SS:E-4
Ya no sabía si era por deseo, resignación o soledad, pero decidí que iba a dejarme envolver por aquellos brazos y quedarme al merced del vampiro que juraba odiar, así que cuando su boca me buscó en un beso no me aparté, al contrario respondí con intensidad e inconscientemente mis manos buscaron más cercanía.
Lo que no me esperé fue que en mitad del calor del momento, el vampiro se separara de mí, cabizbajo como si fuera a llorar en cualquier momento y apagando todo el ambiente que recién se había creado.
—¿Qué ocurre? —pregunté intentando levantar su barbilla, sin embargo él se negó a mirarme y en cambio apartó mi mano.
—Espera, Kihyun... —dijo con la voz temblorosa. —No puedo hacerlo. Esto... No...
Fruncí el ceño sintiendo molestia de repente mientras me preguntaba cómo alguien podría provocar algo y cambiar de opinión inmediatamente después de tenerlo.
—¿Acaso estás jugando conmigo? Porque esto no es gracioso. —dije sin poder ocultar mi molestia. —Incluso cedí a esto, además dijiste que ya lo habíamos hecho antes, ¿cuál es el problema ahora?
Él soltó un largo suspiro y se cubrió el rostro.
—Precisamente el problema es que te mentí. —dijo con tristeza. —Nunca hicimos nada, aunque he fantaseado con este momento desde hace mucho.
Su respuesta me dejó anonadado.
—¿Disculpa? —dije apartando las manos de su rostro. —¿Entonces cómo sabes que...
El vampiro me miró con tal expresión que supe que si hubiera podido llorar ya lo habría hecho hace mucho.
—El día que estabas muy triste te emborrachaste. —comentó haciendo memoria de aquel que recordaba como uno de los días más tristes de mi vida. —Me pediste que te acompañara al bar porque ya confiabas en mí y parecía ser tu único amigo. Accedí porque dijiste que necesitabas hablar con alguien y desahogarte, pero empezaste a beber como loco. —dijo con tristeza. —Intenté detenerte en varias ocasiones pero no me hiciste caso. Después me ofrecí a llevarte a tu casa y no quisiste, entonces te seguí de lejos y esas personas en aquel callejón querían... —sus labios se fruncieron. —No puedo sentir piedad por nadie que quisiera aprovecharse de ti. Incluso si se trata de mí mismo.
Lo miré fijamente sin poder mostrar ninguna expresión.
—Tu ropa estaba hecha un desastre y te salpiqué con la sangre de esos tipos así que me aproveché de tu ebriedad y te desvestí para deshacerme de la evidencia. —continuó. —Te sentías incómodo porque olías a alcohol así que aunque no lo recuerdes, me pediste que te ayudara a darte un baño y finalmente te dejé en tu cama. —de repente el vampiro miró su mano izquierda. —Tomaste mi mano y me pediste que me quedara hasta que te durmieras. Incluso me pediste que te contara una historia. —su voz tembló. —Te conté mi vida entera y después de eso dormiste. —su mirada volvió a mi rostro. —Dormiste pacíficamente por 8 horas con 23 minutos, y te vi dormir todo ese tiempo porque sentía que si me movía aunque sea a un metro de ti, alguien te haría daño. Yo nunca quise... Yo en serio jamás esperé que yo... Que yo sería quien...
No sabia en qué momento el vampiro había empezado a hiperventilar por el agobio.
Con ese relato me di cuenta de muchas cosas.
—Entonces siempre supiste donde se encontraba Hyungwon, pero nunca fuiste a buscarlo porque realmente nunca te has podido alejar de mí. —dije en afirmación más que en pregunta.
Él asintió cabizbajo.
—Mira, Kihyun... —dijo tomando mis manos. —Sé cómo se siente odiar y estar profundamente enojado con alguien hasta el punto de querer hacerlo añicos. Incluso estuve así con Wonho y Hyungwon por mucho tiempo. —suspiró profundamente. —Pero hasta ese día jamás había sabido qué se sentía que alguien quisiera herir a la persona que más te importa en la tierra y momentáneamente comprendí a Wonho, pero el odio me tenía cegado y no hice caso a lo que verdaderamente sentía... —soltó una risita triste. —A estas alturas ni siquiera sé por qué estaba tan enojado y empeñado en hacerles daño. Soy realmente un tonto...
Lo miré por mucho tiempo, pero realmente no podía decir ni una sola palabra, hasta que carraspeé la garganta.
—Incluso si jamás me herirte a propósito... —susurré. —Y aunque hayamos llegado a donde estamos... Sigo creyendo que tu reflexión ha sido demasiado tardía. —me sinceré sintiendo dolor en el corazón al ser la primera vez que podía expresarle lo que sentía sin todas las capas de enojo encima. —Te creí, confíe en ti y te dejé entrar a mi corazón pero mira donde estamos. —suspiré. —Ya no quiero seguir sacando el mismo tema del pasado porque ya pasaron años, pero sinceramente no sé cómo perdonarte.
Él estuvo atento a mis palabras aunque no me miró directamente.
—El perdón es una decisión... —dijo por lo bajo. —Si decides perdonarme hoy, quizá en diez años sientas menos rencor por mí que antes, y estaré feliz por eso. —de cierta forma sus palabras lo hacían ver todavía más lamentable. —Incluso si necesitas cien años, yo estaré feliz que con el tiempo tu perdón se haga notorio. —mi corazón sintió tristeza de tan sólo pensar en una espera que como un reciente inmortal todavía sentía larga. —Si tan sólo...
Nunca había visto a Shownu con una expresión tan miserable antes y realmente ya no podía soportar más palabras tristes saliendo de esos carnosos labios, así que lo besé en busca de silenciarlo.
Su expresión delató sorpresa, sin embargo no estaba en posición para rechazarme, ni siquiera podría decir que tuviera fuerza de voluntad para hacerlo, así que correspondió al beso que pese a su duración no aumentó de intensidad. La razón era que no quería callar sus sentimientos con un contacto físico, más bien quería hacerle saber a través del beso que lo comprendía y más importante, que quería que el tema quedara saldado de una buena vez por todas.
Cuando me separé de él, pude ver su rostro luciendo totalmente indefenso como si presintiera que estaba a punto de decir algo malo, lo cual me pareció hasta tierno porque no podía estar más alejado de la realidad.
—Shownu, te perdono. —susurré acariciando su mejilla. —Aunque no esté preparado para dejar ir todos los malos sentimientos, desde el fondo de mi corazón he decidido perdonarte por todo.
Y le sonreí, diciéndole sin palabras lo que tanto anhelaba escuchar...
“Sé libre”
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro