5
Ya había entendido que era su deber, lo que los cazadores necesitaban era ese tratado de paz, ya estaba decidido.
Pero él tenía una vida, por fuera del próximo líder, hijo de los Choi y cazador.
También era un muchacho joven, con amigos, con estudios, con una vida.
—Es imposible —el muchacho frente a él negó con la cabeza, con una expresión de tristeza. BeomGyu suspiró mirando el vaso frente a él, lleno de gaseosa.
—Mi padre lo decidió —alzó los hombros. MinHyuk chasqueó la lengua dando un sorbo a su cerveza.
Estaban en un bar, tomando algo mientras BeomGyu daba la noticia de su pronto matrimonio.
—¿Y acaso no puedes hacer nada? Eres el próximo líder, ¡No deberías hacerlo si no quieres!
—MinHyuk, es complicado, es mi deber —trató de calmar al muchacho frente a él que solamente dejó de observarlo, viendo hacia un lado, acabando con su cerveza en segundos.
Se conocían desde hace tiempo, un año para ser precisos, pero ambos llevaban un mes y medio, hablando, conociéndose mucho mejor, se gustaban, se hablaban, habían salido, tuvieron encuentros privados.
Nunca los deberes de BeomGyu le afectaron a MinHyuk, él no era un cazador, pero entendía a la perfección los deberes que debía tener y además, aún más con BeomGyu que era el próximo líder.
Pero ahora sí le afectaba.
—No lo conoces, no lo amas, ¿Y te vas a casar con él? —preguntó con el ceño fruncido. BeomGyu suspiró.
—El tampoco me conoce, tampoco me ama, es un matrimonio arreglado —explicó de nuevo. A pesar de que quisiera explicar las cosas más extensas no podía por motivos de privacidad, no podía estar regando la noticia, ya era suficiente con decir que se iba a casar— Solo quiero que sepas, no creo... Que haya motivos para que terminemos.
—¿Entonces quedaré como el amante? ¡Claro! ¡Seguro! ¡Magnífico! —rió dejando la botella en la mesa, levantándose.
—¡MinHyuk, escucha!
—Voy al baño —fue lo que dijo antes de desaparecer por el pasillo del baño. BeomGyu bufó tomando su cabello entre sus manos.
Sabía que terminaría así, aún así, quería intentarlo para no perder la relación que tenía.
Su vida privada no podía verse arruinada por eso, ¿Cierto?
Su teléfono vibró en sus bolsillos, mordió su labio inferior nervioso al ver que su padre lo llamaba.
—¿Si, padre? —contestó mirando a MinHyuk volver a sentarse frente a él, con el ceño fruncido y un suspiro pesado.
—Ya contacté a Kang, vendrá en dos horas para acordar los puntos.
—Está bien —no sabía que decir, ¿Estaba bien? ¿Debía estar feliz?
—Te quiero aquí antes, arreglado.
—Si, padre —y sin más, colgó.
Mientras más horas pasaban, mientras más hablaba con su padre y mientras más pensaba, más real se le hacía que iba a contraer matrimonio.
—¿Es lo único que sabes decir? ¿“si, padre”? —preguntó MinHyuk. BeomGyu rodó los ojos.
—No tengo opción, entiéndelo, nos agarraron con las defensas bajas y yo soy el que lo debe resolver, las cosas ya están decididas, y te estoy ofreciendo una solución para que nosotros-...
—No quiero compartirte —lo cortó alzando la mano derecha para llamar al mesero para pedir otra ronda de cerveza para el— Y no acepto que te cases, no quiero que lo hagas, pero si es tu deber lo entiendo.
—Gracias —murmuró desviando la mirada hacia las demás personas.
—Pero no creo que nuestra relación funcione luego de que te cases —habló en rendición, aceptando la bebida que le llevaron.
BeomGyu apretó los labios, empezando a jugar con la servilleta que había cerca de el.
—Podemos intentarlo...—murmuró levantándose. BeomGyu sabía que esa respuesta era la que más se inclinaba a MinHyuk, había ido a ese bar con él sabiendo que lo más posible era que MinHyuk le negara indirectamente seguir juntos después de su boda, por eso, no le afectó mucho.
Aún así, tenía una pequeña esperanza.
—Esperemos a qué sea la boda, concéntrate en tus asuntos de líder, puedo esperarte... —lo detuvo MinHyuk tamborileando sus dedos en la mesa. BeomGyu asintió con una pequeña sonrisa.
Salió del local caminando hasta donde había estacionado su auto, ahora debía ir a casa, para arreglarse y prepararse mentalmente para ver a su pronto esposo.
Apoyó la frente en el volante al estar en un semáforo rojo.
Bufó apretando más el objeto en sus manos.
—No quiero hacerlo —murmuró negando con la cabeza, siguió avanzando cuando le tocaron las bocinas por no moverse.
Condujo con lentitud igualmente, queriendo atrasar la llegada a casa, el encuentro con Kang.
Pero era idiota, en algún momento debía firmar, debía confirmar el matrimonio, en algún momento debía verle la cara a Kang TaeHyun.
Fue a eso de las seis y media que el vampiro llegó a la mansión Choi.
BeomGyu bajaba las escaleras, mirando el suelo.
—Bienvenido, líder Kang —alzó la mirada, la mujer que se encargaba del servicio de la casa abrió la puerta haciendo una reverencia al vampiro que no le dirigió la mirada a la mujer, solamente extendiendo su abrigo a ella, siguió caminando hacia Yang Mi que lo recibió con una sonrisa educada.
—Buenas tardes, señora Choi —saludó educado a la mujer que le dió la mano, el vampiro la aceptó, desviando la mirada a las escaleras a la derecha, BeomGyu estaba en el pie de ellas, observándolo fijamente.
—¡Mami! —llamó la niña que bajó las escaleras de dos en dos, sin notar al hombre para ella desconocido. BeomGyu detuvo a la niña cuando llegó al pie de las escaleras con él.
—Hay visitas, Haneul, no corras por las escaleras —dijo dejando una mano tras la espalda de la niña que observó al vampiro desconocido que solo se quedó de pie, observándolo, esperando por el saludo— Él es Kang TaeHyun —presentó a la niña que sonrió y estiró su mano al hombre que la recibió con una pequeña sonrisa.
—¡Mucho gusto! Soy Choi Haneul —se presentó como le habían enseñado, apretando la mano fría del hombre.
—Un gusto —la niña le dió una última mirada antes de retomar su camino hacia su madre que la guió hasta la cocina, buscando dejar a su hijo y futuro esposo solos.
—Buenas tardes, líder Kang —saludó BeomGyu mirando al fin al vampiro a los ojos.
—Buenas tardes, joven Choi —devolvió el saludo con una pequeña sonrisa. BeomGyu empezó a caminar hacia la oficina de su padre, el hombre estaba ahí, esperando.
—Sígame —pidió sintiendo al vampiro caminar a su lado, BeomGyu lo observaba de reojo, caminaba a su mismo ritmo, erguido y sin agachar la cabeza.
TaeHyun observó la puerta, adelantó sus pasos para tomar la manilla y abrirla por él.
—Pase —le dijo cuando se quedó parado, estático en su lugar, analizando el gesto.
JunSeo observó la escena desde el escritorio, quitando la mirada de su teléfono cuando la puerta fue abierta.
—Gracias —murmuró el más joven pasando sin problemas, sintiendo la mirada del vampiro sobre él.
¿Cuáles eran sus intenciones?
¿Por qué tan caballeroso?
¿Por qué a mí?
Pensó una y mil cosas en el tiempo que su padre y TaeHyun se saludaron.
—Este es el documento redactado del tratado de paz, junto al acta de matrimonio —explicó extendiendo la carpeta que estaba dentro de su saco, JunSeo la recibió y la abrió, empezando a leer la hoja bien redactada, en el pie, la sección de la firma en la que debían firmar.
Cómo ya se había hablado, el tratado de paz se basaba en el matrimonio de ambos líderes, nada de ataques, nada de muertes, ambos lados pacíficos junto al mantenimiento de la tierra de nadie como un servicio mensual para poder reparar las cosas.
—Bien, firme —JunSeo tomó el bolígrafo a su lado y dejó su firma en el tratado de paz, le extendió el mismo al vampiro que se inclinó, tomando la hoja para dejar su firma.
—El acta de matrimonio —el vampiro empezó a jugar con el bolígrafo en sus manos, esperado pacientemente a que leyeran.
El acta de matrimonio, cómo era normal, hablaba sobre la unión de ambos líderes, nombres completos, fechas de nacimientos, datos personales.
—¿Cómo sabe mis datos personales? —preguntó BeomGyu alzando la mirada a Kang que solamente lo observó.
—Yo se los di para que pudiera redactar el acta —contestó su padre siguiendo con su lectura del documento que BeomGyu también retomó a leer.
Ignorando los datos personales, más abajo se hablaba sobre que la parte humana debía vivir, incondicionalmente y obligatoriamente con y del lado vampiro, apenas contrajeran matrimonio.
¿Qué?
—Seguro —JunSeo asintió rápidamente y estiró su mano al vampiro, que arqueó una ceja.
—La firma debe ser de él —dijo, estirando el bolígrafo, BeomGyu lo observó— Él será mi esposo, no usted, señor Choi.
—Correcto, firma aquí, hijo —fue lo único que dijo el hombre, señalando la parte en la que BeomGyu debía firmar.
El joven tomó el bolígrafo con duda, mirando la hoja.
Se inclinó y tomó el bolígrafo correctamente antes de dejar su firma ahí, lo entregó a TaeHyun que rápidamente dejó su firma a un lado.
—Es un gusto que hayan elegido el tratado de paz —comentó el vampiro sacando de su saco una caja de terciopelo. La abrió en frente a los dos hombres, sacó un anillo plateado de ella— Deme su mano —pidió mirando a BeomGyu que solo se tensó en su lugar, incómodo.
Su padre lo observó, hablándole entre dientes que lo hiciera.
TaeHyun recibió su mano izquierda entre las suyas, colocándole el anillo con cuidado en el dedo anular.
¿Qué? ¿Ya estaba hecho?
¿Estaba casado?
¿Era así de sencillo y rápido?
A BeomGyu ese teatro solo lo hacía querer vomitar, irse de ahí, encerrarse en su habitación, llamar a MinHyuk, cualquier cosa que no tuviera que ver con ser el esposo de Kang TaeHyun.
El vampiro sacó otro anillo y se lo colocó él mismo en la mano derecha en el dedo anular.
—Oficialmente el tratado de paz está hecho —JunSeo botó el aire en sus pulmones y se levantó— Mientras mi hijo empaca lo escencial, por favor, quédese a cenar.
—Claro, hablaré con usted de lo que serán los siguientes dos días —aceptó con una pequeña sonrisa. BeomGyu observó al vampiro, había algo en sus ojos, eran profundos pero BeomGyu podía identificar algo más, ¿Logro? ¿Triunfo? ¿Alegría?
No sabía que era y no podía pensar en más nada, su mente estaba en blanco, no sabía que pensar, que decir o incluso qué hacer.
—Empaca lo necesario, BeomGyu, luego los de servicio te llevarán lo demás —dijo el hombre, JunSeo parecía más relajado luego de que su hijo firmó.
—Creo que es un precipitado ir a vivir con el líder Kang, padre —dijo BeomGyu tratando de buscar una manera de salir de esa decisión tan precipitada.
—Es algo que debes hablar con tu esposo, BeomGyu —le dijo entre dientes dándole una mirada que solo indicaba que cerrara la boca y no opinara.
BeomGyu le desvió la mirada, JunSeo solo le dió una mirada al vampiro antes de salir de la oficina, dejándolos solos.
TaeHyun lo observó, arqueando una ceja.
—¿Eres mudo? —preguntó, BeomGyu lo observó.
—¿Qué quiere que diga? —devolvió la pregunta, con el ceño fruncido. Kang alzó los hombros despreocupado.
—No lo sé, por lo menos tratar de hablar con tu esposo —opinó, inclinándose hacia el cazador que no dejó de verlo, fijo— Ve a buscar tus cosas para que pases la noche, te enseñaré tu nuevo hogar, y luego, hablaremos tu y yo en privado sobre lo que conlleva estar casado conmigo.
—¿De qué está hablando? —preguntó frunciendo el ceño. TaeHyun ladeó la cabeza.
—Somos esposos, acabamos de contraer matrimonio, irás a mi mansión, vivirás, comerás y dormirás conmigo, serás parte de mi vida así como yo seré de la tuya —explicó lo que era un hecho y que era algo que BeomGyu no paraba de repetirse una y otra vez en su cabeza— Y estar casado conmigo conlleva varias cosas.
—Solo es por el tratado de paz, no hay más nada que hablar, no tenemos una relación más allá de eso —no le gustaba el camino que estaba tomando la conversación, le daba escalofríos y su imaginación no ayudaba— No tengo porque hablar con usted de otra cosa que no sea-...
—¿Vas a incumplir nuestro contrato? ¿Vas a incumplir nuestra acta de matrimonio tan rápido? —preguntó arqueando una ceja.
—Nuestra acta de matrimonio no dice nada de eso, líder Kang y no hay otra cláusula que me exija algo más sobre nuestra relación.
—Puedo pedir el divorcio si algo me disgusta, ¿No crees? —TaeHyun sonrió burlón.
BeomGyu soltó una pequeña risa floja antes de salir de detrás del escritorio sin tener nada que decir, solo quería irse a su cama, sintiendo miedo al saber que no dormiría en ella esa noche, y tampoco las siguientes que venían.
TaeHyun lo observó pasar, lo tomó de la muñeca antes de que siguiera caminando.
Ambos se observaron.
—Ahora eres mi esposo, y los deberes de un esposo van más allá de un tratado de paz. Sean cuál sean las condiciones por las que nos casamos —le dijo, soltando su muñeca cuando recibió un fuerte manotazo.
—No me toque —fue lo último que dijo, observando al vampiro que solamente arqueó una ceja.
Salió de la oficina con rapidez, dejando la puerta abierta, quería un momento en paz, quería estar solo.
¿En qué se había metido?
¿En qué lo había metido su padre?
¿Con quién se había casado? ¿Qué pasaría apartir de ahora?
El vampiro solo lo dejó ir en silencio, sonriendo en grande cuando estuvo por completo solo en la oficina, sin nadie merodeando por allí.
Sostuvo la hoja con ambas firmas, el acta de matrimonio reflejándose en sus pupilas algo dilatadas.
—Al fin te tengo, bizcochito.
¿Qué opinan hasta ahora?
Les prometo actualizar más seguido, no me odien :(
The_Dark_Diamond
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