CAP. 05 - ASBEEL
(En algún muelle).
Mientras caminaba lentamente, sostenía con profundos sentimientos la imagen de Björk. La bruma marina hacía que el camino se viera más fantasmal que nunca, en ese momento algunos pasos se escucharon no muy lejos tras de mí. ¡Vamos que nunca he tenido miedo de cosas como ésta!, pero ahora mismo me siento drogado, y no sé si estoy alucinando o si algunas percepciones son reales.
Un hombre de unos sesenta años se acercaba tambaleándose, su figura emanaba sabiduría y madurez indescriptible. No parecía herido, pero tampoco se le notaba borracho. Se le veía cansado, como si las fuerza de sus piernas le flaquearan por falta de energía.
―Señor, ¿está bien?, ¿puedo ayudarlo en algo? ―(Sese)
―Sí por favor, tengo algo importante que decirte. ―(viejo)
―Perdón, ¿acaso nos conocemos? ―(Sese)
―¡Claro que no!, pero necesito tu ayuda. ―En ese momento cayó al piso pesadamente. ―¡Aaaaaaarr! ―exclamó.
Corrí de inmediato para socorrerlo. Intenté levantarlo, así que primero lo volteé boca arriba ya que quería observar si presentaba heridas o alguna sintomatología de enfermedad. No tenía nada extraño, su respiración era agitada, la que poco a poco se fue estabilizando.
―Tiene algún teléfono para pedir ayuda. ―(Sese)
―Escúchame chico. Te he... te hemos buscado por mucho tiempo, ahora mismo no vas a entender nada de lo que te diga pero en el futuro lo harás. Tienes que llegar a Caelum, pero no puedes ir solo, tu compañera pronto va a despertar, te necesita, pase lo que pase tienes que protegerla. ¡Ella es la clave! No pueden atraparla. La decisión siempre será tuya. Elige protegerla o te arrepentirás para toda tu vida, ésta es tu segunda oportunidad. ―(viejo)
―No entiendo. ¿De qué me está hablando?. ―(Sese)
―Solo observa, no con tus ojos, sino con tu corazón. Tienes que sentirlo para verlo. ―(viejo)
En ese momento, este hombre extraño puso sus dos manos a la altura de su corazón formando con sus palmas y sus pulgares un triángulo. Era la visión más extraña que pude ver, no veía nada solo una posición meditativa. En ese momento sentí una sincronía misteriosa, poco a poco mis pensamientos y emociones se fueron calmando, era como si la posición meditativa de aquel extraño estaba influyendo y resonando en mi corazón. La sensación de paz era como un torrente de agua invisible que viajaba y vibraba desde mi cabeza hacia mi pecho y extremidades. Un flujo continuo de energía invisible que me hacía sentir el hombre más afortunado y feliz del mundo. En ese momento pude ver entre sus manos un fuego casi holográfico que se iba haciendo más y más visible. A medida que iba volviéndose más real, pude diferenciar tres colores en él, o mejor dicho 3 llamas unidas en una. La llama azul, la llama dorada y la llama rosa, posteriormente se convirtieron en esferas de color y volaban elípticamente dentro del espacio entre sus palmas; de pronto las tres esferas giraron tan rápido que se convirtieron en un haz de luz, diferenciadas solo por el color. Estas luces volaron repentinamente hacia mi pecho. Esto no me asustó en absoluto, pero entendí que mi cuerpo albergaba algún tipo de información tangible.
―Acertaste, ya tienes toda la información que necesitas y otra cosa, ¡jamás cuentes lo que pasó esta noche!, ¡no confíes en nadie!, o estarás muerto. Ahora vete antes de que te atrapen. ―(viejo).
―¿Qué tengo que hacer? ―(Sese)
―Solo vete lo más lejos... ¡YA! ―(viejo)
En ese momento, una sensación de peligro me inundó como una corriente eléctrica que viajaba por mi columna y se extendía por toda mi espalda. Corrí sin rumbo fijo, solo corrí mientras la bruma envolvía el cuerpo de aquel extraño que me había hecho alucinar momentos atrás.
―¿Pero qué se supone que estoy haciendo?, ¡estoy drogado!, vamos detente, primero detente, esto no tiene sentido . ―Aunque sentía un miedo indescriptible, decidí ignorar mi intuición y emociones―. ¡Soy un científico!, ¡un investigador!, ¡piensa razonablemente Sese!, ¡primero pienso luego existo!
―Hummmm, Descartes y la duda metódica. ―Un hombre muy alto y formidablemente apuesto con un traje oscuro salía de la bruma hablándome de forma casual.
―¿Quién es usted? ―pregunté.
―Creo que la pregunta correcta sería ¿quiénes son ustedes?, porque somos muchos. ―Aparecieron misteriosamente otros 6 tipos vestidos de negro de la misma altura y apariencia que el primero, parecían septillizos, todos eran idénticos, vestidos con traje impecablemente negro, el mismo corte de cabello, los mismos anteojos negros, guantes negros, y un aura aterradora.
―Yo estaba perdido, no quiero problemas. Me iré inmediatamente. ―Las piernas me temblaban, sin duda mi corazón no es tan fuerte como para soportar tales presencias.
―Cómo podrías irte si ni siquiera te he dado permiso para moverte. Uhmmm veremos: levanta la mano derecha, muy bien; levanta la mano izquierda, muy bien; lo estás haciendo bastante bien; ahora sonríe, ¡exacto muy bien!
Mi corazón estaba paralizado de terror, no entiendo cómo podía obedecer las órdenes que este extraño me daba, pero sus palabras eran irresistibles, no era yo quien se estaba moviendo, era él quien me movía como títere con sus malditas órdenes. Esto me llenó con el terror más agudo que podría haber sentido. Estaba a punto de mearme encima.
―No te mearás encima chico, aprieta tus esfínteres. Lo ves es fácil.
―Basta de juegos Bael. Ahora síguenos.
―Las órdenes eran irresistibles, yo quería dar media vuelta y correr pero mi cuerpo solo podía andar hacia adelante.
A medida que caminábamos entre la espesa bruma, pude ver autos policiacos y tipos con su típica chaqueta del FBI llegando apresuradamente. Un agente se acercó con un perfil bastante bajo y dijo abiertamente:
― Hemos desplegado agentes por toda el área y parece que ha desaparecido, lo siento mucho señor, actuamos lo más rápido posible pero... ―(Agente)
―Ya no es relevante, ahora tenemos al conejo, solo nos falta encontrar a Alicia. Retírate.
―Sí señor.
―Escúchame bien Sese, irás a casa y seguirás con tu vida, y no recordarás absolutamente nada de lo que ha pasado aquí. Eres un buen ciudadano, todo un ejemplo para las generaciones venideras, tienes un espléndido futuro por delante. Cuando tengas información sobre Alicia, me lo contarás directamente a mí, yo apareceré en tus sueños. Si lo haces bien tu futuro será brillante te lo aseguro. Recuerda, nunca hablarás de tus sueños con nadie, al menos por ahora.
― Quién es Alicia?
―Es la que viaja al país de las maravillas. Ella o él te buscarán, puede ser uno o pueden ser muchos. Es tu única misión, encontrarlos y reportármelo discretamente. Nadie debe saber que nos estamos comunicando.
―¿Cómo sabré si es él o ella?
―Cuando los encuentres lo sabrás.
―¿Y cómo debo llamarte?
―Yo iré a ti cuando lo desee y cuando quieras hablarme antes de dormir tienes que pronunciar mi nombre tres veces. Soy Asbeel.
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