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Maldición Black

1967

Ya con el pijama puesto, parada frente a mi cama en espera del saludo de mi madre.

Veo una polilla colarse a mi recamara, no lo resisto e intento atraparla, se va tan alto que debo subirme a mi banco del tocador para atraparla. La necesito en mi colección, justo cuando estoy por caerme, la magia me hace levitar.

Veo a mi madre negar con la cabeza -¡Amaltea!, no es manera que se comporta una señorita -me reta levemente, a comparación de otras veces.

Me lleva hasta el interior de mi cama y me tapa con las sábanas, se sienta en el borde de ella y me ve detenidamente, algo extraño.

-Sabes... -comienza hablar de nuevo- hay una canción que mi madre cantaba para mi, creo que es momento de que la escuches tu Ann.

La miro unos segundo -¿Y mis hermanos?- niega.

-Solo tú ...- en ese momento comienza a citarla, jamás hubiera creído que mamá tuviera una voz tan bonita.

Antares pov

Unos días previos a las vacaciones de invierno, Narcissa me hace entrega de un sobre color verde oscuro, tal color distintivo de la casa de las serpientes.

Al sacar el papel que llevaba dentro, veo que es la invitación de su boda, a lo que la miro con tristeza. Y la llevo apartada de los demás-Pensé que esperarían a que terminaras Hogwarts- le digo en tono triste.

Larga un suspiro - "Cuanto antes, mejor" dice Malfoy. Como toda sangre pura malcriado- comenta con fastidio.

- ¿Y James? - posa sus manos en la cara, en señal de frustración.

- Siempre supimos que no estaríamos juntos y que se case con Andy por mí... no se si es para bien o para mal -sacude su cabeza- No importa, es lo que nos toca a nosotras, ¿No? Oye- llama mi atención - quizás nos volvamos cuñadas- choca mi hombro en forma de broma, dado el rumor de la propuesta de Lorcas hacia mí.

-Ash ni lo menciones, quiero estar sola el mayor tiempo posible.

-Sabes que no puedes para el tiempo, nos dan al mejor postor Ann- me abraza, en verdad no me lo esperaba, pero quizás ambas lo necesitábamos.

...

24 de diciembre 1977

El ruido de las copas chocando entre sí y las risas se mezclaban en el ambiente, una leve molestia empieza a crecer en mi interior al ver a todas estas personas ¿en verdad quiero pasar el resto de mi vida en ambientes así? Esto no es vida, es tortura disfrazada para quienes no encajamos.

A lo lejos puedo visualizar a mi madre, la noto extraña por lo que me abro paso hasta los invitados para poderla salvar de la charla forzosa -Siento mucho interrumpirla Sr Rosier, pero necesito de suma urgencia la atención de mi madre, ¿le molestaría que se la robe por unos instantes? - entrego una sonrisa falsa, pero la adecuada para generarle confianza.

Ella me analiza detenidamente, hasta que al fin habla -Por supuesto- pone su vista en mi madre -Luego seguimos platicando Walburga.- agita su abanico frente a su rostro.

-Delo por hecho- sonríe forzosamente, mientras entrelaza nuestros brazos y nos empezamos a alejar.

Mientras nos apartamos aún más de los invitados, la veo de reojo- Madre, ¿sucede algo? - esta frena de golpe, noto como sus ojos tienen un destello distinto al de siempre, como si estuviera triste.

Dudosa me arrastra a una esquina de la carpa -Antares, mi pequeña- su voz se entrecorta- Estas en gran peligro, creí que podría salvarte de ellos, pero no fue así- no comprendía de que hablaba.

- ¿De qué hablas? - interrogo dudosa

Muerde nerviosamente su labio -Sirius y Regulus, temo que han hecho cosas horribles por ti y en ti- confiesa, al ver mi cara de no comprender prosigue - Ellos no podían tocarte, no como lo hicieron en el baile, Antares... si es lo que creo que significa, tu mataste a Eidan- la música de la orquesta la oigo ajena a mí, siento como la respiración se me va cortando.

Miro incrédula a mi madre -No... y-yo no lo hice, yo lo amaba. ¿Por qué lo mataría? - mis manos comienzan a sudar bajo mis guantes.

Acaricia con ternura y mira para todos lados para que nadie nos vea -Shh Ann, no lo mataste directamente tú. A penas eras una niña cuando puse un conjuro de protección y solo se activaría cuando ellos te vieran más allá como hermana, sino como un interés amoroso. - suspira frustrada - No quería creer que la maldición Black callera en ustedes, pero siempre tuve mis dudas.

Empiezo a reír en voz baja, como forma de respuesta de mi sistema hacia mi nerviosismo - ¿conjuro de protección? ¿Maldición Black?, mierda, mierda, mierda madre. ¿Qué carajos es todo eso? - suelto exasperada.

Me toma de los hombros- La maldición Black, solo ocurrió dos veces en lo que se sabe. Dos hermanos se obsesionaron de tal forma de su hermana, que los llevo a la locura. Cometieron cosas, que hasta un asesino en serie le daría repudio. Solo se daban en un día de Eclipse rojo, hoy; Antares- levanto mi vista para conectarme con sus ojos - solo había una forma de romper mi conjuro.

- ¿Cómo?

- Entregando sus corazones a quien más anhelaban y atándola a ellos, marcándola. ¿Tuviste una noche que no recuerdes bien?, ¿una que sucediera antes de la muerte de Eidan?- sí, esa noche.

Esas voces, ese tacto... no fue un sueño nada más

Todo pareciera que es una broma, pero mi madre no es del tipo de hacerlas. Si todo lo que dice es cierto, entonces ellos me apartaron de mi amor, mi Eidan.

Nos alarmamos al escuchar como golpeaban una copa para llamar la atención de los invitados y sin darnos cuenta mi padre se acercaba hasta nosotros -Cambien esas caras, es como si hubieran visto al fantasma de mi padre- dice en un tono seco- Antares ven- tira de mí, llevándome hasta donde provenía el golpe.

Al llegar, veo que el que causaba dicho acto era nada más y nada menos que mi mellizo, el cual al verme me entrego una gentil sonrisa, que me hizo retroceder como instinto -Familia, invitados lamentamos mucho con mi hermano esta breve interrupción - camino en un pequeño circulo, para que todos lo oyeran.

Sirius, quien estaba un poco más apartado se puso a su par -Por favor Antares, ¿podrías acercarte? - poso sus ojos grises en mí, un cosquilleo paso por todo mi cuerpo, pero hice caso a su petición.

Al estar dentro de su círculo, ambos se agacharon a la vez haciendo que me quede perpleja. Regulus fue quien tomo la iniciativa -Hoy, honrando una vieja tradición Black frente a nuestro padre...
-Pedimos tu mano Antares Amaltea Black- continuo Sirius.

-Como nuestra esposa- sentenciaron a la vez, murmullos y festejos se escuchaban a mi alrededor, por unos instantes vi a James junto a Narcissa viéndome preocupada.

Con desesperación, busco a mi madre con la vista, hasta que doy con ella.

"Vete, corre ya Antares"

No lo considero dos veces y le hago caso, en ese momento veo como mi madre discretamente aturde a mi padre. Me hago paso entre los invitados, mientras me ven sin comprender dicho comportamiento.

Empiezo a adentrarme en el jardín de la mansión, como puedo corro entre los árboles, aun oigo a los invitados.

Tropiezo con una rama elevada con magia, maldigo en susurros, están cerca.

La Luna es mi único testigo.

Al ingresar a una sala al azar de la mansión, dejo que mis ojos se acostumbren a la oscuridad, no tengo mucho tiempo hasta que ellos den con el lugar correcto. Por lo que noto del sitio, se trata del despacho del Señor Malfoy, se sabe en todo el mundo mágico que es uno de los envenenadores más talentosos en todos los tiempos, por lo que busco rápidamente algún fruto envenenador, el cual llegue a ayudarme a ponerme en un estado de inconciencia.

Veo cerca del ventanal una maceta con las flores entre violetas y lilas, Belladonna, serviría para bajar el ritmo de mi sistema nervioso. Tantas horas encerrada en la biblioteca privada de padre, tendrán que ser suficientes para salvarme de lo que me hicieron.

Tomo el abre cartas que esta sobre el escrito y dibujo con esta en la palma de mi mano el símbolo trinquete celta, siento el ardor que va creciendo con cada corte que se crea, cuando lo termino coloco sobre esta las belladonas que tome para que se bañen en mi sangre, unas gotas se escapan y chocan contra el suelo. Sin pensarlo dos veces introduzco las frutas a la vez, dejo que con cada mordisco el jugo que imanan y mi sangre se mezclen aún más.

Siento como alguien o algo susurra en mi oído

"el rito, la canción
Es tu salvación.
tu sabrás cual será, si la luna te acompañara"

¿Canción? Pero que- pero en ese verso la respuesta estaba ante mí, la canción de mi madre. Aquella la que solo me cantaba a mí y a escondida de mi progenitor.

Antes de que sea tarde, tengo que recitar las palabras para el rito, sino todo esto será en vano. A lo lejos oigo que sus pisadas se van acercando.

-"Una es de la luna menguante-escucho un golpe en la puerta.

-una es del cuarto menguante...-otro golpe

-Antares abre la puerta, no tienes por qué temer- la voz de Sirius mostraba cierta desesperación.

Sigo recitando-y una se posa en la luna nueva.

-No nos hagas entrar Ann- esta vez hablo Regulus.

-estas brujas son las que me acompañan desde mi primera vuelta al sol, ahora me acompañaran a las puertas del infiero". Para cuando abro los ojos me encontraba en una habitación oscura y casi vacía, en el centro una puerta.

Temblorosa poso mi mano en el picaporte y lentamente lo giro.

Estaba en uno de los pasillos de Hogwarts, a simple vista note que estaba desierto, pero de alguna manera sentía que alguien me observaba. Algo empieza a acercarse a mí, por lo que instintivamente corro.
Una voz se hace presente en mi mente-Soy Amaris hija de la luna menguante , en tu interior se puede ver como sientes la presencia que algo te perturba, enfréntalo- esa última palabra hizo que me frenará y me diera vuelta, para luego sentir como me atravesaba por completo esa sombra, la escena de Eidan aparece frente a mí, las lágrimas comienzan a salir nuevamente, giro mi cabeza hacia un lado y observando esa escena me acompañaba la versión que siempre recordaría y a la cual conocí, un Eidan el cual su sonrisa podría iluminar cualquier lugar, quería decirle muchas cosas, pero de mi boca solo salió -"lo lamento, fue mi culpa", él solo niega manteniendo firme su sonrisa y sin más se desvanece ante mí.

Otra campanada se oye, cierro y abro nuevamente los ojos, ahora estaba en un lugar tan estrecho que sentía que con cada exhalada que hacía era un momento menos de vida, no me disgustaba esa idea, pero morir así no era mi forma favorita, por lo que empiezo a golpear y rasguñar las paredes que me rodean, pero no logro nada-Soy Deva hija del cuarto menguante, privarte de tu libertad está consumiéndote, libérate.- La voz resonó en la caja, esta a su vez desapareció dejándome en el salón de la mansión Black, una joven con una máscara de bufón estaba frente a mí con la barra de corrección entre sus manos, la misma que usaba mi padre, al momento que veo que esta por pegarme, la sujeto en el aire.

La miro desafiante-Esta siempre fue mi vida, jamás tuya. Yo tengo el poder- la figura de esta larga un grito inaudible, al momento de taparse los oídos, cierra sus ojos y oye nuevamente una nueva campanada.

Sirius Pov

Regulus esta más paranoico que de costumbre-Mierda, mierda... ¿¡Que haremos!?- lo sujeto del hombro y lo miro con cierto enojo.

-Sabíamos las consecuencias, pero no creí que ella lo descubriría- lo corro de enfrente a la puerta, con un limpio movimiento de mi varita, en la puerta se hace una explosión. Al entrar, el cuerpo de Antares se encuentra en el suelo y rodeado de un círculo de luz brillante, maldigo. - Está tratando de desatarse de nosotros- Regulus me mira incrédulo.

- ¿Y qué pasa si lo logra? - posa sus ojos en el cuerpo yacido de nuestra amada.

-No lo lograra, es una cobarde. La dulce y tierna Antares, la chica la cual cada hombre entraría hasta su último suspiro no es tan fuerte- Trato de acariciarle una de sus mejillas, pero antes de pasar la barrera siento un ardor.

-Sirius, la estas subestimando- este estaba mirando el ventanal que dejaba ver la noche estrellada y en ella se veía como la luna del eclipse empezaba a teñirse de celeste y los rastros de rojo se iban disminuyendo- Te quemaste porque ella se esta purificando, carajo.

Antares Pov

Siento como caigo sobre hojas secas, al levantarme noto que es un bosque, ninguno al que haya visitado antes, a comparación del Bosque Prohibido, ese era un lujo a comparación de este, entre las hojas de los árboles, rayos de sol pegan en mi cuerpo. Confió en mi instinto y camino hacia lo incierto, pero doy justo a una cabaña, que en su interior solo había un solo objeto, un espejo. Al mirar en él veo a 3 chicas detrás de mi propio reflejo, una de estas dio un paso adelante- Soy Selene, la única hija del Sol y la Luna de Eclipse, has pasado cada prueba con valentía y sabiduría, pero ahora es momento de aceptarte tal cual eres- dijo señalando mi reflejo, al prestarle más atención, empiezo a ver más cicatrices de las que tenía, lágrimas de sangre empiezan a salir de mis ojos- a veces las cicatrices, no son físicas, sino emocionales...¿Te aceptas?- veo a los ojos de mi reflejo y empiezo a asentir.

-Esas cicatrices me hacen saber que mi camino fue difícil, pero no por eso no puedo ser una mejor persona. No estaré atada a esas personas las cuales creí que me amaban por lo que era- me giro para tenerlas frente a mi- ¿Me darían el poder de liberarme?

Las tres intercambian miradas y me entregan una sonrisa mientras asentían.

-Solo pediremos algo a cambio, claro esta.

Regulus pov

Sin darnos cuenta, en un abrir y cerrar de ojos el cuerpo de Antares desapareció frente a nosotros, ambos nos miramos sin saber que hacer. La luna se veía celestial por completo, por instinto llamo a Keacker.

- ¿Me ha llamado amo Regulus? - dice mientras hace una reverencia y sus orejas puntiagudas tocan el suelo.

-Tráenos el corazón de Edain, sabes donde esta.

...

Ya falta nada para el final, no se olviden de votar
A.N.P ♡

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