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Día de la fiesta.



















-Buenos días, bizcochito -eso fue lo que escuchó a primera hora de la mañana, seguido de besos húmedos por su abdomen desnudo y con marcas de diferentes tonalidades, más que todo moradas y también mordidas enrojecidas.

Bostezó, pasando sus manos por sus ojos, despejando el sueño que tenía, sin tomarle importancia al vampiro sobre él que besaba su abdomen y bajaba por sus muslos, besando por encima de su ropa interior, la única prenda con la que había dormido.

Se estiró un poco, volteando a ver a su esposo que iba por su pantorrilla, besando las pocas marcas que había allí.

-Quiero ir a comer afuera -pidió mirándolo fijamente, TaeHyun volteó a verlo- No quiero desayunar aquí.

-¿A dónde quieres ir? -preguntó el vampiro pasando su nariz por su abdomen, subiendo por su pecho, dejando un beso húmedo en cada pezón, el otro suspiró sintiendo el escalofrío que lo recorrió.

-A un café... No necesariamente en el lado humano, puede ser aquí -pidió dejando una mano en el pecho del vampiro cuando quedaron cara a cara.

TaeHyun lo observó con seriedad, BeomGyu solamente ladeó la cabeza.

-Cambia la cara -ordenó, el vampiro arqueó una ceja, sin entender.

-¿Qué quieres entonces? -preguntó, tosco, BeomGyu alzó sus manos, acunando las mejillas del vampiro, dejó sus pulgares a cada lado de sus labios, estirando su piel para formar una sonrisa.

-Así -enseñó haciéndolo mostrar los dientes, formando una sonrisa. Pero a pesar de que había una sonrisa, el vampiro lo observaba con seriedad- Pon de tu parte -animó, tomando asiento, TaeHyun también tomó asiento con un suspiro.

-Jodes demasiado... -murmuró entre dientes, BeomGyu sonrió con diversión, volviendo a estirar con sus dedos los labios del vampiro, formando una sonrisa, sus dientes se veían, los colmillos dándole el toque que le gustaba.

-Casi nunca sonríes... Siempre tienes una expresión seria... Así te ves mejor... -murmuró de vuelta, soltando las mejillas ajenas e inclinándose a besar la punta de su nariz, TaeHyun retrocedió con un bufido.

-¡Carajo, no hagas eso! -reclamó con el ceño fruncido, BeomGyu rodó los ojos levantándose de la cama.

-Te falta afecto -opinó entrando al baño, tomó su cepillo de dientes, TaeHyun se levantó de la cama de brazos cruzados.

-¿Quién eres tú para hablar de afecto? ¿Eres experto acaso? -preguntó con un tono de burla, BeomGyu se quedó en silencio, lavando sus dientes bajo la atenta mirada del vampiro- Arréglate para ir a desayunar, estaré abajo -avisó antes de salir en silencio.

BeomGyu se observó a sí mismo en el espejo, aún lavando sus dientes, pensando en lo que acababa de pasar.

¿Quién eres tú para hablar de afecto? ¿Eres experto acaso?

TaeHyun tenía razón, él no tenía tampoco un historial lleno de afecto y patrones amorosos por los qué guiarse porque al fin y al cabo, no recordaba gran parte de su infancia y lo que recuerda fue fingido, un teatro, así que no conocía un real afecto.

¿MinHyuk? Fue un total engaño.

Además, en la retorcida relación que ambos mantenían el afecto no tenía un lugar, estaba por fuera de esa burbuja tóxica de Kang y él.

No vivían en un mundo dulce, lleno de color y flores, estaban en un mundo sombrío, con realidades fuera de lo rosa, en dónde las flores se marchitaban más rápido.

Una sonrisa dulce, una sonrisa genuina, era algo que jamás había recibido de su esposo.

Las pocas sonrisas que recuerda haber visto de él son sonrisas de satisfacción, frente a un cadáver, cuando lo veía llorar de dolor y se regocijaba de ello, la sonrisa vil y ciniestra que lo acompañaba en sus pesadillas.

Era incluso hasta extraño que ellos se comportaran de esa manera.

Lo más dulce que habían hecho era perseguir un hombre por un bosque y matarlo en una cita.

Y en términos de gestos afectuosos, lo que más podría catalogar como cariñoso era cuando el vampiro lo sujetaba de la mano y besaba su dorso, y cuando él mismo besaba la punta de la nariz del vampiro, a pesar de que no le gustara.

Eso era lo más cariñoso que había en su relación, y no sé esforzaría por buscar más porque no lo necesitaba, no necesitaba un marido dulce, amoroso y que velara por su bien. Era algo ilógico y desconocido para él, además de que no tenía el interés en ello.

Ya tenían una manera predeterminada de ser, ya tenían gestos que solo ellos conocían, se acostumbraron a hacer ciertas cosas a la manera que ellos conocían.

-Vámonos -ordenó bajando las escaleras con un cambio de ropa que cubriera sus marcas, para ir a desayunar.

TaeHyun lo esperaba en la puerta, revisando algo en su teléfono.

Sus vidas no iban a ser cambiadas de la noche a la mañana, las costumbres no desaparecían de un día a otro.

Ellos eran así.

-Quiero... Un sándwich de atún, un café helado y... Un postre de miel, por favor -pidió cuando estuvieron en el local, un café del lado vampiro en dónde fueron recibidos con el respeto de siempre, siendo atendidos de la mejor manera que podían.

Después de todo, era el líder y su esposo.

TaeHyun se quedó sentado frente a él de brazos cruzados.

-Hoy voy a ir con la señora Che...

-No puedes.

-¿Enserio? No te pregunté si podía -contestó en un tono dulce, dejando su barbilla en su puño, TaeHyun frunció el ceño- Voy a ir a visitarla un rato, tengo semanas que no voy.

-Hoy es la fiesta, ¿Cómo pretendes irte?

-Es un rato, TaeHyun.

-No vas a ir.

-Ya lo veremos -finalizó volteando a ver alrededor, los pocos comensales que había estaban en silencio, metidos en sus platos de comida o teléfonos, ignorando la conversación de ellos dos.

Era obvio que los podían escuchar, todos eran vampiros allí.

-Su orden, señorito Choi, tenga buen provecho -deseó el mesonero dejando su pedido en frente- Lider Kang, ¿No desea algo usted? La casa invita.

-No -negó de inmediato el vampiro haciendo un gesto con la mano para que el mesonero se fuera, BeomGyu miró su comida, tomó el postre de miel, dejándolo en frente del vampiro que frunció el ceño, observándolo.

-Acompáñame a comer -pidió tomando su emparedado, TaeHyun miró el postre.

-No me gusta la miel, es muy dulce -negó estirando la mano al café de su esposo, bebiendo de él para acompañarlo a comer.

BeomGyu comió en silencio, pensando en múltiples cosas a la vez.

Si vivimos esperando a que una persona cambie, estaremos viviendo en agonía, desespero y tristeza.

No podemos vivir esperando un cambio, porque no habrá uno y menos hablando del tipo de hombre que es Kang TaeHyun.

Tantos años viviendo de una forma específica, ¿Cambiaría de un día para otro sólo porque sí? No, eso jamás pasaría. Su única opción era adaptarse a la situación y acostumbrarse.

De hecho, ya estaba acostumbrado a sus actitudes, a su seriedad y a su manera tosca de ser.

Estaba acostumbrado a tantas cosas que no sabría cómo empezar a enumerarlas. Y no tan solo acostumbrado, estaba a gusto con ciertas cosas, se había dejado adaptar y formar por TaeHyun.

-Está delicioso... -murmuró comiendo con gusto, probando el postre de miel, TaeHyun bebía del café en silencio, solamente observándolo con una mirada intensa.

Estaba tan acostumbrado a esa mirada que hasta la ignoraba.

Por otro lado, pensó en la señora Che, la mujer había adaptado su vida a esa cabaña en dónde estaba, pasando los días uno tras otro, cautiva en ese lugar.

Tenía la completa libertad de salir pero la mujer no tenía el total ánimo para hacerlo. BeomGyu la visitaba cada cierto tiempo, siquiera duraba media hora ahí.

-Te dije que no vas a ir -repitió TaeHyun cuando salieron el café, dentro del auto, BeomGyu soltó una risa.

-Es que no te lo pregunté, TaeHyun, voy a ir -afirmó mirando su teléfono, era temprano y la fiesta sería en unas horas, empezaría exactamente a las diez de la noche- Llévame, te quedas afuera y me esperas, no tardaré mucho -prometió haciendo un gesto con la mano para que se pusiera en marcha- Conduce.

-No soy tu maldito chófer.

-Entonces dame las llaves y yo conduzco -retó estirando su mano, TaeHyun lo ignoró encendiendo el auto, poniéndose en marcha en dirección contraria a la mansión en silencio. BeomGyu miró por la ventana del auto.

Por muy lejos que estuviera de la señora Che y lo poco que la visitaba, TaeHyun lo mantenía vigilado, después de todo la casa tenía micrófonos en ciertas partes, así que cualquier cosa que él hablara en esas paredes, quedaría grabado y el vampiro lo podía escuchar.

Ellos podrían confesarse confianza, pero una cosa es decir y la otra es hacer.

TaeHyun lo tenía vigilado de todas las formas posibles.

O eso creía él.

-Ya vuelvo -prometió, inclinándose a besar los labios del vampiro que solo lo observó salir del auto, caminando lo poco que quedaba para llegar a la casa de la mujer.

Miró en silencio como su esposo tocaba la puerta, al rato siendo abierta por la señora Che.

Relamió sus colmillos y frunció aún más su ceño cuando vió el abrazo que compartieron los dos, cruzando los brazos cuando la puerta se cerró.

Sacó su teléfono de sus bolsillos, abriendo una aplicación en específico, miró la casa fijamente mientras escuchaba por el teléfono.

-Lamento no haber venido antes, he estado ocupado con TaeHyun... -el momento de silencio fue el de la mujer escribiendo y su esposo leyendo- Oh, no es eso... Hoy cumple años su padre y haremos una fiesta... Quisiera llevarla pero no creo que TaeHyun esté de acuerdo... ¿Le ha gustado la libreta que le dí? Veo que le ha dado uso -su esposo río, TaeHyun rodó los ojos.

¿Qué tanto se tarda?

Por otro lado, BeomGyu le quitó la libreta de las manos, pasando las páginas, la señora Che lo observó con curiosidad, sin entender el pasar de las páginas del otro.

BeomGyu siguió hablando, haciendo preguntas mientras le daba miradas.

-¿Ha estado aburrida? Me encargaré de traerle cosas... Para que se distraiga -prometió llegando a la página que quería, se apoyó en una mesa, mirando la página que había buscado, la señora Che se acercó a ver, alzando las cejas.

La página tenía una sección al estilo de un sobre, BeomGyu metió la mano en él, sacando un chip de teléfono que la mujer siquiera sabía que estaba ahí, BeomGyu lo metió en su bolsillo.

-Un televisor tal vez no le haga mal... Un radio... O salir más, ¿No le gustaría ir a dar un paseo a un centro comercial? -preguntó pasando las páginas, hizo una seña a la mujer, señalando una sección que también eran los separadores de la libreta, sacó de allí una llave, mostrándole a la mujer que hizo una expresión de confusión pero a la vez estaba sorprendida.

¿Qué planeaba su sobrino?

-En cuánto me desocupe de esto de la fiesta... Podremos salir a un centro comercial -prometió mirándola fijamente, la señora Che sonrió sabiendo que no se refería específicamente a un centro comercial, BeomGyu le quitó el lápiz con el que escribía para escribir él mismo en la hoja con rapidez- Por ahora, revise lo que le falte e iremos a comprarlo juntos... O simplemente pasaremos un tiempo juntos, podemos salir a un café... O a un restaurante... No se preocupe, hablaré con TaeHyun para que me lo permita -cerró la libreta al terminar dejándola en manos de la mujer que la apretó.

Nunca se le había ocurrido revisar la libreta a profundidad, pero ahora BeomGyu se lo estaba ordenando indirectamente.

Ella no sabía de ese chip, tampoco de la llave que estaba ahí.

¿Qué más podría tener esa libreta?

BeomGyu volteó a la puerta cuando fue tocada, con total calma se acercó a abrir, TaeHyun estaba parado ahí.

-Vámonos -ordenó tomándolo de la muñeca, BeomGyu volteó a ver a la señora Che que se acercó a él con intenciones de abrazarlo, pero TaeHyun lo jaló hacia afuera, sin tomar en cuenta a la mujer.

-Nos veremos, señora Che... -prometió guiñando un ojo a la mujer que lo despidió con la mano derecha.

¿Para qué necesita ese chip? Se preguntó la mujer cerrando la puerta a sus espaldas, mirando la libreta que había pasado de ser insignificante a ser muy importante.

Tomó asiento en la mesa, abriéndola y buscando la página que BeomGyu había anotado.

"En dos días se irá al lado humano, alquilará un teléfono cualquiera y llamará a este número..."

Su corazón empezó a latir con rapidez, sentía alegría, a la vez miedo.

Iban a escapar, BeomGyu iba a escapar y se la llevaría con él.

Pasó sus manos por sus ojos cuando los sintió cristalizados, siguió leyendo.

"La persona que le atienda la guiará a un apartamento al otro lado de la ciudad, le dejé la llave en la libreta... Revise las secciones de la libreta y encontrará todo lo necesario..."

Pasó las páginas con curiosidad, revisando sección tras sección.

Miró de nuevo la llave, dejándola en su lugar antes de seguir revisando las siguientes secciones, alzando las cejas cuando encontró una tarjeta. Tras ella tenía pegado un papel con la contraseña junto a la cantidad que tenía.

Volvió a meter la mano, sacando una identificación falsa.

Jung Soo-Ra.

Ese era su nuevo nombre, revisó de nuevo la tarjeta que también tenía ese nombre.

BeomGyu le había dejado la llave de un apartamento, una tarjeta con el suficiente dinero para vivir por un tiempo considerable y una identificación falsa.

La señora Che tenía sus órdenes, tenía todo lo necesario, solo necesitaba escapar el día que le dijeron y todo estaría bien.

Suspiró, terminando de leer el escrito.

"Si la atrapan... No me haré responsable, no me devolveré a buscarla, así que hágalo bien."

La mujer cerró la libreta, quedándose con la mirada en un punto fijo del lugar sin poder creer que en cuestión de días estarían fuera del territorio vampiro, que escaparían como tanto lo deseó.

Por otro lado, BeomGyu besó la mejilla de su esposo que conducía de vuelta a la mansión.

-¿Ves que no me tomó mucho? Ahora podemos arreglarnos para la fiesta -habló con una sonrisa juguetona, TaeHyun solamente estiró su mano para dejarla en su muslo, mirando el camino fijamente.

Ya todo estaba listo en la mansión, bien decorada, los chefs haciendo la comida que entregarían, solamente debían esperar a que pasaran las horas para que los invitados llegaran, y que el propio DakHo llegara.

-No te vas a separar de mí en toda la noche -ordenó mientras iban en camino, BeomGyu miró la mano en su muslo, decorada con el anillo que le había regalado.

-Sabes que no lo haré... -contestó pasando sus dedos por las venas que se marcaban en la mano del vampiro que condujo en silencio.

BeomGyu sonrió de medio lado, mirando el camino.

Ya había recogido el chip, un chip que nadie podría rastrear por no saber el número, debía meter ese chip en su teléfono el día que escaparía para que TaeHyun no lo rastreara por allí, además de sacar el chip en el anillo.

El único que conocía el número de ese chip era Kwan, y TaeHyun no tenía ni la más mínima idea de quién era.

Siquiera sabía lo que pasaría.













3...









































O.o

Espero les haya gustado!

The_Dark_Diamond04

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