanta fue su sorpresa al notar la causa de aquella punzada que cerró de golpe el libro y levantó su mirada con fiereza.
Al haberlo hecho, logró notar como la armonía que existía en el aula era casi inexistente y como el silencio había aparecido despues que el profesor volviera a un estado serio y de concentración, sus ojos los había mantenido cerrados hasta que, al mismo tiempo que el sonido de un libro cerrarse se escuchó.
Ambas miradas tan intensas y llenas de sentimientos prácticamente malignos se encontraron, la plata de una espada y la madera de un hacha hicieron contacto. Todos los estudiantes giraban del Profesor a su compañera como si de un partido de Quidditch se tratara, el Profesor esbozó una sonrisa que a la pelinegra le dió ganas de borrar, y no con una forma amable.
- Una buena Oclumancia, déjeme decirle - su sonrisa socarrona siguió presente.
- No puedo decir lo mismo de su habilidad en Legilimancia, Profesor - a pesar de lo cordial que sonó, y de no haber sido dirigido a los alumnos, estos soltaron un sonido lastimero - Y, si usted me dejara decirle - imitó su tono - Creo que es muy insolente de su parte intentar descifrar los pensamientos de su Alumna - remarcó la última palabra, algunos sorprendidos por tal dato, no creían que aquel jovial y divertido profesor llegara a tal extremo ¿Y sí hubiese leído la mente de ellos mientras explicaba las clases? A más de cierto alumno le fastidió y enfureció que el profesor se rebajara a tal nivel, en especial si se trataba de Adhara. (Ustedes ya tendrán una idea de quienes conforman aquel grupo)
- La verdad, disculpeme por mi atrevimiento, pero, como usted dice, a mi me parece muy insolente el no prestar atención a mi clase mientras que hago un esfuerzo por complacerlo - utilizó sus palabras en su contra, en este punto, el salón ya estaba inundado de murmullos, de los cuales comentaban quien sería el vencedor.
- Recordando lo dicho por usted, solo pedía a los que preguntaban prestar atención, sin embargo, a los que no preguntaran no les dió una indicación, por lo que supuse que no era relevante si siguiera con mi lectura ya que no interrumpo ni distraigo a mis compañeros - Adhara quería decir muchas cosas más, pero se abstuvo a ser controlada por su molestia.
- Mi error - admitió el profesor - Pero supongo que al no tener ninguna duda puedo preguntarle sobre lo hablado en clase - aquella sonris arrogante que Adhara quería desaparecer se hizo presente en su juvenil rostro de nuevo.
-Y de Historia general si gusta, Profesor - respondió con ironía.
- ¿Cuando se dió el Código de Conducta del hombre lobo?
- En 1637, aunque ninguno solo hombre lobo se presentó al ministerio a firmarlo por el gran enigma y problema que era admitir ser uno por aquellos años.
- ¿Rebeliones de los duendes?
- Se dio en el siglo XVII y XVIII, pero incluso en tiempos contemporáneos hay grupos de duendes revolucionarios que, de acuerdo al diario el profeta , trabajan en secreto contra el . Las rebeliones han sido descritas como "sangrientas y viciosas".
- ¿Estatuto internacional del secreto Mágico?
- Ley que se firmó por primera vez en 1689, y luego se estableció oficialmente en 1692. La ley fue establecida por la Confederación internacional de magos , para salvaguardar a la comunidad mágica de los Muggles y ocultar su presencia del mundo en general.
- ¿Épocas Oscuras?
- Se dieron en los primeros Magos, al descubrir el poder que tenían y otros no se creyeron superiores y comenzaron a destruir y apoderarse todo lo que les rodeaba, sin embargo, después de varios años, magos con ideologías diferentes a los "paradones", la cual es una palabra en latín que significa destructores , decidieron juntarse y dar fin a aquellas épocas de esclavitud muggle y olvidar todo aquello para comenzar de nuevo.
El profesor se quedó pasmada por la simpleza con la que la Alumna respondía sus preguntas, se sentía... Derrotado, y por una niñata. Mostró una sonrisa fingida y asintió, justo en aquel momento la segunda hora de Historia termino y con ella la única clase que tenían con él, puesto que todos asumen que al día siguiente el profesor Binns volvería con sus típicas clases aburridas.
Adhara complacida consigo misma fue una de las primeras en salir, mientras que sus amigos la seguían y aplaudían como si fueran unos simples mortales que idolatraban a la gran Diosa de la Sabiduría. Lleno de risas y carcajadas se dirigieron a su próxima clase, sin notar como dentro del Profesor Gallagher un resentimiento y odio crecía dentro de él por lo que, él consideraba, una humillación de alguien inferior. Si aquella muchachita pensaba que eso se quedaba hasta ahí, se equivocaba, revisó el horario que tenía y se dijo que antes de la cena iría a hablar con Dumbledore, para hablar sobre aquella chica que le había intrigado, iba a saciar su curiosidad costara lo que costara.
(...)
- ¡Eso fue fabuloso! - siguieron alabando, ya habían pasado por casi todas las clases de aquel día, y los chicos no podían evitar comentar la gran humillación que le hicieron al profesor suplente de Historia.
Como bien es conocido en Hogwarts, la historia no se hizo esperar a ser contada, y el tema de mayor relevancia en ese momentos era sobre la Slytherin.
- ¿Donde creen que se encuentre Adhara? - preguntó Paula, normalmente su amiga los alcanzaba para hablar por lo menos hasta su próxima clase, desventajas de ser de distintas casas.
- Sabes como es, lo más probable es que se quedó leyendo algo - comentó Sirius lo más natural posible. Sin embargo, la castaña pudo notar como el único miope del grupo se despeinaba el cabello.
- ¿Por qué tengo la sensación que me ocultan algo? - todos al instante se mostraron indignados ante tal acusación.
- ¡Nos dueles castaña! - expresaron a la vez.
- ¿James? - los ojos cafés chocolatosos empezaron a desviar la mirada hacia cualquier otro lado que no fuera el lugar donde se encontraba una de sus mejores amigas.
- ¿Mande? - sus amigos suplican que algo sucediera antes de que la Castaña se diera cuenta.
- ¿Qué está pasando, Bambi? - sus ojos por fin conectaron con los de su amiga, se despeinaba más el cabello y pasó su mano por el cuello.
¿Por qué se le daba tan mal mentir a sus amigos? Claro, no le gustaba guardarles secretos, era como si los traicionara.
- Esto... - Una cabellera pelinegra apareció de la nada trepandose en la espalda del Miope, el ojigris presente no pudo evitar rodar los ojos ante la acción.
- ¡Hasta el infinito y más allá, Bambi! - espetó Adhara antes de darle un pequeño golpe en la cabeza a James como si de un caballo se tratara, este le hizo caso solo para salir del inesperado interrogatorio.
- ¡Sube Pet! - gritó Sirius, antes de también salir corriendo detrás de James - ¡El que llegue último al gran corredor tendrá un castigo! - y sin más salió disparado.
- ¿Me permites, principessa? - Paula sonrojada asintió y se subió a la espalda de Remus, logró sentir como su cuerpo estaba tonificado.
Malditas hormonas, se decía.
- ¡Te arrepentirás de haber dicho eso, Sirius! - gritó la castaña al llegar casi a la par del pelinegro, este les guiño un ojo antes de seguir corriendo y alcanzar a James.
La mayoría de alumnos abrían paso para que las tres parejas pasarán, no se interpondrán en su camino, menos cuando se trataba de un concurso entre los Mejores Bromistas de todo Hogwarts.
Riendo a carcajadas y con algunas caídas y contratiempos, los seis llegaron casi a la par en el gran comedor. Los alumnos que los habían estado siguiendo empezaron a reír diciendo que por milésima de segundos Sirius y Peter habían perdido, aunque la diva y el pequeño se negaban a aceptarlo.
- ¡No! Ni loco les creeré ¡Sirius Black nunca pierde!
- Si eso te deja dormir por las noches, princesita - exclamó Adha, Sirius la miró con una fingida indignación.
- Por favor cariño, yo no soy una princesa, Soy una reina - al instante todos empezaron a reír y hacerles barras por aquello, Adhara no pudo evitar sonreír mientras negaba con la cabeza.
- ¿Reina? Por Merlín mi cielo, una Reina no se rebajaría a tal nivel de ser una mula de carga - las burlas hacia Sirius no se hicieron esperar.
Se podría decir que así siguieron hasta que los profesores llegaron y pararon el alboroto, pero, como aquel grupo sabía que ese día era de Paula y solo de Paula, dejaron sus breves discusiones para tratar a su amiga, gemela, hermanita o novia como se debía.
Entre charlas y risas terminaron el almuerzo, y mientras que todos se dirigían a su próxima clase, Sirius y Adhara se escapaban de sus amigos para ir a las cocinas.
- ¿Como han estado chicos? - no más entrar, miles de elfos se acercaron hacia ambos pelinegros, aunque solo a Star la abrazaron ya que con Sirius no tenían tanta confianza.
- ¡Ama Adha! ¡La hemos extrañado! - Sirius no podía evitar esbozar una pequeña sonrisa de ternura al notar como su mejora amiga se comportaba como una madre hacia los elfos, su imaginación jugó contra él y se inventó un mundo paralelo donde en vez de elfos, ellos eran los pequeños hijos de ambos, meneó su cabeza un poco, sí que estaba templado.
Adhara lo miro confundida, casi nunca se quedaba callado tanto tiempo, este solo le sonrió con cariño antes de dirigirse a los elfos y pedirles el favor de preparar ciertos dulces y bebidas para la noche, ellos gustosos aceptaron, además de prepararles algunos pequeños postres para que comieran antes de que se retirarán.
- ¿Te imaginas tener hijo? - Sirius soltó de la nada, Adhara se atoró con el postre por la impresión.
- ¿Sirius Orión Black hablando de hijos? - soltó con Sarcasmo, este solo soltó una sonrisa algo socarrona - Si te soy sincera, creo que serías mejor padre que yo de madre - respondió.
- Yo creo que serías una de las mejores que pueden existir - halaga, ella negó con su cabeza.
- Sabes lo que pienso respecto a eso Sirius.
- Lo sé, pero, aún así ¿No has pensado en...? - la mirada que le dirigió le cortó - No dije nada - se hizo el inocente.
- De igual manera, ya tengo suficiente con los chicos - respondió, el ambiente había vuelto a ser normal, Sirius se encogió de hombros para luego pararse y ofrecerle su mano, ella aceptó gustosa y ambos salieron de la cocina conversando y riendo.
- ¿Crees que Ama Adha y Amo Sirius queden juntos? - preguntó uno de los elfos a otro.
- Todo puede pasar, pero sería grandioso.
- Lo sería - respondieron todos los elfos, antes de seguir continuando con el pedido de sus pelinegros favoritos, sin saber que estos poco a poco se iban acercando más el uno al otro.
(...)
- ¡Por favor Dumbledore! Sabes que tengo un mejor método que el fantasma ese! - escuchó detrás de la puerta.
Remus y Lily no se esperaban escuchar tal exclamación al llegar al despacho del Director Dumbledore, este desde hace días los había situado para hablar con ellos.
- Mis más sinceras disculpas Makalei, pero justo ahora tengo un asunto pendiente con ciertos Alumnos - contestó el Director, abriendo con su magia la puerta antes de que Remus pudiera tocarla.
- Sentimos la interrupción, Profesor - Albus negó .
- No es necesario Jóvenes, ya tenía previsto esta reunión con ustedes, lo que me tomó de sorpresa fue el profesor - este iba a hablar cuando Dumbledore levantó la mano para que guardara silencio - el cual espero y comprenda que podemos hablar de este tema después - termino zanjado el pequeño asunto que estaban discutiendo, o eso les dio a entender a los alumnos.
- Que sepa que no me rendiré, Dumbledore - sin decir más, salió hecho furia del despacho del Director.
- Lamento que hayan tenido que presenciar esto - ambos concordaron en que no era importante y pasaron a sentarse en frente de donde se encontraba el director - ¿Gustan un dulce?
- Muchas gracias, pero ahora no deseo, Profesor - respondió con cordialidad Lily, Remus, al contrario, aceptó el pequeño chocolate que Dumbledore invitó.
- Bien, ¿Se preguntarán por qué los mandé a llamar, cierto? - ambos asintieron.
Dumbledore se quedó callado unos momentos, había estado pensando demasiado en la invitación que les iba a brindar, al fin y al cabo, recién iban a Terminar su quinto año, y no estaba tan necesitado como para decirle a sus más jóvenes e inteligentes estudiantes que se unen a su causa. Suspiró y pensó que lo mejor era ir dándole de poco en poco pequeñas informaciones.
- ¿Alguna vez han pensado que quieren ser después de Hogwarts? - ambos estudiantes se miraron intrigados, sabían que para su próxima salida de Hogwarts no faltaba tanto y su futuro debería preocuparles, sin embargo, que aquella pregunta tan... Inesperada de parte del profesor les hacía cuestionar:
¿Qué era lo que de verdad quería el Director?
A pesar de ello, contestaron gustosamente la pregunta y se metieron en una conversación que con el tiempo iba a cobrar sentido.
(...)
- ¿Y tienes todo listo?
- Por décimo quinta vez Bambi, ya está todo listo, solo hace falta la cumpleañera y los invitados.
- Lo siento, pero es que mi pequeña ya va a cumplir quince años - se secó una "lagrima" que se le había escapado.
- Lo sé pero hay que estar calmados, si no lo descubrirá, pero te aviso que ya empezó a sospechar - James asintió.
Conocía a Paula desde el primer año, la había conocido en uno de los tantos castigos de Minnie, él junto a Sirius se habían sorprendido al encontrar a una castaña en el lugar que ellos mayormente habitaban y más asombrados se quedaron cuando Minnie dijo que ella también había sido involucrada en demasiadas bromas. Desde ese momento Paula había formado una unión muy grande con los Merodeadores, a pesar que no era parte de ellos, se le trataba como así fuese, en especial, como una pequeña hermanita, sobre todo James, quién aludía a sus características similares para decir que eran mellizos perdidos.
- Todo saldrá bien - ambos asintieron a lo que el Pelinegro había dicho, él se encontraba observando el cuarto de los chicos, que ahora parecía tan grande como el Gran comedor y decorado como no hubiera mañana.
- Será una de las mejores fiestas del mundo - exclamó James
- Y nos encargaremos que sea especial para Paula - admitió Adhara, para después salir y dirigirse a cenar al gran comedor, donde los esperaba el resto de sus amigos. Quienes sabían que cumplir quince años para Paula y sus raíces era importante, puesto que en ella corría algo de sangre Latina y, a pesar de haber perdido algunas costumbres de aquel lugar, los quince años seguían siendo importantes para ella y sus familiares, por consecuencia, para sus amigos, también era importante y lo iban a celebrar como se debe festejar.
A lo grande.
(...)
- Se puede saber a dónde me llevan - preguntó Paula.
Después de haber cenado entre risas, charlas y festejos, había sido los últimos en dirigirse a sus habitaciones para "descansar", lo que Paula no esperaba era que sus tres compañeras de habitación, con una colada Adhara, empezarán a alistar a Paula para Merlín sabe qué y después la habían vendado dejándola en una oscuridad completa.
No sabía si la estaban cargando o flotando con algún hechizo, pero de algo o alguien la estaba moviendo era cierto, su orientación en la oscuridad nunca había sido buena, pero podría jurar que todas se dirigían a la habitación de los chicos, cosa imposible si recordamos como cierta pelirroja se lleva con James.
Cuando por fin tocó suelo, su mundo se paralizó al observar como un muy guapo y arreglado Remus se encontraba esperándola fuera de la puerta de la habitación de los merodeadores, sus amigas ha habían desaparecido y en aquel pasillo solo quedaban ellos dos.
Remus no pudo evitar pensar en lo tan hermosa y espléndida que se veía, se acercó a ella y tomando su mano le dió un beso, notó como su novia ahora poseía sus mejillas coloradas y una gran sonrisa reluciente y brillante, le guiño un ojo y pudo sentir como Paula se emocionaba cada vez más. Le ofreció su brazo y ella gustosamente lo acepto, a pesar que seguís confundida por tales acciones.
- ¿Te sientes lista? - preguntó adorandola con la mirada.
Ella, deslumbrante, asintió sin dudar.
- Si es contigo, lo estoy - aquellas palabras provocaron unas grandes sonrisas en la pareja, Remus beso su frente con cariño para después abrir la puerta, mostrando a millones de invitados y una gran fiesta preparada en la que no parecía la habitación de los Merodeadores.
Sabía que sus amigos estaban planeando algo grande, pero no pensó que recordaran lo que tantas veces ella hablaba sobre las ideas de su familia para su cumpleaños, o mejor dicho, su quinceañero.
Paula pudo observar como 15 de sus amigos más cercanos a encontraban con unas velitas en dos filas. Como es costumbre en aquel tipo de fiestas, ella se acercó por cada uno para apagar las velas pidiendo su deseo, y dándole un gran abrazo a todos los que estaban ahí.
Se sintió querida y especial, más de lo que acostumbraba cuando se encontraba con sus amigos, no pudo evitar que algunas lágrimas de emoción salieran cuando abrazaba a cada amigo, agradeció mentalmente a sus amigas por ponerle un maquillaje que no se deteriora con el agua porque, si no, ahora sería todo un monstruo andante.
Al finalizar con Adhara no pudo evitar darle un abrazo más largo, se separó de ella y se dirigió hacia Remus quien ahora se encontraba con un gran ramo de Rosas, sonrió como una tonta enamorada, y solo pudo acercarse a él para darle un beso sencillo pero con mucho cariño.
¿Algo mejor que esto? Nada lo podría superar.
Después de dar las gracias a los invitados y el Vals donde pudo disfrutarlo con todos los Merodeadores y, sorpresivamente, con su gemela, la verdadera fiesta había empezado, ni una sola persona se encontraba fuera de la pista de baile. Estaban celebrando y riendo sin cesar. los bocaditos y bebidas pasaban volando por encima de la gente, y cuando alguna persona lo deseaba estos se acercaban mágicamente.
No pudo evitar reír con las locas y extrañas coreografías que sus amigos inventan a la larga, hasta se emocionó cuando algo de salsa o bachata sonó, si sus amigos querían que se sintiera como un verdadero quinceañero estilo Latinoamericano, lo habían conseguido.
Cuando de la nada la canción pasó a ser un poco más lenta, no pudo evitar bailar abrazada a su novio, y de reojo pudo observar como su gemela y mejor amigo bailaban de igual manera. Además, se sorprendió al notar como una cabellera pelirroja y castaña bailaban juntos, esperó y deseó que también hubieran conseguido algún camarógrafo o algo por el estilo para capturar esos esenciales y hermosos momentos.
La parte más divertida llegó después, cuando una banda del colegio había subido a un escenario improvisado a cantar y, sin invitación alguna, James y Sirius subieron para deslumbrarnos con una muy dinámica y excelente canción creando la esencia de un mini concierto.
Poco a poco la gente se fue yendo, hasta solo quedar los más cercanos a la castaña. Ella no podía parar de agradecer a sus amigos por tan hermosa fiesta y, como nadie quería dormir, se decidieron quedarse en la habitación, el cual había vuelto a su normalidad, a jugar el típico juego de "verdad o reto".
- Bien James - Adhara sonrió malévola - ¿Verdad o reto?
- Verdad, lo siento Pelinegra, pero no me fío de ti - la nombrada se hizo la indignada pero recobró la compostura para seguir con el juego.
- ¿Con cuantas chicas te has acostado? - la habitación se llenó de risas y exclamaciones de burlas, todos tenían conocimiento total de la gran lista y fama que tenía James.
- Oh vamos ¿Estás tratando de dejarme mal? - ella solo se encogió de hombros - La verdad es que no llevo la cuenta, pero puedo decir que con ninguna fue especial - eso lo guardo para alguien más, pensó - solo fue por mero gusto - sin decir más dió la vuelta a la botella quién quedó mirando a Sirius.
- ¿Verdad o reto, querido? - preguntó.
- Reto, guapo - algunos rieron por el intercambio de piropos entre ellos.
- Besa a quien consideras la más guapa de este círculo - ordenó, Sirius sonrió ladinamente.
- Solo para aclarar, de aquí, el más hermoso y perfecto soy yo, por lo que besaré al segundo - todos se rieron por lo diva que se mostraba.
- Sirius.
- ¿Sí?
- ¿Logras ver esa cosa que está en el cielo? - señaló la ventana, él negó - bueno, es tu ego que supera a Canutito - el aludido abrió la boca sorprendido mientras las burlas aumentaban con intensidad.
- ¿Eso significa que Adhara se lo a visto? - la nombrada se sonrojo al instante y todos rieron.
- Ya, ya, cumple tu reto Sirius - paró las risas James.
Sirius miró a todas las chicas y pidió que cerraran los ojos, así todo sería más emocionante, según él.
Se acercó a la chica elegida, y no pudo evitar plantearse si era correcto o no hacerlo, pero con tan solo mirarla de nuevo, no pudo soportar más y decidió saciar el apetito que tenía de probar aquellos labios.
Los chicos presentes no pudieron evitar soltar chiflados, mientras que las demás chicas abrían los ojos, intentando encontrar a quien había elegido. Una rubia no pudo evitar sentirse un asco al notar como su pelinegro había escogido a otra persona.
A pesar de tal bullerío, Sirius solo se podía concentrar en lo bien que sentía besar a su luz, sólo podía pensar en lo bien que se sentía besar a Adhara, a su querida Star. Adhara por otro lado no podía evitar pensar que aquello era alguna broma de mal gusto hacia ella, pero a pesar de ello aprovecho cada maldito momento por qué la hacía sentirse especial, podríamos decir que el beso fue subiendo de tono, pero ambos estaban conscientes de que no eran los únicos en aquel lugar, y cuando sintieron que el otro se quedaba sin aire se separaron sin embargo, sus frentes aún estaban juntos, al igual que sus miradas conectadas. Sonrieron al mismo tiempo y Sirius se dirigió a su respectivo lugar mientras que sus amigos le festejaban.
- Eso fue intenso - comentó la festejada, todos asintieron y rieron ante el súbito sonrojo de ambos.
- Continuemos - dió vueltas a la botella, quedando en frente de Alice - Te reto a 10 minutos en el paraíso con Frank - a ambos se le subió el color a sus rostros, todos rieron y le hicieron espacio para que se dirigieran al ropero que había aparecido gracias a un hechizo del Pelinegro.
- ¿Continuamos o los esperamos?
- Sigamos, se nota que se divertirán mucho allí.
Siguieron jugando, con cada vez los retos fueron subiendo de tono, hasta tal punto que varios tenían ropa tirada por el suelo.
Aquello ocasionó que algunas chicas no paraban de observar a los ya tan conocidos Merodeadores, por lo que Paula se sentó delante de Remus para que así nadie lo viera, sin importarle que su corpiño quedará expuesto. Por la parte de la Pelirroja ella no podía evitar mirar el buen formado cuerpo de James, y a cierta Rubia le pasaba lo mismo con un pelinegro, a pesar que este se encontraba con Adhara, en la misma posición que Remus y Paula, por petición del mismo.
- Bueno, me retiro - todos empezaron a Abuchear a la pelirroja - Son las cinco de la mañana chicos, quiero descansar - se excuso.
- Puedes quedarte a dormir - ofreció Paula - tú y Marlene en la cama de James - el aludido se indignó, aunque después aceptó la propuesta al recordar que Peter había salido debido a sus problemas con su madre y podría dormir en su cama.
- Yo... - la pelirroja no se sentía preparada de seguir rompiendo más reglas aunque al notar la mirada de súplica de todos sus amigos, cedió ante aquella petición y no dudó en caer en los brazos de Morfeo mientras inhalaba el tan agradable olor que la cama de Potter emitía.
- Bien, nosotros ya nos vamos - admitió Frank, todos se despidieron de ellos, ya que no había lugar donde se pudieran quedar.
Los bromistas y Marlene se quedaron jugando un rato más, hasta que el sueño venció a la mayoría y cada uno se fue a dormir. Marlene, a pesar de haber protestado, terminó durmiendo en la cama de Peter mientras que James con dificultad se hecho al lado de su Lily-Flor, quién a su vista era perfecta.
Remus cargo a su princesa dormida y se dirigió hacia su cama para dormir abrazándola. Mientras que Adhara se hecho encima de Sirius y este la abrazaba sin querer soltarla.
El silencio reino en la habitación, así como el cansancio y sueño, derrumbado las pocas energías que tenían y dejándolos en un asombroso mundo que es nuestro.
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¡Ahora sí! El capítulo está completo :3
¿Les gustó? La verdad, es que la mayoría de las cosas las fui implementando mientras que escribía.
¿Se esperaban que Paula tuviera raíces Latinas? La verdad, es que quería implementarlo de alguna forma, acá su servidora es una muy orgullosa Peruana✨
¿De qué país son ustedes?
¡Espero y les haya gustado el Capítulo! Si tienen ideas que quieren ver agregadas ¡Son libres de comentarlas! Las tendré en cuenta, y no se desanimen, me encanta leer todos sus comentarios, aunque no las responda a todos xd
¿Les gustó el momento Adharius? La verdad me está costando un poco cómo contar su relación. Si tienen algún consejo, sería de gran ayuda🙆💕
¡Ese sería todo! Gracias por leer y no se olviden de comentar<3
Los ama
Ale
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