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Día siguiente de la fiesta.
—Gracias por asistir, hasta luego —fueron las repetitivas palabras de DakHo a todos los invitados que se fueron de la mansión cuando el sol salió, su hijo estaba a su lado, despidiendo con más seriedad a las personas, ofreciendo su mano y evitando abrazos de algunas mujeres.
—Limpien todo —ordenó cuando las puertas de la mansión cerraron, los empleados se pusieron en marcha, empezando a recoger todo lo que habían dejado los invitados en la larga noche.
TaeHyun observó hacia las escaleras, su esposo había ido a dormir a las tres de la mañana, eran las siete y media.
Normalmente, BeomGyu se levantaba a las nueve de la mañana, así que aún faltaba para que despertara y tal vez se levantara más tarde por haber dormido tarde.
—Señor Kang —llamó una de las del servicio, el vampiro la observó— El ramo que pidió...
—¿Qué con eso? —preguntó frunciendo el ceño.
—No nos dijo que flores quería... ¿Qué flores le gustan al señorito Kang? —preguntó la mujer, el vampiro la observó en silencio, pensando.
—Rosas —contestó luego de un rato de silencio, la mujer asintió antes de irse.
—¿Rosas? —preguntó DakHo paseándose tras su hijo con una ceja arqueada, una sonrisa ladina, tal vez burlándose de él, TaeHyun metió sus manos en los bolsillos.
—No te importa —espetó con el ceño fruncido.
DakHo sonrió, mirando a los empleados limpiar todo el lugar, no había sido tanto desastre, pero debían volver la mansión a la normalidad.
—Cierto que hoy es la cena de renovación de votos... —recordó, caminando a la salida.
—Es un almuerzo —corrigió el vampiro.
—Lo que sea, me iré, estaré por ahí —avisó abriendo la puerta de la mansión, TaeHyun hizo un gesto con la mano, mirando una última vez a su padre para subir las escaleras, dejando al servicio limpiando.
Caminó por el pasillo, deteniéndose en la puerta de la habitación de ambos, abrió la puerta, asomando su cabeza.
Su esposo estaba envuelto en las sábanas, el traje había quedado sobre la silla del tocador, solamente lo observó de lejos antes de cerrar la puerta y seguir con su caminar sin rumbo fijo, durando minutos al recorrer la mansión.
Ellos nunca habían tenido unos votos, pero ese día era la renovación de los mismos, solamente como un detalle especial y como un simbolismo de que ahora, estaban casados por voluntad, más que todo de BeomGyu.
En algunos momentos y en meses anteriores llegó a sospechar de BeomGyu por el comportamiento tan dulce y dócil, pero luego entendió que el humano solamente estaba normalizando vivir así con él y que lo amaba.
Él no se iría de su lado, se lo había demostrado varias veces.
Aún así, TaeHyun prefería estar levemente alerta, con el doble de seguridad cada vez que dejaba a su esposo sólo en la mansión, con un monitoreo de micrófonos y localizadores GPS en el auto y el anillo.
Y además, se encargaba de soportar ciertas muestras de afecto, además, de idearse planes, gestos y actitudes que encajaran o por lo menos rozaran con el concepto de "esposo cariñoso e ideal" como por ejemplo, el ramo de flores que mandó a hacer esa mañana.
Entró a su oficina, mirando las velas encendidas, el tablero de ajedrez con piezas movidas, más negras que blancas.
Pasó su dedo por las piezas, distraído.
Había valido totalmente la pena.
—Señor —alzó la cabeza cuando escuchó pasos, volteó a la puerta antes de que la mujer apareciera— El ramo está listo —avisó agachando la cabeza al verlo, TaeHyun dejó las fichas, caminando hacia ella.
—Para verlo —fue lo único que dijo, siguiéndola.
Ese día, sería solo de ellos dos.
[...]
Había ido a dormir a las tres de la mañana luego de aguantar conversas sofisticadas, comer y bailar con su esposo. No estaba cansado de eso, pero quería dormir más.
Pero la insistencia en la puerta era tanta que lo había despertado.
—Pase... —permitió restregando sus ojos, el toque siguió— ¡Que pase! —gritó levantándose con el ceño fruncido, descalzo, para abrir la puerta con rapidez— ¡Estoy diciendo que pase! —gritó al abrir la puerta, se quedó en silencio mirando a su esposo frente a él.
Eso es...
—Buenos días, bizcochito —saludó el vampiro metiendo su mano libre en su bolsillo, BeomGyu miró lo que había en la otra mano del vampiro.
Un ramo grande, de unas treinta rosas rojas, envueltas en papel color crema, y con un lazo igualmente rojo. Las siguió detallando, notando que algunas tenían destellos de brillantina.
—¿Para qué... Trajiste esto? —preguntó tomando el ramo de la mano del vampiro que solo lo observó con esa misma expresión de seriedad.
—Nunca te he dado flores —contestó, simple. BeomGyu volvió a observar las flores, sonrió sin mostrar los dientes.
—Gracias... Son muy hermosas, me gustan mucho —afirmó acercándose más a él, inclinándose a besar la mejilla fría del vampiro que se dejó hacer. BeomGyu lo observó con una pequeña sonrisa— ¿Te puedo dar un beso en la nariz? —preguntó ladeando la cabeza, TaeHyun relamió sus dientes antes de mover su cabeza, dejando su nariz a la altura de los labios ajenos, recibiendo un beso en la punta de su nariz. Exhaló con fastidio.
El humano rió, abrazando el ramo de flores.
—Alístate, el desayuno ya está hecho para ti —avisó el vampiro estirando su mano para pasarla por el cabello ajeno, BeomGyu asintió, mirándolo de nuevo.
Estiró su mano libre, tomando la barbilla del vampiro, atrayéndolo para besar nuevamente su nariz, pasando otros besos a sus pómulos antes de retroceder con una risa.
TaeHyun solo mantuvo el ceño fruncido, mirando a su esposo retrocediendo para volver a la habitación.
Cerró la puerta a sus espaldas, miró las flores una vez más antes de dejarlas en el escritorio, pasando de largo hacia el cuarto de baño para asearse cómo cada mañana.
Es hoy.
Hoy me voy de aquí. Pensó mientras se veía en el espejo, cepillando sus dientes.
Ya tenía todo listo, el plan repasado y calculado para ejecutar su escape en el momento del almuerzo.
Debía concentrarse, seguir con normalidad y no dejarse llevar por la ansiedad.
Pero era tan difícil.
La primera vez que quiso escapar... No había salido tan bien.
Aunque bueno, en esa época era un estúpido que no sabía usar la cabeza y aún no había abierto los ojos a la realidad.
Ahora sabía muchas más cosas, entendía otras más y había aprendido millones.
Es un Kang. En todo ese tiempo se había vuelto y había sido formado para encajar en el concepto de lo que es un integrante de la poderosa y prestigiosa familia Kang.
Familia a la que él iba a traicionar.
Se alistó para el desayuno con calma, mordiendo sus labios cada cierto tiempo.
Si se da cuenta estás muerto. Se amenazó él mismo en su cabeza, sintiendo sus manos sudar.
Todavía siquiera era la hora, y estaba sudando.
—¿Qué hay de desayunar? —preguntó caminando con confianza hacia el comedor, TaeHyun lo esperaba sentado frente a los pocos platos y algunas bandejas llenas de comida.
Con confianza, se arrojó al regazo del vampiro, pasando su brazo por los hombros ajenos.
—Tu desayuno favorito —contestó el vampiro rodeando su cintura con un brazo, BeomGyu volteó a ver los platos con más detalle, relajando un poco su expresión al ver la comida.
Definitivamente, ese era su desayuno favorito.
Pancakes de miel con mantequilla, chocolate frio, fresas y moras picadas finamente en una ensalada, con algo de azúcar.
Era su favorito.
—¿Cómo sabes? —preguntó empezando a comer, pensando en lo estúpida que había sido su pregunta.
—Estoy obsesionado contigo, ¿Cómo no saberlo? —preguntó de vuelta el vampiro, BeomGyu masticó los pancakes, volteando a verlo.
—¿Ah sí?... Dime mi color favorito —pidió tomando el vaso de chocolate, TaeHyun frunció el ceño.
—¿Qué estupidez es esa? —preguntó el vampiro, sintiéndose ridículo con esas preguntas.
Eran detalles muy mínimos, cosas demasiado ridículas desde su perspectiva.
Aún así, sacaba las respuestas por lógica.
—Verde —contestó recordando que la habitación de niño de su esposo tenía más que todo tonalidades verdes, BeomGyu asintió con lentitud.
—Dime... ¿Qué fruta no me gusta?
—El tomate... Y no hagas más preguntas estúpidas, desayuna en silencio —ordenó con el ceño fruncido, BeomGyu solamente sonrió, comiendo tranquilamente, saboreando su exquisito desayuno.
Se quedaron en silencio por un rato, solamente algunos sonidos que BeomGyu soltaba al saborear o simplemente comer.
—¿A qué hora es la reservación? —preguntó tomando una servilleta para limpiar sus labios, algo lleno de miel y el líquido natural de la fresa.
TaeHyun detuvo su mano, haciéndolo darse la vuelta hasta verlo, quedando cara a cara.
—A la hora que gustes, tendrán la mesa lista para nosotros —contestó mirándolo desde los ojos a los labios, BeomGyu ladeó la cabeza, sonriendo.
—Uhm, verdad que ésta vez no pediste el local vacío —recordó. Había sido por petición de él, BeomGyu había insistido en que estaba harto de siempre estar los dos solos en un local de comida, TaeHyun siempre ordenaba que el público se fuera, además, que había llegado a reservar entero por horas, solo para ellos dos.
Así que, había usado como excusa que le gustaría algo más... Social, como una pareja de casados que casualmente había ido a celebrar su renovación de votos en ese restaurante.
TaeHyun se lo cumplió, obviamente.
Pero más que ser un poco más social, era el punto clave para escapar.
Un local lleno de personas, unas se confundían con otras aveces, diferentes olores, diferentes salidas.
Era el punto número uno.
BeomGyu pasó sus brazos por los hombros ajenos, inclinándose voluntariamente a su esposo, mirando al vampiro que pasó su lengua por sus labios, saboreando la miel y fresa que había, abrazándolo de los hombros para besarlo con profundidad.
En ese momento, entró una de las empleadas de servicio, cabizbaja.
—Con permiso... —murmuró, caminando hasta la mesa, ambos ignoraron a la mujer.
TaeHyun lo abrazó de la cintura con fuerza, BeomGyu jadeó sin vergüenza, usando su lengua que se juntó con la de su esposo.
Por arriba de los suspiros y los jadeos suaves que soltaba, se escuchaba el sonido de los platos siendo recogidos.
La mujer trató de apresurarse, sintiendo algo de vergüenza.
A centímetros de ella sus jefes se estaban comiendo la boca.
¿Quién estaría desinteresado en esa situación?
Cuando terminó de apilar el último plato, dió un salto en su lugar, sujetando con fuerza la bandeja.
¿Debería preguntar si traigo el postre? Se preguntó cabizbaja, mirando de reojo al humano recostado boca arriba en la mesa, el líder vampiro entre sus piernas, acorralando su cuerpo.
—Uh... Señorito Kang, ¿Quisiera postre? —preguntó en un tono firme, BeomGyu volteó a ver a la mujer mientras abrazaba los hombros de su esposo, TaeHyun besó su cuello.
—Si, trae el postre —afirmó haciendo un gesto con la mano para que se fuera. La mujer lo hizo casi de inmediato, dispuesta a enviar a otro a entregar el postre.
Quién sabe que estarían haciendo de ahí a qué ella llegara con el postre.
—Tu papá... ¿En dónde está? —preguntó dejando sus manos en el pecho del vampiro, sintiendo los besos húmedos en su cuello.
Que no pretenda que lo haremos...
—Se fue en la mañana, debe estar por ahí —contestó, BeomGyu mordió su labio inferior, empujando un poco al vampiro.
—Me voy a comer mi postre, quítate —pidió levantándose de su lugar, TaeHyun quedó sentado en la silla, BeomGyu en la mesa, una pierna a cada lado del vampiro que lo rodeó de la cintura, recostando su cabeza en uno de sus muslos.
BeomGyu lo observó, alzando una mano con intenciones de pasarlo por su cabello, se quedó mirando al vampiro unos segundos.
¿Alguna vez había pensado en clavarle un cuchillo?
Si, varias veces.
¿Se había imaginado asesinando a su esposo?
Claro, aunque no era tan constante.
¿Era capaz de matarlo?
—No... No hagas eso —reclamó el vampiro quitándose de su lugar, sintiendo los dedos pasarse por su cabello, BeomGyu lo observó.
—¿Por qué? —preguntó, jalando al vampiro hacia él, dejándolo recostado en su muslo a la fuerza— No me importan las razones, solo quédate ahí —ordenó pasando sus manos por el cabello ajeno, el vampiro solamente se quedó en su lugar, sintiendo las manos en su cabello.
¿Desde cuándo tenía que hacer esas ridiculeces? ¿Por qué se dejaba hacer?
Porque no quería que se fuera...
TaeHyun no soportaba y jamás soportaría ese tipo de tratos, le parecían ridículos, innecesarios y no les encontraba la importancia que muchos le daban.
—Basta —decidió luego de cinco minutos exactos, se separó con brusquedad, pasando sus manos por su cabello, ordenando lo que BeomGyu había enredado por su cabello.
BeomGyu lo observó, mirando de reojo a otra mujer ir con su postre.
—Que lo disfrute —deseó la mujer antes de irse con rapidez, BeomGyu lo tomó.
—¿Tu mamá nunca te quiso? —preguntó sin pensarlo, TaeHyun lo observó, arqueando una ceja con burla.
—¿La tuya si?
—Cabrón —insultó dejando su pié en el pecho del vampiro, haciendo presión, TaeHyun solo le mantuvo la mirada, sin preocuparse— Hablo enserio... Tu... ¿Nunca recibiste un abrazo de tus padres?... Una... No sé... Una caricia...
—¿A dónde quieres llegar? —preguntó mirando a su esposo comer de la copa de helado que le habían dado, BeomGyu alzó los hombros.
—Eres... Muy seco, muy reacio al tacto cariñoso...
—Que lo sea no tiene nada que ver con mis padres, y antes de que sigas hablando ridiculeces, que sea como soy no es un problema que tengas que buscar que resolver, o buscar las razones de mis acciones —aclaró, sujetando el tobillo de su esposo— ¿Qué quieres? ¿Que me ponga como un ridículo a dejarme tocar como un gato?
—Lo digo solo porque... Puede que sea por culpa de tu infancia o-... —se quedó callado cuando TaeHyun soltó una carcajada limpia, mostrando una sonrisa resplandeciente y gigante, BeomGyu bajó el pie de dónde lo tenía, miró su helado.
—Ah, bizcochito... Lo que somos no lo define nuestra familia... No lo define la infancia, lo defines tú... Tú defines quién eres y como quieres ser, pero que quieras culpar a otros, no es mi problema... —habló levantándose de su silla con un suspiro, BeomGyu lo observó fijamente, TaeHyun se inclinó a él, dejando una mano a cada lado de su cuerpo, sus respiraciones se mezclaron— Aún así, si hablamos de infancia y de toda la estupidez de la familia... Mira los gestos que tienes conmigo... Te ví crecer, ví como tu maldita madre te cambiaba los pañales... Y créeme que en ninguno de esos años te besó la nariz, no te acariciaba el cabello, siquiera jugaba contigo ni te prestaba atención... Aunque claro estamos hablando de familia, ¿Cierto? Así que... No creo que seas el mejor para hablar de eso, después de todo, tú única familia es una maldita vieja que no puede decirte ni una palabra...
—Por tú culpa —acusó de inmediato, TaeHyun ladeó la cabeza.
—Sea quién sea. Deja de creerte psicólogo y jugar al consejero, que tú y yo sabemos que no eres el más mentalmente estable para hablar de esto —finalizó pasando su lengua por las comisuras ajenas, quitando el resto de helado que había.
—Tu tampoco... —contestó en voz baja.
—No lo he negado en ningún momento, cariño mío.
1...
Pues... ¿Opiniones? No piensen que estoy alargando el asunto, es que estos caps que vienen se hicieron muy largos, y los he dividido para que no sea tedioso!
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The_Dark_Diamond04
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