07: El nacimiento del óbito
Ahora Taehyung estaba solo, hundiéndose en el silencio y la oscuridad del cuarto.
Ni siquiera esperó a que Jimin cerrara la puerta para devolver su completa atención a la pantalla frente a él. Con una impaciencia descomunal y un movimiento tan rudo como torpe, pulsó el botón. Las siluetas de los chicos desaparecieron hasta dejar un negro arrasador en toda la pantalla. Un texto escrito en letras blancas y violetas apareció en medio del paisaje oscuro. Al leerlo, una inseguridad placentera se asentó en el pecho de Taehyung, que se elevaba y descendía ansiosamente.
Taehyung dejó salir una corta risa nasal. El juego le resultaba extrañamente familiar y no sabía cómo sentirse al respecto.
Se sintió mal en ese momento. Físicamente mal. ¿Qué tan violentos podían llegar ser un par de píxeles? ¿Qué tan adultos podían llegar ser? Sabía muy bien que no debía subestimar a los videojuegos RPG, dados los incidentes que provocaron otros títulos que Jimin le obligó a jugar (Purgatory le había causado pesadillas y un dolor de cabeza increíble durante dos semanas enteras), pero Blood Rain le provocaba una clase de confianza conocida. El malestar era disfrutable en este caso. Aún así, esas dos palabras le parecieron un poco desconcertantes. Taehyung era muy sensible si se trataba de violencia gráfica. Las películas con escenas de ese tipo lo incomodaban de sobremanera, y ni hablar de las novelas. Tenía demasiada imaginación para crear escenas violentas en su cabeza, aunque esto no le enorgulleciera para nada.
Otra cosa que disgustaba a Taehyung eran las escenas de índole provocativo con un tono demasiado alto. Había sentido curiosidad alguna vez, había imaginado que mantenía ciertos encuentros sugerentes con sus parejas pasadas, por supuesto, pero saber que en su mente habitaban esa clase de pensamientos lo hacía sentir culpable. Además, su casi nula experiencia en el tema no ayudaba mucho. Se sentía asqueroso por dentro, y rogaba que hubiera una forma de borrar su sucia y depravada mentalidad.
¿Qué tan violento y adulto sería Blood Rain... ?
Los textos desaparecieron, pero uno nuevo no tardó en hacer presencia.
Lo hizo, sin siquiera dudar. Se encontraba tan comprometido con su decisión, tan comprometido a vivir la experiencia, que todos aquellos textos y órdenes empezaban a aburrirlo e impacientarlo. Él vino a jugar un rato, a enamorarse de un chico que no sea Lee Seoho o cualquiera de los idiotas que tenía por ex-parejas, no a leer advertencias y llenar espacios en blanco, por Dios. Taehyung estaba tan controlado por el desespero, tan cegado, que tampoco dudaría en llenar los espacios si le pedían su número de teléfono y domicilio.
Otra pantalla en negro, esta vez un poco más duradera que las anteriores, dejó a la habitación en la penumbra por unos segundos. Después, un diálogo, o más bien un pensamiento, un deseo. Era Taehyung. Él era el protagonista, él estaba hablando. Sonrió un poco, leyendo el texto en un susurro.
El juego finalmente había comenzado.
Desaparecía, y aparecía otro más.
Claramente, Taehyung (en el mundo tangible, el real, no el Taehyung de Blood Rain) no era un estudiante de preparatoria. Se había graduado hace varios años, incluso había dado el examen de ingreso a la universidad. Con un puntaje considerablemente decente, había estudiado Literatura durante un par de semestres en la Universidad de Yanhang, solo antes de descubrir que la vida universitaria no era lo suyo. Su hermana mayor, Sojung, le había sugerido que intentara dar el examen otra vez y aplicara para una carrera distinta, pero ella no comprendía cuál era en realidad el problema de Taehyung: No significaba que a él no le gustara la literatura. Al contrario, las letras eran su vida entera, no podría vivir sin ellas, pero lo que no le acababa de convencer era la universidad en sí.
Así que su rutina durante el último año se resumía en parasitar en la casa de su hermana mientras le mentía descaradamente, diciendo que daría el examen y volvería a estudiar dentro de poco, solo que aún no era el momento.
Pero Sojung no sabía que nunca sería el momento adecuado.
La graduación. Taehyung no la recordaba con exactitud. Solamente recordaba a Jimin jugando y lanzando el birrete una y otra vez hasta que finalmente lo extravió y lloriqueó durante lo que quedaba del evento. Recordaba que su pareja de aquel entonces le había llevado un ramo de flores. Creía haber visto alguna vez que Sojung llevaba en su billetera una foto de su graduación. Tal vez debería buscarla después de jugar...
Se preguntó cómo habría sido la graduación de Taehyung en Blood Rain.
Seguramente mucho mejor que la suya en la vida real. Mejor y llena de píxeles.
Estuvo a punto de soltar una carcajada, pero no lo hizo. Cubrió su boca, conteniendo el sonido burlesco. El juego estaba teniendo un comienzo bastante extraño, pero no podía quejarse. Seguramente la persona que le gustaba en el juego era uno de los tres chicos: Jin, Yoongi o Jungkook. Aunque, si lo pensaba mejor, existían más posibilidades de que se tratara específicamente de Jungkook. Las palabras de Jimin lo habían intrigado. El texto desapareció, al igual que la pantalla negra, que fue reemplazada por un hermoso cielo azulado. Aún así, una franja negra se mantuvo en la parte posterior, probablemente (como supuso al recordar otras novelas visuales) para diálogos y mensajes.
Lo que apareció después lo dejó helado. Con la sangre recorriéndolo ferozmente el cuerpo y las extremidades estremeciéndose bajo la ropa.
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¡Nos leemos luego!
— Noduru.
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