━ CHAPTER III
•───────CAPÍTULO III───────•
⊰⋞ La preocupación de Adam ⋟⊱
•─────❃◦❃◦❃─────•
·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·
EL EX LÍDER DE AURADON CAMINABA DE UN LADO A OTRO
por la sala del reciente Rey, su rostro reflejaba preocupación y enojo a la vez. Sentía que su cabeza explotaría de tanto pensar.
Estaba preocupado por el futuro de Auradon ahora que también los villanos y descendientes de estos, vivían ahí. Él nunca confío en ninguno de ellos, sentía un gran desprecio hacia ellos e incluso, muy en el fondo, un desprecio hacia la que sería su nuera muy pronto.
Se sentó en la silla de Ben, sintiendo otra vez el poder que solía tener cuando él era el Rey de todo Auradon y tenía a los villanos en esa isla, que muchos antiguamente llamaban casa.
Apoyó su codo contra la mesa en donde habían un montón de papeles con el escudo del reino de Auradon, suspiró y tomó el primero que encontró.
«No haría mal supervisar el trabajo del Rey» Pensó Adam.
Bostezó al momento de leer unos papeles sobre Charmintong, había olvidado lo aburrido que era tener que leer todo eso y luego firmarlo o no. Tomó otro papel pero se le resbaló mágicamente de las manos y justo cuando se agachó para recogerlo, una hoja envuelta en un pergamino cayó al suelo, llamando la atención del hombre.
Recogió la hoja de antes y el papel con el pergamino, para acto seguido, abrirlo y empezar a leerlo.
“Yo, Rey Benjamín de los Estados Unidos de Auradon, declaro la entrega de bonos alimenticios y casas seguras para cada persona que habitaba en la isla de los perdidos. Teniendo el mismo derecho de cada persona que nació en Auradon”. Adam arrugó su frente al leer lo que había escrito su hijo. Para la ex bestia ya era suficiente dejarlos vivir en Auradon ¿También debían facilitar sus vidas?, Negó al ver como la firma de Ben, la firma del Hada Madrina y la firma de Mal, estaban en lo último del papel.
¿Cómo podría su hijo ser tan desconsiderado?, Pensando en personas que querían destruirlos en lugar de pensar en las personas que salvaron al mundo una vez.
Los pensamientos de Adam cada vez eran más ofensivos, no podía soportar la idea de tener de lado a alguna de esas personas, no quería aceptar que recibieran ayuda alguna. Aunque las personas pensaban que él estaba feliz, era todo lo contrario, él solo aceptaba a los villanos frente a las cámaras, reporteros y otros lugares de noticias.
Sentía mucho odio por ellos y por sus descendientes, sin importarle que los más jóvenes nunca le habían hecho algo, incluso la mayoría de villanos no le habían hecho nada para que él los odiara. Pero así era, todo el tiempo, la basura de Auradon la mandaba a la isla para que ellos habitaran en ella y se negaba a enviar alguna ayuda de alimentos que no fueran desperdicios de la gente de Auradon.
Se alimentaba del hambre y el dolor de las personas que habían quedado encerradas y que no tenían ningún precio que pagar.
Dibujó en su rostro una pequeña sonrisa al recordar toda la mala situación que pasaban esas personas.
Su esposa, Bella, siempre le había rogado hasta en lágrimas que al menos les diera una buena alimentación, pero él simplemente no quería.
Abrió los cajones del escritorio, encontrándose con los papeles con cada villano que ya habían sido elegidos para la ayuda.
Cruella. Jafar. Dr Facillier. Madre Gothel.
Leyó algunos nombres, la verdad que habían muchas personas y otros nombres de personas perdidas que no eran conocidos.
Paró de golpe en un nombre, un nombre que de solo oírlo le causaba que su sangre empezara a hervir. Gastón, no lo podía creer, ¿Su hijo quería ayudar al hombre que casi lo mata en un pasado?.
Arrugó la hoja y la lanzó por la ventana, eso fue la gota que derramó el vaso.
«Tengo que ponerle un alto a esta idiotez de Ben» pensó Adam buscando el número de Ben en su teléfono.
Tenía que inventarle cualquier cosa para que detuviera esa ayuda e hiciera un depósito en otra cosa.
¡Claro! El Rey Arturo podía ayudarlo, después de todo siempre habían sido cómplices. Marco el número de su hijo, después hablaría con Arturo.
El teléfono sonaba y sonaba hasta que se escuchó un “¿Aló?”
──Te necesito en la oficina, Hijo ── sonrió con malicia──Pero rápido.
Colgó el dispositivo y lo metió en su bolsillo para después sentarse en el sillón de invitados, Ben no podía saber que tenía tiempo ahí.
·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·
La puerta de madera pulida se abrió, dejando ver al castaño con su rostro lleno de preocupación.
──¿Que fue lo que pasó?── preguntó Ben, todo su cabello estaba desordenado y se notaba algo agitado── Estaba corriendo, ¿Que es lo importante?
Después de hablar entre cortado, el menor se sentó en su silla correspondiente esperando la respuesta.
──Carmelot tiene problemas financieros, otra vez── confesó Adam──Necesitan tu ayuda.
──¿Qué?── Ben parecía confundido. ¿Cómo la economía de un estado podía bajar tanto?── El mago Merlín me contó hace poco que todo estaba bien── tomó el teléfono de mesa dispuesto a llamar al mago.
──¡No!── gritó Adam arrebatando el teléfono a su hijo, Ben lo miró extrañado y él carraspeó── Digo, el Rey me llamó y me pidió una ayuda, no quiere que nadie se entere de su repentina crisis económica.
Ben asintió con su ceño fruncido, levemente.
──Yo pensaba ayudar a los nuevos habitantes de Auradon, abrirles una puerta para que pudieran modificar su vida── dijo Ben enseñándole el papel.
Adam hizo como si no sabía de aquello y mostró un tipo de sorpresa. Por dentro se estaba arrepintiendo de que bella le enseñara desde pequeño a ser tan bondadoso.
──Ese Reino te necesita, después puedes ocuparte de ellos── dijo Adam, sabiendo claramente que no permitiría esa ayuda nunca── Recuerda que yo era el Rey y las personas no se quejaban.
Ben suspiró, optó por hacer caso a su padre, después de todo, el quería ser como Adam, pero obviamente no sabía la verdadera cara de la moneda.
·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·
Inframundo,
Campos Elíseos.
Los hermosos campos Elíseos, el único lugar lleno de vida en el inframundo.
La diosa de la primavera ahora era obligada a pasar mayor parte del tiempo en el inframundo, ya que este no tenía un dios o guardián que lo vigilara.
Ella cantaba con tristeza, la tristeza que parecía tener como condena desde que Hades había sido encerrado en la isla y hasta ahora, que aún no le daban el inframundo. Obligada a satisfacer sus deseos con uno de los tantos amantes de Afrodita, el joven mortal, Adonis. Obligada a descubrir su bisexualidad cuando Adonis no estaba para ella y tenía que irse con alguna chica del mundo mortal o alguna semi diosa.
Me rodeará con sus fuertes brazos y me hará llegar a las nubes. Cuando la noche llegue a su fin, yo estaré ahí para añorar al hombre de mis sueños. La canción era en griego, una canción que le recordaba a Hades y hacia añorarlo con su alma inmortal.
Pero toda esa tristeza cambió al cantar una frase en específico; No te importó cuanto te amaba, igual me engañaste. Se levantó del pasto, su cabello empezó a crecer y las flores que habían por todo el lugar empezaron a secarse. La furia que ahora sentía por dentro tenía ganas de ser liberada.
Un terrorífico demonio, el mismo que la había acompañado a ver a Emily se acercó a ella con firmeza para darle las buenas noticias que tenía.
──Mi señora, tengo buenas noticias── dijo el horrible ser, que mantenía el trabajo de asustar a los mortales──Su esposo confirmó su venida al Olimpo.
Ella cambió su estado a uno de felicidad, ¿A caso escuchó bien?
──¿Cómo fue posible?── Preguntó con una sonrisa.
──La chica, la dama de la corte, lo convenció── confesó── La joven quiere conocer a su familia olímpica o algo así──. El demonio se fue con antes hacer una reverencia.
──¿La pequeña bastarda?──se preguntó Perséfone. Aunque ella sabia que Hades se había casado con un hada oscura, para ella, Mal no dejaba de ser una bastarda, porque era una chica fuera de su matrimonio con Hades──. Será útil.
Sonrió con malicia y empezó a reponer las flores que habían marchitado.
·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·
──Aún no entiendo tu insistencia con que vayamos a esa maldita fiesta── regañó Hades──¿Por qué quieres conocerlos?
──Tengo derecho a conocer a mi familia── Mal levantó una ceja.
──Te prometo que cambiarás de opinión── Advirtió el mayor.
Ella suspiró, ya estaba así con su padre desde hace un buen tiempo.
Ya estaba cansada de la sobre protección del mayor.
──Ya no soy una niña── Recordó con un rostro triste── Me pareció lindo poder conocer a personas de mi familia que no sean, tu y mamá.
Hades se quedó callado, era cierto, no podía quitarle el derecho de conocer a su familia, pero por otro lado sentía miedo, porque sabía más que nadie que los dioses no eran de fiar. Lo sabía por el hecho de que su propio hermano lo engañó, dejándolo para toda la eternidad aferrado a aquél mundo tan temido, por la simple avaricia de su hermano menor y por negarse a aceptar que a él le correspondía la tierra, ser dios de las tierras.
──Está bien, pero te quedarás conmigo en todo momento── Mal asintió── Debo decirte algo, Mali── Hades la miró sin expresión, pero por dentro tenía miedo de la reacción de su hija al saber que debía devolver el inframundo.── Yo-
Un fuerte portazo se escuchó en la sala. Jane, quién había sido la responsable, entró mirando su libreta y sonriendo a los dos presentes cuando chocó con el dios.
──Lo lamento, señor del inframundo──se disculpó Jane intentando ocultar el miedo que sentía── Mal, los preparativos para el aniversario de Auradon ya están listos. Ahora, necesito que te reúnas conmigo otra vez para adelantar algunas cosas de la boda.── habló rápidamente── ¿Blanco o azul pastel?.
──¿Blanco?── dijo Mal no tan segura.
──Bien, servilletas en blanco── la pelinegra tachó las servilletas de su lista── ¿Que tipo de teneros quieres?── preguntó otra vez, sacando cinco tenedores iguales, solamente cambiaba el color── Hierro, plata, oro.
Hades se despidió de Mal, era mejor dejarla sola con Jane.
──Plata── confirmó.
──El vitral que Ben hizo para tí, ¿Donde debería estar?, ¿En la entrada o el altar?── preguntó otra vez.
Mal suspiró pesadamente, Sabía que sería un largo anochecer.
·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·
Por otro lado, en el reino de cenicienta se encontraban cuidando de Chad.
¿Que pasó?, Uma quería cumplir su promesa pero para la suerte de Chad, no había conseguido matarlo si no, dejarle algunos rasguños y un ojo morado. Cómo castigo, tenía que cuidar del príncipe hasta que su párpado volviera a su color natural.
── Te dije jugo de fresa con leche, eso es sólo fresa── regañó Chad y la morena rodó los ojos.
──Me dijiste solo fresa── Ella quería arrojar el jugo sobre él, pero tendría que quedarse más tiempo.
──¡Vuelve a preparar mi jugo!── Ordenó el príncipe.── Pero primero le pondrás el agua, luego la azúcar y la leche, los mezclas y después las fresas.
──¿Que tiene que ver el orden?── Preguntó Uma y Chad solo sonrió── Bien.
La morena gruñó dirigiéndose a la cocina. Debía hacer el batido tal como lo dijo el príncipe mimado o si no, la haría volver a prepararlo.
──Ya te odio, hijo de Cenicienta── dijo Uma.
──¿Que pasó?── preguntó la madre de Chad entrando en la cocina y asustando a la contraria── Lamento asustarte pero quería decirte que ya te puedes ir, no hace falta que cuides de Chad y lamento los tratos de su parte, mi hijo puede ser un poco...── la mayor pensó uno segundos y añadió:──¿Difícil?
──¿De verdad?── preguntó Uma y la mayor asistió── Gracias, le llevaré esto y me iré.
Uma salió de la cocina con el batido de fresa que el rubio había pedido, quería vengarse de él.
Llegó al cuarto de Chad con una sonrisa mientras esté estaba en su cama de forma dramática.
«Que patético, como si estuviera inválido» pensó Uma acercándose con una sonrisa.
──Que bueno que llegas, porque...── Chad sintió como el líquido rosa y frío caía sobre él arruinando su ropa──¿Que haces? Mi padre sabrá de esto.
Uma se encogió de hombros y salió de la habitación para irse a Auradon. Ahora sí se sentía bien, ya no tendría que tomar órdenes de su ahora enemigo.
·•·⊰·◦❈◦·⊱·•·
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro