Cinco estaciono el auto en una tienda de donas llamada Griddy's Donuts, Mia conocía ese lugar, de vez en cuando Luther la llevaba a comer cuando tenían tiempo libre después de las misiones, ambos entraron y se sentaron en la barra, Cinco toco el timbre para que fueran atendidos, y al lado de Mia se sentó un hombre robusto.

—lo siento, el fregadero se tapó ¿Qué desean? —pregunto la camarera llegando a donde los tres estaban

—tráeme un eclair de chocolate—dijo el hombre y la camarera lo anoto

—¿Le traigo a los niños un vaso de leche o algo?—dijo mirando a Cinco y Mia, Pan soltó una pequeña risa dentro de la chaqueta de Mia por el comentario de la mesera

—el niño quiere café, negro—dijo Cinco y ahora fue Mia quien tapo su boca para evitar reírse

—una dona glaseada por favor—dijo Mia amablemente

—que lindos niños—se dirigió al hombre pensando que eran sus hijos, ambos sonrieron tiernamente mientras la mesera se encargaba de sus ordenes

—no recordaba que este lugar fuera tan feo—comento Cinco—solía venir cuando era niño, me escabullía con los demás y comíamos donas hasta vomitar

—Luther llego a traerme algunas veces cuando salíamos de una misión—añadió Mia mirando el lugar recordando los buenos momentos—era de las pocas veces que no estaba al borde de un colapso emocional

Las ordenes llegaron y Mia empezó a saborear su dona, ya casi llevaba cuatro años desde la ultima vez que vino, le sabían a gloria.

—pagare lo de ellos—el hombre saco unos billetes pagando la cuenta

—debes saber moverte por la ciudad—Cinco miro su uniforme de servicio de grúas

—eso creo, llevo aquí veinte años—contesto orgulloso

—bien, porque necesito una dirección

Mia por lo mientras le daba a Pan de su dona con cuidado de que no la vieran, Cinco pidió la dirección de una pequeña tienda departamental, Mia no entendió el porque de eso, pero no quiso preguntar ya que no era su asunto, y si Cinco no le decía, ella no debía de meterse. El hombre salió de la tienda dejando solos a los tres.

Pero no paso mucho tiempo cuando la puerta se escuchó nuevamente, Mia creyó que debía de ser otro cliente, pero Cinco se puso más alerta y al ver quiénes eran, maldijo por lo bajo al haber traído a Mia.

—creí que tardarían mas tiempo en encontrarme—dijo Cinco y Mia volteo encontrándose con un grupo de casi ocho hombres apuntando a ambos

—será mejor que nos acompañes, no quiero ir a casa con la idea de que dispare a dos niños—dijo el hombre que apuntaba a Cinco

—Mia ¿Qué esta pasando?—susurro Pan

—yo no me preocuparía por eso, porque no iras a casa—Cinco acerco su mano con cuidado al cuchillo que había a lado de él—será mejor que te escondas Mia

Y en ese momento Cinco uso su poder para atacar a uno de los hombres, Mia corrió a esconderse detrás de una de las mesas ya que las lámparas se habían roto con los disparos.

—¡Busquen a la niña!—grito uno de los soldados y Mia supo que tenia que pensar en algo rápido antes de que la mataran

Lo que tenia pensado era arriesgado, pero era la única manera de sacarlos con vida, así que cerro sus puños y estos empezaron a tomar un color naranja para después prenderse en llamas.

—por favor, no causes un incendio masivo—se dijo Mia a si misma antes de salir y lanzarles bolas de fuego a los soldados mientras Cinco atacaba a otros que estaban a unos metros

Pan salió de la chaqueta volviéndose un tigre para ayudar a Mia, cuando verificaron que los soldados estaban muertos, Pan volvió a su forma de hurón mientras Mia enfriaba sus manos.

—tienes mucho potencial—dijo Cinco acercándose a ella—eso fue asombroso

—¿Qué fue todo esto?—pregunto la chica aun asustada—¿Quiénes eran esos tipos?

—será mejor ir a otro lugar, hay oídos en todas partes—los tres salieron de la tienda para ir en dirección a la Academia