No se iban a detener.
Los detectives sospechaban demasiado de ellos y no se detendrían hasta rebelar la verdad, por que ellos pensaban que no se quedaría así.

Los atraparan así fuese su último caso.

- Quiero que los sigan. Envíen diferentes personas a cada esquina. - dijo Mike mientras sacaba un cigarro de una cajetilla colocándoselo en los labios -.

- Señor no tenemos tanto personal - respondió uno de los empleados -.

- Pues compren vestuarios. Necesito que los vigilen, su conducta los puede delatar.

- Si... Señor.

- ¿Que sucede? - pregunto Mike -.

- Nada señor, pero, ¿en verdad cree usted que fueron ellos?

- Por supuesto. Hay mucho de dónde separarlos pero necesitamos una prueba grande. - respondió el detective -.

- Bien...

- Gracias por ayudar, Springtrap, eres un buen empleado, de verdad, uno de los mejores que tengo.

- Gracias, Mike.