Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

━ CHAPTER V


•────────CAPÍTULO V────────•

⊰⋞ Hoy es el día ⋟⊱

•─────❃◦❃◦❃─────•

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

COMO COSA DE TODOS LOS DÍAS, TODO AURADON ESTABA FELIZ.
Ese día era el tan esperado aniversario del Reino, el día en que Adam los unió, convirtiendo a todos en una sola nación de Héroes.
Las calles estaba llenas de gente, barcos y barcos llegaban con personas de otros estados del reino y las personas de la realeza y nobleza presumían sus exagerados lujos.

──¡Hoy es la gran fiesta!── gritó un hombre, perteneciente a la clase media quién había llegado en un barco. Todos aplaudieron. La felicidad y la emoción se sentía a cientos de kilómetros.

Pero mientras todos ellos celebraban, el Rey y su dama de la corte descansaban felizmente en la habitación de este. El castaño la rodeaba con su fuerte brazo con delicadeza mientras tenía su cabeza en el estómago de esta, y ella solo se dedicaba a acariciar el cabello de su amado y, algunas veces, su torso desnudo.
Disfrutaban de las delicadas caricias del otro y a veces solo se quedaban mirando los ojos del otro, como si estos fueran la mayor maravilla del mundo y solo tuvieran unos minutos para verlos, como si estos fueran a desaparecer en cualquier momento y quisieran conservar ese recuerdo en su mente.

──Buenos días, mi diosa── Dijo el castaño besando con cuidado los rojos y carnosos labios de su prometida.

La pelimorada sonrió correspondiendo el beso con gusto── No soy una diosa completamente── recordó Mal, después de todo ella solo era una semi diosa──. Pero quiero que me hagas sentir como una, quiero que me hagas sentir amada como siempre lo haces.

Ben obedeció bajando sus besos por las delgadas caderas de su novia y sintiendo odio por la ropa interior que los separaba. Mal curvó su espalda disfrutando de los besos y las delicadas marcas que dejaba sobre su pálido abdomen.
Toda la habitación estaba oscura aún, los rayos del sol no podían pasar por las gruesas cortinas y la luz no se prendería por el momento.

Sólo eran ellos dos, amándose sin que nadie pudiera molestar el amor que se estaban demostrando en esos momentos.

Las descuidadas pero grandes manos de aquél joven se deslizaban por el cuerpo casi desnudo de la chica, su piel era tan suave y pálida que parecía un hermoso y blanco oso de felpa, solo que con los sentimientos más puros. Con una cara angelical y la fantasía de una experimentada khaleesi.

Ella disfrutaba de ese momento tan ardiente, era capaz de vivir así para toda la eternidad, sentía como el amor  y la lujuria se apoderaban de ella y como se percataba que el sentimiento era mutuo por el castaño. Sus pieles tenían la necesidad de que se unieran y disfrutaran más, del calor del otro.

Jadeos y leves gemidos de placer se escucharon por la habitación, siendo la señal de que sus sexos se encontraron y que no planeaban separarse hasta que estuvieran cien por ciento satisfechos. Las caderas de la chica se movían al igual que el chico y sus respiraciones se hacían entrecortadas hasta que todo su deseo fue cesado.

Mal se tumbó en la cama cansada y ratos después, Ben la siguió. Se miraron tratando de recuperar la respiración para terminar compartiendo unas risitas.

──Te amo──

Confesó Ben, no era nada nuevo, pues se encargaba de recordarle eso cada día que pasaba.

──I need your Love── comenzó a cantar Mal la melodía suave y tranquila. Se levantó de su lugar y se sentó en las caderas de su amado── I need your time.

──When everything's is wrong, you make it right──Acompañó Ben cantando al mismo tono de la canción.

Los dos se abrazaron con suavidad y la ojiverde se dirigió al baño de aquella habitación, debían prepararse para recibir a las personas que viajaron hasta el lugar y luego reunirse con Evie para sus vestuarios de la fiesta.

Mal mordió su labio inferior al ver a su prometido observándola desde la cama, ¿Que había hecho para merecer tal bendición?, No lo sabe, pero los dos agradecían cada día por tener el amor y el calor del otro.

Ben se levantó y entró junto con ella, bañarse juntos no estaría mal, ¿No?, Después de todo no tenían tanto tiempo.

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

──¡Hoy es la fiesta!── Audrey se levantó de golpe de su cama, dormir le había hecho bien y ahora solo quería disfrutar el día en que su arresto domiciliario terminaría.

La rubia se fue a su baño con toda la alegría del mundo, por fin podría ver a sus amigos y celebrar con ellos hasta que el sol volviera a aparecer. Miró de reojo su radiante y hermoso vestido rosado que resplandecía con la luz del sol que lo iluminaba desde la ventana, un vestido digno de una princesa, o eso era lo que decía su abuela.

Suspiró dibujando una sonrisa en su rostro, pensando que en el momento que saliera de esas cuatro paredes, nadie la pararía, nadie impediría que cumpliera sus sueños y tuviera su final feliz, no como su madre, un final que ella pueda llamar suyo, donde ella corriera libre por los senderos llenos de flores y animales sin la preocupación de que alguien la viera y sin vivir en las garras de su controladora y egoísta abuela

¿La quería? Si. Esa mujer era su abuela, quién la crío cuando su madre y padre debían salir del reino por su bien, pero todos tenemos un límite, y esa línea en su interior ya había sido cruzada por la mayor. Audrey solo quería ser la reina de ese pequeño reino y poder escribir──junto con Mal y Ben── unas nuevas reglas en la sociedad.

Esa sociedad donde todos piensan en ellos mismos, donde aprenden a vivir con la doble moral y juzgan a las personas por el más mínimo detalle que hay en alguien diferente a ellos. Pero aquella princesa que siempre vestía de rosa aprendió por las malas que no debemos señalar a alguien sin conocerlo o saber quién realmente es, porque no importa de dónde vengas, lo que importa es quién elegías ser.
Y es por eso, que Auradon debía preparase para la salida de la rubia, de la nueva y renovada Audrey que haría lo imposible por cambiar al mundo para bien.

La rubia ladeó su cabeza, tenía algo en mente que debía intentar para esa noche. Se acercó a su tocador y tomó el rizador de cabello junto con muchos artículos de belleza, tenía mucho trabajo por hacer y esa noche debía ser imparable.

Tomó una ducha de agua tibia, estaba haciendo mucho frío. Puso la toalla rosa alrededor de su cuerpo y con el secador secó su grueso y abundante cabello rubio con mechas azules y rosas.
Al terminar, se puso algo cómodo para empezar a trabajar en su cara, para aplicar las frescas mascarillas de frutas que debía aplicar y hacerles toques personales a su vestido radiante.

──Hoy será un gran día.

Se notaba la emoción en su rostro y como la felicidad corría por sus venas.

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

En el gran salón donde los padres de Ben habían bailado hace mucho tiempo, los tres mejores amigos de Mal se encontraban arreglando algunos detalles de la gran fiesta. Jay y Carlos se ocupaban de los grandes sacos de harina que debían llevar a la cocina, mientras Jane y Evie ordenaban dónde poner cada una de las cosas.

──¿Cuándo terminaremos? Son como mil── se quejó Carlos. Aventó uno de los sacos sin mirar, con la esperanza de que su amigo de cabello largo lo atrapara pero un quejido de mujer se escuchó haciendo que Carlos volteara atemorizado.

Era Jane, quién estaba en el piso con el saco de harina sobre ella.

──¡Jane!──gritó el peliblanco levantándola del piso de Marfil── ¿Estás bien? Yo no quería...

Carlos sacudió la harina que estaba sobre el cuerpo de su novia, porque casualidad, ese saco estaba roto.

──No te preocupes Carlos── tranquilizó la chica tomando su tablet de anotaciones.

──No, ¿Sabes qué? Vamos al hospital── Carlos jaló a Jane del brazo con suavidad y la chica lo paró con un suave beso en la mejilla llena de pecas que tenía el peliblanco.

──De verdad, Carlos, estoy bien.

Los dos sonrieron dispuestos a darse un beso pero los gritos de Evie los interrumpieron.

¿Que pasaba? Evie estaba a punto de tener un colapso porque su amiga pelimorada no aparecía desde hace una hora y no tenían mucho tiempo para esperar a la futura reina. Evie dramatizó todo con un movimiento de manos como si el mundo se fuera a acabar.

──Un día, esa niña de cabello morado me va a matar, de un infarto o de una úlcera gástrica── Se quejó Evie dando vueltas por el salón, haciendo que el eco que este contenía asumiera poder en sus palabras──¿Saben? Cuando la vea lo va a lamentar, esto se va a descontrolar.

Amenazó la chica de cabello azul, los otros chicos la miraban con una ceja alzada, sabían perfectamente que no iba a cumplir lo que dijo.

──¡Aquí estoy chicos!── Mal llegó con una sonrisa en su rostro, cargando al gato lucifer con quién se había topado en el camino.

Evie salió corriendo a abrazarla, haciendo que el gato saliera de los brazos de la pelimorada.

──Pensé que no llegarías, ¿Donde estabas?── preguntó Evie, luego dirigió su vista detrás de su amiga, donde venía un sonriente Ben──. Ya veo, ¿Para qué pregunté?

Las mejillas de Mal se tornaron en un tono carmesí cuando Ben la tomó de la cintura y saludó a los presentes de forma amigable.

──Entonces...¿En lugar de venir a ayudarnos estaban fabricando a un niño?── preguntó Jay──. Cursi, me dan diabetes.

──Jay, eso no se dice en público── regañó Mal chocando su palma contra su frente.

──No te hagas Jay, tu eres un experto en esa conversación, es más... podrías dar clases sobre la reproducción── Ben le dió un pequeño golpe en el hombro al chico y salió de aquella habitación con antes despedirse de Mal con un beso.

──¿Que estamos viendo? A trabajar── Ordenó Jane a Carlos y él obedeció sin protestar. Todos rieron ante eso y empezaron a trabajar, ya sabían quién tenía los pantalones en la relación más adorable del reino.

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

En medio de la gran multitud que caminaba por la plaza del reino en busca de vestidos y accesorios para la gran fiesta, estaba Uma quién caminaba abriéndose paso entre la gente. Rodó los ojos y volteó al sentir un tacto sobre su hombro y se dió cuenta que era su más torpe y viejo compañero de maldades.

──¡Uma! Ahí estás── Gil abrazó a la morena y esta lo apartó con desagrado.

──Espacio personal.

Uma siguió su camino y a veces volteaba a ver si Gil la seguía, efectivamente la estaba siguiendo.
Ella debía encontrarse en el castillo en ese momento pero la multitud le impedía llegar a tiempo al lugar.

De un momento a otro, su camino ya estaba por culminar pero el último paso estaba completamente cubierto de rejas y otras cosas que impedían el paso, Uma golpeó la reja que daba directo al castillo y luego vino una idea a su cabeza. No podía saltarla porque era muy grande y se podría llevar a la muerte ella misma, la única forma era derribarla.

«¿Eso es un carro?» Una voz en su interior le habló haciendo que ella sonriera de lado, viendo como un vehículo estaba parado en medio del lugar sin ninguna persona que lo controlara.

──Me gusta como piensas, Carmelina── dijo Uma a su conciencia. Si, su conciencia tenía nombre, un nombre que ella misma le había puesto──. Sígueme Gil.

Ordenó siendo seguida por el chico musculoso y subiendo al vehículo, que para su suerte, tenía las llaves ahí mismo.

──¿Quién deja su vehículo con las llaves en medio de una multitud?── preguntó Gil.

Como si la vida le contestó, un hombre con traje gritó detrás de ellos ordenando que salieran de su auto.

──Eeh...¿Ese hombre?── respondió Uma acelerando el auto con toda potencia.

──¡Que bien! ¿Sabes manejar un auto?── Gil preguntó mientras sacaba una paleta de dulce que había en el vehículo.

──No sé manejar uno.

El auto empezó a moverse a toda velocidad y las personas hacían paso al vehículo, por suerte nadie salió herido, solo la reja que cayó de inmediato y el carro siguió su camino por el jardín principal del castillo. Los empleados de este gritaban y gritaban  al ver al gran vehículo pasar por el lugar, menos uno, el ex reloj que trabajaba desde hace tiempo en el castillo, estaba de espaldas contando para calmarse y no entrar en colapso nervioso por el atraso que los demás estaban causando.

¡Cuidado Ding Dong!

Un grito se escuchó haciendo que el hombre se volteara viendo como un auto venía hacia él a gran velocidad.
Los pasajeros del auto y el hombre que peligraba empezaron a gritar, pero Uma ante el miedo giró el volante y estrelló el vehículo con una fuente decorativa que había en el jardín.

──¡Estamos vivos!── gritó Uma levantando sus manos en forma de victoria.

El ex reloj gritó lo mismo para él pero luego se desmayó en el lugar, no se podía culpar, su vida había pasado ante sus ojos.

Uma salió junto con Gil del auto y se adentró al castillo, ya era lo suficientemente tarde para seguir perdiendo el tiempo de esa manera.

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

──Y Audrey entrará por la izquierda y junto con todos, comenzaremos a cantar── explicó Ben, pero era en vano, nadie lo había escuchado.

La puerta se abrió de golpe y todos prestaron atención a los recién llegados, Uma, y Gil comiendo una paleta.

──Ya llegamos, idiotas── Dijo Uma tomando el refresco en lata que Chad tenía en el aire y estaba por beber, rápidamente, ella le dió un sorbo y lo declaró de ella.

──¡Uma! Llegaste tarde, muy tarde── avisó Ben viendo su reloj──¿Ocurrió algo?

Uma tomó asiento y subió sus pies a la mesa, respondiendo al castaño con un “después lo sabrás”.

Gil imitó la acción de Uma y siguió disfrutando del sabor de la roja paleta que había conseguido y dejando que Ben continuara con el plan que tenía para la fiesta.

Minutos y minutos pasaron y nadie le prestaba ni la más mínima atención al Rey de Auradon, este al darse cuenta chocó su puño contra la mesa y llamó la atención de todos.

──¿Saben qué? Mejor que todos hagan lo que quieran, maldita sea, expliqué diez veces──Ben se sentó en su lugar revisando unos papeles que tenía en la mesa y eran de suma importancia. Desde que Audrey lo había convertido en una bestia, su paciencia había disminuido.

──Ay, que grosero── Bromeó Harry luchando por no empezar a reír── Yo no entendí nada, ¿Me puedes explicar, chico bonito?

Ben lo miró mal e intentó no aventar la silla que tenía en un lado al pirata con delineador.

──¿Por qué no mejor vamos al grano?──preguntó Doug── Yo solo vine porque pensé que estaríamos en la oficina de Ben y yo podría comerme todos los caramelos que habían.

Ben lo miró y se aproximó a preguntar:──¿Eres tú el que acaba con los caramelos de mi oficina? ¡Doug! Todos los días tengo que comprar un paquete.

──No, ¿Que?, ¿Yo comer dulce? Para nada──El chico de lentes rascó su nuca nervioso ante la mirada de su amigo pero Ben terminó por dejarlo tranquilo.

──¿No le dirás nada? ¿Le tienes miedo?── preguntó Harry, estaba tan aburrido que no le importaba causar una pelea──. Cobarde.

Susurró, Harry muchas veces le decía a Ben ese tipo de apodo para molestarlo o molestar a Mal.

Ben se levantó enojado de su asiento y en lugar de tomar la silla vacía, empujó a Chad de la suya y lo dejó clavado en el suelo. El castaño cuando le iba a aventar la silla al pirata alguien más entró por la lujosa puerta del castillo.

──¡¿Que está pasando aquí?!── preguntó el Hada Madrina, viendo como Ben estaba por lanzar la silla al pirata, Chad estaba en el piso y los demás trataban de parar a Ben.

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

Mientras todos en el castillo estaban nerviosos e intensos, si así se puede decir. En la carroza azul que paseaba por el camino del reino de Aurora que llevaba a Auradon, Elsa y su hija viajaban con gran cantidad de equipaje y siendo seguidos por otra carroza donde viajaban la reina Anna, el Rey Kristoff y una pequeña bebé pelirroja llamada Annabeth.

Elsa miró expectante a su hija adoptiva, quién tenía la mirada fija en los paisajes y montañas que se veían por la ventanilla.

──Elisa── llamó a la menor quién dejó de mirar el paisaje lleno de colores para prestar atención a su madre── ¿Pasa algo?

──No, madre── aseguró la menor.

Elsa asintió no tan convencida, prefirió dejarla pensar tranquila y no invadir su privacidad por primera vez.

Pero Elisa había mentido, la verdad era que sentía de todo por dentro; Nervios, felicidad, emoción, tristeza e inseguridad. Los nervios, la tristeza y la inseguridad porque no quería sufrir el mismo acoso y bullying que sufría en su otra preparatoria, por su aspecto y por su familia y La emoción y felicidad porque conocería a nuevas personas y no tendría la mirada de su madre y su afán porque no tuviera contacto con algún chico.

──¿Cuando llegaremos?── preguntó mirando a la mujer con poderes de hielo otra vez.

──Falta poco, solo pasar este reino y el bosque de Sherwook── avisó── No hay prisa, aún van a ser las seis de la tarde, podremos llegar y tendremos tiempo de sobra para vestirnos para la ocasión.

Elisa asintió mirando a la ventana otra vez y volviendo a sus profundos pensamientos, mientras su madre colocaba una manta sobre ella. Era hija la hija de Elsa, pero el frío no era parte de ella, y el frío que hacía cerca de la HoneyMoon cottage, no era nada que cualquiera podría soportar.

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

──Tus maletas, señorita Emily── dijo Hermes, el mensajero de los dioses mientras le entregaba a la nombrada su equipaje.

──Gracias── agradeció la menor con una sonrisa.

Emily inhaló, tomando todo el aire que sus pulmones le permitían y viendo desde el Olimpo al reino que pronto sería su hogar. No podía negar lo nerviosa que estaba y lo feliz que se sentía, no estaría sola porque tenía a dos viejos amigos en Auradon y a su hermano para acompañarla.

──¿Estás lista?── preguntó su hermano mayor, Herkie. Él tenía en sus manos las maletas de él y agarró la de su hermana, tal vez ya no era inmortal, pero si había heredado la fuerza de su padre.

La castaña asintió sonriendo y exhalando el aire que tenía.

──Al fin saldremos de este lugar.

Ellos no podían describir la alegría que sentían por dentro, era un sentimiento que los dos como hermanos compartían, y no importaba la diferencia de edad, estaban conectados en las emociones y pensamientos.

──Espero que vivan felices por allá— la diosa de la primavera se acercó a los dos, dándole un cálido abrazo a cada uno y parando en la chica──. No olvides nuestro trato.

Perséfone tomó la barbilla de Emily obligándola a asentir con la cabeza.

──No fallaré── aseguró acariciando el rojo cabello de la reina del inframundo──Ya estamos listos para partir.

Emily subió a la carroza griega con Herkie despidiéndose de los pocos dioses y semi dioses que fueron a despedirlos y haciendo avanzar a los pegasos que estaban amarrados al carro.

──Sé que no lo harás, Emily del Olimpo── La diosa y primera esposa de Hades sonrió con malicia, su plan estaba saliendo a la perfección, y lo mejor era que ella y sus secuaces no podrían ser descubiertos.

──Bueno, ya podemos dejar de hacernos los tontos y dejar de fingir que ellos nos importaban── Dijo Afrodita── Necesito encontrarme con un chico y esta vez, Perséfone no me lo quitará como hizo con Hades y Adonis.

Perséfone rodó los ojos al escuchar a Afrodita, era el vivo ejemplo de que a veces el amor podía ser engañoso, ya que ella como “la más bella” y la diosa del amor, vivía abriendo sus piernas para todos en lugar de hacer lo que le correspondía y no engañar a su marido Hefesto con Ares u otro hombre que se topara en su camino.

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

──¿Listo?── Preguntó Jay a Jane.

La ojiazul asintió con una sonrisa, ya podían irse a preparar para la fiesta del aniversario de Auradon y olvidarse de sus responsabilidades por esa noche.

Evie tomó el brazo de Ben para ver la hora en el reloj de oro que el castaño llevaba──Bien, son las seis en punto, debemos irnos ya, para que podamos llegar a las ocho que es cuando empieza todo.

Evie tomó el brazo de la pelimorada y salieron del lugar para ir a prepararse y como dijo Evie: Ser las más hermosas de la fiesta.

──Después hablaremos de lo que pasó en la sala de reuniones── El hada madrina señaló a Ben y a Harry con su dedo y este el primero rascó su nuca, era primera vez que se metía en problemas con el hada madrina.

──¿Que esperamos?── preguntó Jay acercándose a la salida y abriendo la puerta── Debemos estar listos para enseñarles a todo Auradon como se hace una fiesta.

──Jay tiene razón── le siguió Carlos mirando el gran vehículo que estaba estrellado con la fuente del jardín── Ben, creo que deberías poner una nueva regla de no estrellar vehículos contra las fuentes decorativas.

Ben miró a Uma──¿Eso es lo que debía saber?── preguntó de forma tranquila.

Uma se encogió de hombros saliendo del salón  junto a Harry y Gil, ellos también debía prepararse para la tan esperada celebración.

·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro