9
Después de eso, todo fue agobiante, conocer personas, hablar, seguir fingiendo mientras él solo quería encerrarse en la habitación. Estaba cansado, incómodo, molesto.
No hizo ni el mínimo esfuerzo para aprenderse los nombres que le dijeron, apenas y pudo memorizar los nombres de los miembros de la corte, aún así, luego le tocó a él prestarle a TaeHyun a los de su lado.
Agradecía a las personas que los felicitaban, deseándoles una matrimonio feliz.
¿Acaso eran imbéciles?
Era más que obvio que eran un matrimonio por conveniencia, no había amor, no se conocían desde antes ni se habían enamorado y habían esperado el momento indicado para casarse, no, era falso.
—¿A dónde vas? —preguntó TaeHyun cuando lo sintió despegarse de su agarre. BeomGyu se guardó las ganas de no contestarle y se volteó a verlo.
—Iré con Haneul al jardín —fue lo que dijo, sin dejar que el otro le contestara, tomó a la niña de la mano y salió de la mansión, llevándola al jardín, decorado con flores, muy bien cuidado, cortado, varias flores de colores en arbustos, caminos con piedras para no pisar nada.
Haneul iba a hablando de lo lindo que era todo, le gustaban mucho los jardines, y empezó a explicarle que le habían contado sobre los colores de las rosas.
BeomGyu asentía y daba respuestas cortas, mirando a la niña de vez en cuando.
Veía a Haneul mover sus manos, y explicar con emoción, dando como ejemplo algunas rosas que había en el lugar, explicando el color de ellas.
Podía oír su voz, pero no comprendía nada de lo que decía.
¿Cómo debería sentirse?
¿Cómo debería actuar?
¿Enserio ese era su deber?
Había nacido en esa familia, así que si, lo era. Y no había otra opinión, ya debía dejar de pensar en que habría una salida u otra opción para lo que pasaba.
—¡Hyung, no me está escuchando! —se quejó Haneul soltando su mano a modo de reclamo, BeomGyu la observó alzando las cejas.
—N-no, princesa —negó con la cabeza, la niña miró el arbusto a su lado, estirando su dedo a la rosa blanca, acariciándola con cuidado.
—Ahora es un adulto como mamá y papá —se quejó sintiendo los brazos de su hermano mayor rodearla por los hombros. BeomGyu suspiró, volteándola para que lo viera, tuvo que agacharse para quedar la niña viendo un poco hacia abajo, más cómoda.
—No, no lo soy, Haneul.
—¡Claro que si! Me está ignorando y finge que si me está escuchando.
—No, no es así —negó a pesar de que sabía que era verdad. La niña se cruzó de brazos, moviendo insistentemente su pie contra el suelo.
—¿Que significan las rosas blancas entonces?
—U-uh... ¿Paz?
—¡Perdón, hyung! ¡Significan perdón! —aclaró sintiéndose estresada. Con tan solos diez años, Haneul era demasiado inteligente, se daba cuenta de las cosas y podía dar una opinión o conclusión de cualquier hecho, su entorno lo pedía.
Y además, Haneul a pesar de saber que su hermano ya era un adulto había estado feliz de que a pesar de serlo se tomaba el tiempo de escucharla y de compartir con ella como se debía compartir con lo que era, una niña.
Pero sentir que su hermano también la estaba ignorando esos segundos, la hizo sentir estresada, triste.
—Repíteme los colores, me los aprenderé, Haneul —pidió su hermano quedándose agachado, dispuesto a aprenderse el significado de las rosas por ella.
—El blanco es perdón, el amarillo es anhelo, el rojo es amor, y las rosas son cariño —dijo señalando los colores de las flores a su alrededor, BeomGyu asintió mirando las rosas bien cuidadas memorizado los significados que Haneul le decía.
Esos no eran los significados que él sabía.
—¿Quién te enseñó eso? ¿Mamá? —preguntó acariciando el cabello negro de la niña que negó con la cabeza con una mueca de burla.
Yang Mi a pesar de no tener responsabilidades como las de JunSeo, y tener prácticamente la mayoría de tiempo libre, no se dedicaba a su hija como era debido.
—Me lo enseñó la señora Oh mientras me cocinaba galletas —dijo, ambos hermanos sonriendo por la mención de la señora.
La señora Oh, perteneciente al servicio de la mansión Choi desde que BeomGyu cumplió sus tres años de edad, la mujer lo bañó, alimentó, cambió y cuidó cuando sus padres no podían. Con la llegada de Haneul no había participado mucho por el hecho de que BeomGyu siempre había estado un paso más adelante que ella, ayudando a su madre y cuidando a la pequeña al quedarse solo en la mansión. La mujer definitivamente tenía un lugar en los corazones de los hermanos, y en secreto, era un espacio más grande que el que tenían sus padres cuando de BeomGyu hablamos.
Pero con Haneul, la niña podía decir hasta ahora que el espacio más grande en su corazón era para su hermano, mientras que el más pequeño era para su padre.
-Hace frío, hyung, ¿Podemos volver adentro? -preguntó la niña luego de caminar un rato más por el jardín, BeomGyu la observó.
¿Adentro?
¿Adentro donde estaba Kang TaeHyun?
—¿O no quiere? Podemos quedarnos aquí si no quiere que su esposo lo toque —dijo de inmediato la niña jalando al mayor a una banca de cemento cercana que había, más BeomGyu frenó a la niña mirándola con una pequeña sonrisa.
—Vamos, tienes frío.
—Pero, ¿Y el líder Kang? Va a volver a agarrarlo, y no le gusta, hyung —afirmó la niña sabiendo muy bien como identificar la incomodidad en su hermano, la molestia, además, ella era una niña, pero tenía lógica.
Nunca había visto a TaeHyun, el día que aparece le pide matrimonio a su hermano, al día siguiente se casan, ahora viven juntos, todo en menos de tres días.
Ellos no se amaban como su madre y padre.
—No me incómoda, Haneul, nosotros lo hablamos y... Ambos estamos de acuerdo —le trató de explicar, no muy convencido de hablar. Los guardias eran vampiros, podían escuchar a largas distancias, adentro igual, no era cómodo— Solo debo acostumbrarme.
—Mentiroso —acusó la niña con el ceño fruncido. La misma pelinegra desvió la mirada, alguien venía hacia ellos.
TaeHyun metió las manos en sus bolsillos, caminando los pasos que le quedaban hasta ambos hermanos.
BeomGyu lo observó.
—En un rato acabará todo, debemos despedir a los invitados —avisó recibiendo un asentimiento corto del cazador.
—Oiga, líder Kang —Haneul lo llamó, acercándose unos pasos al vampiro que la observó, presentándole atención— ¿A usted le gusta que lo toquen sin su permiso?
—No, señorita —negó con la cabeza, él había estado escuchando parte de la conversación mientras caminaba hacia ellos. No le impresionaba lo inteligente que era la niña a su edad, era hasta normal por el hecho de estar criada y viviendo entorno a líderes, reglas, todo lo que el entorno era.
—A mi hyung tampoco le gusta, y usted lo hace —acusó. BeomGyu jaló a la niña un poco murmurando entre dientes que se callara.
Pero Haneul siguió.
TaeHyun sonrió levemente y se agachó frente a la pequeña.
—Señorita Haneul, yo tengo el permiso de su hermano, no sé si él se lo explicó —dijo volteando a ver al cazador que asintió mirando a su hermana.
—Haneul, camina —pidió haciendo a la niña caminar frente a ellos de vuelta, con los brazos cruzados y el mentón en alto.
Ella le había advertido al señor Kang, lo acababa de hacer y ella sola.
Aunque, ¿Quedó claro que es una advertencia?
—Lider Kang —se volteó haciendo a los dos adultos detenerse.
—¿Si?
—Es una advertencia —fue lo que dijo antes de seguir caminando, volviendo a pasar sus dedos por las rosas y pisando algunas hojas del camino.
TaeHyun soltó una risa floja mirando a la niña.
BeomGyu lo observó.
—¿Por qué acaba tan temprano? —preguntó caminando a su lado, sus hombros rozaban.
—No hubo demasiado tiempo para planificar algo muy grande y duradero, además, no me gusta que estén muchas personas en la mansión —explicó mirando aburrido el jardín. BeomGyu asintió.
Por eso había tan poco servicio.
Dentro de la mansión solamente habían tres mujeres y un hombre.
La señora Che, el hombre que se encargaba de la comida, y dos mujeres que servían para lavar la ropa y limpiar.
Eran pocas, comparadas a los de su casa.
Cuando volvieron a la mansión, nuevamente sintió la mano de Kang en su cintura.
No hizo ni reaccionó tan mal como la primera vez, aún así, estaba incómodo.
Se despidió de todos con cortesía, dando las buenas noches, y sonriendo. No recordaba ninguno de los nombres que le habían dicho, aún así fingió que si.
—Estamos en contacto -dijo JunSeo dándole una mirada a Kang que asintió.
—Adiós, padre —BeomGyu hizo una reverencia pequeña a su padre.
Se despegó del brazo de Kang para poder abrazar a Yang Mi y a Haneul, las últimas en despedirse.
—Linda mansión, líder Kang &dijo Haneul con una sonrisa— No se olvide de lo que hablamos —recordó mirando severamente a Kang, tan severo como lo podía hacer una niña.
—No se me olvidará, señorita —afirmó despidiendo a la familia Choi.
Los últimos.
BeomGyu suspiró mirando la puerta ser cerrada.
—¿Quieres cenar? —preguntó TaeHyun mirando al cazador que asintió de inmediato, no había comido nada y era muy tarde— Sirvan la cena —ordenó cuando observó a una de las mujeres de servicio pasar, de inmediato ésta asintió— Que nada tenga tomate.
—Si, señor —fue lo que dijo, recordando decirle ese detalle al chef.
El gesto de Kang era...¿Amable?
Aún así, no le agradecería.
Sin nada que decir o que hablar con el vampiro empezó a subir las escaleras, directo a la habitación para poder cambiarse de ropa a algo más cómodo, tal vez tomar su celular un rato o solamente quedarse en el balcón pensando y repasando una y otra vez cosas que no tenían solución o fin.
Le alegró que el vampiro no apareciera a molestarlo ese momento, soportó verlo en la cena y solamente asintió cuando escuchó las buenas noches de su parte.
Podía ser tranquilo, si solo eran puntuales.
Si solo desayunaban y cenaban, buenas tardes y buenas noches, buenos días también.
Cosas puntuales y monótonas que no le importaba cumplir todos los días si no pasaba de allí.
No le importaba estar encerrado en la habitación para no tener que verle la cara, podía dormir, podía usar su teléfono.
Eso lo implementó por cuatro días enteros, el vampiro al parecer había entendido como serían las cosas.
No sabía qué hacer más que eso, y a pesar de que era incómodo y se sentía en el ambiente, era lo que había y debía adaptarse.
No sabía si TaeHyun salía y volvía, no le interesaba tampoco, no le importaba si DakHo iba, salía a saludar por educación y luego volvía a la habitación, la señora Che lo despertaba o aveces le llevaba el almuerzo hasta la habitación.
¿Parecía un recluso? No le importaba.
Así era mejor.
No fue hasta que pasó una semana que hubo un pequeño... Encuentro.
Estaban cenando, BeomGyu cortaba su pedazo de carne bien cocido mientras que TaeHyun uno apenas y cocido, aún con gotas líquido carmesí.
—No sales de la habitación más que para comer, y aveces la señora Che te lleva el almuerzo, ¿Es para evitarme? Por lo menos deberías saludar a tu esposo —habló Kang llevando un pedazo de jugosa carne a su boca. BeomGyu lo observó— Pasas el día en el celular, hablando por teléfono con MinHyuk.
—¿Cómo sabes de él? —preguntó dejando de cortar la carne. BeomGyu frunció el ceño.
—Yo escucho todo lo que pasa en esta mansión —le contestó lo obvio. Era más que obvio por ser vampiro podría escuchar las llamadas de toda la mansión— ¿Es tu novio?
Pero, había un detalle...
BeomGyu nunca había llamado a MinHyuk ni viceversa, habían hablado solo por mensaje, entonces, ¿Cómo Kang lo sabía?
—No le importa —brusco y con el ceño fruncido, así contestó de inmediato. TaeHyun ladeó la cabeza.
—Ahora tienes esposo, no debes tener relaciones por fuera —le recordó. BeomGyu soltó una risa floja, volviendo a su plato de comida.
—No hay nada que me lo impida.
—Ahora almorzaré aquí también, así que quiero verte almorzando conmigo también, olvídate de los almuerzos que te lleva la señora Che —le dijo, sujetando el cuchillo para cortar un pedazo de carne. BeomGyu chasqueó la lengua— ¿Qué? ¿No quieres?
—No, no quiero verle la cara más tiempo de mi día —contestó sin pensarlo, sintiendo que la rutina que había llevado esa última semana se iría por la borda por esos almuerzos.
Cada que lo veía se sentía incómodo, lo hacía molestar. No le gustaba.
TaeHyun no tardó mucho en encaja con extremada fuerza el cuchillo en el trozo de carne, salpicando un poco de la sangre y haciendo dar al cazador un salto en su lugar.
—Tendrás que acostumbrarte porque esta es la cara de tu esposo, con quién pasarás el resto de tu vida —le habló entre dientes apretando la mandíbula, viéndolo fijamente.
BeomGyu se levantó de la mesa, empujando el plato hacia el frente.
Ya no quería comer.
No frente a ese imbécil.
TaeHyun solamente lo dejó ir, escuchando sus pasos, sus murmullos, luego la puerta ser cerrada.
Miró el cuchillo que había encajado en la carne.
Una semana más era lo que faltaba para que el tiempo de descanso de BeomGyu acabase, y al fin podría dar inicio a todo.
Podría iniciar las cosas a su manera.
Y podría iniciar el juego.
¿Alguna teoría hasta ahora?
¿Qué creen que pase más adelante?
Haneul es una niña muy inteligente u.u
The_Dark_Diamond
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