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Por años, batalló para enorgullecer a sus padres, por hacerlos felices y cumplirles las mayores peticiones que le hacían, cumplía sus deberes con una sonrisa sabiendo que recibiría halagos de los adultos.

Puede que no haya tenido momentos especiales con su madre o padre como cualquier niño podría llegar a tener, aún así, los amó por mucho tiempo, la nobleza y la inocencia de cuando era tan solo un niño había pasado por encima de los golpes, los gritos y los insultos para seguir amando a sus padres, después de todo hacían todo por su bien, oeso llegó a pensar en su momento.

Pero ese tiempo ya había caducado, había durado demasiado e incluso hasta dudaba de si no había expirado antes.

—Te tengo un regalo —comentó el vampiro cuando estaban desayunando a la mañana siguiente, BeomGyu alzó la mirada de su plato a medio comer, había dormido muy poco, aún le dolía la cabeza y era un completo manojo de emociones.

Emociones que no sabía controlar.

—¿Qué?

—Está en el almacén —contestó TaeHyun arrastrando su copa de líquido carmesí por la mesa, caminando hasta el lugar de su esposo.

BeomGyu no mostró algún miedo por la mención del almacén, solamente empezó a sentirse ansioso.

—Lloraste toda la noche... —mencionó el vampiro llegando a su lado, alzó su mano derecha para acunar su mejilla y acariciar su mentón— Necesitas desahogarte, ¿Cierto? —preguntó bebiendo de su copa con movimientos finos, esos que destacaban su elegancia.

BeomGyu asintió lentamente.

—Tienes tanto por dentro... Dolor, decepción, ira... ¿Cierto, precioso? —siguió preguntando inclinádose para besar su coronilla— Por eso, busqué lo ideal para ti... Al contrario de tus padres, me preocupa que reprimas tus sentimientos. Quiero ayudarte.

—¿Por qué me dejó sólo anoche entonces? —preguntó mirando su plato, con la mirada perdida.

TaeHyun ladeó la cabeza con una pequeña sonrisa.

—¿Querías que pasara la noche contigo? Lo siento por dejarte sólo —se disculpó inclinádose a besar su coronilla.

Desde el día anterior, no había podido disimular su actitud triunfante, un caminar aún más altivo, viéndose como el ganador de la batalla más grande.

Para Kang esa no era la batalla más grande, pero sí era la base, el inicio.

—Pero salí porque estaba buscando tu regalo, precioso —explicó haciéndolo levantarse, dejó la copa olvidada en la mesa al igual que toda la comida.

Ambos avanzaron hasta la salida.

—¿A-a dónde van, señores Kang? —BeomGyu volteó a la voz de la mujer, la señora Che apretó sus manos frente a ella, preocupada.

La mujer la noche anterior había tocado múltiples veces la puerta de la oficina para atender a BeomGyu para no dejarlo llorar sólo, sin importar que no supiera la razón verdadera de su llanto tan doloroso.

Pero BeomGyu jamás le abrió la puerta.

—Pasaremos tiempo de calidad, señora Che —contestó TaeHyun jalando a su esposo por la cintura, saliendo de la mansión a los segundos.

La mujer suspiró antes de pasar sus manos por su cabello, ¿De qué se había perdido?























[...]























Todavía recordaba bien el almacén, sus paredes, la estructura, el aroma a húmedo, lo sucio del suelo.

No tuvo alguna reacción cuando miró a un hombre amarrado a una silla, inconsciente.

—¿Éste es mi regalo? —preguntó con el ceño fruncido. TaeHyun se estiró hasta una mesa tomando un bate de metal.

—Digamos que es una sesión para el estrés —explicó mirando como su esposo tomaba el bate con duda— Lo necesitas.

—No... No lo necesito —negó mirando al hombre en la silla, apretó el utensilio en manos.

TaeHyun soltó una risa seca.

—¿Qué necesitas entonces? ¿Terapia? —preguntó con burla tomando él mismo un martillo algo sucio en la punta, no había que pensar mucho para adivinar de qué era la mancha— Esto es mejor que una terapia —afirmó tomando impulso para golpear una de las piernas del hombre inconsciente que se removió por el dolor.

BeomGyu negó con la cabeza retrocediendo un paso.

—De hecho, es un vampiro, uno de los tantos subordinados de mi hermano... —comentó quitando a la fuerza la mordaza de la boca ajena, el vampiro volvió de su inconsciencia poco a poco— Así durará más tiempo con vida —especificó mirando a su esposo.

BeomGyu observaba fijamente al vampiro rehén, el bate en sus manos haciendo peso. Lo apretó entre sus manos.

—Desahogarte es lo que necesitas —habló el vampiro caminando hacia él— ¿Cuántas veces tu padre te maltrató y te humilló? ¿Uh? ¿Cuántas veces lo ha hecho tu madre? —preguntó, BeomGyu lo observó apretando el bate en sus manos.

—Las mismas veces que usted lo ha hecho.

—Creo que estás muy lengua de suelta últimamente —rió el vampiro pasando su mano por su cabello— Bien, no te lo niego, pero luego de cada sufrimiento viene una recompensa, ésta es mi recompensa —explicó parándose tras él, lo tomó de los hombros dando un par de masajes antes de besar su coronilla.

BeomGyu pensó unos minutos, mirando al rehén observarlos con ansiedad, sin saber qué iba a pasar con su vida.

¿Qué más que la muerte le esperaba si estaba en frente del mismo Kang TaeHyun?

Pensó en las palabras del vampiro, pensó en lo que había pasado en menos de cuarenta y ocho horas, en todo lo que había pasado desde que pisó la mansión Kang.

Tenía dolor, ira, impotencia, tristeza, muchas grietas dentro de él, había pasado por traiciones, engaño, humillaciones, tortura, abuso físico y psicológico.

¿Qué estaba bien y qué estaba mal?

¿Por qué él tenía que ser el único bueno? ¿Por qué él debía estar llorando por los rincones sintiéndose asqueado de sí mismo?

No ganaba nada negándose, pero ganaba desahogo aceptando.

Matar a TaeHyun al igual que escapar se había vuelto algo muy lejano en él, casi un sueño inalcanzable y que poco a poco se iría borrando, porque él era lo único que tenía en ese momento.

TaeHyun lo tenía como su esposo, su más grande capricho, su obsesión.

Apretó el bate en sus manos en una posición correcta, impulsando con rapidez hacía el vampiro en la silla, golpeando directamente en su cabeza sacándole un quejido.

—Muy bien, bonito —felicitó Kang dando un paso hacia atrás, jugando con el martillo en su mano mirando como a partir del primer golpe con el bate, BeomGyu se descontrolaba con los golpes, uno tras otro, en la cabeza, en el abdomen, en los brazos, las piernas, los quejidos y gritos de dolor de la víctima no se hicieron esperar por encima del sonido sordo de los golpes.

BeomGyu siquiera fue consiente de cuántos golpes dió, sus dientes estaban apretados y su respiración errática, su cuerpo estaba tenso, pero aún así, no pudo ignorar la leve sensación de relajación que le dejaba golpe tras golpe.

—¿Quieres algo más filoso? —ofreció el vampiro señalando hacia la mesa llena de implementos, BeomGyu la observó unos segundos antes de negar.

—Aún no —murmuró antes de seguir golpeando, mirando como la punta del bate se llenaba de sangre, la cabeza del rehén no tardó en abrirse por la intensidad, BeomGyu miró la sangre salpicar.

No era la primera vez que veía algo así.

Pero era diferente...

Se sentía diferente...

—Suéltalo —pidió tratando de controlar su respiración, se separó unos pasos mirando como su esposo en silencio desataba al hombre de la silla, dejándolo en el suelo, arrojado y convaleciente.

BeomGyu pateó el abdomen del vampiro y lo pisó sin piedad, el hombre soltó un quejido de dolor antes de ahogarse, sintiendo el aire faltar.

Si hubiese hecho eso desde el principio, ¿Todo sería diferente ahora?

¿Por qué tuvo que seguir sus principios antes? Tal vez las cosas hubieran sido diferentes.

—Quiero eso... —murmuró arrojando el bate a un lado, señaló el martillo en manos de TaeHyun que se lo entregó sin problemas, con una pequeña sonrisa decorando su cara.

BeomGyu miró a su víctima.

—Si te sientas sobre él, estaré muy celoso —mencionó el vampiro mirando a su esposo acomodarse sobre el rehén a horcajadas, BeomGyu alzó las caderas, quedando arrodillado.

Ya no podía arrepentirse del pasado, no podía solamente llorar y lamentarse mientras pensaba en el "y si..." O "¿Todo hubiera cambiado?" Las cosas ya habían pasado, y tenían un orden que ya nadie podría mover.

Solo tenía que seguir arrastrando todas las consecuencias que había tenido por culpa de otros o por su propia culpa.

Pero sabía y había aprendido de la manera más cruel que podría existir que no era nadie, no tenía un valor, era un cualquiera que podría usarlo si quisiera, que jamás tuvo nada y solo lo mantuvieron por un bien mayor, por conveniencia.

—¡MALDITA SEA, YA CÁLLATE! —le gritó a todo pulmón al rehén que gritaba del dolor sintiendo varias partes de su cuerpo ser martilladas sin piedad.

BeomGyu tomó impulso desde arriba e impactó el martillo en la cara del rehén sacándole otro grito de agonía, por el dolor.

—¡DIJE QUE TE CALLES! —le volvió a gritar dándole otro golpe, la sangre salpicó de cara a cara, BeomGyu apretó los ojos cuando sintió la salpicadura.

No se detuvo, jamás lo hizo.

Su vida jamás había tenido valor, su vida jamás había tenido amor.

Pero...

¿Qué era el amor?

El amor que había conocido, fue el de sus padres y resultó ser por conveniencia.

El amor que había creado con MinHyuk resultó ser una de las mayores traiciones de su vida, falso y también por conveniencia.

No tenía una definición correcta del amor, aunque, ¿Había una correcta?

¿Qué tan lejos estaba el amor de la obsesión y la obsesión de la atracción?

Dió un último golpe mirando como todo estaba manchado de sangre, su ropa, sus manos, el alrededor, bajo la cabeza del rehén se hacía un charco cada vez más grande de sangre.

El vampiro había quedado irreconocible, su cara fue masacrada y desfigurada en minutos.

BeomGyu soltó el martillo a un lado, jadeando para regular su respiración, miró lo que había hecho, pasando sus ojos por la piel levantada, los ojos fuera de sus órbitas, dientes fuera de su lugar, sangre a borbotones.

¿Así era como se sentía desahogarse?

—¿Cómo te sientes ahora? —volteó a la voz de su esposo que se agachó a su lado, mirando lo que había hecho— Te fue muy bien para ser tú primera vez —halagó estirando su mano para tomar uno de los globos oculares de la víctima, lo arrancó sin piedad para arrojarlo a lo lejos, jugando con el.

BeomGyu lo observó con la respiración aún irregular.

Su cara y cuello estaban salpicadas de sangre, su cabello despeinado.

Para TaeHyun, era una vista preciosa.

—¿Me ama? ¿Enserio me ama? —preguntó luego de un largo silencio, TaeHyun lo miró a los ojos.

—No hubiese hecho todo esto si no lo hiciera, ¿No crees, cariño mío? —preguntó tomando el otro globo ocular, lo observó unos segundos, examinando la viscosidad.

BeomGyu se quitó de encima del cadáver, gateando hasta Kang que lo observó de vuelta.

—¿Puedo pedirle algo? —preguntó sintiendo la mano del vampiro pasar por su cabello, TaeHyun se inclinó, sacando su lengua para quitar la sangre salpicada.

—Dime, bizcochito.

—Rompa el tratado de paz, haga lo que quiera con los cazadores, tome su territorio, pero no toque a Haneul, es lo único que le pido —mencionó sintiendo la lengua del vampiro pasar desde su manzana de Adán hasta su barbilla, quitando toda la sangre del camino.

—Está bien —aceptó besando sus comisuras. No tenía planeado atacar aún, sus planes no eran tan desesperados, solamente gozaría de la desesperación de los cazadores a la expectativa de algún movimiento suyo, de cómo se pondrían ansiosos al no saber que haría o qué pasaría.

Ese era su plan momentáneamente.

Ahora, solo quería a su esposo, solo a él, con él y más nadie.

BeomGyu alzó su mano derecha, acunó la mejilla del vampiro llenando la piel algo pálida de sangre.

Él era el causante de sus traumas, él era el causante de las heridas de su cuerpo y mente.

Él le había dicho la verdad, él lo amaba.

—Usted... Nunca miente —murmuró tomando asiento en el regazo de su esposo a horcajadas, TaeHyun asintió sujetando su cintura.

—Nunca lo hago —afirmó aceptando el beso que le entregó su esposo, usando su lengua.

El amor es menor que la obsesión.

La obsesión es duradera, intensa.

Tenía a ese hombre obsesionado a su lado, lo tenía tocando su cuerpo, lo tenía presente en sus heridas, en sus traumas, en sus pensamientos, en su dolor. TaeHyun se había metido a lo más profundo de su cabeza y de su piel, le había quitado la venda de los ojos.

Pero en su lugar, le puso cadenas en los tobillos y clavos en las palmas.

—Eres mío —demandó el vampiro de nuevo besando su cuello, dejando mordidas a su gusto, BeomGyu se abrazó a sus hombros con un jadeo.

—Soy suyo... Kang TaeHyun, le pertenezco...








Nombre: Kang TaeHyun.

Cargo: Líder de los vampiros de Busan.

Costo: dieciséis mil millones de dólares (16.000.000.000$)

Nombre: Kang BeomGyu. (Humano/Traidor)

Cargo: Esposo del líder de los vampiros de Busan, ex-futuro líder de los cazadores.

Costo: Cuatro millones de dólares (4.000.000$)


















Fin de la etapa dos.

















¿Desea continuar?














































Creo que no se esperaban que acabase aquí ésta etapa, es corta pero es una de las más importantes, espero todo haya quedado claro y compartan sus opiniones que son tan valiosas para mí, acá u.u

Si se preguntan cuándo volveré con la etapa tres, no puedo decirles una fecha exacta, ya que la siguiente etapa la estoy editando y reestructurando con muchísimos más detalles y mejorando mi ortografía, refacciones y smut, quiero mejorar aún más para traerles algo de calidad, aún así, espero no tardar mucho.

Estén atentos a mi tablero, estaré poniendo información allí!

Espero les haya gustado este capítulo algo... ¿Demente, confuso? ¿Cómo sintieron este cap?

Nos veremos muy pronto, bellezas, se los aseguro 😉

Spoiler: La siguiente etapa se llama "Jaque Mate"

¿Qué creen que signifique? Guiandonos por las anteriores etapas, ¿Qué creen?

Los amo 💋

The_Dark_Diamond04

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