—vamos, por favor despierta—Mia escucho la voz de Jaeden—vamos Mia, sé que puedes despertar

La chica abrió los ojos de golpe mientras tomaba una gran bocanada de aire, eso alegro mucho a Jaeden ya que creía que no había logrado evitar la separación.

—Pan, estas bien—Mia vio al hurón a lado de ella, al revisar que estaba perfecto y sin daño algo, lo abrazo con fuerza—creí que te había perdido

—de no haber sido por Jaeden y Kaisa, no estaría aquí—dijo Pan mirando a Jaeden, Mia también volteo y le dio una sonrisa

—gracias, a ambos por salvarnos—dijo con sinceridad

—lamento todo lo que ocurrió, nunca imagine que mi madre quisiera hacerte daño—dijo Jaeden apenado—creí que solo necesitaba información o algo así, cuando me conto lo que te haría, no podía quedarme sin hacer nada

—no es tu culpa, ella te mintió y te uso—dijo Mia sentándose en la cama—cuando nacimos, solo sobrevivimos diez bebés, tu madre envió personas de La Comisión a secuestrarnos, pero con nueve las cosas salieron mal, entre ellos yo, asesinaron a mi madre y yo los asesine a ellos. Ella fue a matar a tus verdaderos padres para secuestrarte, Jaeden, te manipulo a ti y a tu hermana todo este tiempo

Jaeden desvió la mirada ante la confesión de Mia, nunca creyó que su madre hubiera sido capaz de hacer algo tan horrible, tanto a él como a Lila.

—tenemos que detenerla, pero para eso necesitamos a mis hermanos—Mia tomo la mano de Jaeden—no estas solo, me tienes a mi y a Lila, pero si no detenemos a tu madre, ustedes también se volverán un obstáculo en su hambre de poder

—tienes razón—Jaeden se limpió las lágrimas—hay que detenerla

—todo va a estar bien, hermano—dijo Mia y eso hizo sonreír a Jaeden—vamos de regreso a casa