53
Mia y Jaeden estaban estacionados frente a un lugar que parecía ser un salón para fiestas, donde precisamente estaba siendo la fiesta de cumpleaños de la hija de Lila y Diego.
—¿Estás segura de que quieres entrar ahí?—pregunto Jaeden algo incómodo
—no me dan muchas ganas, pero Luther no me va a dejar en paz hasta que ocurra. Solo hay que entrar, saludamos, comemos pastel y nos iremos de aquí—Mia tampoco quería entrar y su estómago ya se sentía con ganas de vomitar
Salieron del lujoso auto con dos cajas grandes que eran regalos para su sobrina que no conocían, al llegar a la entrada del salón se detuvieron mientras se volteaban a ver.
El ruido de los niños gritando y corriendo fue lo primero que se escuchaba una vez entraron, las luces neón y los videojuegos repletos de niños de diferentes edades, la música a todo volumen, hacia que Mia empezara a tener dolor de cabeza.
—démosle el regalo a la niña y salgamos de aquí lo más rápido posible—Mia empezaba a arrepentirse de haber ido, estos ambientes no eran lo suyo
—no puede ser—Luther al reconocer a su hermana menor salió corriendo de la alberca de pelotas—¡Mia, que bueno que veniste!
Los gritos de Luther se escucharon por todo el salón llamando la atención de los demás Hargreeves.
—mierda—susurraron Jaeden y Mia al notar la mirada de toda la familia en ellos, ahí iba su plan de pasar desapercibidos
—¿Jaeden?—Lila al reconocer al chico que venía con Mia dejó la piñata en el suelo y se acercó a ellos—¿De verdad eres tu?
—hola Lila—saludo de forma incómoda levantando la mano, pero Lila lo abrazo con fuerza mientras una gran sonrisa se dibujaba en ella
—creí que te había perdido—ella parecía estar sumamente feliz de ver a su hermano pero Jaeden ni siquiera quiso abrazarla—estas enorme, haz crecido demasiado, la última vez que te vi tenías dieciocho
—aquí estoy—contestó de forma fría
—veo que también tú creciste bastante—ahora Cinco se dirigió a Mia—me da gusto saber que este reinicio no los borro también a ustedes
—a nosotros no, pero si nos quitaron lo que más queríamos—contestó la rubia cruzándose de brazos
—espera un momento ¿Donde esta Kaisa?—pregunto Lila al no ver una rata blanca con Jaeden y luego volteo con Mia y no vio tampoco a su hurón—¿Y Pan?
—el reinicio nos los quitó, al no tener nuestros poderes nuestra alma quedó completa así que ellos aquí no existen—explicó Jaeden
Klaus, Allison, Cinco, Diego y Luther pudieron ver cómo eso les había afectado, eran sus compañeros desde que eran niños y el perderlos de repente debía de ser duro.
—¿Por qué no me lo dijiste cuando te fui a ver?—le pregunto Luther a Mia
—sabía que no habías notado que él no estaba ahí
—pase casi quince años sin saber que esa bola de pelos estaba en la Academia, no era como que después de seis años de no verte sabrá que no estaba ahí tampoco—dijo de forma sincera
—al parecer no fui el único que perdió a su familia—añadió Ben tomando de su bebida
—vayan a comer un poco de pizza y luego regresen para presentarles a los niños—dijo Diego—hay cervezas en el refrigerador de la derecha
—ellos no pueden tomar alcohol Diego, que irresponsable—Luther le reclamó—¿Acaso olvidas como en el hotel querían embriagarlos?
—tengo veinticuatro años, ya no soy una niña
•lo siento, solo que aun me cuesta acostumbrarme a que ya no tienes dieciséis—ambos sonrieron
Los menores fueron a buscar comida ya que ese encuentro les había causado demasiada ansiedad y necesitaban comer algo.
—creo que salió mejor de lo que planeábamos—Jaeden sacó una cerveza—¿Quieres una?
—en vista de las circunstancias creo que si—Mia tomo una, ella casi no tomaba alcohol pero ahora lo necesitaba con urgencia—yo igual imagine que seria un desastre, pero creo que a todos les afectó diferente el hecho de no tener poderes y poder continuar con sus vidas normales
—¿Y tu tienes novio?—pregunto Jaeden curioso de saber si Mia también había continuado con su vida
—no, la verdad no tengo tiempo para eso, soy una persona muy ocupada—se cruzó de brazos intentando disimular los nervios que sentía—¿Y qué hay de ti?
—intente algo con una chica de la escuela pero me di cuenta que ella no era a quien realmente amaba—ambos se miraron fijamente por un par de minutos para después acercarse poco a poco
Cuando estaban a punto de besarse, el teléfono de Mia sonó haciendo que se separaran de golpe, Jaeden se volteo ocultando su rostro que estaba rojo de la pena, Mia apresuró a sacar su teléfono para contestar.
—¿Qué encontraste?—luego de escuchar lo que la persona del otro lado de la línea le dijo, tomó de la mano a Jaeden y el chico pudo ver cómo se iluminaban sus ojos—envíame lo que tengas, te lo agradezco mucho
—¿Qué paso?—pregunto Jaeden cuando colgó
—tenemos que irnos, encontraron a mi padre y mientras más rápido vayamos, más rápido los tendremos con nosotros de vuelta
Sin que nadie se diera cuenta lograron salir del salón para subir al auto de Mia e ir a la dirección que tenía en su teléfono.
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