Capítulo 1 El reencuentro.
Cuando la limusina negra paró frente al edificio de cristales, los ejecutivos que esperaban en el vestíbulo se quedaron en silencio. Los flashes comenzaron a brillar.
El nuevo propietario de la empresa de telecomunicaciones el multimillonario coreano Jeon Jung Kook de 26 años., había llegado. Su reputación en el mundo de las finanzas lo precedía y la tensión podía sentirse en el ambiente. Todo el mundo esperaba que no hubieran despidos para antes de fin de mes con la integración de la empresa al emporio de la familia Jeon...
Park Ji Min de 22 años, trabajaba como recepcionista, llamaba la atención por su cabello pelirrojo, de piel blanca pero que ahora estaba pálido, con los nervios de punta y no había desayunado, tenía un nudo en su estómago. Sus ojos miraban con miedo la puerta de entrada. Después de varios meses volvería a ver al que fuera el gran amor de su vida.
Su compañero de trabajo Kim Tae Hyung, un rubio que siempre sonreía y coqueteaba le susurró -Seguro que no es tan guapo como en las fotografías.
Ji Min respiró profundamente, tratando de parecer calmado, pero de los nervios tenía muchas ganas de vomitar.
El nuevo dueño Jeon Jung Kook había añadido el canal de televisión a su imperio Internacional, era tendencia en el mundo de las finanzas, en revistas de moda y del corazón como el soltero de oro.
No quería que Jung kook lo viera, pero trabajaba en recepción y aún cuando pidió su cambio en cuanto se enteró del nombre del nuevo dueño, su cambio de sucursal, seria hasta la semana entrante.
La voz de Tae Hyung lo saco de sus pensamientos.
-El nuevo jefe debe ser producto del photoshop, jajajajaja pues nunca sonríe -sugirió el hermoso rubio a su lado.
Como llamado por un conjuro el millonario entro, seguido de cámaras y un mar de gente a su alrededor.
El CEO media casi un metro ochenta, un cutis perfecto al igual que su dentadura, cabello castaño, con hombros anchos, delgada cintura y unas piernas largas, un cuerpo musculoso. Era un hombre espectacular, se veía increíblemente varonil enfundado en un traje negro con finas rallas, camisa negra de seda y caminando con una seguridad y elegancia que hacía que todas las miradas se dirigieran a él.
-Debo de estar soñando... -murmuró Tae mientras los ejecutivos rodeaban a Jeon Jung kook, desesperados por causarle buena impresión-. ¡Es muy guapo!
-Sí -contesto Ji Min, suspirando , incapaz de apartar los ojos de aquellos rasgos que parecían esculpidos por un artista y que tan bien conocía. De nuevo se sentía mareado y el deseo había vuelto a despertarse en él, al ver al único hombre que dejo entrar en su corazón. Ji Min se tuvo que morder los labios para no soltar una palabrota al verlo, pero aún así exclamo- ¡Idiota! Todos los recuerdos vinieron como flashback desde la noche que pasaron juntos y le robo su inocencia, sus días juntos y la terrible tarde donde descubrió su infidelidad, todo vino a su mente y le dio una punzada en su corazón.
Mientras Jeon se dedicaba a saludar a los empleados, Ji Min aprovechó para salir discretamente del mostrador dirigiéndose al almacén. Inocentemente pensó que en ese mar de personas podría pasar desapercibido.
Jung Kook caminaba saludando al personal del canal cuando sintió un cosquilleo en la nuca y volteo a revisar entre la multitud, enfocándose en la hermosa melena pelirroja de su ex amante.
-¿Ji Min?
Ji Min se quedó inmóvil al escuchar la masculina voz de Jung Kook.
Lentamente, Ji Min se dio la vuelta, mientras la comitiva que acompañaba a Jeon se abría para que su jefe pudiera interactuar con el recepcionista.
Con el corazón latiendo tan aprisa que temía desmayarse, Ji Min se encontró con un par de ojos de color castaño, rodeados de largas pestañas negras. Jeon, dio un paso adelante, movió una mano en un gesto autoritario para indicar que se acercara. Su rostro de rasgos fuertes parecía tan duro como el granito.
-¿Qué haces aquí? -preguntó.
Consciente de que eran el centro de atención y rodeados de un completo silencio carraspeo para contestas- Trabajo en recepción -contestó.
Jeon apretó los labios, moviendo la lengua a un lado de la mejilla, movió el cuello incómodo, continuo su camino alejándose otra vez...
NOTA: La foto de portada muestra la limousine modelo Hyundai Equus VL500 (550) Limousine a prueba de balas valorada US$ 122,180, la cual es usada por jefes de estado.
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