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A TaeHyun le parecía extraño pero no sorprendente el hecho de que su hermano no había aparecido más, luego del fallido secuestro de BeomGyu no había asomado las narices en ningún momento, había tenido una pérdida considerable de subordinados después de todo.
—¿Qué sabes de él? —preguntó caminando por los pasillos de la mansión, HaeChan lo siguió unos pasos más atrás.
—No ha hecho nada extraño, incluso sus subordinados solo están a la perspectiva de lo que pase, no tienen algún tipo de orden o abuso de algo futuro —respondió mirando constantemente al vampiro.
Su relación había acabado, mucho antes del matrimonio habían cortado la relación sexual que habían llevado un buen tiempo.
HaeChan no podía negar y mucho menos controlar su atracción hacia el líder Kang, había estado con él en muchos ámbitos y no negaría lo mucho que le gustaba. Kang TaeHyun era guapo, piel de porcelana y sin cicatrices, facciones marcadas y masculinas, la belleza de los vampiros no era un juego, esa elegancia natural en sus movimientos, todo de Kang TaeHyun era atrayente.
—No esperaré a que él se digne a hacer su plan nuevo, reúne a todos los guardias de los niveles altos, tendremos una reunión —pidió recibiendo un asentimiento que no observó, TaeHyun inhaló un poco el aire.
Está por aquí.
—Él aún tiene la oportunidad de mostrar pruebas ante la corte, me resulta una molesta así que matarlo de una vez es la mejor opción —mencionó, HaeChan frunció el ceño levemente cuando una de las tantas puertas del pasillo se abrió, era la puerta que llevaba al bar.
BeomGyu miró a ambos vampiros detenerse cuando lo observaron.
—Estaba buscándolo... —murmuró cerrando la puerta antes de avanzar sin problemas, sin sentir dolor.
Habían pasado tres días desde que fue marcado, su herida aún estaba vendada, pero estaba cicatrizando con éxito, justo como el vampiro lo quería.
TaeHyun lo miró fijamente esperando sus palabras, BeomGyu miró sus zapatos unos segundos antes de verlo a la cara, pasando su vista por su nariz y sus labios, sin verlo directamente a los ojos.
—El domingo... Es el baile anual de los cazadores... —explicó. TaeHyun asintió sabiendo muy bien de la existencia de ese baile— Debo estar ahí... Cómo hijo del líder... Ambos en realidad—finalizó desviando la mirada a HaeChan que solamente lo saludó con una corta reverencia.
—-HaeChan, puedes irte y no convoques la reunión —ordenó recibiendo un asentimiento junto a una expresión de fastidio, TaeHyun lo dejó pasar llevando su atención al cazador— ¿Tienes un traje nuevo? —preguntó recibiendo una negación. BeomGyu siguió a TaeHyun cuando lo pidió, quedándose en absoluto silencio.
El vampiro propuso salir de la mansión, a lado humano para poder comprar el traje para esa noche. BeomGyu no se negó, y solamente lo siguió en silencio, mirando el camino cuando ya estuvieron en el auto.
Su cabeza había estado llena de suposiciones, dudas, preguntas además de tener una gran curiosidad.
La conversación que habían tenido en el sótano aún le daba vueltas.
¿Cómo podía decir eso y cómo podía él confirmarlo o negarlo? Su madre estuvo embarazada de él, lo dió a luz, lo tuvo nueve meses en su vientre estaba seguro.
Pero, ¿Qué pruebas tenía más allá de unas palabras y anécdotas? Debía sacar esas pruebas de dónde fuera, pero surgía otra duda...
¿Esas pruebas eran para él o para TaeHyun? ¿Eran para confirmar algo al vampiro o para él sólo asegurarse de su parentesco?
—¿Por qué me dijo eso de mi madre? —preguntó en voz baja mirando el camino, TaeHyun condujo con tranquilidad.
—Era la respuesta a tu pregunta —contestó mirando las tiendas de ropa que pasaban. BeomGyu suspiró.
¿Qué estaba bien y qué estaba mal?
¿Quién mentía y quién decía la verdad?
No sabía y no tendría manera de decidir en esos momentos, con su mente confundida y sin saber realmente qué pasaba con él mismo.
Uno de los tantos pensamientos que tenía referente a TaeHyun, lo estaba torturando.
Nunca había sido tan consiente en todo el tiempo que lo conocía de su físico, no había sido consiente de los gestos y mucho menos de la atracción que en algún momento empezó a sentir hacia él.
Estaba mal.
Estaba muy mal sentir atracción hacia ese hombre, de disfrutar su toque y de sentir la tentación de tocarlo con sus dedos.
No podía borrar nada de eso, era su presente y no sabía si su futuro.
No sabía siquiera quien era en ese momento.
El BeomGyu que no permitía un grito de un tercero, mucho menos que arremetieran contra él. Un BeomGyu que no agachaba la mirada a nadie, ese BeomGyu ya no existía.
Su cuerpo tenía cicatrices, en el brazo, en las rodillas, en el muslo una letra de su dueño, sin contar las múltiples mordidas que había en su cuerpo frescas.
Y entre más lo pensaba, era verdad.
Él le pertenecía a Kang TaeHyun.
Le pertenecía así como le podía pertenecer un reloj, una mesa, una botella, así como cualquier simple objeto.
Lo tocaba cuando y como quisiera, lo maltrataba si quería, lo hería si le provocaba, lo golpeaba cuando lo merecía.
Aunque en realidad, ¿Cuando tuvo pertenencia propia?
Mucho antes de casarse, su vida dependía de su padre y madre, de lo que ellos dijeran y de lo que ellos ordenaran, sus propuestas o decisiones resultaban ser inválidas además de ser ignoradas con obviedad.
Ahora, con Kang era lo mismo, dependía de él, de lo que él quisiera, cuando y como lo quisiera.
Solo era un peón más.
Estaba empezando a entender su posición, así como TaeHyun le había dicho.
—Pasa —el vampiro le sostuvo la puerta de la tienda cuando estuvieron en ella. Era conocida y muy cara, múltiples trajes de BeomGyu eran de allí así que no le resultó impresionante.
Dió unos cuantos pasos por la tienda, mirando los maniquíes y algunos trajes de exhibición.
El baile de los cazadores era anualmente, una celebración en la mansión del líder, una simple tradición que se había creado años atrás con el propósito de alardear y recolectar las suficientes muertes vampiro para esa gran noche. Pero, por motivos del tratado de paz simplemente sería un baile con una duración extensa, JunSeo no tardó en enviar el mensaje a su hijo, con la respectiva información.
Entonces, ese dichoso baile sería la oportunidad de BeomGyu para hablar con su padre o madre sobre las dudas en su cabeza.
—¡Bienvenido, señorito Choi! —saludó uno de los vendedores, reconociendo de inmediato al hijo de los cazadores que tantas veces había ido a comprar tanto sólo como acompañado.
BeomGyu lo observó con una pequeña sonrisa dando un paso para ir a saludar a ese conocido.
Pero una mano en su muñeca se lo impidió, con un agarre fuerte que le sacó un pequeño quejido.
—No eres el señorito Choi —habló el vampiro entre dientes mirando con desprecio al vendedor que se acercó a ellos.
—H-hola... —saludó al conocido con duda, sintiendo el agarre hacerse mucho más fuerte.
La mirada del vendedor fue hacia el otro hombre, TaeHyun le dió una mirada fija e intimidante que inevitablemente le hizo dar un paso hacia atrás.
—Su nombre es Kang TaeHyun, es mi esposo —presentó sintiendo el agarre aflojarse poco a poco. El vendedor asintió haciendo una reverencia. Los demás vendedores prestaron atención a la escena, algo intimidados por el vampiro en la tienda.
—Un placer. Espero poder ser de ayuda para que consigan el traje indicado —musitó cómo un robot, casi en automático el lema de la tienda.
—Vete —ordenó jalando a BeomGyu tras él, el cazador miró la espalda del vampiro mientras mordía su labio inferior. TaeHyun miró al hombre irse con rapidez, algo temeroso— ¿De qué color quieres el traje? —preguntó volteando para sujetarlo de la cintura y caminar con él por la tienda, mirando con desdén a los vendedores que agachaban la mirada.
—Blanco... —murmuró su respuesta, estirando su mano hacia una prenda de ese color, la detalló antes de seguir caminando.
¿Cómo podría estar interesado en un simple traje en ese momento? Su cabeza estaba llena de preguntas como para estar al pendiente de una simple prenda.
Aún así, se midió uno y cada uno de los trajes color blanco que TaeHyun ordenó llevar al vestidor.
El vampiro lo esperó pacientemente en todo momento, sentado en uno de los sillones sin permitir que nadie entrase al probador.
—Cualquiera está bien... —murmuró cuando el vampiro preguntó por la opción de su preferencia.
—Has dejado de tener personalidad, uhm... Interesante —se burló el vampiro cruzando sus piernas. BeomGyu dejó sus manos frente a él.
—No es eso...
—Si tú lo dices —sonrió levantándose de su lugar— Los llevamos todos, es tu problema cuál tendrás el domingo —decidió metiendo sus manos en sus bolsillos para empezar a caminar con lentitud, en espera de su esposo.
TaeHyun empezó a darle vueltas al asunto del baile.
Él había asistido a todos esos bailes anuales sin problema, los había visto y había durado casi toda la noche mirando desde un lugar alejado. Nadie se había dado cuenta de su presencia y tampoco diría que estuvo allí.
—Hasta luego —fue BeomGyu quien se despidió llevando parte de las bolsas con sus trajes, el vampiro llevó dos en una sola mano.
BeomGyu se sintió extraño y a la expectativa de que algo sucediera entre ellos, TaeHyun solo condujo, pagó los trajes y ahora estaban devuelta a la mansión en silencio.
Era extraño.
¿Acaso pasaría algo al llegar a la mansión?
—Deja las bolsas ahí —ordenó el vampiro cuando vió el gesto de voltear a la parte trasera para sujetar su compra.
Se sintió ansioso al subir las escaleras, aún más cuando el vampiro abrió la puerta por él, estaba a la expectativa de que algo sucediera entre ellos, pero solo observó como el vampiro seguía su camino.
—¿Eso es todo? —preguntó sin ser conciente hasta segundos después, la pregunta salió de repente de sus labios. TaeHyun volteó a verlo por sobre su hombro, caminando unos pasos hacia él, lo sujetó del mentón con un dedo, haciéndolo alzar la cabeza.
BeomGyu correspondió a su beso como siempre, ladeando un poco la cabeza mientras daba un paso hacia el vampiro para estar más cerca.
—Tengo cosas que hacer, precioso—y sin más, se fue de ahí, sin voltear a verlo de nuevo sintiéndose satisfecho por el hecho de que el cazador esperase algo más, y que por mucho que lo deseara no podía en ese momento.
Debía organizar la muerte de su querido hermano.
Por otro lado, BeomGyu vagó por la silenciosa mansión, mirando el suelo.
Se detuvo cuando estuvo en la oficina del vampiro, por la dirección que había tomado él sabía que no iría hasta ahí, por eso entró sin algún problema, cerrando con pestillo a sus espaldas.
Miró todo con mucho más detalle, las velas encendidas, el tablero de ajedrez bien organizado, con algunas fichas del bando negro movidas.
Pasó sus dedos por los lomos de todos los libros, incluso movió una que otra decoración a su gusto.
Tomó asiento en la silla, mirando los gabinetes del escritorio que no dudó en abrir.
TaeHyun pasaba mucho tiempo en su oficina, incluso aveces lo encontraba simplemente sentado en su escritorio, ¿Qué tan importante era ese lugar de la mansión?
Había piscina, había bar, incluso descubrió que había una sala para jugar billar, había un hermoso jardín, y esa oficina era opaca, sin mucha decoración.
¿Qué tenía de importante?
Por eso, revisó los cajones, tomándose el tiempo necesario para revisar hoja por hoja, abriendo carpeta por carpeta.
Todos eran papeles de la mansión, papeles de otras propiedades del vampiro fuera del país, que no sabía que existían.
Japón.
Italia.
Cerró el cajón con los papeles igual que los encontró y abrió el siguiente que igualmente estaba lleno de papeles y cosas sobre su liderazgo, detalló que algunos eran viejos y aún tenían el nombre de Dakho.
—Oh... —cuando fue por el otro cajón que era más grande que los demás detalló que tenía un candado, no dudó ni un segundo en tomar la daga en su pantalón y empezar a forzar la cerradura con la punta del arma.
¿Qué había ahí y por qué tenía ese candado? La curiosidad era grande, aún así se detuvo cuando escuchó el sonido de el objeto abriéndose.
Solo ahí, pensó en las consecuencias.
¿Lo iba a golpear, cortar o quemar? ¿Qué podía pasar?
Nada que no me ha pasado ya.
Dejó la daga en su lugar y abrió el cajón prestando total atención a lo que había allí.
—¿Qué? —fue lo único que salió de sus labios tomando por completo asiento en el suelo. Sintió un pequeño escalofrío y temblor en sus manos.
Metió sus manos en el cajón y sacó lo más grande y único que había, afelpado y como lo recordaba en lo más profundo de su memoria, algo sucio y con la cabeza hacia un lado.
—Hony... —murmuró mirando a su peluche de la infancia de nuevo en sus manos.
Dió un salto en su lugar cuando tocaron la puerta, apretó al peluche en manos mirando hacia esa dirección.
¿Quién era?
....
BeomGyu apenas está enterándose de muchas cosas, ahora es que falta
Espero se comprenda y les guste el desarrollo que lleva su personaje u.u
Y por si se lo preguntan... No, no odio a BeomGyu JAJAJA
Lo amo mucho, a todos mis personajes los amo muchísimo u.u
Espero les haya gustado este capítulo ☺️
The_Dark_Diamond
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