Propuesta.
"Bien y mal. Justicia e injusticia. Blanco y negro. Dos bandos que son lo opuesto al otro, y en los cuales es divertido jugar..."
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~4 de junio/5:42pm/Residencia Takamiya~
Shido: Qué sorpresa tenerlos aquí...
Dijo el peliazul mientras daba un sorbo a la pequeña taza de té que tenía a mano izquierda en la pequeña mesa que estaba al frente del sofá. Luego miró a sus acompañantes; un hombre de cabello largo rubio amarrado con una pequeña barba y ojos verdes, que se encontraba sentado en una silla de ruedas, con una manta que cubría sus piernas que, aparentemente, eran inútiles. A su lado y sosteniendo la silla de ruedas, se encontraba una mujer rubia ceniza de cabello corto, de ojos morados que vestía como si fuera la secretaría del hombre.
Shido: ¿Y de qué querían hablar? Elliot, Karen...*preguntó sin despegar la mirada de ellos*
Elliot: Jejeje. Creo que no hay necesidad de que te digamos, Shido-kun.*respondió con una pequeña sonrisa*
Shido: Hmn...*esbozó una leve sonrisa al cerrar los ojos por un momento y volverlos a abrir* Sí. Y ya sabes cuál es mi respuesta.
Elliot: Sabemos a la perfección lo que te hicieron. Entiendo perfectamente que quieras mantenerte lo más lejos de ellas, y lo respeto. Es más, estoy totalmente de acuerdo en que ya no "trabajes" con nosotros. No obstante, el que las chicas estén en constante estrés ha ocasionado que hagan ciertas... tonterías.
Shido: Si con tonterías te refieres a que armen un show cada rato, levantar sus faldas para seducirme o tratar de alterar mis recuerdos como trató de hacer Mukuro... Yo no las considero tonterías, son un peligro.*dijo, para luego darle un pequeño sorbo a su té*
Elliot:*también procedió a darle un sorbo al suyo* Son niñas. Niñas estúpidas.*habló con un leve enojo* A lo que quiero llegar con todo esto-
Shido: Sé a dónde quieres llegar.*le interrumpió, para luego recostarse un poco sobre el sofá y suspirar pesadamente* ¿Qué es lo quieres que haga?
Dijo con un tono de desinterés, causando que las dos cabezas de Ratatoskr se sorprendieran por la respuesta. Elliott mostró su felicidad con una ligera sonrisa, mientras procedía a tomarle otro sorbo de su té. Por otro lado, Karen también esbozó una pequeña sonrisa al tener de vuelta al peliazul. Los dos adultos apreciaban al peliazul a su manera; de cierta forma se preocupaban por su bienestar y trataron de ayudarlo de cierta manera hace ya varios meses. Pero sus emociones eran inestables e impredecibles. Ni siquiera sabrían con exactitud si al mostrarse ante él sería algo positivo, así que solo se mantuvieron al margen.
Shido: Entonces, ¿hablarás o no?*volvió a preguntar*
Elliott: ¡Ejem!*se aclaró la garganta* Cierto, discúlpame. Verás, una empresa socia, Midgard Technology, se encuentra trabajando en un robot humanoide a tu imagen y semejanza, que puedahacer todo lo que haces, incluso manejar a los Ángeles que has sellado. Por eso, necesitamos que controles por unos cuantos meses a las Espíritus hasta que esté completamente listo. No digo que vivas en la misma casa o algo por el estilo, puedes vivir tu vida como lo llevas haciendo. Lo único que te pido es paciencia y ayuda.*se inclinó hacia delante de la silla en señal de reverencia* Tras haber escuchado esto, ¿quieres seguir?*preguntó, asegurándose de que estuviera completamente seguro*
Shido: Sí.*respondió al instante, causando que ambos se sorprendieran otra vez* Si te soy sincero ya me estaba haciendo una idea de que no se iban a quedar con los brazos cruzados esperando una Inversión. Pero esto sí que me ha tomado por sorpresa.*dijo con un tono monótono y aburrido, para luego afilar un poco su mirada* Tanto que por un momento sentí que no estaba hablando contigo, Elliott.
Elliot: ¿Qué?*cuestionó con confusión*
Shido: Hacer un robot que pueda hacer lo mismo que hago yo... ¿No te parece que eso es algo que haría Westcott?*preguntó con una ligera sonrisa, haciendo que el rubio y la rubia se sorprendieran aún más*
Elliot: ¿De qué estás hablando?
Shido: No lo sé. Solo es algo que se me vino a la mente al escucharte.*respondió con simpleza*
Karen: ¿Puedo notar que hay algo que nos ocultas? ¿Se puede saber qué es?*habló la menor de los Mathers*
Shido: Oh, solo estoy pensando a largo plazo.*le respondió sin preocupaciones*
Karen: ¿A largo plazo?
Shido: Sí, en lo que va a pasar mañana que regrese a Ratatoskr. Aunque la regla se van a mantener, ¿saben? ¿Las recuerdan?
Elliot: Cero vigilancia. Ya nos quedó claro después de que casi la comandante Kotori se invierte por verte en... ciertas situaciones con tu novia.*suspiró al recordar aquel día*
Shido: Soy un chico que vive con su novia, ¿qué más podrían esperarse?*preguntó mientras soltaba unas pequeñas carcajadas*
Elliott: Bien. ¿Hay algo que quieras preguntar?
Al escuchar la pregunta del rubio, la risa de Shido se detuvo por completo. Incluso su leve sonrisa que transmitía misterio e incertidumbre desapareció.
Shido: Hace tiempo me dijiste que me parecía al chico que se encontró con la primera Espíritu hace 30 años.
Elliot: ... Sí. Así fue.
Shido: Dime, ¿aún me parezco a él?
Elliot: Más de lo que te imaginas.
Shido: Hmp...*volvió a esbozar su leve sonrisa y se levantó del sofá* ¡Bien! Creo que hemos llegado a un acuerdo, Elliott. ¿Te apetece quedarte a cenar o se van ya?
Elliot: No, gracias. Debemos ir a una reunión dentro de un par de minutos, así que debemos irnos cuánto antes. Además, así no estorbaremos en tu bonita relación con Kotonoha Katsura.*le guiñó el ojo como aprobación*
Shido: Entiendo. Entonces, nos veremos mañana.
Karen giró la silla de Elliott en 180 grados, quedando en la dirección de la puerta de salida. No obstante, antes de que Karen diera un paso, esta miró a Shido con su rostro neutro como el de una muñeca; cosa que no intimidó en lo absoluto a Shido, quién siguió sonriendo.
Karen: Adiós.*se despidió, para ahora sí dirigirse a la puerta de salida*
Shido presenció cómo Karen giró la perilla de la puerta y la abrió, sacó a Elliott con cuidado y cerró. Los dos fundadores de Ratatoskr se dirigieron hacia el automóvil en el que habían llegado. La sonrisa de Elliott desapareció, tomando una expresión seria; y en ese momento Karen habló.
Karen: Él no fue sincero con nosotros.
Elliot: Lo sé. Ni nosotros lo fuimos con él. Es un buen chico, pero es lo mejor para todos. No debemos permitir que Ike le ponga un dedo encima. Ahora que ha aceptado regresar, protegerlo será más fácil.*hablaba mientras Karen abría la puerta del auto y lo ayudaba a subirse* Karen, si no es mucha molestia, te agradecería que vinieras de vez en cuando a echarle un vistazo. Quién sabe, quizás hagas un nuevo amigo.*dijo con un tono de burla hacia la chica por no tener muchos amigos*
Karen: Entendido.*respondió de manera cortante, dejando salir un poco su molestia*
Elliot soltó una pequeña carcajada silenciosa por la actitud de la mujer, para luego mirar a la casa Takamiya con preocupación. Se rumoreaba que Ellen Mira Mathers, Adeptus I, se encontraba en la ciudad de Tenguu. Lastimosamente no habían podido encontrarla con las cámaras repartidas o desde el Fraxinus. Venir y asegurarse de que Shido estuviera a salvo era esencial; no podían dejar que Isaac Westcott le hiciera daño.
Por otro lado, Karen también miró por unos instantes la casa, más específicamente en la ventana de la habitación que Shido y Kotonoha compartían. Algo le decía que nunca estuvo solo durante todo el tiempo que estuvieron hablando. Kotonoha y Mana habían salido hace un tiempo a comprar algunos ingredientes para la cena, eso fue lo que Shido les contó; sin embargo, algo no cuadraba. La mujer encendió el carro y arrancó, alejándose lentamente de la casa.
De regreso en la casa de los Takamiya, Shido se encontraba subiendo las escaleras hacia el segundo piso, hacia su habitación. La casa estaba en total silencio, casi parecía como si estuviera desalojada. Solo las pisadas del peliazul rompían el silencio y daban un poco de ruido al hogar. Shido llegó a la puerta de su habitación donde esbozó una ligera sonrisa para luego abrir la puerta. Delante suyo había una mujer amarrada y amordazada, acostada encima de la cama. Ellen miró con ira al peliazul mientras trataba de zafarse bruscamente.
Shido: Discúlpame, Ellen.*se disculpó mientras se acercaba y quitaba la mordaza de su boca*
Ellen:*iracunda, escupió al peliazul* ¡Púdrete!*exclamó con odio*
Shido: Ya, ya, lo siento. Ya me disculpé, ¿no?*hablaba mientras se alejaba un poco de la cama y se sentaba en una silla a lo de su escritorio personal* Ahora, ¿podemos seguir donde lo dejamos, querida?
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Shido: Oh... Qué sorpresa. No esperaba verte por aquí... Ellen.
Delante del peliazul se encontraba Ellen Mira Mathers, la Maga más poderosa del mundo y la mano derecha de Isaac Westcott, "el enemigo más grande del mundo". Vestida con el uniforme de secretaria que solía llevar.
No obstante, antes de que Ellen pudiera decir una sola palabra, Shido fue apartado bruscamente hacia el lado derechos por una furiosa Mana; quién atacó a Adeptus 1 con una espada de energía de color azul que siempre llevaba consigo. Ellen bloqueó el ataque con su espada láser de color amarillo con algo de dificultad, la ira de Mana al verla la hacía un poco más fuerte.
Mana: ¡No solo tengo que lidiar todos los días con las zorras de las Espíritus, sino que ahora contigo también!*aplicando un poco más de fuerza, haciendo que Ellen se inclinara un poco*
Ellen: ¡No vengo a luchar, Mana Takamiya! ¡Estoy aquí para hablar con Shido Itsuka, no contigo! ¡Apártate!*exclamó la rubia ceniza mientras forcejeaba con la peliazul*
Mana: ¡No me jodas! ¡¿En serio crees que voy a creerte, zorra?!*exclamó la peliazul con más rabia*
Ellen: ¡¿C-Cómo me has llamado?!*ofendida, Ellen aplicó más fuerza todavía*
Shido: Ssshhh...*colocó sus manos sobre los hombros de Mana, tratando de acabar la pelea* Basta, Mana.*le habló con un tono suave, causando que le peliazul se apartara rápidamente de la rubia, esquivando un tajo vertical de Ellen*
Mana: ¿Nii-sama...? ¡¿Por qué me detienes?! ¡¿Qué no ves que uno de nuestros más grandes enemigos ha venido a la puerta nuestra casa como si nada?!*le cuestionó con enojo*
Shido: Lo sé, lo sé. Pero me genera curiosidad saber lo que dirá.*le respondió calmadamente mientras sobaba su cabeza* Por favor, cálmate. Te ves más hermosa si sonríes.*dijo, causando que la peliazul se sonrojase levemente* Lamento su comportamiento, Ellen.*se disculpó mientras le dirigía la mirada* ¿Te apetece pasar?*le propuso mientras se hacía a un lado*
Ellen mantuvo su guardia en alto por unos instantes antes de calmarse y guardar su espada. La mayor de los Mathers pasó al lado de los hermanos Takamiya y fue directamente al mueble que estaban al frente del sofá. Una vez sentada, la mirada de Ellen se encontró con la de Kotonoha Katsura, novia de Shido Takamiya.
Su mirada era directa y no disimulaba en lo más mínimo su desprecio hacia la mujer inglesa, a pesar de que era la primera vez que se cruzaban. Ellen sentía todo el desprecio que Kotonoha emitía con su mirada mientras continuaba comiendo su almuerzo. Ciertamente la mirada de Kotonoha lograba incomodar a la Maga, pero no la llegaba a intimidar; Kotonoha no era una amenaza, al contrario de Mana. La menor de los Takamiya la continuaba mirando con desprecio mientras caminaba al lado de su hermano hacia el sofá.
Dos miradas de total desprecio, y una sola neutra. Shido era el único que mantenía una ligera sonrisa, y aún así, esa sonrisa incómodaba a Ellen. Tan vacía. Tan falsa.
Shido: Bien, ¿qué quieres?*habló sin rodeos una vez que se sentó en el sofá* ¿Los poderes de las Espíritus? Lo siento, ya no los tengo. ¿Información sobre Ratatoskr? No, hace tiempo que no me vínculo con la empresa, así que cualquier información que te dé puede ser errónea. ¿Mi cabeza? Perdón, aún la necesito. Ven a buscarla dentro de 80 años.
Ellen: No, no es nada de eso.*dijo con un tono molesto por la actitud del chico*
Shido: Ah, ¿no? ¿Entonces qué es?
Ellen:*miró por unos instantes a Mana y después a Kotonoha* ¿Podríamos hablar a solas?
Shido: Uuuhhh... Ellen-chan quiero que estemos solos, jajaja.*bromeó mientras se acomodaba en el sillón* Bien. Mana, Kotonoha; ¿podrían salir un rato mientras hablo con Ellen?
Mana/Kotonoha: ¡¿Qué?!*exclamaron exaltadas*
Mana: ¡¿De qué pendejadas estás hablando, Nii-sama?! ¡¿Cómo quieres que te dejemos a solas con esta... cosa?!*le gritó mientras apuntaba a Ellen con su dedo*
Kotonoha: Cariño, eso es muy tonto, ¿sabes?*dijo con preocupación en su voz*
Shido: Entiendo su preocupación. Pero estoy completamente seguro de que Ellen no va a hacer nada, ¿verdad?*les informó mientras miraba a Ellen*
Ellen: Te doy mi palabras.
Mana: ¡Y cuánto vale tu palabra, ¿eh?!
Shido: Chicas, por favor.
Mana estaba que estallaba de la rabia con tan solo hacerse una idea de que Ellen estuviera sola con su hermano. Shido había mejorado mucho en el combate en estos meses, ella se había encargado de eso, pero no era rival para la Maga más poderosa del mundo. Si Ellen llegase a matar a Shido nunca se lo perdonaría, perdería a la única familia que le quedaba y al amor de su vida.
Pero... si su hermano estaba completamente seguro de que nada iba a pasar, entonces, solo por esta vez, le haría caso.
Mana: E-Está bien... Pero si le llegas a hacer algo a Nii-sama, entonces te buscaré en cada rincón del mundo y te mataré.*amenazó a Ellen, quién solo guardó silencio ante su amenaza* Kotonoha, vámonos.*dijo mientras iba a la puerta de salida rápidamente*
Kotonoha miró una última vez con inseguridad a su novio, a lo que este simplemente le guiñó el ojo. La pelipúrpura entendió perfectamente lo que Shido quería decir sin siquiera decir una palabra.
Kotonoha: Sí. Voy.*siguió a Mana hacia la puerta de salida, dejándolos completamente solos*
Ellen:*suspiró de cansancio* Por Dios. Mana es insoportable, no entiendo cómo la aguantas.*dijo mientras soltaba un ligero suspiro* Muy bien, ahora que estamos solos, podemos empezar.
Shido: No.
Ellen: ¿Huh?
Shido:*extendió su mano derecha hacia Ellen* Dile a los que nos observan que dejen de hacerlo y dame tu intercomunicador.
La había descubierto. Ellen no pudo evitar sorprenderse al ser descubierta. ¿Acaso sabía desde el inicio que estaba siendo observado?
En todo caso, si quería llevar a cabo su plan debía jugar en su juego. Así que llevó su mano derecha hacia su oído derecho y habló.
Ellen: Déjennos solos.*luego procedió a quitarse su intercomunicador y entregárselo al peliazul, el cuál no perdió el tiempo y lo dejo caer al suelo, para luego aplastarlo con su pie*
Shido: Bien, ahora podemos empezar. Dime lo que necesitas.
Ellen: Desde hace un par de meses que no nos vemos, pero Ike siempre anda vigilando todos tus movimientos y los de las Espíritus con <Beelzebub>, lo sabes, ¿no?*dijo, mientras centraba su mirada en el peliazul*
Shido: Lo suponía.
Ellen: Pero, recientemente, has desaparecido de los radares, e incluso de <Beelzebub>, es raro, ¿no?*afiló más su mirada*
Shido: Ooohhh, vaya que lo es.*dio la razón con un tono burlesco en su voz*
Ellen: Hmn...*frunció un poco el ceño* Por eso, he sido enviada aquí, y me he enterado de muchas cosas. Sé que ya no estás con Ratatoskr, y que te peleaste con las Espíritus. Incluso que conseguiste novia.
Shido: Vaya... me doxxearon. ¿Y?
Ellen: Shido Itsu-
Shido: Takamiya, por favor.*le interrumpió*
Ellen: Shido Takamiya, Ike ha considerado proponerte una alianza.*confesó, sorprendiendo al peliazul*
Shido: Wow.
Ellen: Ya no tienes relación alguna con las Espíritus, ni con Ratatoskr, así que no ya no eres un enemigo potencial, ya que no posees ningún Ángel.
Shido: Qué interesante.
Ellen: Con esta alianza, ambos podemos salir beneficiados. Tú ya no serás molestado por las Espíritus, podrías vivir una vida tranquila junto a tu novia, y recibirás una buena suma de dinero de manera mensual para que vivas cómodamente durante el resto de tu vida.*esbozó una ligera sonrisa de confianza* Solo tendrías que entregarnos a las Espíritus.
Shido: Así que, básicamente, me estás pidiendo que trabaje para ustedes.
Ellen: Sí, algo así.
Shido:*suspiró y se colocó de pie* Lo siento, pero he de negarme.
En ese instante, Ellen encendió su espada láser y la acercó a la garganta del peliazul de un movimiento rápido. La expresión de Ellen se volvió agresiva, mientras que Shido simplemente se mantuvo sereno.
Ellen: O simplemente te mato aquí y ahora, y me libro de ti. De cualquiera de las dos formas, salimos ganando.*amenazó mientras cercaba más su espada a la yugular del chico*
Shido:*suspiró, dio media vuelta y caminó a la cocina con despreocupación, sorprendiendo a Ellen* ¿Quieres té?
El peliazul tomó dos tazas junto con dos sobres de té mientras colocaba a calentar el agua. Paralelamente a eso, Ellen se mostró sorprendida por la indiferencia mostrada por el peliazul. Pero luego, aquella sorpresa se convirtió más en odio y se acercó a él con intención de darle un tajo por la espalda.
Shido: ¿Vas a matarme por la espalda?*le cuestionó, pero sin voltear a mirarla* Que táctica tan rastrera y cobarde.
La rubia ceniza se detuvo en seco ante las palabras del peliazul. Aquellas palabras habían salvado al chico, pero hicieron enojar más a la mujer de Industrias DEM. Ellen volteó con fuerza al peliazul para que la mirase y lo tomó por la camisa, para luego acercar su hoja láser al cuello nuevamente.
Ellen: ¡Deja de jugar conmigo, maldito bastardo!*exclamó con cólera* ¡Agradece que solo he venido como mensajera, de lo contrario, ya estarías muerto!
Shido: Ellen... ¿me odias?*preguntó de la nada, tomando una vez más por sorpresa a la rubia ceniza*
Ellen: ¡¿Ah?! ¡¿Y ahora a qué se debe esa estúpida pregunta?!*cuestionó mientras afilaba más su mirada* ¡Claro que te odio! ¡Eres-
Shido: Pues yo no.*interrumpió* De hecho, me agradas.
Ellen parpadeó un par de veces. Se encontraba confundida, sorprendida y furiosa por las respuestas del peliazul.
Shido: ¿Podrías soltarme? Tengo que preparar el té.*dijo, para luego regresar y servir el agua caliente en las tazas*
Ellen se mantuvo callada e inmóvil. Por su mente se repetían las palabras de Shido sin parar. La rubia ceniza regresó al sillón sin decir ni una palabra, mientras Shido echaba azúcar a ambas tazas. Momentos después, Shido se acercó a Ellen con ambas tazas de té en mano y le ofreció una a la rubia.
Ellen: Gracias...*susurró mientras tomaba la taza con cuidado de no quemarse*
Shido:*esbozó una ligera sonrisa* De nada, señorita.*dijo, para luego sentarse nuevamente en el sofá delante de la chica*
Un breve silencio siguió por unos cuentos minutos. Minutos en los cuales solo se podían escuchar los sorbos que Shido daba a su té y los carros y motos que pasaban por afuera. Ellen miró fijamente el peliazul, para luego mirar el té rojizo que se le había entregado y darle un pequeño sorbo. Una leve sensación de ardor y quemadura en la garganta, hizo que Ellen tosiera un poco.
Shido: ¿Estás bien?*preguntó, mientras inclinaba un poco su cabeza hacia la rubia*
Ellen: Sí... Cof, cof... Creo que... bebí demasiado rápido el té. Cof, cof.*contestó mientras se recomponía y volvía a darle otro pequeño sorbo al té*
Shido: Ya veo.
Nuevamente el silencio volvió. Ambos enemigos siguieron tomando el té en silencio. En algunas ocasiones se dirigían breves miradas, pero no dijeron nada hasta acabar con el té. Ellen bostezó, mientras Shido dejó la taza de té vacía en la pequeña mesa que los separaba y se recostó en el sofá mientras dejaba escapar un suspiro de satisfacción.
Shido: Qué bien se siente beber té por las tardes, ¿no?
Ellen: Sí.*afirmó mientras se relajaba en el sillón* Es... relajante.
Shido: Dime, ¿qué se siente?
Ellen: ¿Huh?
Shido: ¿Qué se siente hablar con tu enemigo como si fuera tu amigo? ¿No es mejor así a que estemos peleando siempre?*le cuestionó mientras esbozaba una ligera sonrisa*
Ellen: ... Se... siente bien.*respondió con total sinceridad, sorprendiéndose incluso por lo que había dicho*
Shido: Ya veo. Me alegro. Me preocupaba tener que lidiar contigo durante toda mi vida. Sinceramente, eso sería una mierda.*comentó*
Ellen: Que estemos aquí, hablando de una manera calmada, no significa que seamos amigos, imbécil.
Shido: Nop. Pero, para mí, es un buen comienzo. Como dije antes, en verdad quiero tener una sana paz contigo.*confesó*
Ellen: Qué extraño. Te ves tan diferente desde la última vez que nos vimos.*admitió mientras liberaba otro bostezo y tallaba sus ojos*
Shido: ¿No que lo sabías todo?*preguntó de manera sarcástica*
Ellen: Mmmm...*frunció de nuevo el ceño, para luego soltar otro bostezo*
Shido: ¡Perdón!*se disculpó mientras alzaba sus manos y reía por la actitud de la rubia* Eres una enojona, Ellen. Esa actitud no ayuda mucho a la hora de hacer amigos.
Ellen: Los amigos son irrelevantes. Tarde o temprano te darán la espalda.*comentó mientras agachaba la mirada y expresaba enojo en su rostro* Es mejor estar sola.
Shido: ¡Pero sigues estando al lado de Westcott!*exclamó, remarcando ese detalle* ¿No son amigos?
Ellen: Más bien somos socios de trabajo.*dijo mientras volvía a mostrarse tranquila*
Shido: Ya veo.
Ellen recostó su cabeza en el espaldar del sillón y movió un poco su cuerpo, acomodándose mientras sentía los párpados pesados. Volvió a bostezar. Era extraño, había entrenado en todos los ámbitos posibles para ser la mejor Maga y superar a Elliot, estar varios días sin dormir no supondrían un problema para ella. Pero esto era diferente. Ellen se sentía completamente exhausta y relajada, incluso luchaba para mantenerse despierta.
Shido: ¿Ellen? ¡Ellen!
La voz de Shido se escuchó como un eco que se alejaba de ella. Llevó su mano a su cabeza, todo le empezaba a dar vueltas. Trató de levantarse, pero sus piernas no respondieron. Habría caído al suelo de no ser por Shido, quien se colocó al frente suyo para sostenerla.
Shido: ¡Oye, Ellen! No te vayas a morir aquí, ¿oíste?*dijo con preocupación al sostenerla entre sus brazos*
Ellen: ¿Qué... me diste, maldito...?*le cuestionó con una débil voz mientras perdía la fuerza en el resto de su cuerpos*
Shido: Si duermes, quién sabe lo que podría hacer contigo...*dijo de manera perversa*
Ellen solo pudo observar con impotencia la sonrisa retorcida que se iba formando en el rostro del peliazul, mientras la oscuridad nublaba su visión hasta que caer dormida.
•
Ellen forcejeaba tratando de liberarse. Miraba con ira y desprecio al peliazul, pero este solo sonreía con tranquilidad mientras veía con gracia el intento de escape de la rubia. La Maga trató de invocar su <Territorio>, pero era inútil, ninguna de sus habilidades servía. Era una simple presa a merced de un depredador.
Shido: ¿Me perdonas, Ellen?
Ellen: ¡Jódete!*le gritó* ¡¿Qué fue lo que me hiciste?! ¡Habla, antes que te mate!
Shido: Tranquila, no te hice nada. Tan solo recibí otra pequeña visita, eso es todo.*contestó*
El peliazul se levantó y fue hacia la rubia, empezando a desatarla mientras se disculpaba.
Shido: Nuevamente, me disculpo, y reitero que no te hice nada. Puedes mirar tu himen si quieres. Si es que todavía lo tienes.
Shido desató por completo a Ellen. Entonces, y sin que las cuerdas que la inmovilizaban cayeran al suelo, la rubia se levantó rápidamente y apretó su puño con intención de impactarlo en el rostro de Shido. No obstante, Shido se echó a un lado, tomó con su mano derecha el antebrazo de la chica, mientras que con la izquierda la tomó por la cabeza, y la estrelló contra la pared de al lado de la cama. Un gruñido que reflejaba dolor fue soltado por la rubia ceniza, a lo que Shido retiró un poco su rostro de la pared, dejando ver un mancha de sangre en esta y dos hilos de sangre bajando por la nariz de Ellen.
Shido: Vaya... Lo siento, Ellen. ¿Te encuentras bien?
Ellen: Maldito...
Nuevamente la rubia ceniza trató de atacar, pero Shido la inmovilizó contra la pared una vez más. Ellen gruñó de ira, y Shido sonrió con burla.
Shido: No estás en condiciones para pelear, ni para moverte.*informó mientras empezaba a acercar su rostro a la oreja de la chica* Eres como un humano común y corriente, sin talento.*le susurró al oído de manera seductora* Ahora, estás a mi merced, querida Ellen.
Ellen: Tch... ¿Qué vas a hacerme? ¿Violarme?*preguntó de manera desafiante, pero dejando notar su miedo a esa posibilidad*
Shido: ¿Violarte? Je, je, je. ¿En serio crees que te haría eso?*le cuestionó con un tono burlesco* Aunque...*miró detenidamente la expresión de la mujer* viéndote así, tan indefensa, hace que quiera hacerlo contigo.*acercó su rostro al cuello de la mujer y lo olfateó levemente* Hueles bien.
Ellen soltó un pequeño gemido al sentir la respiración del chico tan cerca de su cuello. Agachó su cabeza por vergüenza e ira de ser humillada de esa manera y apretó sus dientes debido a la frustración de ese momento. No obstante, su sonrojo era evidente, al igual que su nerviosismo. Era una completa novata en temas sexuales. Quizás nunca lo haya hecho. Shido se percató de aquello y sonrió con burla, para luego acercarse a su mejilla derecha y susurrarle.
Shido: ¿Eres virgen?*preguntó, causando que la rubia se estremeciera ante la pregunta*
Ellen: ¿Q-Qué dices? ¡Déjeme ir ahora! Si lo haces, no te mataré.*amenazó con la intención de intimidarlo, pero no funcionó*
Shido: ¿Ho...?*sonrió de manera desafiante al escuchar la amenaza* ¿Matarme? Je, je, je, je, je. Ladras bien, pero...*de un rápido movimiento giró el cuerpo de la chica y la empujó nuevamente en contra de la pared, quedando frente a frente* el único que decide si vives o mueres...*metió su rodilla en medio de las piernas de la chica y acercó su rostro al de ella* soy yo.
La rubia ceniza se vio pequeña ante el peliazul, quien, con una sonrisa maliciosa, empezó a acercase lentamente al cuello de la mujer. Ellen se alteró al ver las intenciones del chico y quiso alejarlo; forcejeó para tratar de zafarse de su agarre, pero fue inútil, su fuerza no había regresado. El corazón de Ellen comenzó a latir con mayor rapidez al sentir un soplido en su cuello. Ellen cerró sus ojos con fuerza y vergüenza, sus piernas comenzaron a tambalearse y su rubor de hizo aún más grande. Había empezado a excitarse. Pero, repentinamente, Shido la soltó, dejándola caer de rodillas al suelo mientras soltaba una carcajada.
Shido: ¡Ja, ja, ja, ja, ja!*su risa resonó por toda la habitación, dejando confundida a la rubia* ¡Debiste ver tu reacción! ¡Qué risa! ¡Ja, ja, ja, ja, ja!
Shido continuó riendo mientras volvía a la silla al frente de su escritorio y se sentaba nuevamente. La risa del chico fue bajando su volumen hasta quedarse en un ligera sonrisa dirigida a la rubia.
Shido: Bueno, ya terminé de burlarme de ti. Ahora, ¿podemos terminar ésta maldita negociación?*pidió de una forma más agresiva, pero conservando esa serenidad con la que había iniciado*
Ellen: ¿Qué...?*preguntó con desconcierto, para luego estallar en enojo* ¡No me jodas! ¡Primero me drogas, luego intentas violarme y ahora me pides que me largue! ¡¿Qué demonios sucede contigo?!
Shido: Tranquila~. Solo me burlaba de ti.*respondió con total tranquilidad mientras cruzaba sus piernas y apoyaba su cabeza en espaldar de la silla* ¿Sabes algo? ¿Qué tal si te doy algo de información sobre la visita que recibí?*afiló su mirada con notoria emoción y malicia* Estoy seguro que te va a gustar~.
Ellen permaneció en silencio por unos segundos al escuchar la propuesta del peliazul, para luego limpiarse la sangre que salía de su nariz con ayuda de un pañuelo que había sacado de su bolsillo, y se sentó en la cama otra vez.
Ellen: ¡Habla rápido!*le exigió*
Shido: Elliot y Karen me visitaron.*habló sin tapujos, yendo directamente a lo que le interesaba a Ellen* Me propusieron que volviera al Fraxinus una vez más. Que los ayudara con cierto "experimento" para calmar a las Espíritus de manera permanente. Prácticamente me ofrecieron el mismo trato que tú.
Ellen: ¿Y qué dijiste? ¿Aceptaste?*cuestionó con un tono de enojo reprimido*
Shido: Oh, sí. Sí que lo hice.*respondió con una sonrisa maquiavélica dibujada en su rostro que retenía una carcajada*
Ellen: Entonces, eso significa que hemos vuelto a ser enemigos.*declaró con el ceño fruncido y con leve decepción*
(Reproducir)
Shido no pudo aguantarse la risa y explotó, soltando una ruidosa carcajada que resonó por toda la casa. Ellen volvió a quedarse confundida, pues el comportamiento del peliazul era errático e impredecible. El peliazul se abrazó con fuerza el estómago, tratando de reprimir la risa lo más que pudiera mientras volvía a levantarse y caminar hacia la rubia ceniza.
Shido: N-No... Pff, ¡jajajajaja! ¡¿No lo entiendes... Ellen?!*preguntó entre risas*
Shido la tomó por los hombros con ambas manos. Ellen permaneció inmóvil, sintiendo una gran presión encima suyo, tanta que gotas de sudor se deslizaron por su frente. Un escalofrío recorrió toda su columna y erizó su piel. Shido apretó un poco su agarre y se agachó un poco para estar cara a cara con ella.
Shido: ¡Les daré esperanza! ¡Les daré amor! ¡Las haré felices!*hablaba con un gran brillo en los ojos* Y después, ¡LES QUITARÉ TODO ESO!*exclamó* ¡Les quitaré todo! ¡Todo lo que más aman, lo perderán! ¡Te las entregaré destrozadas, golpeadas, humilladas, torturadas, violadas!*se acercó un poco al pálido rostro de la rubia y continuó hablando* Quieren un Espíritu Inverso, ¿no? Se los entregaré. Se las entregaré a todas cuando yo haya terminando con ellas.
Ellen se encontraba atemorizada. Las gotas de sudor no paraban. La mirada de Shido reflejaba locura, odio, emoción y felicidad. Y eso la aterraba. Delante suyo estaba un monstruo a punto de salir.
Shido: ¿Está claro?*preguntó con un tono amenazante*
Ellen: S-S-Sí.*contestó con una voz temblorosa*
Shido: Bien~.*volvió a sonreír de una manera amable y tranquila, y se alejó un poco de Ellen* Ahora...*apuntó a la puerta que daba a la salida de su habitación* Lárgate de mi casa.
La voz del chico era dirigida a ella en un tono amenazante, pero conservaba su sonrisa. Ellen entendió y se levantó, caminó hacia la puerta sin decir ni una sola palabra. Pero antes de que tocara la perilla, la voz de Shido la detuvo.
Shido: Ah, y Ellen.
Ellen volteó y vio como el peliazul llevaba su dedo índice hacia su boca en señal de silencio.
Shido: Estaremos en contacto, querida.
Ellen asintió, abrió la puerta y salió. La rubia se apoyó en la puerta de la habitación del chico una vez que salió y soltó un gran suspiro. Era inaudito. La Maga más poderosa del mundo le temía a un simple muchacho.
Ellen: (¿Qué es esto? ¿Miedo?)*se preguntó en su mente mientras miraba como sus piernas temblaban sin parar y se apoyaba un poca más en la puerta* (Cálmate, Ellen. Cálmate.)*se decía, tratando de calmarse*
Ellen duró unos cuantos segundos para calmarse, pero no lo hizo en su totalidad, pues la sensación de incomodidad y constante peligro la abrumaba. Inhaló profundamente y caminó hacia la puerta de salida.
Ellen: (Nunca antes había experimentado este tipo de miedo... Será algún efecto de la bebida que me dio, o será una especie de <Territorio>.)*indagaba en sus pensamientos en busca de respuestas a sus preguntas mientras bajaba las escaleras, apoyándose en el barandal para no caerse por accidente* (No. Si fuera un <Territorio> lo habría sentido. Además, mi cuerpo aún se encuentra entumecido a causa de la bebida que me dio. Quizás... sea por eso.)
Ellen se detuvo delante de la puerta de salida, giró la perilla para abrirla, permitiendo que los rayos del sol del crepúsculo entrasen e iluminara el lugar sombrío. Entonces, Ellen recordó el rostro de Shido. Una mezcla de diversas emociones lo adornaban a la vez, pudiendo distinguirlas todas y ninguna a la vez, y sus ojos dorados reflejaban una intentasas ganas de atormentar a los Espíritus. Volvió a inhalar para tratar de calmarse y salió de aquella casa.
Ellen Mira Mathers había sido enviada para investigar la extraña desapareción de Shido Takamiya de <Beelzebub>, el rey demonio cuyo poder era casi una total omnisciencia, capaz de saber todas las cosas que suceden en el mundo y ver parcialmente el futuro. Aún así, Shido había desaparecido sin dejar rastro alguno. Adeptus I pensaba que sería un trabajo sencillo, sin complicaciones. Sin embargo, ahora mismo salía del hogar del peliazul, atemorizada y humillada. Debía sentir ira por como fue tratada, debía de estar molesta, pero lo único que deseaba era irse lo más rápido posible. Podía sentir su mirada en ella; su cuerpo le advertía que no volteara, pero sabía que él la estaba observando.
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Shido mantenía una ligera carcajada mientras observaba a Ellen irse. Hasta la Maga más poderosa podía sentir miedo. Irónicamente, ahora era él quien provocaba temor en ella y eso le parecía muy divertido.
???: Parece que todo va de acuerdo a como lo planeamos... Shido.*dijo una voz muy reconocible para el peliazul*
La sonrisa del chico se hizo más grande y asintió.
Shido: Sí. Todo va saliendo como lo planeamos... mamá.
Shido volteó y observó a aquella peliplata que una vez amó, sentada en la cama que él y Kotonoha compartían, vestida con su armadura de espíritu blanco y maternal. Mio solo frunció el ceño al ser llamada de esa manera, cosa que Shido notó y dejó salir una ligera carcajada.
Shido: Y bien, Mio, ¿a qué has venido ésta vez?*preguntó mientras cruzaba los brazos*
Mio: Solo quería asegurarme que todo estuviera bien. Después de todo, si te matan, todo habrá sido en vano, ¿sabes?
Shido: Sí, mamá.*volvió a mirar a la ventana, viendo como Kotonoha y Mana volvían a la residencia* No te preocupes. Mientras tú cumplas mi deseo, yo cumpliré el tuyo. Ahora, disfrutemos del segundo acto, je, je, je, je...
(Próximo capítulo: Baila conmigo.)
Lore-Craft: Uff, hombre, cuánto tiempo sin actualizar esta historia, ¿no?
¡¿Hey, qué tal, gente?! ¡¿Cómo andan?! Espero que todo vaya bien, que todo tengan buena salud, etc. Finalmente volvemos con un nuevo capítulo de Blood Smile después de medio siglo sin actualizar. Espero que este capítulo haya sido de su agrado; la verdad es que este capítulo debió haber salido hace más de un mes, pero entré en la recta final del semestre de la U y me han dejado muchos trabajos. De hecho, aún los estoy terminando. Así que, cuando salga de vacaciones, tendré más tiempo para actualizar esta y otra historia que tengo pendiente desde hace un tiempo.
No obstante, quisiera preguntarles algo. Y es que quisiera saber qué tipo de contenido les gusta ver en YouTube, ya que quiero subir algún vídeo nuevo ahora que tenga más tiempo, pero no sé de qué. Agradecería que me dejasen sus ideas.
Bueno, eso fue todo por el día de hoy. Nos vemos próximamente...
Sayonara...
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