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Su corazón latía con rapidez, empezó a sudar en reacción al toque de la puerta, aún así, siguió mirando en el cajón, sujetando a su antiguo peluche en sus brazos.
—Abre la puerta —pidió la voz el vampiro, TaeHyun estaba tras ella con calma, apoyado en la pared de brazos cruzados.
BeomGyu miró el cajón una vez más, no había nada, solamente el peluche estaba ahí.
—No te haré nada —prometió el vampiro con la misma voz pacífica, BeomGyu tomó el peluche en sus manos caminando hacia la puerta a pasos cortos, dudoso.
No me ha mentido. Pensó dejando sus dedos en el seguro de la puerta, tomó una honda respiración antes de abrir, agachando la mirada cuando TaeHyun pasó, detallando el peluche en manos de su esposo.
—Lo encontraste... —mencionó mirando al cazador dar unos pasos hacia atrás cuando se le acercó— Lo dejé ahí especialmente para ti, sabía que lo encontrarías —aseguró con una media sonrisa, BeomGyu sujetó el peluche con ambas manos.
—¿Por qué lo tiene? —preguntó en voz baja. TaeHyun se inclinó un poco hacia él.
—Lo rescaté —alzó los hombros siendo completamente sincero. TaeHyun había estado del otro lado de la mansión, organizando y dando su orden rápidamente, sin tener ninguna duda qué resolver, cuando todo estuvo listo y los guardias volvieron a sus lugares con sus órdenes dadas, TaeHyun avanzó directamente a su oficina sabiendo muy bien que su esposo estaba allí.
Había un detalle muy obvio pero casi imperceptible, y es que TaeHyun cómo vampiro podía oler a millas de distancia, su olfato era uno de los mejores y uno de los mejores atributos de toda su especie.
Así que, estuviera en dónde estuviera, TaeHyun siempre lo conseguiría, sabría en dónde estaba y con ayuda de su sentido auditivo podría saber qué hacía, claro, esto dependiendo de el sonido al rededor.
TaeHyun simplemente sintió algo de satisfacción cuando supo que el cazador estaba en su oficina, aún más cuando lo escuchó forjar el candado para abrirlo.
Incluso cuando por sus labios se deslizó el nombre de su peluche de infancia.
—¿No te alegra tenerlo de nuevo? Lloraste una semana entera por él —mencionó caminando con descuido en la oficina, BeomGyu lo observó.
—Tenía ocho años cuando se deshicieron de él, Haneul aún no pensaba en nacer... ¿Por qué seguía espiando? ¿Cómo sabe que lloré una semana entera? —preguntó resultando perturbador que ese vampiro supiera tanto de él.
—Me atrapaste, precioso —sonrió el vampiro moviendo un poco las piezas de su tablero, moviendo una torre de color blanco un número de casillas que no le importaba.
—¿Qué clase de acosador es? —preguntó tensando su cuerpo y apretando a Hony en sus manos cuando el vampiro volteó a verlo rápidamente.
Hubo un silencio tenso entre ambos, BeomGyu tembló aún así habló.
—Le estoy preguntando algo, ¿Qué clase de acosador pervertido es? ¿Me espió hasta los trece años que nació Haneul? ¿Ah? —preguntó recibiendo más silencio, el vampiro solamente lo vio fijamente— Le estoy preguntando algo, responda —exigió encajando sus uñas en el viejo peluche por el que tanto había llorado.
—Acosador pervertido... —murmuró golpeando con su palma el tablero de ajedrez haciendo que las fichas cayeran al suelo o rodaran por el escritorio— Deberías pensar lo que dirás antes de hablarme de esa forma —amenazó dando unos pasos hacia el cazador que chocó con la estantería de libros. TaeHyun se detuvo a un paso de él— Si quieres una respuesta, te daré una respuesta y será la última que te dé referente a este tema —avisó. BeomGyu lo observó fijamente.
—Hable, por favor.
—Yo soy el demonio en tu ventana.
Una de las cosas que hizo muchísima ilusión en Yang Mi con su primer bebé fue el hecho de su habitación.
Peluches, colores pasteles, estanterías para guardar incontables cambios de ropa para su bebé, los muebles a juego eran sus favoritos.
Entre todos esos, su mueble favorito era la cuna en la que el bebé de dos año dormía.
La habitación solo tenía una ventana que era asegurada todos los días a la hora de dormir por el servicio o hasta por los mismos padres que, obviamente, dormían en la habitación contigua.
Fue una noche que una filosa garra forzó la cerradura de la ventana y abrió con cautela, dando pasos sin sonido.
Era sigiloso, cauteloso.
—Solo una muestra... —murmuró acercándose con cuidado a la cuna, Kang TaeHyun se inclinó mirando al bebé dormido, cubierto apenas con una manta de conejos.
El vampiro se movió con rapidez, haciendo uso de una jeringa, tomó uno de los brazos regordetos del bebé con cuidado y dirigió la jeringa a su brazo.
TaeHyun prestó atención cuando el bebé se quejó en sueños por el pinchazo. Se aseguró de extraer lo suficiente y sacó la jeringa.
Pasó su dedo por la pequeña gota que dejó el pinchazo, y lo llevó a su boca mirando como el bebé empezaba a llorar a todo pulmón por su despertar. TaeHyun dejó la jeringa en una bolsa plástica.
—Jum, llora más fuerte, tu madre está dormida —mencionó el vampiro sin escuchar que nadie se movilizara en la mansión por el llanto del bebé.
Se sintió irritado por el llanto molesto que afectaba en sus oídos por la intensidad. Por eso, se apresuró a irse, cuando estuvo cerrando la ventana escuchó a alguien del servicio aproximarse.
Le dió una última mirada a la cuna y se fue con la muestra de sangre que era una de tantas pruebas que recolectaría a lo largo de los años.
Entonces, fue así como con ese pasar de los años la cuna quedó olvidada y ahora había una cama, con algunos barrotes de seguridad a los lados por si al niño de ahora cinco años.
—Papi... Papi, el demonio... Duerme conmigo, por favor —pidió el niño aferrado a las ropas de JunSeo que chasqueó la lengua.
—Te dije que no hay nada, BeomGyu. ¿Cuántas veces me harás revisar el baño, debajo de la cama y el armario? —preguntó el hombre inclinádose por debajo de la cama para revisar de nuevo. BeomGyu negó con la cabeza una y otra vez señalando a la ventana
—Es ahí, papá, él está ahí —señaló sin querer estar sólo en la habitación, no le gustaba, le daba miedo.
JunSeo suspiró abriendo la ventana y mirando a los lados, arriba y abajo. Su hijo estaba inventando cosas, la seguridad de la mansión era de la mejor, además de tener guardias exclusivamente para esa zona a las afueras de las habitaciones.
—Listo, no hay nada aquí, BeomGyu —aseguró acostándose a un lado del niño que se acurrucó en su costado— Duerme, me quedaré aquí por si algo aparece —mintió pasando su mano por el cabello del niño que cerró los ojos, sintiéndose más seguro y relajado con su padre a su lado.
Su padre lo protegería de cualquier bestia. Estaba seguro de eso.
Por eso, durmió tranquilo sintiendo a su padre a su lado.
No fue hasta las cuatro de la madrugada que se dió cuenta que solo era una simple almohada la que estaba en su espalda, su padre le había mentido otra vez, dejándolo solo.
—Hony... Hony, abrázame —pidió tomando a su oso de peluche, cerró los ojos muy fuerte dando un respingo cuando escuchó un traqueteo en la ventana.
El niño se irgió en su lugar y volteó de inmediato a la ventana, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo, apretó a su peluche.
—¡Papi, papi, mamá! —se bajó apresurado cuando notó los ojos rojos enfocarlo. El miedo recorrió su cuerpo y su primera reacción fue correr para la habitación de sus padres— ¡Papi, e-el demonio! ¡Papi, mami! —empujó la puerta y entró gritando con fuerza, corriendo directamente a la cama de sus padres que dormían plácidamente.
—¡Carajo! ¡Te dije que no hay nadie! —gritó JunSeo levantándose de la cama para tomar al niño del brazo con fuerza, BeomGyu sollozó y empezó a negar cuando su padre lo guió de nuevo a su habitación.
—¡No, papi, ahí está! ¡Me da miedo no quiero! ¡No, no! —negó, quejándose cuando el adulto lo empujó a la habitación.
—¡No hay nadie, carajo, ya deja las estupideces, Choi BeomGyu! ¡Me tienes harto, llevo cinco días soportando tu estupidez! —le gritó mirando al niño llorar bajito.
—A-ahí está... Yo... Yo lo ví, papi...
—¡Cállate! Vas a dormir aquí ésta noche, sin molestar más —sentenció recibiendo varias negaciones del niño que lloraba hipeando sintiendo terror con tan solo tener que quedarse solo ahí.
—No no... Papi... Quiero dormir con mamá... Quiero a mamá —lloriqueó recibiendo una negación del adulto que se fue, cerrando la puerta y colocando el seguro por fuera. BeomGyu empezó a llorar a gritos golpeando la puerta con su mano derecha, sujetando con fuerza a Hony con su mano libre— ¡Mamá, papá! ¡Quiero dormir con ustedes, por favorcito! ¡Tengo miedo, papi! —hipeó quedándose sentado a los pies de la puerta. Abrazó a su peluche mirando directamente a la ventana, sin saber que hacer si el demonio volvía a aparecer.
Enterró la cara en su peluche, sus hombros subían y bajaban por el llanto. Fueron solo dos horas que el niño estuvo despierto, quedándose dormido en el suelo abrazado a su peluche aún con restos de lágrimas en las mejillas igualmente enrojecidas por el llanto.
TaeHyun chasqueó la lengua cuando logró entrar a la habitación, mirando al niño estorbar la puerta.
Por eso, con cuidado, lo arrastró a un lado, para poder concentrarse en abrir el pomo de la puerta.
TaeHyun era el único vampiro que podía entrar cuando y cómo quisiera a esa mansión.
Se sabía los pasillos, las puertas, las zonas en las que JunSeo guardaba papeleo importante, era el visitante nocturno de la mansión Choi.
Y así fue por muchos años, aveces por simple costumbre, otras por órdenes de su padre o personales, misiones de recolección e información.
Por muchos años él fue apodado "El demonio en la ventana" por Choi BeomGyu. Estuvo asustado de la sombra en la ventana y los ojos rojos que lo enfocaban cómo un animal a su presa.
Y ahora el demonio en la ventana tenía un nombre y una forma más allá de unos ojos rojos y una sombra. Era un vampiro, apuesto y psicópata, acosador y agresivo, un asesino, un líder.
El demonio en su ventana es Kang TaeHyun.
Y es su esposo.
—No se acerque... —murmuró empujando al vampiro del pecho cuando este se acercó más a él. TaeHyun sonrió tomándolo de la cintura a la fuerza, acorralándolo entre el estante y su cuerpo— ¡Le estoy pidiendo que se aleje! ¿¡Qué tan difícil es!?
—Uhm, a mi se me hace difícil estar lejos de ti, precioso —contestó relajado, BeomGyu evitó aún más su toque cuando le acarició la mejilla.
TaeHyun era mucho más que un asesino, psicópata, muchísimas cosas tenía para describirlo en su mente, a ellas, se agregaba una más.
Acosador.
—¡No me toque! —gritó usando su fuerza para empujarlo, TaeHyun dió un paso hacia atrás con el ceño fruncido, BeomGyu esquivó el agarre que iba hacia él, dirigiéndose a la puerta.
—Puedo tocarte cuando y como quiera —contestó tomándolo del cabello para devolverlo hacia adentro. Hony cayó al suelo, BeomGyu llevó ambas manos a su cabeza, tratando de que el agarre se fuera.
—¡Dijo que no me haría nada! ¡Suelteme! —gritó sintiendo el agarre cambiar a su cadera, TaeHyun lo mantuvo en su lugar, sosteniéndolo desde atrás.
—Y no lo hice hasta que empezaste a gritar, ¿No crees que es tu culpa? —preguntó el vampiro apoyando su barbilla en el hombro de su esposo que miró el peluche en el suelo.
Ese hombre que lo abrazaba, que lo besa, que lo toma una y otra vez con rudeza, lo había visto desde que era un bebé, lo había acosado por mucho tiempo, temió de su sombra por mucho tiempo.
Y seguía temiendo de él.
Sintió asco de la situación cuando un beso fue depositado en su cuello con algo de morbosidad.
Es decir, ¿TaeHyun había esperado que creciera? ¿Lo había visto crecer y ahora sólo metía sus manos por debajo de su ropa?
Acosador. Pervertido.
Me da asco.
Él me da asco.
Yo también me doy asco.
Espero les haya gustado 😊 Posiblemente suba otro capítulo más tarde!
Gracias por sus comentarios, me alegran el día!
The_Dark_Diamond
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