Mia entro al supermercado y tomo un carrito para tomar varias cosas de comida y medicamentos para curar sus heridas, cuando estaban formados en la fila de la caja registradora, Pan se comenzó a sentir extraño, su pelaje se erizo sin motivo aparente.

—algo anda mal-dijo el hurón una vez que salieron de la tienda—lo siento en mi pelaje

—el apocalipsis estamos seguros de que no es—contesto la chica abriendo una lata de soda—tu mismo lo viste, aparecimos después de ese suceso, ya todo esta en orden, Vanya ya sabe usar su poder

—no estoy seguro de que es lo que siento, pero me pone el pelaje de punta—Pan no estaba del todo convencido de que no habia algún problema en esta línea temporal

—lo único que podría ponernos de nervios son esos estúpidos Sparrows—bromeo la rubia mientras entraban a su habitación—Jaeden traje muchas medicinas, no se exactamente que tengas roto, pero algo debe de servirte

Pero nadie respondió, no habia señales de Jaeden y mucho menos de Kaisa, lo que preocupo a ambos.

—¿Jaeden?—Mia dejo las cosas y fue al baño buscándolo, pero no estaba ahí—Jaeden si esto es una broma no es graciosa

—alguien estuvo aquí—Pan se habia transformado en un perro sabueso y estaba olfateando el lugar

—¿Quién pudo haber sido?—fue en ese momento que la chica unió las piezas—ese maldito hijo de perra

De sus manos salieron disparadas fuertes llamaradas, algo que hizo que el hurón se asustara, nunca habia visto a Mia tan enojada, y eso no era bueno.

—tenemos que calmarnos Mia, ya sabemos que los Sparrows lo tienen, pero hay que usar la cabeza y no dejarnos llevar por el momento—Pan se puso frente a ella intentando evitar que hiciera una tontería

—por supuesto que usare la cabeza de ese presumido para hacer un agujero a la pared—salió hecha una furia del cuarto

—por favor, Mia, vas a hacer que nos maten si llegas sola a enfrentarlos, ellos son nueve y nosotros dos, nos ganan en numero

—no me interesa, no pienso dejar a Jaeden más tiempo ahí—a Pan no le quedo más remedio que seguirla, ella siempre era así, actuar antes de pensar

Una vez frente a la academia, Mia pateo la puerta bruscamente y comenzó a buscar al chico por toda la planta baja, pero no habia ninguna señal de Jaeden o Kaisa.

—¡Jaeden!—grito mientras subía las escaleras al segundo piso—¡Kaisa!

—¿Acaso así te educaron cuando visitas casas ajenas?—el irritante de Juls apareció frente a Mia—que malos modales tienes

—tienes dos segundos para devolver a Jaeden, si no quieres que te deje hecho carbón—amenazo la chica sacando fuego de su mano

—tu no vas a venir a amenazarme en mi propia casa, Barbie subdesarrollada—Juls hizo que sus manos se volvieran cuchillas

—¿Y tu que bola de pelos?—el lince le hablo a Pan—¿Acaso tienes miedo de que te derrote rápido?

—digamos que yo soy más del ambiente diplomático—contesto retrocediendo

—¡Juls, Sikay!—Levi apareció de uno de los cuartos—te dije que no la provocaras

—ella comenzó al faltarle el respeto a nuestra casa—contesto el chico sin dejar de verla—alguien necesita ponerla en su lugar

—lamento la actitud de mi hermano—Levi se puso en medio dándole la espalda a Juls—él y su daemonion no tienen un buen temperamento

—acordamos que seriamos amables—el búho se poso en el sillón que habia cerca

—no me gusta que haya daemonions que no son bienvenidos—le gruño a Pan

—vamos Sikay—Juls llamo a su compañero—no perdamos el tiempo con esta gentuza

Ambos se fueron por la misma habitación de donde habia salido Levi.

—que adorable—dijo Mia con sarcasmo

—ven, te llevare con Jaeden—Levi le dio una sonrisa honesta—no te preocupes, no les haremos daño, no somos iguales que Juls

—¿Cómo se que puedo confiar en ustedes?

—Jaeden confió en mí, esta en el comedor desayunando junto a su compañera—Mia lo dudo en confiar en sus enemigos, pero hasta no ver a Jaeden a salvo, mantendría un perfil bajo en lo que pensaba que hacer

—soy Winter por cierto—se presentó la búho bajando a la altura de Pan

—Pantalaimon—contesto el hurón sin dejar de observar lo bonita que era—pero tú puedes llamarme Pan

Levi los llevo por una de las miles de escaleras que habia hasta llegar a su gimnasio donde efectivamente, Mia pudo ver a Jaeden sentado en la mesa comiendo.

—Mia, ¿Qué haces aquí?—Jaeden se sorprendió de verla, pero la rubia solo corrió a abrazarlo con todas sus fuerzas

—me asusté mucho, creí que estabas en peligro—dijo aun sin soltarlo, el chico sintió su corazón acelerarse más al estar tan cerca de Mia

—no te preocupes por eso, que mientras tu estes aquí, tengo motivos suficientes para luchar cuando este en peligro—eso hizo que ella se sonrojara

—siéntate Mia, de seguro tienes hambre—Levi interrumpió el momento—le diré a Grace que te traiga algo de comer